Partida Rol por web

Sentado en su escritorio, la trémula luz de la pantalla del ordenador iluminando su rostro, el DM llora amargas lágrimas acumuladas durante la semana. ¿Qué diablos le hizo pensar que esa sarta de jugadores sin reyes ni dioses que les amparasen tendría conocimientos, aunque fuera nimios, de álgebra básica? ¡Pensó que se leerían las reglas! ¡Que a alguien se le ocurriría preguntar sus dudas sobre dónde poner los modificadores en vez de inventárselo como le diera la gana! Iluso. Nada es fácil cuando juegas al Rol de la Señorita Pepis, ni siquiera dirigir. Pero aprendería, y saldría más fuerte. Incluyendo una escena de Preguntas Frecuentes en la próxima partida, por ejemplo. Como la que ignoró al repasar las partidas de Motel Gore pensando que para un sistema tan sencillo algo así era innecesario.

Pero decidido a no desvariar más sobre sus problemas, saca el teclado y comienza a escribir el resultado de los malabarismos que los jugadores han hecho con los dados.

Huracano es un tipo concienzudo. Y cansino, ya que estamos. El tipo no se queda contento con destrozar a un solo goblin con un golpe que podría haber acabado con cinco, sino que además spamea la escena con un triple post. Usando una imagen de relleno, todo hay que decirlo.

Mientras Klint se las apaña para matar a 6 pequeños tipos verdes, Hela intenta repetir su tirada para ver si cuela y mata a alguien. Como cualquier lector perspicaz puede haber supuesto, no cuela. Y dado que ha sacado puntuación negativa en su tirada… ¡Maravilloso! Su lubricante de fresa devuelve a 4 goblins a la vida. Que felicidad.

En otro lado de la zona de escombros que antes era una taberna, Hoskitar decide ignorar el penalizador, lo que me lleva a ignorar su tirada. Una mano limpia a otra mano.

Increíblemente, 38 goblins más caen muertos de las maneras más inverosímiles hasta el siguiente fallo de cálculo. Y es que nuestra amada seta parece no distinguir entre daño contra bichos mierder y daño contra un tanque enorme lleno de refresco probablemente radiactivo. Y del mismo modo que una pesa de un kilo puede dejarte tieso pero cien pesas de 10 gramos no te hacen ni un mísero moratón, el golem de KOOL  AIDS ^TM queda intacto. Hasta que ve el ojo abierto de Von Paulus, claro, que como tira dados sin tirar después más para matar goblins hay que suponer que hace pupa de las fuertes. Pero lamentablemente no mata al bicharraco.

Una serie de seises hace que los dos bichos raros que quedan, el vampiro y el que es un bicho de verdad, se cargan a los goblins que quedan. No ha sido tan difícil.

Pero el grupo no ha salido indemne. El golem de KOOL AIDS TM, herido en su orgullo, agarra con sus manazas a los dos tipos que le pillan más cerca, que resultan ser Hoskitar y Klint, y los entrechoca como si fueran un par de cocos. Luego los lanza sobre Malanor y Ezio. Entretenidos en estos quehaceres, nadie se da cuenta de la llegada de una nueva oleada hasta que es demasiado tarde.

Varios carromatos de la Polizia Orka aparecen con una nube de polvo del horizonte, y se acercan hasta el grupo, rodeándolos. Uno de los carros se descontrola, arrojando a sus ocupantes al barro. Los jabalíes que tiran del mismo atropellan con fiereza a las tres figuras encapuchadas que no habían hecho nada, dejándolos echos papilla, y se ponen a comerse los restos. El resto de orcos baja de los vehículos y os rodea, apuntándoos con sus arcos. A su vez, una comitiva de fiscales se acerca a vosotros.

7

- Buenoz díaz. Ha llegado a neuztroz oidoz ke ze ha produzido una violación del Kopiright Orko en ezta zona, exactamente zobre la Marka Registrada KOOL AIDS ^TM. Si zon uztedez tan amablez, akompañenoz zin ofrecer reziztenzia para zometerze a un juizio injuzto.

Huracano sonrió cuando vio a todos esos malditos abogados, como no iba a sonreír s alguien le había contado que en unas tierras no muy lejanas habían penado el bajarse un canción con prisión entre 6 meses y dos años y solo podía pensar en las 10.000 canciones que tenía en el Ares y no contento con eso que si pirateas una consola 6 años de prisión vamos que violar a una mujer y piratear una consola para los jueces era hoy en día lo mismo, por lo que pegar a un goblin o un abogado no podía caerte más de unas horas no era una consola ¿no? ni estaba en la red.

Por lo que huracano fue corriendo a donde estaba el carromato que el master había mencionado antes y demostró una fuerza enorme cuando se puso a girar sobre si mismo con el carro en mano matando lo que pillara por su paso y cuando vio al abogado al lado del bicho ese al que venía a defender soltó el carro en esa dirección.
Rezaba porque le diera a todos porque su plan saliera bien solo pensaba una cosa a quien rezaba porque mira que hay religiones mira que hay dioses entonces se le ocurrió una cosa una gran oración:
-oh terry prachet, creador de mundo disco que tu poder fue tal que hiciste un mundo sostenido por cuatro elefantes una tortuga y un disco, tu gran imaginación mándanos a la muerte para acabar con estos hijos de puta que nos quieren meter presos.

Ama se sacudió el sudor y el sifón que le escurrían, como las fuentes del Guadiana, por entre sus pechos turgentes. En ese momento apreció un carro a toda velocidad, lanzando de sus entrañas a un par de picapleitos.

Como buena amazona, conocía lo que podía estar pasando por las mentes de los dulces y amables jabalíes que se estaban poniendo las botas comiéndose a un par de encapuchados anónimos. Podía ver sus pensamientos, sus intimidades y sus más oscuros deseos.

Sin pensárselo dos veces, agarró el último trozo que quedaba de los encapuchados, un brazo medio mordisqueado y se lo lanzó a los orcos. Los cerdos salvajes, al ver cómo perdían su comida, se lanzaron a la carrera, locos de gula, arroyando a un grupo de orcos despistados que acababan de llegar.

El golpe me había dejado Hecho polvo (la hache es muda, pero no invisible. Decía mi viejo profesor, sin rencores :), la situación se iba solucionando, por los cojones, y mi abogado no estaba cerca, así que tendría que ejercer yo la defensa, miro alrededor en busca de una jarra para aclarar mi garganta, repaso mentalmente la exposición de los hechos, sabiendo que el tribunal ya tiene la sentencia dictada. 

- "Estimados hijos de perra del tribunal, basándonos en el artículo 33 me declaro inocente y con las mismas, aplicando el apartado b, sección 3ª tengo que arrancar la cabeza del tribunal."

Hoskitar, coge su hacha y con una serie de molinetes certero, consigue reducir el número de asistentes al tribunal, menudo es Hoskitar haciendo recortes, esperando que el resultado de la sentencia sea favorable, permanece observando las actuaciones de sus compañeros.

El Buey, más curioso que un gato, no pudo evitar fijarse en aquel lubricante rosa del cual habían resucitado, como por arte de magia, cuatro de los goblins muertos. Rápidamente se acercó al resbaladizo charco  y, con cuidado, mojó la punta de su cayado en él. Con un rápido movimiento de la mano se lo acercó a la boca y lo lamió. El sabor era indescriptible, pero lo mejor fue la sensación que le produjo. ¡Qué subidón! Estaba claro que era magia concentrada, lo suficiente como para devolver a la vida a los muertos, un chollo vamos. No se encontraban cosas así todos los días. Sacó otro de sus pequeños viales y recogió más sustancia lubrificante.

- ¡A la saca!

Conocía bien la naturaleza de los golems. Enormes en tamaño y fuerza, construcciones antinaturales de pérfidos magos, quizá una forma inconsciente de aliviar sus frustraciones por el tamaños de sus falos. La ventaja era sus débiles mentes. Utilizaría ese golem para dar una lección a esos aprendices de chamán, con sus leyes y sus maletines. Seguro que nunca se habían manchado las manos y pensaban que podían aplicar sus leyes de pijos de ciudad a gente de campo y bien como El Buey. Pues estaban equivocados. El problema de la posesión era llegar a un punto en el cual pudieras proyectar tu "yo interior" hacia el objetivo. Para ello se requería un estado que , en el campo, era fácil de conseguir a través de las setas alucinógenas. ¿Pero de dónde iba a sacar una seta? Entonces sus ojos la vieron. Una seta con patas pasaba a su lado, con sus extremidades cortas y torpes. Le puso la zancadilla para que tropezara y se lanzó sobre ella cuando estuvo en el suelo.

- ¡Estate quieta! No te haré daño sólo quiero...¡Esto!...- Había conseguido sus ricas esporas, que se metió en seguida en la boca. Inmediatamente se vio como desde fuera de su cuerpo. ¡Esa seta debía ser potente! Se desplazó por la taberna como su fuera aire. Oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definida, ni color. Su cuerpo inerte en el suelo había ya soltado al hongo. Sólo veía una forma difusa, verde y radiactiva y se introdujo en ella. Fue fácil dominarla, más de lo que había pensado. Una vez dentro, comprender el funcionamiento era sencillo. Era una jarra de quebradizo cristal con líquido en su interior.  Ya sabía lo que hacer. Corrió lo más rápido que pudo, pegó un enorme salto por encima de las cabezas de los abogados y cayó en plancha sobre uno de los orcos, rompiendo el frágil cristal y derramando el radioactivo líquido verdoso sobre  dos ingenuos abogados. Regresó a su cuerpo tal y como había salido, con pausa y pensando en las maravillas que recorrían este mundo.

Señor master señor master!, yo he entendido todo el funcionamiento del juego, pero mi amigo el duende al que yo solo puedo ver y que no para de susurarme cosas no lo ha entendido bien, ¿puedes repetirle las reglas?..., aunque quizás oi mal eso que dicen de fumate todo lo verde, y simplemente era piensa en verde o algo parecido...., que extraño,......qué de misterios tiene la vida,.....

Y bueno     después de la ostia     llevada    en la cabeza          por el   goooolem de loos   coojones,        elll muundo      ha   para do      de    dar        vueltas

(asi salio disparado Klint)

Por suerte al tener la cabeza tan dura como el mismísimo Homer, el aturdimiento solo le dura unos momentos, y mientras se pone en pie y observa la escena con mucho detenimiento, intenta pensar qué va a hacer, y como en su cabeza solo le quedan 2 neuronas (ambas funcionarias) a una le queda una hora de curro antes de recibir el relevo, con lo que ya no va a hacer nada, y la otra esta haciendo ruidos raros en el cerebelo, y llegara otra hora tarde, han dejado jodido a Klint para pensar algo.

Asi que Klint implora a su dios Morandín (dios de los enanos), un poco de ayuda para salir de la situación, pero éste se encuentra muy ocupado buscando formas de suicidarse al ver que ha fracasado al haber creado a estos enanos, y solo le dice: "usa la cabeza". Pero Klint (al que todos veis parado enfrente de los orcos con la mirada al infinito y la boca abierta), piensa: "Ui no, que usar la cabeza duele mucho, y la ultima vez al saltar desde aquella muralla de 8 metros contra aquellos goblins, (aunque fué efectivo), hizo que se me desparramara un 20% de mi cerebro y pasara un mes en el hospital (y alli sólo tienen vino, ni cerveza ni hidromiel!!), y dejándome con la inteligencia justa para pasar el día", asi que... está bien, usare la cabeza, o mejor dicho, las 6 cabezas de orcos que corté antes del ostión del golem.

Con lo que pillo las 6 cabezas por los pelos, empiezo a girar mi musculoso brazo pajero con ellas y a la tercera vuelta se las lanzo a los malditos chamanes orcos diciendo:

!Acepto el juicio!, éstos amigos vuestros testificarán en mi favor!

La verdad era que los chicos de camerino trabajaban bastante rápido. Parecía que no, porque todos los demás compañeros de reparto seguían con la misma utillería, pero cada vez que Terrón necesitaba algo, ese algo surgía de la nada. Por eso mismo, ésta vez podemos encontrar a nuestro pequeño actor dulce vestido de cowboy, como recién salido de uno de esos western que echan tantas veces en reposición. Era la mezcla perfecta, como sacado de una coctelera a la que se hubiera metido el Bueno, el Feo y el Malo. Nuestro Terrón era todo eso. Unas espuelas adheridas a sus zapatitos de charol (que aunque poco eficientes para el desierto, seguía dando a Terrón un toque de glamour), un sombrero y un genial rifle modificado. De ese rifle se hablará luego...

Tras cargarse a unos cuantos seres verdes con sus bombas caseras, Terrón se ocultó de nuevo detrás de la barra.

Los recién llegados desentonaban. ¿Polizias y Leguleyos? Lo llevaban claro si querían acabar con la obra de teatro, ¿o había dicho que era una película? ¿Un serial? Da igual, su mamá se enfadaría mucho y nadie querría ver a mamá enfadada. Quería que su hijito se hiciera famoso sin saber que él ya lo era, pero por distintos motivos (consultar referencias).

De la culata del rifle sacó perdigones que empezó a llenar con azúcar. ¿A que todos conocemos los cartuchos de sal? Bueno, pues los perdigones de azúcar no hacen nada. Pero como ocurre con los cuentos infantiles, que la imaginería popular convierte en reales... A fuerza de mi imaginación, los perdigones de sal se vuelven realmente dañinos.

Apuntando con cuidado, trataba de evitar disparar a los tres idiotas que se dedicaban a girar sobre si mismos: Huracano con un carro como compañera de baile, Klint con sus seis cabezas y Hoskitar con su hacha. Se detuvo un rato en los glúteos de la amazona. Vaya, qué divertido sería disparar si fueran cartuchos de sal, recitó Terrón. Pero no lo eran y no quería dañar a una de las dos únicas supuestas mujeres que había allí.

Disparó tras mucho debatir a 4 de los abogados (causantes de muchos de los grandes males del mundo) y a uno de los policías. O eso digo yo... Al final acabará disparando a "quien quiera que sea el idiota que escribió el guión" diga.

Tras verse objeto de ser utilizado, valga la rebuznancia, como un objeto... Seta decidió hacer un tiempo muerto, sin embargo, al no tener manos, nadie la entendió cuando hizo un parón para consultar las reglas con el ex dungeon master Korsakoff que aún seguía (milagrosamente y para conveniencia de esta historia) vivo, aunque adolorido y a punto de morir.

-Oye, Korsa, ¿los jugadores pueden aporrear a otros jugadores para usarlo como objetos en vez de infligirle heridas? ¿y hacerlo sin su consentimiento?

Pero el barbudo respondió lo habitual.

-Y yo que sé, las dudas preguntádselas a Indael o al pato.

Pero Indael y Mancuspia no andaban por ahí cerca, para desgracia de la Seta pero para suerte por los demás. Lo único que al parece podía ayudarle en ese momento eran los abogados, que sin duda se habrían leído las reglas.

Sin embargo, el destino y photoshop se habían unido para que la seta fuera más aterradora, pues los colmillos postizos estaban empezando a flojear... cosa que no tenía mucho sentido, pero el haber sacado tres críticos en tres turnos estaban causando estragos al hongo.

Al ver que esa cosa se acercaba a los abogados los policías orcos no dudaron en ponerse en medio. Aunque como hemos visto antes, Seta es muy cabezón, además es muy obstinado, y no frenó para cumplir con su destino. Eso hizo que algunas hordas policiales, siete para ser exactos, perdieran su vida en actos de servicio. Sin embargo, el hongo no tenía compasión, y unas tripas y cabezas aplastadas no iban a impedir que hiciera su pregunta a los abogados.

-Y bien, ¿se puede hacer lo que ha hecho el buey? ¿puedo ser un objeto?

Sin embargo, parecía que Seta no sabía bien en qué partida estaba, pues aquí nadie respondía a los jugadores.

Las imágenes fluyeron en la mente de Armando cual calimocho desparramándose cuello abajo en una laaaaarga noche de fiestón descojonil. "Abogaos?...Violacióng?...Juisio inhusto?...Uuuuuuhhhhhmmmm...interezante..." comenzó a  pensar el caballero bujarón.

A modo de flash tarantoniano, el miembro de la orden del Mástil Erecto, visualizó como podían ser el futuro en sus próximos días... Muy posiblemente, aquel juicio sin demasiado  a ganar, acabaría de la forma que todos podían imaginar: siendo acusados por alteración del orden público, vandalismo contra Kool Aids, malversación de fondos y dedicación honrada al sistema político... "Y musha má poya en vinagre, pisha!".

Pero a Armando no le desagradaba del todo lo que podría ocurrir. Conocía la leyenda urbana de como se las gastaban en los calabozos de la prisión: torturas a base de pinzas en los pezones, lametazos en los sobacos recién sudados, depilación a la cera caliente en la zona de los cataplines... Aquello le ponía realmente morcillón!

Y sin nombrar lo que podía ocurrir en la duchas de la prisión...

-Pero zi mi duchao hase dié minuto, joputa!

-Las ordenanzas mandan lavarse a menudo, marikita.

-Será cabronaso, ahora que tenía er pelo zeco y ondulao...loca mi vai a vorvé...

(ya en la ducha...)

-Hola...mi llamar Macumba.

-Dió mío, si tu ere má negro cun furullo despué de comé calamare en sarsa americana...virhen zanta! Uuuuuyyy...pero mira que trat.to lleva er negro entre la piern.na! Zi ezo parese er trabuco der Curro Himene!! Coza má linda...

-Ti gustar mi nabo?

-A quién no li va a gut.tar pisha? Si con ezo rompe coco como zi fuera kinder zorpreza! Eeeeeet.toooo...uuuupppsss...si má caío er jabón... Vente pacá perracooooo!!!!

Armando quería, mejor dicho: deseaba, ir a la cárcel. Pero como? Y recordó lo que había leído una vez en el manual de la Señorita Pepis: "Si tienes un sueño búscalo...y trágatelo todo!"

-Voy por mi zueño...

Dió tres golpes con los talones de sus botas al más puro estilo Dorothy y comenzó a bailar por lo que quedaba de sala, imitanto a un jovencito bardo conocido como Elvis y que cantaba algo como:

-A cantá er rock... Todor mundo a bailá...Todo er mundo en la prisiong, corrieron a bailá er rock!

"Nota futura: Aprender como usar el lubricante resucitador" Al mirar al demandante, por un momento pensó que sería Lucifer, dado que había vendido su alma unas 27 veces, las últimas porque alguien le regalase el Skyrim (no el pack normal, por supuesto), encontrar la entrada al baño durante del último botellón de su prima y que le bajase la regla después de haberse enrollado con un demonio barriobajero al lado de los baños públicos después de vomitar.

Por suerte, no era por eso.

- ¡Por encima del cadáver de la seta!

Se esconde detrás de la seta e intenta patearla, pero ese no es su día de suerte, resbala con el lubricante y se cae. Y más mala suerte porque ese día no se le había ocurrido ponerse bragas bajo el vestido. Al ver que un orco se queda mirando. Eso enfurece a Hela, que ante todo, es una dama.

-¿Y tú que coño miras, hijoputa? Si la última vez que viste un coño fue cuando tu puta madre te parió.

Pero los insultos no sirven de nada para hacer que ese pervertido deje de mirarle. Se tapa todo lo pudorosamente que puede. Aún más enfadada, invoca un conjuro para vestirse, pero parece ser que pasó por una convención de tuertos de camino allí, y lo único que consigue es desnudar a todo el personal, lo que causa aún más traumas en su ya trastornado cerebro.

Bang estaba esperando a que llegara el número de la revista, pero esta vez llegaba con retraso. Miraba y contemplaba sus manos para ver como el director hacía que se materializara, pero nada... no había manera. Hasta que cuando prácticamente no quedaba tiempo, y cuando todos habían actuado, apareció entre sus manos. Y entre hostias de uno, y ataques de otros, el vampiro se puso a leer lo que los críticos habían dicho sobre él.

¿Picarse decían algunos? ¡Pues claro que se había picado! Bang Pirox había sido el Gran David Civera, conocido en el mundo entero por sus fabulosas canciones, y ahora que estaba muerto, ¡había algunos que no lo habían ni reconocido! ¿Pero cómo tenían tan poca vergüenza?

Cuando terminó de leerlo se decepcionó bastante, había venido a esa taberna con la intención de leer números de calidad, y no a críticos cuyos insultos eran gratuitos y no aportaban nada. Quizá lo mejor hubiera sido haberse convertido en uno de ellos y no perder el tiempo allí, pero no, que va, había decidido pasarse por allí a comer algo de sangre orca y ya de paso leer algo interesante. El caso es que se había dado cuenta que estaba perdiendo el tiempo allí.

Por unos segundos pensó en tomar alguna estaca de las que aún tenía en las manos y clavárselas a sí mismo. Al menos así terminaría el suplicio de leer a una serie de críticos cansados de leer a una serie de criaturas medievales. Aquel lugar estaba siendo decepcionante y ahora lo único que quería era decepcionarles igual que lo habían hecho ellos.

Tiró la revista al suelo y siguió jugando con sus estacas, ¿se las clavaba o las clavaba a los orcos? El rollo Emo Cullen no les iba a los críticos, pues que se jodiesen. ¿Querían sangre? Pues que se jodiesen, él también la quería y nadie se la había dado todavía. ¡Aquello era una vergüenza!

Pero claro, por otro lado, clavarse la estaca era algo que quizá le hiciese acabar con su no vida demasiado rápido, y así no podría joder a los críticos. Así que se puso a mirar a los que estaban a su alrededor. ¿Habían dicho que Armando era mejor? Lo tenía muy claro ya, a Armando seguro que le encantaba que le clavasen una estaca por detrás, y con lo guapo y atractivo que era Bang Pirox, a pesar de estar muerto, seguro que le encantaba que lo hiciera.

Se movió con sigilo esquivando a los orcos y a sus supuestos compañeros, y mirando la estaca se acercó por detrás a Armando Jaleo y ¡mierda! se dio cuenta que aquel mariposón ya había actuado, y si le atacaba seguro que luego le acusaban otra vez de no haberse leído las reglas. Así que se pudo a observar detenidamente quien había hecho algo ya y quien no, Huracano era siempre el más rápido y aunque algo estúpido quizá pronto muriese por la crítica, Ama Chirly estaba bastante cachonda y quizá fuera mejor dejarla un poco más. Los demás quizá habían sido demasiado rápidos, así que luego vio al miserable bicho de aspecto humanoide y al ver que aún no había movido el culo se acercó a él y trató de clavarle la estaca en un ojo.

Ante bebió un ratito más del Kool Aids mientras sus acompañantes de taberna se divertían bailando, cantando, comiendo y chupando cosas (o al menos eso le parecía a el).Viendo que estaba bastante concurrido el lugar, Vio que podía sacar tajada del momento y se le ocurrió lo mas lógico que podía hacer en ese momento, sacar su kit de "Trilero" marca Acme, por todo el mundo es conocido que los orkos son unos ludópatas y se dejan las nominas en le juego, y la policia orka es funcionaria...

Y en la única mesa que encontró en pie empezó a gritar:

Donde esta la bolita ,aquí o aquí, donde esta la bolita aquí o aquí?

Como era de esperar un grupo de orkos dejaron el combate y empezaron a apostar al cubito equivocado, y mientras los demás luchaban Ante se forraba. Sin blanca y desesperados  algunos orkos se fueron a sus casas con sus mamaitas a llorar hasta que cobraran a final de mes y a ver como explicaban que se habían fundido un pastizal jugando con una hormiga...