Partida Rol por web

Hace 700 años, tras una enorme guerra cuya magnitud elimino dos continentes enteros, la humanidad perdio contra las razas sobrenaturales. Los supervivientes, privados de su libertad, fueron considerados objetos en manos de los vencedores y durante muchos años, siglos se podria decir, cualquiera que tratase de oponerse a sus amos era ejecutado como si de animal se tratara.

Casi 8 siglos mas tarde, los simpatizantes de la raza humana ajenos a dicha raza empezaron a ser demasiado populares y mucha gente comenzo a liberar a los esclavos humanos, aunque no todos queria quedarse sus pertenencias, a fin de cuentas, ¡pagaron por ellas! Fue por esta epoca cuando la Academia, por aquel entonces un modesto grupo de 5 personas, sin nombre o bandera, hizo su aparicion. Casi literalmente, de la noche a la mañana, una enorme construccion se levantaba al pie de las Montañas Creix, en Lucrecio. La persona que creo dicha ciudad, convirtiendola en un pais propio, fue la actual Directora. 

El objetivo de la Academia no ha cambiado desde entonces: dar refugio a los humanos (actualmente no tan oprimidos) y tratar de buscar un estado de Igualdad entre todas las razas, algo que, en estos ultimos 200 años, ha ido logrando, pues tras las murallas de la ciudad, existen ya familias de toda clase de razas

Actualmente la Academia ha crecido mucho en terminos de poblacion y distintos grupos tienen diversas funciones. La mision de Edvard, el jefe del grupo, incluye un viaje a Gabriel, donde tiene que realizar un extraño negocio de vital importancia

Tras una batalla, el Noah, la nave donde pasareis el trayecto marino, fue dañada y su velocidad mermada, por lo que el viaje se vera inevitablemente retrasado. La llegada prevista a Gabriel sera en 7 dias, de los cuales ya han pasado 3, tiempo en el que el grupo de tripulantes del barco (submarino) y el del viaje han aprovechado para conocerse y recuperarse, pues todo el personal tuvo sus batallas en dias anteriores y un descanso siempre es bien merecido

Los tres días de viaje que tenemos en el Noah han sido bastante tranquilos. En un par de horas he descansado lo suficiente para encontrarme otra vez con las fuerzas necesarias para hacer mi vida cotidiana. Todos los alumnos y maestros que me han pedido ayuda de alguna manera, sea por entrenamiento, historias, informes, se les es concedido. Después de todo, soy el agente de mayor antigüedad en la organización, pocos tienen más información que yo, así como las formas en las que actuamos según las diferentes misiones y encargos que la rectora nos manda

Mi principal pasatiempo, al tener demasiadas horas muertas por mi excasa necesidad de sueño y alimento se destaca en estar en al sala de entrenamiento, apareciendo diversas máquinas de combate que me atacan mientras yo exclusivamente me defiendo, aumentando el poder de estas considerablemente hasta llegar a niveles muy superiores a los míos. ¿Qué mejor forma de aumentar mi nivel de lucha que luchando contra rivales mucho más poderosos? "Como un viejo conocido mío decía... un chico puede pasarse toda su vida intentando alcanzar la luna con una honda. No llegará a lograrlo, pero aprenderá a usarla con maestría." Así pues, la mayoría del tiempo me la paso gastando mi ki para defenderme, intentando así tanto despertar los sellos de mi sangre como el antiguo arte marcial del que he escuchado hablar... Prohibido para mi, pero soy lo suficientemente hábil para poder hacerlo con las referencias que mis contactos me han dado y tengo anotadas en mi libro familiar.

Durante estos días me pasé la mayor parte del tiempo viendo como Ikki se entrenaba en aquella sala tan rara. Veía sus movimientos e intentaba imitarlos, aunque to tenía mucho entusiasmo, ya que se sentía un poco raro hacerlos al aire. Pero me daba cosa que hordas de robots se me abalanzasen encima, tampoco quería romperlos o morir ahogado entre chapas.

Un día de estos decidí preguntar a Ikki una cosa que me había estado dando vueltas por la cabeza. - Sensei Ikki, ¿Por que solo se defiende de los ataques? Me da que eres capaz de romperlos de un guantazo, como hace Edvard.

El mejor ataque no es siempre ir de frente, joven Xamd.- contesto mientras los robots desaparecen, aunque el escenario que me había imaginado sigue en pie.- Esta es una lección de vital importancia, sobre todo con el estilo que me has comentado.- mi cuerpo estaba lleno de moratones y pequeños cortes que rápidamente comienzan a cerrarse. Hago una larga pausa y dos grandes figuras con la forma de un par de Jayans aparece delante nuestra; los dos idénticos, como si se tratase de la misma persona.- Atacar de frente puede ayudarte a poner a la defensiva a tu oponente,-en ese mismo instante salgo disparado y golpeo a la primera de las imágenes en el pecho, en el plexo solar,-siendo arrastrado un par de metros- pero no siempre podrás hacerlo. De todas formas el ataque depende exclusivamente de tu fuerza y la habilidad defensiva de tu rival.- doy un par de pasos hacia atrás, colocándome en posición de combate ante la segunda figura, que carga directamente contra mi, fallando el golpe y, aprovechando su fuerza y su error, golpearlo exactamente en el mismo punto y con la misma fuerza que el golpe anterior, pero esta vez el Jayan sale volando bastantes más metros, llegando incluso a caer al suelo de espaldas en lugar de permanecer de pie.- Un error en su golpe y tu aprovechando su fuerza puede provocar un golpe mucho más efectivo, al añadir su peso y potencia a tu propio golpe.- sonrío mientras otra vez las dos figuras vuelven a desaparecer.

Antes me has preguntado por qué deberías aprender a luchar y no te he contestado...- hago una pequeña pausa y pongo mi mano derecha sobre la cabeza de Xamd.- Para poder proteger. A ti y a los tuyos. ¿Qué harías si alguien intenta hacer daño a tu hermana y no sabes luchar? Y ¿Que harías si supieses luchar?- contesto, aunque sin dejarle el tiempo suficiente para contestar.- Las artes marciales no se crearon para matar chico, se crearon para proteger a los tuyos. No crees?

Buuueno pues procedo a resumir los 3 días de Edvard. Incluyo como destinatarios al par de afectados por si tuvieran algo que añadir o corregir, aunque ya lo he comentado con ambos todo.

Día actual: Edvard ha descubierto que esa sala de entrenamiento es su Disneyland particular. Un área en la que puede entrenarse con y contra lo que quiera, sin preocuparse de si rompe el material o no (con el legado de las parcas es complicado no romper cosas) o de conseguir compañeros de sparring ya que hasta el más mínimo golpe produce desangramiento y eso a la gente no tiene por qué gustarle. Además de poder llevarse a sí mismo al límite sin que su vida llegue a peligrar realmente, siempre manteniendo su cuerpo en buen estado para continuar al día siguiente. En definitiva, su primera vez resulta en una grata experiencia, por lo que dedica varias horas a estar allí hasta que su cuerpo ilusorio diga “hasta aquí”.

Cuando deja la sala solamente puede pensar en que deberían poner una de estas en la academia… o en su dormitorio.

Por la tarde se daría una vuelta de reconocimiento por el submarino, para familiarizarse con las instalaciones y le haría una visita a Fate para ver qué tal se recupera, tomar algo y contarse batallitas de los años que llevan sin coincidir.

Día 2: Tras un sueñecito bueno, repito rutina en la sala de entrenamiento a la que Lukas decide ir como espectador una vez más. En uno de los descansos entablaríamos conversación acerca de los motivos que le llevan a observar a la gente mientras se ejercita, durante la cual me comenta que es para conocer el potencial de sus nuevos aliados en vista de poder funcionar mejor juntos de cara a batallas futuras.

Intercambiamos puntos de vista durante el descanso y, al terminar este, cumple con la parte que le toca mostrándome algunas de sus aptitudes mágicas. A raíz de ahí acordamos dedicar parte del entrenamiento diario a la combinación de disciplinas físicas y mágicas, aunque breve en comparación a la rutina en solitario, solo para habituarse a ello.

Por la tarde/noche, visita a Ikki para robarle puros/que me comente cómo ha ido el reparto de novatos, si hay algo destacable y hablar acerca del próximo paso en la misión. A cumplir como relaciones públicas xD

Día 3: Mañana idéntica de entrenamiento en solitario y un rato con Lukas.

Tarde poco destacable, bebercio en la cocina, pasar el tiempo en la biblioteca en busca de algo que le sirva para matar el tiempo o le resulte interesante… Y básicamente, si algún otro pj me requiriese para algo, podría usar el tiempo libre de aquí.

Por la tarde/noche, visita a Ikki para robarle puros/que me comente cómo ha ido el reparto de novatos, si hay algo destacable y hablar acerca del próximo paso en la misión. A cumplir como relaciones públicas xD

No voy a darte una sarta de puros, pero realmente unos pocos si podría hacerlo. Te explico la repartición de novatos, así como que Xamd, aunque está con Mune como su tutora estoy enseñándole las bases de las artes marciales ya que parece ser un pequeño tanque-tao. Finalmente Roxius me pidió que yo sea su maestro, por lo que siendo un mentalista que aprende las cosas por potencial propio no tengo problema. El resto, estoy enterado (teoricamente) pero mejor se pregunta por el off para concretar de todo (lo voy a hacer ahora antes de salir a trabajar).

En cuanto al próximo paso en la misión, tengo preparado en nuestrod estino un hospedaje en un pequeño dojo que tiene habitaciones libres para los alumnos que han mandado de vacaciones para darnos algo de espacio. También te comento que tengo unos cuantos contactos por la zona, de diferentes razas, pero sin conocer específicamente el trato que vamos a hacer y los problemas que podría esto causar, no puedo especificar quienes podrían ser de ayuda para preparar algo con antelación.

Por último y por mi parte (porque me vienes a hablar, si no pasaba de todo), tengo pensado pedirte ayuda cuando terminemos la misión y nos encontremos en un espacio abierto y sin posibles víctimas. Lihl ha encontrado un artefacto que ni Mune por magia ni yo por conocimientos de solomon somos capaces de identificar, por lo que voy a probarlo en un lugar en el que no haya víctimas, pidiendo la ayuda a los maestros de confianza (Mune, Arryken y tu)

Después del día de la demostración y de conocer a su maestro, Rikimaru pasó la mayor parte del tiempo que no estaba aprendiendo de Arryken, en especial la manera de ver la vida de un experto en el subterfugio, meditando en silencio en algún rincón o ejercitando su cuerpo para el duro entrenamiento al que seguro sería sometido.

De vez en cuando se cruzaba con algún otro alumno o profesor, pero las conversaciones apenas pasaban de un "Buenos días" o "¿Qué tal?" o intentando que Xamd no le volviese loco con sus cosas, pobres Mune y Lihl, la que les había caído... Y a Klaüs, su "mejor amigo"...

Por lo demás, aquellos tres días habían pasado de la manera más normal y rutinaria del mundo.

Pase los días sumida en el estudio de todo libro que pudiera ser interesante, si no fuera por necesidades físicas y las eternas dudas a preguntar a mi maestra habría terminado encerrada en la biblioteca sin dar un paso más de lo necesario para alcanzar el siguiente libro. Realizaba todo esto memorizando todo lo que leía mientras inconscientemente utilizaba mis poderes para llevar a cabo la tarea que me había encomendado mi maestra, a ritmo constante seguramente acabaría en el tiempo que me había dado.

A aquellos que hacían entrada en aquel pequeño refugio de hojas y tinta en el que me había encerrado no les prestaba mucha atención a no ser que intentasen interpelar directamente conmigo, mi concentración en aquellos libros y con la tranquilidad de saber que no tenia peligros alrededor hicieron que me sumiera en casi un estado de trance devorando un libro tras otro y anotando las dudas que se generaban en mi cabeza para mas tarde preguntárselas a la señorita Al’Amune.

Los dias y las noches en el Noah se parecian demasiado para el gusto de Arryken: Una vez pasada la sobrecogedora sensacion de maravilla por la ingenieria y construccion de aquel submarino, la realizacion de que estaban en el fondo del mar en lo que era, a efectos practicos, una enorme lata de metal presurizado se le antojo lugubre e incomodo al Fantasma de Solomon.

Paso sus dias alternando entre conocer mejor a su alumno y la maquinaria del vehiculo fortaleza. Mantuvo charlas con las "maids" de Fate, y no pudo sino admirar a las creaciones tanto como al creador: dijiese lo que dijiese su colega, a lo que Arryken concernia, esas "muñecas" estaban vivas. Mas vivas que muchas de las personas que habia conocido, de hecho...

Cuando la sesion de entrenamiento con Rikimaru terminaba y no habia mucho que leer, mataba el tiempo en el campo de entrenamiento, observando a Ikki y Edvard. A pesar de que era la demostracion de fuerza y destreza de aquellos guerreros era algo digno de verse, aun eso empezo a antojarsele monotono tras unos dias. Se sentia nostalgico: Extrañaba la Academia, a su madre y a su padre. El pensar sobre los compañeros que habian caido durante el viaje contribuyo tambien a mantenerlo en un humor melancolico.

-Cuanto falta para llegar? se le oia preguntar a maestro y alumno por igual siempre que se encontraba con alguien en los pasillos, al punto de recordar a un nene aburrido en la parte trasera de un vehiculo.

Tres días habían pasado, un leve parpadea para poder aprender realmente todo acerca del lugar. El tiempo había pasado demasiado rápido. Anduve con Fate siempre que podía y con sus maids, intentado aprender de ellas, sus funciones, personalidades y demás, siempre y cuando ellas quisieran. 

De cuando en cuando, pasaba por la biblioteca. Allí, una pequeña figura se hallaba estudiando sin cesar. - Sigue así. - Dije a la pequeña Lihl con una sonrisa, dejándole una taza de chocolate caliente.

Intenté memorizar todo lo aprendido. Estaba seguro de que no volvería aquí en mucho tiempo, o eso creía. Y no me gustaba desaprovechar una oportunidad como esta para aprender.

Sólo esperaba no dejar detalle alguno de mis planos mentales para con esta maquinaria...

- Bueno, creo que es la hora. - Miré una vez más mi relog.

Te resumo la rutina para los próximos tres días.

Básicamente seguiré con atención los entrenamientos que se hagan en “público” yo estaré presente pero usaré de todos modos el espía de luz para no perder detalle. Mostraré interés en el entrenamiento de Edvard, ya que si vamos a ir de misión al final seguro que vamos en grupos y su estilo de combate parece directo (a mi pj no le van mucho las florituras que hace Ikki) y eficiente (ganó). Tendré una conversación con Edvard y a partir de ahí le mostraré mi forma de combatir así como cosas que puedo hacer por él en combate (por ejemplo ponerle un escudo, armadura, etc), de esta forma ambos podemos acostumbrarnos a qué esperar el uno del otro y ser más eficientes en combate (Lukas valora mucho su vida y aún más la de Terena).

Cuando no esté entrenando u observando a mis compañeros pasaré la mayor parte del tiempo en la biblioteca y el resto de ratos libres en mi camarote o en un lugar tranquilo en el que poder charlar sin ser molestados con Terena.

Si Fate tiene muchas visitas lo dejaré tranquilo si no le visitaré una vez para preguntarle por su estado, pura cortesía, y para preguntarle sobre cualquier detalle que conozca de la misión en Abel.

Me quedé pensando en las palabras que me había dicho Ikki, no las entendía muy bien, ya que mi hermana era bastante más fuerte que yo, así que no necesitaba que la defendiese, pero capte una idea de lo que quería decir.

-Ya veo ya veo - dije mientras me ponía la mano en la barbilla y hacia un gesto con la cabeza afirmativo, como si lo tuviese todo super claro. - ¿Y cual es la mejor forma de entrenarse hacer eso? Me da que los robots son... muy no personas - dije sin saber explicarme muy bien - Osea, que no hacer cosas que hace una persona cuando pelea, creo. ¿No es más fácil entrenar contra alguien? Yo entrenaba con mi hermana y así aprendí lo que se, pero fue a base de recibir palizas.

Quedo algo pensativo ante las palabras del alumno de Mune... Realmente para un joven debe ser extraño luchar contra seres que nunca ha visto, aunque para nosotros lo más común es encontrarnos con rivales con diferentes habilidades que nos cogen desprevenidos, por eso utilizamos máquinas imaginarias con diferentes habilidades

- Bien. Preparemos el escenario para ti.- En ese mismo momento, la sala comienza a cambiar rápidamente, tornándose en un páramo desértico en el que no hay lugar donde escapar. Desde el horizonte, diferentes personajes empiezan a aparecer, andando tranquilamente hacia nosotros. Tienen la apariencia común de diferentes personas con diferentes armas. Me aseguro de que el nivel de estas ilusiones sean del mismo que el joven aprendiz, incluso un poco más pequeñas aunque él no lo pueda detectar, para que consiga vencerlos y aumentar un poco su autoestima... más adelante, según vaya aprendiendo, le pondré rivales que le cueste un poco más vencer y, finalmente, cuando llegue a la etapa final, rivales imposibles,  al menos para alguien como él

- Estos serán tus rivales.- comento mientras me acerco a una de las rocas y apoyo mi espalda en ella, con los brazos cruzados.- Muéstrame de lo que eres capaz. No tienen habilidades fuera de las que ya deberías conocer, así que espero que hagas un buen trabajo.- termino, esperando ver el combate de Xamd contra estos

Suspiré una vez más. Tras los últimos acontecimientos había decidido pedirle a Ikki que fuese mi tutor, aunque ya estaba sobre alerta de que ahora mismo estaba en un entrenamiento intensivo para dominar "algo". No tenía problema con ello, puesto que como cualquier persona él querría desarrollar su capacidad. Yo, con más necesidades mundanas que él, empleaba el tiempo en alguna conversación ocasional con un Xamd muy emocionado por cada movimiento, observación, prácticas propias con mi capacidad psíquica de control, potencia o mantenimiento simultáneo de mis poderes, o bien en puntear mi laúd, pues siempre había sido mi forma de vida a fin de cuentas.

- Seguramente tratar de golpear no le cause tanta tensión a su cuerpo como tratar de defenderse. O quizás no quiere andar todo el rato imaginándose cosas nuevas. -me encogí de hombros, sin más.

Me rasqué suavemente el párpado de la frente y volví a las tres esferas de fuego que trataba  de mantener frente a mí, una más de lo habitual, pero sumándole que trataba de modificar las tres a la vez. Más de una vez me llevaba a la enfermería con lo que parecía una jaqueca horrible, solo que producida por energía estallando dentro de mi cerebro. Duele tanto como parece.

Los viajes por mar le resultaban aburridos, sólo agua y más agua. Era cierto que la nave en si era fascinante y durante el primer día de viaje se dedicó a deambular por ella intentando familiarizarse con los lugares. 

Sin dudas el lugar que más le fascinó fue la sala de prácticas aunque seguramente a lo largo del viaje acabaría siendo el lugar más concurrido de la nave. En aquellos momentos no deseaba tratar con otras personas, en parte era por el mar, en parte porque nunca se le había dado bien las relaciones sociales. Era un solitario.

Pasó el resto de los días entrenando a su manera. Intentando pasar desapercibido a los demás y descubriendo los lugares de la nave donde podía esconderse. Una vez en tierra firme ya se esforzaría en conocer al resto del grupo. ¿Quién sabe, igual hasta son agradables? 

El tercer día, uno de los jóvenes que todavía no ha aceptado ningún maestro, el cual parece que sabe utilizar bastante bien las armas para su edad, no le pide al aprendiz de Mune que luche con él, sino que parece obligarlo. En otras circunstancias eso podría haberme cabreado, pero dado que Xamd lleva un par de días entrenando conmigo, puede que sea una buena oportunidad para que tenga un combate "real"

- Chaval, te falta algo de educación, pero claramente Xamd acepta el reto.- le espeto, sin dejar que mi alumno llegue tan siquiera a rechazarlo.- Os prepararé un escenario en el que muchas veces tenemos luchado, así que prepárate en una esquina, prepararé a Xamd para el combate

En ese mismo instante, la sala vuelve a su verdadero ser para, un instante después, volver a cambiar. Esta vez es un gran salón. Una parce central la cual está formada por 4  anchas columnas por las que atrás todavía hay sala, pudiendo utilizarlas a placer quien esté interesado en utilizarlas como escondite y coger a los rivales por la espalda. Me quedo en la esquina en la que ya estábamos para darle algunas indicaciones a Xamd. Klaus tiene un poco más de nivel que él, por lo que es un digno rival y, de conseguir derrotarlo, puede darle un subidón de autoestima para seguir entrenando. Un muro de luz negra, completamente opaco, se crea en el centro del escenario y la voz de Ikki suena en toda la sala

- Tenéis 30 segundos para escoger como empezaréis. Si queréis esconderos y luchar sin que os vean o esperar de frente, cerca o lejos de la columna. Decidid bien, pues esto puede decidir el combate.

Después de esas palabras, y pasados los 30 segundos, el muro de oscuridad vuelve a desaparecer, marcando el momento en el que comienza la lucha...

Una vez Klaus está lo suficientemente lejos para no escuchar, me arrodillo junto Xamd para darle las instrucciones en el combate, con lo observado de sus características y lo poco que me ha descrito de su estilo

- Bien. Klaüs es algo más fuerte que tu. Parece que tiene más experiencia y más nivel que tu, pero no está fuera de tus capacidades para derrotarlo.- hago una pequeña pausa, con un golpecito en el hombro del chico para darle ánimos.- estratégicamente, según tu estilo, te diría que te defiendas ante el primer ataque, a no ser que creas que puedes reaccionar más rápido que él y atacarle, aunque no te lo recomendaría tampoco. Si necesitas forzarte para la primera esquiva recuerda... el primer golpe siempre es el más importante

Justo después, se crea la barrera mágica, me separo para observar el combate desde una posición más elevada, en un pequeño anfiteatro que se creó y al que accedo de un gran salto y comienzo a hablar para dar comienzo al combate

Habian ocurrido muchas cosas los dias anteriores. Los entrenamientos y peleas que habia podido presenciar le habian confirmado la destreza de los maestros de la celebre escuela.

Habia estado pensando mucho en los estilos y katas usados intentando visualizar los golpes. Pero rapidamente dejo el asunto recordando que tenia que avanzar en sus estudios.

Se dedico a leer todo tipo de libros sobre literatura, historia, ocultismo, incluso sobre zoologia. El conocimiento era algo interesante para el chico, no solo el magico.

Despues el resto del tiempo lo habia pasado entre tomos arcanos y magia. Aparte d eun viejo libro sobre metereologia y el estudio de los vientos y tormentas.

Pasé los días siguientes a la charla con Ikki y los dos alumnos metida en mi habitación meditando. De a ratos se acercaban Lihl y Xamd a hacerme preguntas, pero agradecía que la mayor parte del tiempo una la dedicara a la biblioteca y el otro a entrenar con Ikki. La mayoría de las veces que alguien me llamaba enviaba al elfito mayordomo a representarme, pues en ningún momento se trataba de algo demasiado serio que requiriera mi presencia inmediata, y me daba pereza.

Por las tardes, ya que ni Ikki ni yo necesitábamos descansar mucho, las pasábamos hablando sobre posibles estrategias de combate y como aprovechar mejor nuestras habilidades.
No paraba de pedirme que usara algunos de mis poderes en él, pero rechacé su pedido una y otra vez, y no porque no quisiera, sino que ya no me quedaba poder mágico y aún necesitaba varios días más para recuperarme. Por supuesto que jamás voy a admitir eso, que piense que simplemente estoy siendo caprichosa.

Ayer decidí darme un descanso y los invité a los tres (Ikki, Lihl y Xamd) a tomar el té como hicimos el primer día que llegamos a la nave. Prescindí del elfito porque el té de las mucamas de Fate es mucho más rico.

 Tres días habían pasado desde que recibimos a bordo al contingente que habíamos ido a recoger misión cumplida. Pero poco antes de nuestros invitados subieran a bordo tuve una sensación extraña, un pálpito tal vez, o eran gases.No importaba había sido demasiado fuerte, me había sacudido desde lo profunfo de mi ser hasta mí cuerpo físico.

 Una gran urgencia y un sentimiento de incomodidad me urgían a mi camarote, ( y no, no me estaba cagando por la pata abajo) así pues deje el comite de recepción con una excusa y me dirigí a mi camarote. Nada más llegar lo primer oqeu hice fue sellarlo contra cualquier intrusión místicca, necesita un ambiente neutro y que no seviera influido por la cantida de poder de los maestros y graduados, tenía pensado recomponer y recanalizar todo mi poder mágico para perseguir ese halito que se diluhía en las corrientes del tiempo.

  Dabía usar mi facultad para adquirir unos sentidos preternaturales tan afinados y sensitivos que me permitieran detectar y seguir el rastro de lo que creía que había cruzado a tan poca distancia de nosotros como para que esa sensación me sacudiera y urgiera a buscarlo, a seguirlo.

 Tres días de continuo esfuerzo, agravado poe el ayuno y el poder latente contenido en el Noah, que solo dificultaba mi objetivo, continuamente debía alterar mi percepción para discriminar la sutil energía que persegía de las de los distintos maestros, aprendices y graduados presentes en el Noah.

  Pero todo fué en vano así pues, y tras darme por vencido despues de tres días de infructuosos esfuerzos y con un sentimiento de frustración rayano en el cabreo, deshice el sellado, retorne a mis sentidos mundanos y trabajosamente me despereze, para poder levantarme de la postura de meditación que había adoptado y que no había dejado en tres días.

 Mi estomago rugió como si tuviera vida propia, instandome a llenarlo de comida pero fue solo una sugestion de mi mnte pues estaba bajo los efectos de un poderoso conjuro que me liberaba de las necesidades mortales, mi garganta de todas maneras se unio a la protesta y me hizo sentir como si me hubiera tragado un mar de dunas de arena. Con un esfuerzo de voluntad, domine mis impulsos básicos  pues no tenían razon de ser.

  Sali de mi camarote en dirección a la sala de mando, con cara de pocos amigos y respondiendo a los que me cruzaba con monosilabos, debía hacer participe de lo que crei ocurrido al capitan de la nave.