Partida Rol por web

Richard hace caso a las ordenes de Dalia, moviendose como puede lo más cerca de ella posible, mientras mantiene su arma y linterna apuntando hacia la criatura, sin disparar aún.

Cuando Dalia se puso a disparar a la bestía todos los presentes excepto Richard empezaron a correr en dirección contraria al monstruo. Las palabras de Dalia se perdieron dentro de la murmuro o simplemente la ignoraron.

El monstruo recibió un par de disparo de Dalia que se quedaron en enquistados en la bestia como tuviera una piel de piedra, esta gritó de nuevo y empezó a caminar hacia el grupo de forma pesada. La huída era completamente desordenada, Theo estaba liderando el grupo dando ordenes para que nadie se saliera del grupo.

Las luces de las linternas, iluminan aquella ciudad muerta, las ruinas brillaban de forma siniestra, el polvo del ambiente resplandencía como particulas de cristal. Entre todo aquel caos Thale se encontró cara a cara con una de esas bestias que había salido de uno de los edificios en ruinas mostrando sus dientes de sierra.

Theo hizo que los demás avanzaran unos metros mientras Thale cargó contra la bestia con su lanza y Theo se preparaba para disparar con su rifle a la bestia. La bestia agarró la lanza y empezó a tirar hacia ella, Thale con toda su fuerza se quedo en jaque por la bestia y cuando Theo disparo la bestia fue alcanzada con una bala de gran calibre.

En unos momentos la Bestia se quedo quieta pero el tiro de Theo, había dañado solo uno de sus brazos que rapidamente se quedó rigido por una capa de hielo azul que lo cubrió. Entonces la Bestia se dispuso a atacar a Thale. Se estaba abalanzando sobre Thale para morderle cuando Dalia saltó sobre de la bestia y empezó a dispararle al craneo. A cada disparo comprobaba como una capa de hielo hacía que las balas se quedaran incrustadas sobre la piel pero no avanzaran pero tuvo un golpe de suerte y uno de las balas impacto sobre los parpados de la bestia que no tuvo más posibilidad que abrir sus ojos.

Entonces los ojos cristalinos de la bestia miraron fijamente a Dalia a los ojos, con una incompresión o quizás rabia que no llegó a entender y ese instante Dalia...[Ede te toca postear lo que irá aquí]

... disparó al ojo de la criatura. Esperaba que esa fuese una forma de hacerles daño, pues entre el ojo y el cerebro no había piel que pudiera cristalizarse.

La bala entra en el craneo y el monstruo se desplomó.

Más ruidos de gritos de aquellas cosas empezaban a inundar la ciudad y delante vuestro solo había una puerta cerrada y cadaveres de otras guerras por intentar entrar allí.

Richard se acerca lo más que puede a la puerta. Tiene el tiempo limitado y lo sabe... Pero también es cierto que sus capacidades intelectuales son bastante rápidas.

Se pone a examinarla, su primer instinto es buscar un puerto o teclado: It's computerz time. Va a intentar abrir las puertas para que los demás pasen, y de ser posible poner un timer para que se cierren solas al poco rato, para evitar que se cuelen monstruos.

Richard empezó a tocar por todas partes hasta que encontró una pantalla. Acercó la mano mientras lo hacía notó como se cargaba electricamente el ambiente hasta que cuando lo tocó el edificio empezó a iluminarse, primero por la base y luego la luz fue ascendiendo. 

Richard notó como la energía estaba fluyendo por los sistemas del edificio, por lo que parecía se estaba encendiendo todos los sistemas. Toda la ciudad resonó de gritos de los monstruos de todos los rincones, Theo y Thale se colocaron en preparación para la horda que iba a venir pero cuando ya había docenas de monstruos en vuestro campo de visión Richard con un golpe de suerte abrió la puerta y todos entraron rapidamente. 

La sala en la cual entraron era espaciosa y muy elegante, era completamente distinta del exterior. Nadie había perturbado la tranquilidad de ese edificio en siglos. Podías escuchar los gritos y los golpes fuera pero en las pantallas que estaban colocadas por todo la sala aparecían imágenes de sitios lejanos, de lagos, praderas quizás de la época en la cual Cele no estaba rodeada de un desierto inerte. 

Todos estaban asombrados y tan cansados que cuando una voz interrumpió el silencio todos se sobresaltaron. 

- Bienvenidos, ¿Quién sois? - se escuchó, una voz tranquila que no venía de ninguna parte y de todas a la vez la pronunció. 

-Richard Wright.-, se presenta a si mismo ante la voz mientras se asegura de que la puerta se cierre correctamente tras ellos para evitar una dolorosa muerte infinita por parte de bonitos monstruos mutantes del infierno. Está demasiado preocupado por evitar que se los coman vivos como para preocuparse por la voz.

Aquella puerta que no se había movido en cientos de años, funcionaba perfectamente siguiendo los deseos de Richard. Cuando todo el mundo pasó la puerta se cerró de forma silenciosa, velozmente cortando el aire de la sala y separando aquel extraño lugar atrapado en el tiempo con el infierno subterraneo del exterior.

Después de que Richard hablara el silencio siguió y la voz después de esperar un tiempo pregunto. - Richard Wright... ¿Qué eres?- y volvió el silencio a la sala.

-Soy el segundo hijo de Thomas Wright.-, dice alzando el tono, firme.

Tras unos momentos de titubear, frunce el ceño. Su puños se cierran, el cuero de los guantes resonando al estirarse. Prontamente su voz resuena con mayor determinación que antes, su mentón levantandose ligeramente: -Soy una forma de vida artificial.-.

Dalia busca en la habitación a quien pueda estar hablando. ¿De dónde sale esa voz?

Dalia investigó por toda la habitación mientras Richard y la voz estaban hablando. El sonido provenía de unos altavoces dispuestos por toda la sala. 

La voz después de un instante pregunto a Richard.-¿Una forma de vida artificial?-

-Sí. ¿Con quién estoy interactuando?-. Incluso si tiene la sospecha de que está hablando con una inteligencia artificial, tiene sentido que alguien como él se refiera a esa entidad como un alguien y no como un algo.

- Mi padre solía llamarme Brian. Pero eso fue hace mucho tiempo, mucho más del que puedo recordar. - Hizo una pequeña pausa. - El mundo ha cambiado desde que estoy durmiendo, puedo notarlo en vosotros... - Otra pausa. - Parecéis cansados, tomad asiento.

Unas sillas emergieron del suelo, como si estuvieran echas del mismo material que el mismo. En medio de las sillas apareció una figura al principio parpadeante. Se trataba de un niño, iba vestido de blanco y tenía el pelo rubio, corto. Miraba al grupo con una sonrisa traviesa pero inocente.

- Deduzco que llevo mucho tiempo aquí y mis conocimientos están un poco oxidados. - Hizo una pequeña pausa. - ¿A alguien le gustaría hablarme del fruto de mi pecado?

[FIN DEL CAPITULO 1]