Llego al lugar acordado a buena hora, incluso unos pocos minutos antes. No me sorprende demasiado que el tipejo en cuestión me citara en el Distrito 5 porque es uno de los más cercanos a la zona exterior y con algo de suerte sólo necesitaremos unos permisos falsificados para pasar por los controles militares correspondientes pero no estoy seguro... Sea como sea espero que no inspeccionen mis pertenencias porque llevo más de una cosa ilegal dentro de la mochila por mucho que haya procurado ocultarlo entre ropa y otras mierdas varias.
-Buenos días...- saludo al tipo en cuestión, Harold si no me equivoco, parcialmente oculto entre las sombras de una calle poco transitada hasta la que me muevo. Es el tipo de persona con la que no compartirías una bebida por temor a que te estrelle el vaso en la cara pero supongo que sólo necesito su colaboración durante unas horas así que no será para tanto. Miro entonces alrededor un poco inquieto, al contrario que él no estoy acostumbrado a este tipo de cosas o a cometer delitos y aunque procuro actuar con naturalidad me cuesta un poco. Siento como si a cada momento alguien nos estuviera observando. Putas paranoias.
-¿Está todo listo?, ¿cómo lo haremos?- le dejé su tiempo después de haber pagado su tarifa a través de un contacto de confianza pero el desconocimiento, aunque comprensible, me pone de los nervios.
Se supone que Harold fue contratado por otra persona para que también le guiara fuera así que habrá que esperar. Lo que Harold no sabe es que en realidad son 2 y una de ellas con el mega bombo (Eveline y Arthur).
Mastico distraído un palillo de madera, moviéndolo de un lado a otro de mi boca con la lengua, mientras espero en la sombra de un callejón a mis próximos clientes. No puedo evitar frotarme mis arrugadas manos sistemáticamente cada cinco minutos. Es agradable tener trabajo para variar, pero me fastidia que precisamente mi cliente sea quien es. Podría decirse que estoy nervioso, pero en realidad lo que domina mis pensamientos es la inquietud y la indecisión.
Metido en mi propia cabeza casi no me doy cuenta cuando llega Dylan a mi lado. Rápidamente me incorporo y me coloco más erguido para hablar con él, aunque no respondo a su saludo con más de un leve gruñido y un movimiento de cabeza.
- Tranquilo muchacho.- digo con confianza con el palillo entre los dientes al ver como mira nervioso en todas direcciones. Acto seguido me lo quito de la boca con un movimiento parsimonioso para que se me entienda mejor.- Yo me encargo de todo. Tú simplemente mantente calmado y no hagas estupideces.- le digo en tono paternalista y algo estricto. La experiencia me ha enseñado que es mejor empezar con una pequeña bronca para que sepan qué es lo que tienen que hacer. Si no pareces serio terminan por no hacerte caso.- Lo único que tienes que hacer es estar seguro de que quieres irte de aquí pues luego no habrá marcha atrás. ¿Lo entiendes?.- añado colocándome el palillo otra vez entre los dientes y de paso tanteando al chaval de Samuel. No podía haber sido uno de esos que se queda tranquilamente en su distrito, no. tenía que salir como su padre. Estúpidas promesas a los difuntos...
- De momento toca seguir esperando. Aún queda otro cliente.- añado finalmente. Presiento que hoy será un día largo, aunque el hecho de tener trabajo y por lo tanto algo con lo que entretenerme siempre es de agradecer.
Estaba completamente nerviosa desde que conseguimos contactar con esas personas dispuestas a salir y aceptamos acompañarles. Al menos yo estaba bastante convencida de ello, no quería seguir aquí dentro y sabía los peligros que podría suponer salir de aquí y más aún embarazada pero se que a la larga quedarse sería mucho peor y eso si que no pensaba aceptarlo -Ya verás que las cosas irán mejor fuera- sonrío sujetando su mano para darle ánimos tanto a él como a mi misma. Lo que no quería era seguir viviendo aquí dentro, y él lo sabía de sobra, y mucho menos que nuestro hijo naciera en este lugar.
Tras un buen rato de caminata, comienzo a ver a lo lejos dos figuras por lo que miro de reojo a Arthur para asegurarme -¿Son ellos con los que hiciste el trato?- pregunto porque tampoco me comentó mucho al respecto, porque siempre está mejor la discreción y todo eso. Tampoco quise preguntar demasiado, creía que sería mejor así.
-Hola- saludo esbozando una sonrisa una vez estamos delante de las dos personas -Sentimos el retraso, me empieza a costar un poco caminar demasiado rato- sonrío poniendo una mano sobre la barriga -Soy Eveline- me presento suponiendo que el resto ya se conocen -¿Tenemos que esperar a alguien más?
Esto es una mala idea, cada vez estoy más seguro de que lo es, nos van a pillar, y... y... No quiero pensar qué puede ocurrir si nos pillan. A medida que nos acercamos al lugar de quedada no puedo evitar plantearme más y más esa perspectiva. Noto el sudor recorrerme el cuello y la sien. Dentro no se está mal, pero creo que ya es tarde para intentar convencerla. Es su mano lo que me hace reaccionar de nuevo, porque me he quedado abstraído, y froto mi frente con un antebrazo. -Si... -Me limito a responder aunque no estoy muy convencido, pero se supone que el plan me parecía bien, debo ir con ella.
Entrecierro los ojos e intento visualizar bien, observando a los dos tipos, reconociendo al más mayor. -El señor... El señor. -Dudo como referirme a él, así que decido dejarlo en eso. -No sé quién es el otro. -¿No llamaremos así más la atención? De nuevo me preocupo, pero el plan ya está en marcha.
-Hola. -Saludo a ambos y los miro alternadamente, desde mi perspectiva ambos imponen por igual, aunque cada cual a su manera. Por eso mismo trago pesado, no sé si me tranquiliza porque parecen de esos tipos que -al contrario que yo- saben lo que se hacen o me asustan más. Por eso mismo me quedo callado, cohibido, sin soltar la mano de Eveline.
Al cabo de un rato durante el cual básicamente he estado mordisqueando el palillo y hurgándome en las uñas, aparecen dos figuras más acercándose a mi posición. Instantáneamente me pongo en tensión. Había quedado sólo con un viajero más. No puede ser que me hayan descubierto las autoridades...No he cometido ningún error.
Por suerte la tensión pasa enseguida a ser alivio al darme cuenta de que esas dos figuras no son una amenaza para nosotros. Sin embargo este sentimiento apenas dura un segundo al darme cuenta de lo que está pasando. No me puedo creer la inutilidad de algunas personas. Y he encontrado un montón de jodidos inútiles a lo largo de mi vida pero por Dios un poco de sentido común.
- Oh, por el amor de...!- mascullo con una mueca de hastío en mi arrugado rostro y elevando la vista al cielo, interrumpiendo básicamente a la chica embarazada que comienza a hablar como si esto fuera un alegre camping de boy scouts. No llego a decir ninguna barbaridad, en vez de eso lanzo un largo suspiro de paciencia para obligarme a calmarme y me froto los ojos molesto.
- Vamos a ver.- comienzo a decir, tirando mi palillo al suelo y dirigiéndome directamente al cabeza hueca que se supone tengo que sacar de la ciudad, aunque no se para qué, no sobrevivirá ni diez minutos.- Chaval, entiendo que sea tu primera vez y que es difícil despedirse de la familia, pero es estúpidamente idiota traerse al comité de despedida hasta el punto en el que vamos a comenzar la operación.- le digo sin ningún tipo de tacto en mi voz. Es imbécil por lo que ha hecho y quiero que lo sepa.- Así que despídete de una vez y que se vaya. No podemos retrasarnos más. Pero no arméis demasiado escándalo, bastante llamamos ya la atención.- añado haciendo un ademán para que se alejen un poco para darse los últimos cariñitos.
No obstante siento un ligero nudo en el estómago, pues la chica está claramente embarazada y debe ser una separación especialmente dura, pero las cosas tienen que quedar claras antes de dar ningún paso. Cualquier estupidez más adelante nos costaría caro a todos.
Asiento a las instrucciones del tipo, como para llevarle al contraria, ¿sabes?, aunque no puedo evitar fruncir un poco el ceño contrariado ante su última declaración -¿Más gente...?- no estoy seguro de si eso es bueno o terriblemente malo pero supongo que él sabe mejor como funciona esto así que me resigno con un suspiro y después de un par de minutos en silencio me siento encima de unas cajas vacías cercanas, mirando sus botas y la calle alternativamente. Por norma general soy hablador pero con este tipo no sé, parece que romper el silencio puede conllevar una patada en la boca y no me apetece demasiado.
-Por fin...- mascullo cuando al fin aparecen pero entonces abro mucho los ojos y aunque sé que es de mala educación y todo eso no puedo dejar de mirar esa enorme, redonda y pesada... barriga de ballena. ¿Se han vuelto locos o qué? Quiero pensar que simplemente es algún tipo de malentendido -Soy Dylan- me presento escuetamente cuando el chaval ese se muestra tan perdido, y yo que creía que parecía novato.
-Ahhh... joder, qué susto...- suspiro de alivio en cuanto Harold aclara el asunto y entonces no puedo evitar reírme con cierto nerviosismo -Por un momento pensé que también venía- admito carraspeando un poco para recobrar la compostura. La verdad es que me pone de los nervios todo esto así que quiero largarme cuanto antes y por eso miro a la pareja con una mezcla de impaciencia y cierta extrañeza pero aún así no les interrumpo porque puedo apiadarme de ellos. ¿Qué les lleva a separarse estando en un estado de gestación tan avanzado? Tengo que preguntárselo luego, ahora prefiero seguir el plan a rajatabla. Sea cual sea...
Supongo que se habrá unido mas gente a esto, cuando surge una oportunidad así es difícil decir que no. A mi me da un poco igual porque lo único que quiero es salir de aquí cuanto antes así que sonrío a los dos hombres que allí se encuentran a modo de saludo. El señor parece un poco viejo cascarrabias, pero seguro que es solo en apariencia. O eso creía, porque cuando se pone a quejarse no puedo evitar enarcar una ceja mirando a Arthur -¿Qué pasa?- pregunto al hombre bastante confusa porque no entiendo a que viene esa protesta ni lo que viene a continuación. ¿Despedirse? ¿De que está hablando? De hecho, llego a mirar a Arthur un poco acojonada porque... no me irá a dejar aquí ¿no? No, no, él no me haría eso.
-Pero...- murmuro intentando explicar que yo no me iba a ninguna parte, volviendo la vista hacia el chico más joven cuando parece respirar aliviado. ¿Perdona? ¿No me esperaban o qué demonios pasa aquí? -Tiene que haber alguna equivocación- respondo porque resulta más que evidente -Yo no voy a quedarme aquí. Iba a marcharme de este sitio con vosotros, de hecho fui yo la que convenció a Arthur- explico porque sería ridículo que ahora fuera él que se se largara y yo la que me quedara.
Vamos, yo no pienso moverme de aquí. O me dejan ir con ellos o les descubro ante las autoridades, así de simple. Vamos, después de todo este tiempo queriendo salir no pienso dejar que me impidan ir con ellos, que vale, entiendo que ir con la barriga no es lo más adecuado, pero eso es mi problema y no el suyo -No creo que os suponga tanto problema que os acompañe y no hace falta ser tan grosero, por cierto- espeto un tanto molesta al anciano, porque yo también podría cuestionar si este hombre realmente puede sacarnos de aquí.
Miro alternativamente a la rubia del bombo y a su "tocinito de cielo". Suspiro con impaciencia cuando se monta el lío pues lo había visto venir pero no quería creérmelo. Era demasiado pedir que las cosas fueran bien para este viejo aburrido. Por desgracia siempre abandonan la ciudad los más inútiles.
- No. No hay ninguna equivocación, bonita.- espeto con autoridad y poca delicadeza.- Aquí no hay contratos que firmar ni nada que se le parezca. Pero el que hace los negocios soy yo, y se como hacer mi trabajo. No es culpa mía que los clientes no entiendan el idioma que hablo.- lanzo una mirada significativa al muchacho que sostiene la mano de la embarazada.- El trato que se acordó fue el de guiar a una persona fuera de la ciudad. Una sola persona. Y por supuesto no se dijo nada de mujeres, y mucho menos de embarazadas.- señalo con un dedo acusador el bombo de la chica. No tengo nada en contra suya, puesto a elegir creo que la rubia tiene más pelotas que el otro. Pero un trato es un trato.
- Y si supone un problema. Y gordo además. Si ocurre un imprevisto, y con la suerte que estoy teniendo hoy ocurrirá, no puedo contar con tu velocidad en carrera o tu capacidad para escalar. Por no hablar de la posibilidad de que te pongas de parto a mitad de camino.- digo negando varias veces con la cabeza.- Y si a ti te pillan, también pillarán a tu chico. Y si eso ocurre no apostaría ni un dólar por vuestra resistencia a interrogatorios. Así que cantaréis y a mi me ejecutarán por contrabandista y liberador de gentes. Todo esto si no contamos además que el pago que debéis hacerme es el doble, que supongo que no lo habréis tenido en cuenta tampoco. Así que si, es un problema y gordo, pero es vuestro problema, no el mío. Os doy cinco minutos para arreglarlo y después me iré con este otro cliente ¿entendido?.- termino diciendo con evidente cabreo. No sería la primera vez que intentan colarme un dos por uno en una operación de este estilo, pero yo cobro por persona, no por viaje, y soy demasiado viejo como para que me tomen por tonto.
Me quedo mirando al señor bastante helado en el sitio, porque parece estar haciéndose una idea equivocada y no sé como corregirle, me acojona corregirle, pero no voy a despedirme de ella. Quizá debí aclararlo al hacer el trato, pero tampoco era conveniente. -También viene. -Consigo aclarar entonces mirando al tal Dylan.
Por suerte la misma Eveline se encarga de ampliar ese dato y yo la miro sin poder evitar apretarle la mano levemente. -Así es. -Trago saliva porque igual no les gusta lo que escuchan, pero también es así, asiento varias veces para darle la razón, aunque abro un poco más los ojos con su último añadido, no creo que sea bueno enfadarle más que de por sí.
-Pero tenemos que salir los dos... -Trato de hacerle razonar aunque está claro que con gente así es complicado, si se lo llego a decir de primeras fijo que no acepta, así que no se lo dije. Doy un paso atrás y a punto estoy de alentar a Eveline a hacer lo mismo, sin soltar su mano, pero termino pensándolo mejor. -Nos iremos los cuatro. -Termino matizando, volviendo a tragar pesado porque realmente no se me da bien hacer este tipo de cosas, yo no me "encaro" a nadie y menos así, pero no nos da otra opción. -Soy responsable de ambos, eso no será problema. -Añado, apoyando con cuidado la mano libre sobre la panza de Eveline. Al menos intención no me falta. -Y si no salimos los cuatro cantaré igual, y a ti te ejecutarán por contrabandista y liberador de gentes. -Pues hala, ya lo he soltado, recuperando esa misma frase dicha por él para darle más... ¿Mordacidad? Intento que no se me quiebre demasiado la voz, para no perder credibilidad. -Creo que también es tu problema. -Y también creo que debería callarme, pero siento que he arrancado y me sienta hasta bien, debería practicarlo más a menudo eso de replicar con contundencia, o un intento de ello.
Empiezo a alucinar patatas según la gente habla. ¿Van en serio...?
Miro a unos y otros mientras discuten pero mucho me temo que no tengo vela en este entierro así que por el momento prefiero no meterme mucho en el asunto porque suficientemente complicado es de por si aunque miro a menudo la pedazo de barriga de la chica con mucha desconfianza. Si estuviera de pocos meses vale pero encima está claro que no tardará en "explotar" y eso es peligroso para ella y también para nosotros. Nos retrasará sin duda alguna y todos los contratiempos que se me ocurren hacen que tuerza el gesto con desagrado. ¿¿Y a quién en su sano juicio se le ocurriría salir de la ciudad en ese estado?? Sería mejor que se hubiera decidido una vez naciera el niño aunque claro con un bebé a cuestas... Joder, joder, qué mierda todo.
-Oh, sí, te acabas de ganar toda nuestra puta confianza- no puedo evitar soltar en cuanto Arthur utiliza esa amenaza para convencer al jefe de que los arrastremos con nosotros, así que frunzo el ceño dejando claro que esta táctica no me ha hecho ni la más mínima gracia pero al final resoplo sonoramente -Ya estamos perdiendo demasiado tiempo y llamaremos la atención- unos tíos como nosotros con esa embarazada es algo que no termina de cuadrar y he sido detenido e interrogado por cosas menores -Será mejor que nos larguemos cuanto antes y cuando estemos fuera que cada uno se apañe- tampoco puede ser que tardemos tanto en llegar al exterior, ¿no? O eso espero pero por lo que yo sé en un par de horas ya podríamos estar allí aunque quizá la información que conseguí al respecto fue demasiado optimista... o todo lo contrario. Yo me esfuerzo por no pensar en lo que podremos llegar a encontrarnos y todo el riesgo que implica, es mejor dejar la mente en blanco que pensar en esos monstruos... ugh.
Al menos Arthur también pone de su parte, poniéndose serio para hablar con el hombre porque se ponga como se ponga yo no pienso quedarme aquí. Encima es un machista, que vale que entienda que el embarazo pueda llegar a suponer un problema, no soy tonta, ¿pero que tiene que ver que sea mujer? Podría tener más idea de supervivencia que todos ellos juntos, que probablemente no sea el caso... ¡pero podría! Y cuando Arthur da un paso atrás, le miro un poco aturdida porque no creo que realmente pueda estar pensando en resignarnos y seguir con nuestra vida. Yo no quiero quedarme y desde luego no quiero que mi hijo nazca en un lugar como este. Así que agradezco que al final parezca pensárselo, porque yo no pensaba darme por vencida tan fácilmente.
Aprieto un poco su mano para transmitirle algo de ánimo a medida que va hablando, porque ahora me encantaría abrazarle al ver que lo intenta sea como sea, incluso con amenazas. Eso debería alarmarles ¿no? Tienen mucho más que perder que nosotros y no creo que quieran arriesgarse a ello, o al menos yo no lo haría.
Fulmino con la mirada al chico, porque seguro que él haría lo mismo en nuestro caso, pero claro, es muy fácil verlo de esa manera cuando ya tienes el billete de ida asegurado -Medidas drásticas- me limito a contestar porque no estaba en nuestra intención descubrirles, eso está más que claro, pero lo que si se es que quiero salir y lo haré sea como sea -No pienso quedarme y menos que mi hijo nazca en este lugar- añado para ver si se dan cuenta de ello de una vez. Se que fuera es mucho más duro, pero me da completamente igual. Al menos seremos libres. Me quedo entonces un poco tensa hasta que finalmente Dylan accede a que empecemos a movernos, suspirando aliviada. Miro entonces al hombre apenas unos segundos antes de echar a andar detrás de Dylan porque no pensaba quedarme atrás. Y ahora a aguantar por muy cansada que estuviera -Eh, gracias, supongo- murmuro poniéndome a la altura del chico -No queríamos causar problemas, pero es que sois la única oportunidad que tenemos para escapar de esto- añado mirándole de reojo -Os prometo que os recompensaremos por las molestias- aseguro, aunque igual estaría mejor calladita.
Por lo visto al chaval le descienden los testículos justo en el momento más inoportuno y decide plantarme cara. Sonrío con evidente desdén cuando amenaza con denunciarme a las autoridades de contrabandista. Como me están hinchando las pelotas me planteo seriamente acusarlos yo a ellos, sería mi palabra contra la suya, pero estos pipiolos no entienden que si puede realizar este trabajo es porque tengo ciertos contactos, que no son nada especialmente poderosos, pero por un ligero acuerdo podrían "testificar" a mi favor. Por desgracia el otro chaval que no tiene nada que ver con la embarazada y el príncipe azul decide olvidar el sentido común.
- Está bien.- sentencio conteniendo mi enfado, pero mirándolos con dureza. Estoy demasiado viejo para que unos chavales que no saben ponerse un condón para follar me lleven la contraria. Pero también estoy demasiado viejo para discutir con una mujer afectada por una sobredosis de hormonas.- Pero a partir de ahora, haréis lo que yo diga cuando yo diga, sin rechistar ni hacer preguntas. Y por supuesto nada de tonterías o serán las últimas que hagáis. Esto os conviene a vosotros porque si tengo que elegir entre mi pellejo y el vuestro tengo la elección muy clara ¿entendido?. Andando.- ordeno a la vez que me pongo en marcha sin esperar ningún tipo de respuesta. Ya nos hemos retrasado bastante y mi contacto no durará mucho.
Avanzamos un rato por calles favoreciendo las más apartadas y por supuesto menos transitadas. Finalmente llegamos a una especie de calle bastante ruinosa sin salida. Me acerco a unas cajas de cartón que apenas se mantienen en pie por la podredumbre y las pateo para apartarlas de la tapa oxidada y vieja de una alcantarilla. La levanto con algo de esfuerzo y notando como me crujen los huesos y se me tensan los músculos. Entonces miro a mis clientes.
- El camino de nunca jamás pasa por aquí. No olerá bien pero es lo que hay. Entrad rápido y no os mováis. Yo tengo que ir en cabeza no vaya a ser que nos encontremos con algún guardia inesperado. Ah, y cuidado con las ratas. Un mordisco de esos asquerosos bichos y podéis despediros. Venga, moved el culo.- finalizo con un gesto de la cabeza que indica que tienen que empezar a bajar.
Sin embargo esa aparente "seguridad" no me dura demasiado, porque en cuanto el tipo de los tatuajes me replica echándome en cara mi método me empiezo a ir un poco abajo, aunque intento que no se me note demasiado, para una vez que le intento echar huevos ceder con tanta velocidad fijo que queda más patético que no haberlo hecho. No puedo quedar tan mal delante de Eveline, espero haberla impresionado para bien. Me noto muy nervioso, los sudores me caen.
Suspiro cuando el de los tatuajes vuelve a hablar con el siguiente añadido, ¿eso es que nos vamos todos? ¿Hemos "ganado"? Aunque todavía queda el veredicto del viejo, que es el que controla. En ese momento me doy cuenta de que estoy incluso más tenso de lo que podría haber llegado a creer, porque le escucho ceder y mi cuerpo se relaja notablemente, con un hondo suspiro. -Si Señor, andando. -Respondo con bastante firmeza porque el mensaje realmente ha quedado claro, y yo no quiero más problemas, de hecho espero que no me guarde rencor por esa amenaza, pero igual es mucho pedir. Enseguida me pongo a andar con ellos. -Gracias. -Murmuro al estar cerca del de los tatuajes, ¿Dyle era? Porque a fin de cuentas él ha dado pie a que el señor acceda.
Cuando llegamos a la alcantarilla a punto estoy de acercarme y ofrecer mi ayuda, de buen rollo, porque es un señor mayor y... Igual me da un mordisco por hacerle sentir precisamente eso. Creo que lo he pensado demasiado porque igual lo hace por sí mismo así que vuelvo el paso atrás. Arrugo ligeramente la nariz mirando a Eveline, además es que no me gustan NADA las ratas, pero ya sabíamos que no iba a ser fácil, cómodo o higiénico. Suspiro. -Voy primero y te ayudo a bajar, ¿vale? -Ofrezco porque desde abajo va a ser más sencillo sujetarla, aunque aun así bajar con la panza... Pff. El caso es que hago lo dicho, empiezo a bajar arrugando la nariz con evidente desagrado e intento no mirar más que por donde piso hasta que llego al suelo y me recorre un estremecimiento, intentando centrarme y no pensar en el ruido de fondo que no sé si es el natural del alcantarillado o el generado por las malditas ratas. Chisto un poco en un intento por avisar de que ya estoy abajo, sin querer hacer mucho ruido por si acaso, esperando a que Eveline empiece a bajar para levantar los brazos.
La situación se relaja mínimamente, cosa que se agradece, pero aún así comparto la clara preocupación y desconfianza del viejo por la chica embarazada. Ya iba a ser peligroso y arriesgado sin ella pero ahora todo se volverá mucho peor. Aún así prefiero no pensarlo demasiado, no darle vueltas a qué cojones haremos si se nos viene un grupo de infectados y ella no puede correr con nuestra misma velocidad. Me limito a seguir al guía sin poder evitar cierta sorpresa cuando la pareja del año empieza a darme las gracias -¿Eh? No me lo agradezcáis, yo sé lo mismo de todo esto que vosotros, o sea nada. Ahora dependemos todos de Harold así que si queréis compensar por las molestias vamos a hacer esto lo mejor que podamos, ¿vale? Será lo mejor para todos- recomiendo dándole unas palmaditas en la espalda de ánimo al calzonazos de Arthur antes de detenernos junto a la tapa de alcantarilla, emitiendo una protesta por el hedor mientras Harold desciende en primer lugar.
-¿No suele ser por aquí por donde los Chasqueadores acceden a la ciudad...?- lo dejo en el aire, casi mejor no saber la respuesta, y entonces Eve empieza a bajar ayudada por su marido. O lo que sea -Eummm... ¿no debería ser la última...?- llámame insensible pero con esa pedazo de panza como se cargue la escalera estamos listos. Por suerte eso no ocurre así que arrastro la tapa conmigo antes de bajar y unirme al resto, entrecerrando los ojos en la penumbra -¿Podemos encender una linterna o...?- la respuesta llega sola cuando Harold enciende la suya así que me encojo de hombros y empezamos a seguirle entre túneles que me parecen iguales unos de otros.
En un momento determinado todos tenemos que ponernos las máscaras antigas debido a una nube de esporas provocada por un tocón más o menos reciente, llevará un día ahí pudriéndose rodeado de setas asquerosas, pero al menos no hay que preocuparse de que él se transforme pero sí de encontrarnos a alguien que se haya infectado por su culpa. Espero que no.
Por esta vez parece ser que tenemos suerte porque llegamos hasta una puerta metálica que conduce al exterior, ya fuera de Georgia, así que nos limitamos a cruzarla y saltar el desnivel de un par de metros para poder poner los pies en terreno libre, inspirando hondamente antes de suspirar y observar el resto de la ciudad que se abre ante nosotros completamente salvaje y descontrolada. Supongo que nunca es lo mismo lo que puedan contarte que vivirlo así que al parecer ha llegado mi momento. Y el de la pareja de atolondrados también, supongo.