Partida Rol por web

Poco a poco la niebla comenzó a hacerse más densa y te rodea entrando en el armario. Sin poder evitarlo inhalas un poco del humo blanco y sientes un pequeño mareo pero esta sensación pasa enseguida, no obstante comienzas a notarte cansado, como si llevaras varios días sin dormir.

Me coloque un pliegue de mi tunica en el rostro para protegerme del incesante gas que no dejaba de aparecer en la habitacion...No podia fallar, no tendria otra oportunidad, me sentia cansado, muy agotado.

Demasiado para lograr hacer nada...la cerradura hizo click, o quiza eso creia mi subconsciente...casi a tientas, dando bandazos baje mi mochila, mis ojos se cerraban, agarre varios frascos, no se si todos...cerre mi mochila y casi arrastrandose el pequeño kender con los ojos hinchados y llorosos sin aliento ya, luchaba por llegar hasta la maga y sus compañeros que seguro podrian ayudarle ante su malestar reciente...

Pese al cansancio y a que tienes la sensación de que el humo comienza a adentrarse en tus pulmones, consigues abrir el cofre, pero al hacerlo notas como si algo te pinchara en la mano. Descubres tarde que la trampa de la cerradura te ha hecho un corte en un dedo y un hilillo de sangre comienza a salir, te preocupa un poco más que la sangre no tenga el típico color rojo, sino que se asemeja más a un marrón muy oscuro. Cansado levantas la tapa del cofre para descubrir que en su interior hay un montón de viales que deduces deben ser las pociones mágicas que dijo Ladonna.

A simple vista ves que casi todas tienen el líquido de color blanquecino, también ves dos de color negro, que te hace recordar las palabras de la maga, y ves una de color rojo intenso y otra verde. Recuerdas vagamente que las pociones de curación que viste en el bosque antes de llegar al Alcázar tenían el liquido blanco, con lo que deduces que las de curación son éstas.

Convencido de que no aguantarás mucho más en aquella sala debido al humo blanco, te das prisa en coger el máximo de viales posibles, coges seis de ellas y las guardas en la mochila. Te incorporas para salir y pese a tener cubierta la cara con tu blusa comienzas a toser bruscamente. Te preguntas un momento si tendrán bastante con las pociones que has cogido...

Caminas a trompicones por la sala hacia el pasillo por el que llegaste. Tus ojos se entrecierran por cansancio y la niebla apenas te deja ver nada. A tientas sigues hacia delante apoyándote en tu jupak y avanzando de memoria hacia donde debía estar el pasillo. Escuchas unas risas y te parecen oníricas. Miras hacia arriba pero no ves el techo, la mano te duele y notas que algo pasa rozándote por un costado.

Intentas caminar más deprisa pero tus piernas se niegan a hacerlo. Descubres a un espectro que pasa delante tuyo. Tu parte kender te dice que deberías pararte a hablar con él, contarle tus historias y que el te cuente que se siente al ser un espectro, pero una parte de tu interior, la cual desconoces te dice que no le hagas caso y sigas adelante.

Le intentas ahuyentar con tu jupak, pero aunque no estás seguro, jurarías que ésta atraviesa al espectro y lo convierte en más humo blanco. La blusa apenas puede contenerlo. Te cuesta respirar, cada vez estás más débil. Tanteas con tu mano hacia delante y tocas la pared. La mano te duele, notas la sangre cayendo por tu muñeca, su flujo no lo notas cálido y liquido, más bien aspero, cada gota que sale de la herida te parece que está siendo arrancada de tu cuerpo. Tus ojos se cierran pero decides que no los necesitas, sigues a tientas apoyándote en la pared, hasta que logras dar con el recodo. Vuelves a escuchar las risas, esta vez a tu espalda. Un paso más hacia delante y llegarás al pasillo.

Las risas inundaban mi cabeza, no podia hacerlas callar, mis ojos al igual que mis pequeñas piernas no podian responderme, sabia que me encontraba cerca del pasillo...hice un esfuerzo sobrehumano para sobreponerme a todo y llamar a Ladonna para que me auxiliara...

- Ladonna ayudame...por favor, tengo los frascos...chillo el pequeño kender en espera de ayuda.

Soportando el dolor de la mano consigues llegar al pasillo y por fortuna para tí, al haber desactivado la trampa de los dardos, estos no se activan cuando comienzas a pisar las baldosas del pasillo. Aunque parezca mentira, el humo blanco no ha llegado al pasillo, pero sigues notando sus efectos y apenas puedes mantenerte en pie.

Los sonidos del combate entre Ladonna y la Banshee parecen acabar cuando llegas al pasillo, aunque no puedes discernir si el combate ya había acabado antes o acababa de hacerlo. Las risas se mezclan ahora con susurros que no logras entender. Lanzas desesperado tu grito de auxilio, justo antes de que las fuerzas te abandonen.

La luz parece apagarse de golpe en el pasillo, al fondo ves un pequeño punto de luz, la vela sobre la mesa. No se mueve y cada vez es más pequeñas. Te pesan los párpados y los huesos te duelen. No puedes más, cierras los ojos y te dejas caer al pasillo. Todo se vuelve oscuro... y frío.

En tu estado de inconsciencia te ves caminando por el pasillo hasta la sala del arpa. Todo está oscuro salvo por la luz de la vela, que parece ahora muy intensa. Sólo ves al niño espectro, pero su semblante ya no es el de un espectro, sino el de un niño humano vivo. Sigue sentado en la mesa y toca el arpa. A diferencia de cuando llegaste con tus amigos a la habitación, el sonido del arpa suena melodiosamente y su sonido es agradable.

-Es Soth, nos mata cada día, al igual que cada noche las elfas le recuerdan sus crímenes en una espantosa melodía...

En un segundo recorde todas las historias que me habian contado sobre la muerte...ahhh hola tu eres el niño del arpa...tengo que encontrar a mis amigos, y a Ladonna...¿tu sabes donde estan, puedes ayudarme?...un momento.

Mi rostro se volvio palido y triste, ¿estoy muerto?, mis amigos no podran coger los frascos, les he fallado, las lagrimas comenzar a brotar de mi rostro infantil mientras me dejaba caer en el suelo buscando mi cuerpo...

El niño se apartó ligeramente de tí un tanto extrañado cuando te pusiste a buscar tu cuerpo, el cual no estaba en el suelo.

-Todavía no estás muerto. Tu alma está luchando por quedarse en tu cuerpo, pero algo intenta expulsarla... No puedo ayudarte, sólo tus amigos pueden hacerlo... yo sólo puedo ayudar a los muertos.

El niño se acercó a la puerta y la cerró, parecía preocupado.

-Estás entre la vida y la muerte, lo que aquí estás viviendo son recuerdos alterados de tu mente, me ves aquí porque me recuerdas en esta sala... Debes centrarte en mantenerte vivo, has de tener fe en tus compañeros

Pero mis compañeros te vieron al principio, ¿tu no puedes avisarles? ¿donde esta Ladonna? ¿por que no me socorre?

De repente un escalofrio recorrio mi cuerpo como una punzada, abri bien mis ojos y me concentre en recordar a mis compañeros, a mis amigos,Elendorn al primero que conoci mientras que jugaba al escondite con los guardias de la ciudad, uhm...¿que sera del capitan de aquel barco?.

Tajpuk siempre enfadado aunque con Tordek demostraron tener una gran valia en el combate, y Alphonsus, no tuve mucho trato siempre estaba enfadado conmigo, pero quiero que me enseñe nuevos trucos.

Seguro que si le llevo los frascos me enseñara algun truco.

Tengo que mantenerme despierto para que puedan encontarme...

-Estoy aquí porque me recuerdas, estoy vivo en tus recuerdos, no puedo ir a ningún sitio

Con la idea de mantenerte despierto, comienzas a dar vueltas por la sala. De vez en cuando miras al niño que cada vez te parece estar más asustado.

De repente, la puerta de la sala se abre después de un fuerte golpe. Ves a un hombre que deduces que debe ser un soldado, pues va vestido con una coraza y lleva el yelmo puesto. El hombre no parece darse cuenta de tu presencia, pues se dirige directamente al niño gritándole.

-¡Tú, ven conmigo! el señor Soth quiere verte... andando -dijo acercándose al niño

-No dejes que me lleve... mantenme aquí contigo -susurró el niño mirándote directamente

-¿Con quién hablas?, ¡vamos no tengo toda la tarde!

Por primera vez en mucho tiempo, te quedas paralizado sin poder hablar, pero lejos de ser porque no se te ocurra nada que decir, es porque notas que comienza a faltarte el aire, sientes un ligero mareo pero logras reponerte, luego vuelves la mirada al hombre pero notas que lo ves todo borroso, estas cerca de marearte de nuevo.

El kender no podía prestar atención a lo que ocurría a su alrededor, tanto el misterioso hombre como el niño tenían ahora un contorno borroso y todo en la habitación se nublaba. Le pareció que el humo blanco volvía a invadir la habitación, pero esta vez, lejos de acercarse al kender, Tavin parecía ser la fuente de origen del humo, como si saliera a través suyo.

Tavin tuvo que apoyarse en la mesa cuando notó un fuerte dolor en el estómago, sus pulmones parecían llenarse con un líquido y le costaba respirar, su mano resbaló por el borde de la mesa y su cuerpo cayó nuevamente al suelo. El líquido comenzó a subirse por la garganta, las náuseas eran fuertes, notaba que si no vomitaba sus pulmones iban a explotar...