Partida Rol por web

Notas de juego

El mundo se ha ido a la mierda.

Desde que salí del taxi las cosas iban de mal en peor. Cada vez había más mordedores, mordedores, así los bauticé a falta de un nombre mejor para definirlos. Di un rodeo para evitarlos y seguí corriendo. Cuando comprobé que ni un tiro en el corazón servía para detener a aquellas cosas decidí ahorrar munición.

Las pocas personas con las que me topaba corrían en dirección contraria. Yo era la única chiflada que quería ir hacia a la ciudad. Trotando con la Glock aferrada con ambas manos y el dedo en el gatillo me fui acercando a la ciudad.

Jadeando por el esfuerzo y con la ropa empapada en sudor tras casi una hora esquivando mordedores comprendí que no podía seguir por la autovía, había mordedores por todas partes.

Campo a través era más seguro, localicé el río y siguiendo su cauce llegué hasta la misma Nashville. Allí perdí toda esperanza. Cientos, no, miles de mordedores atestaban el puente y las calles hasta donde abarcaba la vista. Atónita, sin acabar de digerir lo que estaba viendo ni me di cuenta de que los mordedores también me habían visto y empezaban a tirarse del puente. Huí.

Anochecía. Agotada, desesperada, perdida toda esperanza de reunirme con mi hermana, tras horas andando y corriendo con decenas de mordedores tras mi culo y las piernas amenazando con declararse en huelga, disparé deseperada. Seguí caminando, disparé, me caí, me levanté, troté unos metros y volví a caer, me dí la vuelta y disparé, seguí andando y volví a caer. Cuando unos brazos me ayudaron a levantarme estuve a punto dispararles, por suerte no lo hice, eran un grupito de supervivientes. Lo último que vi antes de perder el conocimiento fue un supermercado.  

Lo siento Cris.

Notas de juego

Día 1

Vaya día. De siete supervivientes solo quedamos dos. Seis muertos incluyendo al perro de Kat en menos de 24 horas. Peor no podrían haber salido las cosas.

Aún me enfurece pensar en cómo murió Willow con ambos brazos amputados. Es un misterio que pasó por la cabeza del imbécil del bombero pero si no le pegué allí mismo fue por puro egoísmo, no quería mancharme las manos aunque supongo que de todas maneras lo hice enviándolo a una muerte segura.  Creía que su muerte me haría sentir mejor pero ni para eso ha servido el muy inútil.  

Maldigo la hora en que decidimos salir del super. Morir por morir lo mejor habría sido hacerle caso al viejo, de habernos quedado allí quietecitos aún estarían todos vivos y nos habríamos ahorrado esfuerzos inútiles.

Estoy cabreada conmigo misma y con el mundo. ¿Qué sentido tiene salir a buscar unas provisiones que no viviremos para consumir? Prefiero quedarme aquí encerrada hasta que se acaben las provisiones y pegarme un tiro cuando el hambre apriete.

El final será el mismo pero por lo menos no me convertiré en uno de ellos.