Partida Rol por web

Es bastante parecida a mi, puedo comprobar, también soy del tipo de persona que sabe captar el ánimo del resto...al menos casi siempre. Como ahora, que ha sabido ver que prefiero mantener cierto orgullo. Otra persona se habría empeñado en ayudar, y no la habría rechazado, pero...es mejor así. Yo lo habría hecho como ella. Aquí fuera hay que ser duro, y uno se endurece más cuanta menos ayuda tenga.

-Así que mando yo ¿eh? Bien...pues la primera orden es que no uses ese subfusil para nada salvo que no quede absolutamente otro remedio. Nunca se sabe lo que hay cerca...y sí, sé que lo sabes perfectamente pero no hace daño decirlo.

Al moverme por la ciudad...debo parecerle otra persona totalmente distinta a la que entró a la lavandería. Mis pasos no hacen el ruido que hacían antes...tan solo suena lo que cruje bajo las suelas. La arenilla, piedrecitas sueltas, pero no se aprecia el caer de mi peso como sí pasaba antes.

Me muevo cerca de las paredes cuando el entorno lo permite, pero no si hay ventanas o huecos abiertos. Y cada pocos segundos analizo el entorno con un vistazo. Ahora los tejados. El siguiente la izquierda. No sigo un patrón concreto, por si alguien se diese cuenta de lo que hago que no pudiese aprovecharlo. Años de tensión...los recupero más rápido de lo que esperaba. Como si no los hubiese perdido.

-¿Qué me ha convencido? Pues...¿Me creerías si te digo que tu personalidad arrolladora?- bromeo. -Sinceramente creo...creo que simplemente estaba esperando una oportunidad para salir de ahí. Una excusa, algo a lo que agarrarme. Al menos en parte...también ayuda que lo que me has contado, sea cierto o no, es lo que yo haría. La familia es escasa ahora, hay que cuidarla. Iría donde fuese necesario por mi hija.

Sara...mi pequeña. ¿Me habrá echado en falta? Su madre, desde luego, no. Pero ella...

Quiero pensar que sí, que no lograron ponerla totalmente en mi contra. Pero no estoy seguro. Nada seguro ¿Qué le habrán dicho que pasó? ¿Que huí porque era un cobarde? ¿Qué me mataron porque era un traidor? Deseo, mucho, abrazarla. Ver la mujercita de 17 años que debe ser ahora. Pero me da miedo ver rechazo u odio en sus ojos.

-También influyó en mi decisión el recuerdo de unos ojos preciosos.- Tara, obviamente. -¿De que conoces a Tara? ¿Qué te contó para convencerte de venir a buscarme?

Valk baja la mirada hasta su arma y de nuevo se centra en Elim pero no dice ni una sola palabra. Efectivamente su advertencia es algo obvio para ella y tampoco se considera una niña a la que tengan que andar recordándole ese tipo de precauciones pero no rechista y sigue sus pasos a un metro de distancia para no resultarle un estorbo. Se nota que también sabe moverse y eso facilita las cosas, pueden compenetrarse y por tanto es probable que avancen deprisa a pesar de la larga distancia que les separa de su objetivo.

Se limita a sonreírle de con cinismo cuando alega que el motivo de aceptar fue ella misma pero después le presta mucha más atención a la explicación. No le quita el ojo de encima en un intento de discernir si dice la verdad o no ya que a fin de cuentas sabe algunas cosas sobre él pero tampoco demasiadas -¿Tu hija...? -a punto está de añadir algo más que consigue contener por los pelos -Tal vez después de esta mierda pueda devolverte el favor acompañándote a buscarla a ella también. Tendrás tiempo para pensar si quieres hacerlo o no... ¿cuánto tiempo va a durar el viajecito? -da por sentado que no será corto ni fácil pero no está segura de cuanto puede prolongarse.

-¿Qué? -la mención a los ojos de Tara consigue que Valk le mire entre desconcertada y sorprendida -La conocí de casualidad mientras pululaba por Illinois con mi hermano. Nosotros ya llevamos un tiempo siendo nómadas y encontrando sitios en los que quedarnos por temporadas. Estaba débil y con signos de hipotermia, mi hermano insistió hasta que la acogimos y se quedó con nosotros un tiempo -se encoge de hombros, no parece ser del tipo de mujer que disfruta extendiéndose más de lo necesario en dar explicaciones.

-No tuvo que convencerme de nada, eres el único que conocemos capaz de llegar a ese sitio y además tienes recursos para no morir en el trayecto. Eres mi mejor opción, cuestión de estadística -le aclara para que no se haga "ilusiones" al respecto pero después de lo que acaba de oír decide darle una motivación extra a Elim para que le ponga más empeño en toda esa odisea -Probablemente nos encontremos con Tara más adelante y nos ayude a sacar a Luke de ahí pero no hay nada seguro -le mira de reojo, todavía no demasiado convencida de la relación que une a ambos. Para entonces el perímetro de Boston que se podría considerar seguro ya ha quedado atrás y la vegetación se vuelve más tupida así como los edificios más derruidos.

-¿Sola y con signos de hipotermia? Pero si la dejé muy cerca de su base...¿Es qué dejó los militares? ¿Por qué?- suspiro, son quizá demasiadas preguntas para ella. -En cualquier caso, que la ayudaras es otro motivo para ayudarte. Ah...buen intento, Valk. Pero si no sabes a donde vamos no puedes sugerir que nos la vamos a encontrar ¿No crees? Pero buen intento. Además, si sigue por Illinois, quizá sí. Nosotros vamos más allá. a Nebraska. Va a ser un pequeño paseo, sí. Nos iría bien conseguir un coche operativo...aunque eso no es fácil.

Mientras andamos voy mirando alrededor, no por si veo un coche que mágicamente funcione, sino por si veo algún espejo en condiciones en los que hay tirados. Me vendría bien.*

-Tengo una hija. O la tenía...hace cinco años que no sé nada de ella. Cuando me obligaron a irme, mi querida mujer, o ex-mujer no lo sé. En realidad nunca llegamos a "casarnos" técnicamente...en fin. Ella decidió que yo no era lo bastante ambicioso y decidió eliminarme. La excusa perfecta llegó cuando salvé a Tara y sus compañeros. Pero ya desde antes hablaba mal de mí a mi hija. Sara. Ahora debe tener 17 años...y no sé si me odia, si se avergüenza de mi o si cree que estoy muerto. Ni idea. Y gracias por tu ofrecimiento pero si encontramos a tu hermano allí en la base, ella también estará.

-¿Qué te contó Tara sobre como me conoció?- me intriga que impresión le di. Hace años que no pienso en mi más que como un perdedor patético...no creí haberle dado otra idea.

-No tengo ni puta idea de dónde vamos pero esa niña sí. Nunca supo dónde estaba exactamente el sitio pero sabía dónde la habían cogido así que no podía estar tan lejos. Intentamos encontrarla por nuestra cuenta durante un tiempo pero no funcionó -suspira con evidente resignación y algo de abatimiento pero es una actitud que no deja salir a la luz más de unos pocos segundos -Lo sé, si no encontramos algún tipo de medio de transporte será casi imposible -es consciente de que el tiempo juega en contra de su hermano y eso la cabrea interiormente -¿Conoces a alguien que pueda echarnos una mano con eso? -por como arruga la frente no parece tener demasiadas esperanzas en ello.

-¿Tu niña también estará ahí...? Joder, si no fuera porque hace tiempo que dejé de creer en estas cosas diría que es el destino -sonríe con cierta nostalgia, ese tipo de pensamientos fantasiosos son más propios de Luke y por eso le echa de menos y le necesita a su lado, para que le aporte algo de esperanza a ese mundo hecho trizas que no tardará mucho más en terminar de morir.

Con la última pregunta suspira de forma más sonora y entorna los ojos un momento -¿Sabes lo que no me contó? Lo mucho que te gusta hablar -le dedica una sonrisa de complicidad y sacude la cabeza, después de eso sigue en silencio unos segundos y parece que no va a soltar prenda hasta que de repente, entre saltos por encima de varios vehículos, empieza a hablar de nuevo -Me dijo que eras uno de los pocos Luciérnagas capaces de pensar por si mismo y que por eso les sacaste de ahí. También me comentó que gracias a ti sobrevivió a pesar de su estado lamentable. Te considera una especie de héroe -ella ya está mayorcita y ha visto demasiada mierda para creer en ese tipo de cosas pero supone que a El le gustará escuchar algo así porque aunque ella mandara callar a su hermano cuando le decía cosas por el estilo en el fondo siempre era estimulante.

-¿Sabes lo peor de toda esta mierda? Que no lo entiendo -se detiene sobre el tejado de un antiguo bus escolar con los brazos en jarra para recuperar el aliento -No entiendo porque demonios quieren a mi hermano -le mira como si fuera a saber la respuesta pero repentinamente se gacha -¿Has oído eso...?- susurra apoyando las manos en el metal, prestando atención.

El destino...quien sabe  si algo así existe. En cualquier caso...dudo que la llegue a ver. O que a ella le agrade eso.

-Antes sí conocía gente. Pero...hace mucho de aquello. Podríamos probar en un par de sitios. Tal vez quede gente, o si no queda...queden cosas útiles.

Me siento...vivo, ahí fuera. Lo había olvidado.

-¿Hablo demasiado? Vaya...quizá no fuese así antes. Probablemente no, y se me pase. Pero llevo cinco años sin hablar, como quien dice. Supongo que es lo que me pide el cuerpo ahora.- la escucho cuando vuelve a hablar ¿Eso piensa Tara? -Un héroe...¿Eh? Qué impresionables son los jóvenes. Y qué fácil se equivocan.- Susurro, más para mi mismo que para que lo escuche ella. Pero en el silencio del lugar le habrá llegado.

¿Para qué quieren a su hermano? Difícil de decir pero...

-Los luciérnagas...- me callo y me agacho como ella. inclino la cabeza en dirección al sonido tratando de captarlo de nuevo y mejor. Me llevo un dedo a los labios y con la otra mano hago el signo universal de "abajo". Es mejor que estemos lo más pegados posible al techo del bus.

Mierda...¿qué es?

La expresión de Valk se vuelve mucho más seria y concentrada de lo visto hasta el momento pero la de Elim no se queda muy atrás. Lentamente se tumba sobre el techo del autocar para hacer el menor ruido posible y pasar desapercibida. Después de eso extrae la daga de su funda y la sujeta con fuerza en su puño derecho, se nota que no vacilará en usar el arma ni será la primera vez que lo haga pero probablemente le vendría mejor otra mayor para evitar acercamientos excesivos con infectados.

Elim se mantiene a la expectativa y puede distinguir pasos de persona, ya no tiene alguna duda de ello. Están bastante cerca y son más de uno, por lo menos entre dos y tres. Podría tratarse de alguien que ha salido de la ciudad, a fin de cuentas Boston no está lejos, pero está convencido de que no se trata de militares porque en ese caso sus pasos serían mucho más pesados y firmes, acompañados del tintineo de algunas armas. Por contra estas personas caminan erráticamente y parecen confusas o perdidas. De vez en cuando se detienen pero vuelven a proseguir a través de una calle lateral en dirección a dónde ellos se encuentran.

Rock ya casi había olvidado lo que era encontrarse con Corredores pero la ventaja ahora mismo es que ellos no parecen haber recaído en la presencia de los humanos.

Dos o tres corredores...eso es algo manejable. Pero si son más o si hay algo peor cerca...regla de superviviente nº1: evitar enfrentamientos.

Asiento, tras decidir que hacer. Se acabó el ir de techo en techo, el crujido metálico podría delatarnos cuando menos lo esperemos. Hay que bajar al suelo de nuevo. Lo hacemos por el lado contrario al que se acercan los corredores, y avanzamos hacia el frente. Si nada nos detiene quizá nos alejemos lo bastante como para detenernos y evaluar de nuevo la situación.

Yo iré delante, agachado por supuesto, e inspeccionando cada cruce no sea que haya...sorpresas ocultas. Pero lo primero que hag al bajar del autobús es seguir la regla de superviviente nº2: los ladrillos son tus mejores amigos. Cojo un buen adoquín* y avanzo tras señalar una parada de bus bastante alejada. Por si nos separamos en el laberinto de coches que debemos sortear. Algo que no pasará si todo va bien....¿Pero cuándo pasa eso?

Ambos se deslizan por el autobús con bastante agilidad. Se nota que a Elim le falta algo más de práctica que a Valk por culpa de los años que se ha mantenido asentado pero se adapta al ambiente hostil con rapidez y así se mueven entre vehículos variados y la acera resquebrajada intentando pasar desapercibidos.

Los Corredores suelen ser los infectados menos peligrosos de todos pero no significa que haya que subestimarles ni correr riesgos absurdos si pueden evitarse. Ambos parecen estar de acuerdo en eso y se mantienen en completo silencio durante el trayecto.

Valk asiente a la indicaicón de Elim y en ese momento se separa de él, tomando su propia ruta para llegar hasta el improvisado punto de encuentro aunque en realidad se ven a menudo.

Elim encuentra piedras, ladrillos y otro tipo de objetos arrojadizos con facilidad por el suelo. A fin de cuentas el mobiliario urbano y los coches están destrozados así que es fácil encontrar ese tipo de material por la zona.

Un corredor, incluso dos, no son un objetivo complicado. Siempre que los veas venir con tiempo...no tienen estrategia, solo ansias. Tres...si cuentas con el terreno a tu favor, también. Más, de golpe, es una locura. Y no sabemos cuantos hay...la mejor opción es el silencio.

Me muevo junto a los coches y, lentamente, sobre ellos cuando no hay más remedio. Con un poco de suerte pasarán de largo y no habrá más problemas allí delante.

Venga Elim...despacito y con buena letra...

Ambos utilizan su experiencia para moverse en silencio y pasar desapercibidos. No les cuesta demasiado llegar hasta el punto acordado y para entonces los Corredores ya se han perdido de vista en otra dirección opuesta a la suya. Quién sabe si ha sido suerte, talento o una combinación de ambas pero Valk sonríe satisfecha, aunque todavía no se arriesga a decir ni una palabra hasta que pasan varios minutos más.

-Puede que yo conozca a alguien -cuando vuelve a hablar parece seguir una conversación pero dado que ésta terminó hace rato resulta un poco desconcertante -Era mecánico así que puede arreglar cualquier trasto mínimamente potable que encontremos pero... -se queda dubitativa antes de proseguir -Tampoco somos amigos así que nos pedirá algo gordo a cambio -rueda los ojos antes de emitir un suspiro -Será mejor que simplemente ir a pie, ¿no? Considerando la distancia no lo conseguiríamos -puede parecer algo pesimista pero bajo su punto de vista solo está siendo realista.

Tras el atasco que acabamos de dejar atrás la calle está bastante despejada, lo que es un arma de doble filo. A la vez los veremos mejor, los peligros, pero estos nos verán a nosotros. Al menos, aunque no es ni mucho menos una regla fiable, a los corredores les gustan más los lugares húmedos y oscuros. Será porque el hongo crece mejor o más rápido, no se lo he preguntado a ninguno. El mayor peligro en estos momentos son otros humanos. Los infectados puedes encontrártelos, o que te escuchen, pero nada más. No tenderán emboscadas ni pondrán trampas.

-Necesitamos transporte, de eso no hay duda. Preferiría no tener que hacer nada demasiado alocado por ello pero si no hay más remedio...tendrá que ser. Eso sí...no me gustan los timadores.

Lo dejo caer...si ese conocido nos engaña, la cosa se pondrá fea por mi parte al menos.

Tras unos minutos de silencio, por silenciosas calles -uno podría acostumbrarse a esa paz, sin ruidos, sin malos olores...- la miro de nuevo.

-Te preguntabas para que lo quieren los luciérnagas. Ciertamente no puedo asegurarlo pues me fui hace mucho pero...la principal meta siempre fue la misma: encontrar una cura. Había buenos científicos allí. Quizá estén haciendo pruebas de inmunidad y vayan probando ciertos factores. Por ejemplo, gente con ojos verdes. O pelirrojos. No lo sé. Puede que vieran algo en tu hermano y no en ti que les interesara geneticamente. Pero como te digo...son meras especulaciones. A saber.

Acabamos llegando a una plaza grande, despejada. Uno de los laterales aparece vallado, y otro en proceso de. Alguien intentó establecerse ahí...y se fue. Le saldría mal.

-Desde aquí salen muchas calles...¿Hacia donde queda tu "amigo"?

-No, por eso no te preocupes. Es un capullo pero no un timador, si hacemos un trato con él lo cumplirá -después de eso ambos caminan de forma diligente aunque a menudo con ojo avizor. El cuerpo de Valk ya está tan acostumbrado al estado de alerta constante que no le supone nada nuevo pero el de Elim no tarda en sentirse algo entumecido. Por suerte o por desgracia sabe que se acostumbrará rápidamente a ello.

El trayecto en silencio es cómodo para Valk, no tiene problema alguno en mantenerse en ese estado el tiempo que haga falta y de hecho considera que así es mucho más seguro pero de vez en cuando es inevitable compartir opiniones, como es lógico.

-¿Siguen buscando una cura a estas alturas...? -esa noticia la deja algo desconcertada al principio y después pensativa. Le gusta que haya alguien que no se haya rendido y siga luchando por la supervivencia de todos, quizá es de lo más civilizado que ha escuchado en mucho tiempo, pero eso sigue sin excusar el llevarse a gente contra su voluntad -Las intenciones suenan casi justas pero sus métodos definitivamente no -sacude la cabeza porque todavía no entiende del todo qué pudieron ver en su hermano para querer llevárselo sin más pero le da igual, solo quiere recuperarlo y sacarle de ahí a toda costa.

-La última vez que supe de él andaba por Ithaca, en Nueva York. Nos llevará bastantes días de caminata pero seguro que puedes con ello -le da unas palmaditas en la espalda acompañadas de una sonrisa que dura muy poco -Lo peor de esa zona es que está plagada de cabrones dispuestos a robarte hasta la barba pero nos apañaremos. No suelen utilizar las alcantarillas -si no lo hacen es porque en esas zonas hay más riesgo de esporas e infectados pero ya tomarán la decisión cuando llegue el momento en cuestión.

Ya llevan varias horas caminando cuando se encuentran con el primer obstáculo de verdad y es que el puente que pensaban cruzar para salir de la ciudad está totalmente derruido pero el que pueden ver más al norte está en el mismo estado precario. Podrían dar un rodeo enorme, intentar atravesar el río por abajo o utilizar alguno de los edificios cercanos en estado de ruinas para llegar al otro lado.

En un lugar muy parecido fue donde me dieron la mochila con algo de provisiones y una buena tubería con pinchos. Sonia, aunque hija de puta, tampoco era una desalmada. En el fondo solo hacía lo que creía mejor. Siempre fue de la opinión de que hay que estar arriba para que hagan cosas por ti. Y para poder dar patadas si intentan bajarte.

-No me gusta ninguna de las opciones pero...creo que podríamos pasar atravesando el río. De coche en coche para no caer al barro. Y trepar por aquellos escombros. Una persona sola quizá no pudiese pero siendo dos...y tengo una cuerda con garfio.

Ojeo alrededor.

-No me gusta la pinta de esos edificios, además acabarían con un salto importante. Y dar un rodeo...esos corredores se fueron más o menos en esa dirección. Aunque hace mucho de eso....en definitiva, veo mejor bajar. ¿Qué opinas?

Valk se queda junto a Elim para observar el escenario que les rodea algo taciturna. Pone los brazos en jarra y comprueba cada opción negando ligeramente con la cabeza -Si tienes una cuerda de esas debería ser... aceptable. Mejor ir con cuidado que rápido, ¿de acuerdo? -dicho eso empieza a dejarse caer por la empinada pendiente hasta llegar a una vieja camioneta que chirría y se hunde un poco más bajo su peso pero solo momentáneamente. Ella termina de subir con bastante habilidad y espera a que él la siga de cerca, aunque sea a través de otros vehículos, atravesando así esa especie de cementerio viscoso y maloliente.

Cuando llega hasta el otro extremo se detiene para esperar a Elim ya que la cuesta para subir es tan empinada que necesitará su cuerda a la fuerza para poder llegar hasta arriba -¿Vas bien? Deberíamos empezar a buscar un sitio en el que pasar la noche cuando estemos arriba -propone mientras revisa su reloj de muñeca. Está empezando a atardecer y el frío nocturno, acompañado de su correspondiente oscuridad, no tardará en ser una molestia.

Asiento a sus palabras. desde luego es mejor ir con cuidado que no  rompernos una pierna. Sigo el mismo camino que ella cuando baja y a través del río, cuando es posible. Pero, eso sí, nunca salto al coche en el que aún esté ella. Solo el peso de uno ya es arriesgar lo necesario, el de los dos sería pasarse. Por eso es bueno que ella vaya delante, al pesar sus buenos veinticinco kilos menos que yo, quizá treinta, si el coche al que ella llega cruje demasiado, ni siquiera lo intento.

Alzo la mirada para observar la subida que nos espera. Siempre impresionan más vistas desde abajo, pero no me impresiona. Se me da bien calcular las distancias y si me hubiese parecido excesivo no lo habría propuesto. Saco la cuerda  y aseguro el nudo al gancho. No hace falta girar la cuerda a lo cowboy, no tiene que llegar muy lejos. Basta que llegue a cada saliente  y desde los repechos lanzar el gancho al siguiente.

Esta vez voy yo delante...si ella pasa por un sitio que no me aguanta a mi, nos veríamos separados. Además...si alguien nos ha visto podría esperar a que subamos. Prefiero ir yo delante. Por si acaso.

-Sí, ya lo había pensado. Además, subir esto va a ser cansado aunque no sea mucha distancia. Cuando estemos arriba veremos mejor ese lado, tal vez haya algo cerca. Preferiría no usar linternas en la medida de lo posible.- son como ponerte un cartel con neones que diga "ladrones y asesinos, aquí estoy". Al menos, en campo abierto.

No sé que tal se leda escalar, pero yo lo hago rápido y con facilidad. Seguramente si pisa donde yo, le sea igualmente sencillo.

Valk observa como Elim lanza y asegura el gancho con la correspondiente cuerda como si llevara haciéndolo cada día de su vida. Es bastante sorprendente y sin duda alguna conveniente porque demuestra que sus capacidades todavía están perfectamente afiladas.

-Después de ti -le invita a ascender con un gesto aunque la verdad es que él ya ha empezado a hacerlo así que Valk aguarda con impaciencia contenida, observando a su alrededor muy a menudo para asegurarse de que todo sigue en calma.

Después ella sigue los pasos del guía colocando los pies donde él lo hizo y así ambos llegan arriba incluso algo más rápido de lo que habían esperado. Para ser el primer día habría que admitir que todo está yendo bastante bien, tanto que consiguen encontrar un hostal en las suficientes buenas condiciones como para quedarse en una de las diversas habitaciones para pasar la noche. El viento y el frío se cuela por muchos huecos, por no hablar de la suciedad, pero para ser un refugio improvisado no está tan mal. A bien seguro ambos han estado en sitios peores.

-Deberíamos organizar turnos para hacer guardias -propone en cuanto eligen la habitación más habitable de todas, que aun así resulta bastante desastrosa. Valk toma asiento en una silla que cruje bajo su peso y saca un par de latas de su mochila junto a su cantimplora -¿Podemos arriesgarnos a hacer una hoguera? -se gira hacia la ventana dubitativa. Está parcialmente tapiada con tablas de madera así que no sería tan delatador pero el riesgo siempre está ahí.

El lugar no es un palacio, para nada, pero es mejor de lo que esperaba. No siempre tendremos esta suerte. Paredes recias...o más o menos recias...techo, colchones, madera. Es más que aceptable. Asiento cuando me propone lo de las guardias. No puede ser de otra manera, no sin una puerta con un buen cerrojo.

-Aún no hace demasiado frío pero...no sería mala idea ese fuego. Aunque no ahora, verían el humo. Si es que hay alguien cerca para verlo.- mientras hablo levanto uno de los colchones y lo apoyo contra la ventana. Ya no se verá la luz. Y con los agujeros del techo la ventilación no será un problema. Aunque tampoco es que esa ventana ayudase demasiado estando casi tapiada. -Cuando esté más oscuro.

Reviso el resto de habitaciones, a fondo. Regla del superviviente nº3: rebusca por todas partes. La gente se deja muchas cosas útiles pero que en apariencia no lo son. Al regresar saco mi cantimplora y doy un trago antes de coger una de las latas.

Cuando nos las terminamos, las cojo y voy a la entrada. Las coloco una encima de la otra de manera que por si mismas no se caerán. Pero si alguien abre la puerta...

Y al subir me siento, cómodo pero no lo bastante para dormirme.

-Haré la primera guardia.

Valk suspiró con cierta resignación respecto al fuego pero no emitió más queja al respecto porque sabía que en el fondo Elim tenía razón. Ese tipo de cosas ya daban a entender que al menos podrían proseguir con ese largo viaje sin querer matarse el uno al otro al cabo de dos días y la mujer, internamente, lo agradecía. No era de las que mostraban abiertamente sus sentimientos por precaución y protección pero realmente estaba preocupada e incluso asustada por el estado de su hermano y saber que estaba acompañada de un buen guía la aliviaba y le daba más esperanzas. Tendría que agradecérselo a Tara cuando tuviera ocasión.

Después de una escueta cena en silencio y de haber revisado las habitaciones encendieron un pequeño fuego acumulando algunas partes de muebles. No era muy grande, no querían ser detectados por el olor, pero el calor de las llamas brindaba algo de serenidad y paz a cualquiera, incluidos a dos almas perdidas como las suyas.

-Como quieras, despiértame cuando me toque. Que no se te ocurra no hacerlo -le miró a modo de advertencia, no quería que sintiera que tenía que cuidarla o algo remotamente parecido, y finalmente se metió en su saco de dormir sobre la cama mohosa, cubriéndose casi por completo la cabeza y sin separarse de sus armas por si surgía un imprevisto.

-Tranquila, tengo sueño. No me quedaré sin dormir como preparación de otro día de caminata.

El tiempo pasa, despacio, pero no pesado. Trato de moverme lo mínimo pues, si ella es como yo...se despertará con muy poco. Y mientras vigilo, pienso.

En este viaje puedo morir, como siempre en este mundo desde hace veinte años. Pero también cuando lleguemos a la meta. No sé si se me dio por muerto o por traidor...pero aún quedará gente que me recuerde, supongo. Cinco años es tiempo, pero no tanto. Excepto...excepto para ver crecer a una hija. Ah...Sara ¿Serás tú quién apriete el gatillo?

Observo a Valk un rato. Apenas se nada de ella, y no le preguntaré hasta que ella decida contarme si es que quiere, pero haré lo que pueda por ayudarla. Maldita sea, arriesgaré mi vida sin pensármelo...es algo que tampoco le diré, de momento, pero ella ya ha salvado la mía. También Tara. Una por enviarla, la otra por buscarme.

Cuando llega mi turno de dormir, la despierto con un toque en sus pies. no es buena idea despertar a alguien estando demasiado cerca, no cuando se duerme fuera de zonas seguras. Se duerme más tenso, se despierta más brusco...no sería la primera garganta que vería rajada por ese motivo. Ni el primer ojo morado. Mejor evitarlo.

Y al caer en la cama, estoy dormido apenas apoyo la cabeza. Regla del superviviente nº4: aprovecha los descansos.