D, el ladrón misterioso, sonrió de nuevo con sorna. Era su expresión favorita, y muchas veces no podía evitar hacerlo. Ver a alguien como ese conejo, que por muy triste que fuera su vida, se dedicaba a atraparle a él le producía una mezcla de condescendencia y superioridad.
Ni siquiera se molestó en responder a su frase, se dejó caer hasta el techo de uno de los camiones, y dejó que el viento llevara volando una de sus tarjetas de visita hasta el conejo, desapareciendo sin ser visto en la distancia.
Por fin la tranquilidad rodeo de nuevo a D. El camión siguió su curso de forma sistemática, y llegados a cierto punto D se bajó de un salto, lejos de las miradas indiscretas de la ciudad. Era un lugar bastante solitario, cercano a la salida por tierra de Cele, poco transitado por civiles. Aún así había una farola iluminada junto a un banco en el que nunca esperaba gente. O casi nunca, allí había un hombre con gabardina sentado y mirando al suelo, de forma que no dejaba ver su rostro. Solo podía tratarse de uno de los agentes de G. Smith, fácilmente reconocible por llevar un ojo en una insignia de la gabardina. Cuando D se acercó no pareció darse cuenta de su presencia. A D solo le quedaba decir las "palabras mágica".
D, el ladrón misterioso, se acercó con parsimonia al banco en el que estaba sentado el agente de G. Smith. Era ya de noche, por lo que el parque estaba en el más completo silencio y sólo se oia el viento pasando entre las hojas. D, el ladrón misterioso, se acercó al banco y se sentó al lado del hombre.
- El ojo ve lo que el hombre atesora - dijo, rompiendo el silencio que reinaba en la noche.
El hombre del banco se levantó lentamente y miró fijamente a D. O al menos se podía suponer que le estaba mirando dado que una máscara tapaba completamente su rostro. D nunca había visto nunca a ese hombre enmascarado, la mascara del cual era blanca con un extraño símbolo a su derecha. Cogió el maletín de D mientras que pronunciaba:
- Y la mano lo toma sin demora. - Y una vez con el maletín entre los brazos sentenció. - Las agujas comienzan a moverse de nuevo, William.
Dicho esto se dio media vuelta y caminando tranquilamente desapareció entre las sombras de la noche.
[FIN DEL PRÓLOGO]
Bueno, te daré vacaciones hasta que los demás terminen su previo, que no falta mucho. Y como prometí te doy ahora los puntos de conocimiento que te pertocan como hice con Elias y Mesiah, pero después aplicare el nuevo sistema.
Basándome en lo que has hecho durante toda la historia subete el contador de aprendizaje de las siguientes habilidades:
- Percepción
- Trucos de Manos
- Frialdad
- Robo
- Atletismo
- Apuntar
- Cerrajería
- Conocimiento General / Callejeo (Esta última te la puedes subir como nueva habilidad o como callejeo, dependiendo de si con callejeo te referías a un conocimiento o a un sentido de la orientación avanzado).