Partida Rol por web

- ¿Qué eres tu? - Pregunta con su voz pregrabada la imponente figura de plástico macizo cuando llega a la altura de aquella cosa de un color verde intenso que carecía de forma definida pero sin embargo parecía capaz de moverse. Nunca había visto a esa... cosa... antes. Aunque se estaba dando cuenta de que no conocía a muchos de los otros juguetes de Max. Podría haber estado allí por muchos años, como tantos otros, sin que se hubieran cruzado nunca. A lo mejor era de la época del clix... - ¿Puedes hablar? ¿Tienes nocmbre?

El sonido esa voz artificial sobresalta a la masa, que se creía sola en el cajón, interrumpiendo su interminable sucesión de placenteras vibraciones. Una nueva sensación se abre paso con dificultad hasta el denso intelecto de aquella cosa. Algo que se acerca a la curiosidad. Sin perder tiempo o lo que es lo mismo, diez segundos después, la gelatina reune toda la fuerza de su tembloroso cuerpo y se lanza sobre un costado, una y otra vez, extendiendo minúsculos tentáculos verdes para ir dándose impulso centímetro tras otro, hasta llegar a los pies de su visitante de plástico.

Orgullosa de haber llegado hasta allí, extiende todo su ser con desesperante lentitud, palpando a aquel ser extraño que la contempla confuso.

- ¡Eh, eh, eh! - IronMan, sorprendido ante la actitud de aquella cosa que intentaba reptar sobre su cuerpo, recula unos centímetros alzando sus enormes manos en actitud defensiva. Habían pasado mucho tiempo desde que fuera un héroe en los juegos de Maz y estaba desentrenado. Por no decir que solo había combatido enormes amenazas que no requerían demasiado seso, y no... cosas gelatinosas de origen dudoso.

- Amigo... Creo que no es buena idea que intentes envolver con su masa a cualquiera con el que te cruces. Alguien podría interpretarlo mal... O incluso podrías quedar atrapado en alguna de las articulaciones de los muñecos mas complicados, como yo... - Explica con pausa, sin tener muy claro si aquella cosa podía entender o no sus palabras. Si tuviera instalados los traductores universales... O mejor dicho, si esos aparatos existieran...

Los pequeños tentáculos se retiran repentinamente tímidos. No parece que la masa entienda todas las palabras de su nuevo compañero, pero si al menos la intención general que hay tras ellas. Tras un momento de vacilación, la gelatina empieza a recorrer lentamente toda la zona con la intención de conocer al resto de sus vecinos de plástico, pero sólo dá con pequeñas islas libres de polvo que marcan donde estuvieron hasta hace poco situados los demás juguetes.

Después de un largo rato de búsqueda infructuosa, la cosa verde vuelve confusa con el muñeco de brillante carcasa amarilla. Casi se le puede leer la pregunta en el rostro, o al menos en lo que debería ser su rostro.

El enorme muñeco de coleccionista sigue la evoluciones de la masa verdosa por el fondo del cajón con mirada atenta. El resto ya estaba fuera y llevaba demasiado tiempo allí metido sin saber nada de ellos. Iba siendo hora de salir del cajón y reunirse con los demás, así que cuando la cosa regresa a él, la decisión ya está tomada.

- Vale, vale... Creo que te entiendo... No sabes qué ha pasado ni dónde han ido todos. - Afirma suponiendo que el gesto de la masa verde se refería a esas cuestiones. - ¿Ves esa rendija, allí en lo alto? - Señala con un dedo firme la abertura del cajón que ellos mismos habían abierto hacía unos minutos - Todos han salido por allí y ahora es nuestro turno. Da gracias a que me quedara el último, sino... - Sus facciones de plástico reforzado no esbozan gesto alguno, pero está claro que la preocupación tiñe sus palabras.

- Será mejor que subas sobre mis hombros... Por lo que tengo entendido, hay una buena caída del otro lado, aunque creo que nos habrán preparado un colchón mullido para evitar roturas... - Mientras habla, se inclina hacia la masa, extendiendo los brazos para que, esta vez si, pueda subir sobre él.

La masa burbujea agradecida ante la respuesta que logra medio comprender de las palabras de su compañero, y en seguida se apresura a trepar por las piernas de éste hasta llegar a sus hombros, donde se intenta acomodar con ciertas dificultades. Está claro que la cosa tiene demasiada superficie para colocarse por completo a su espalda y no tarda en empezar a resbalarse.

Rápidamente todo su cuerpo empieza a enroscarse fuertemente en torno al juguete, en un desesperado intento de mantenerse en su precaria posición. Ya se cayó ál suelo en una ocasión y el recuerdo de la arena contaminando su esencia todavía la asusta. Claro que eso fue en el exterior y allí no había tierra, pero eso ella no lo puede comprender. La gelatina empieza a invadir las estrechas articulaciones...

De pronto algo salta en la densa mente verdosa, unas palabras de advertencia formuladas hace apenas unos instantes "...no es buena idea que intentes envolver con su masa a cualquiera con el que te cruces. Alguien podría interpretarlo mal... O incluso podrías quedar atrapado en alguna de las articulaciones..." Aparentemente avergonzada, la masa retira todos sus pequeños tentáculos de las ranuras, al tiempo que presiona ligeramente a su porteador para pedirle diculpas e indicarle que ya está lista.

- No te preocupes, amigo, está bien - IronMan reacciona a la "invasión" de la cosa verdosa con calma y paciencia, moviendo lentamente los brazos para que la masa de la criatura pudiera amoldarse a su forma y, de paso, para comprobar que las articulaciones no hubieran quedado saturadas por esta. Al fin y al cabo, él la había invitado a trepar a su estructura para que ambos pudieran salir de ahí y era justo que le diera tiempo y un voto de confianza. - Esto también es nuevo para mi... Tómate tu tiempo para acomodarte, que en cuanto estés lista, vamos a tener un viaje algo movido hacia el exterior.

Con esas palabras comienza a trepar de nuevo hacia el borde del cajón, asegurándose en todo momento de que la cosa verde estuviera bien agarrada y no corriera el riesgo de resbalarse de vuelta al cajón.

Asoma parte de su cabeza blindada para hacer un reconocimiento visual de la zona, esperando encontrar a los demás ahí abajo o en los alrededores.

- ¡Chicos! - Llama con su voz pregrabada, aumentando el volumen todo lo que era capaz - ¡Voy a bajar y llevo compañía! - Acompaña la advertencia con un gesto de su enorme mano, esperando recibir algún tipo de respuesta de los que ya había escapado del cajón.

La cosa se asoma todo lo que se atreve desde la espalda de la comprensiva figura de acción en busca de sus otros compañeros de plástico.

venga....baja iron....como te llames....pero ten cuidado....aquí hay gente

Es John Kii, el playmóbil, quien responde.

Al escuchar la voz que les llama desde abajo, la masa se desliza de los hombros del muñeco para ir a caer a donde sea que estuviesen los demás, sabiendo que aunque no haya nada debajo para amortiguar su caida su gelatinoso cuerpo apenas sufrirá daños. Además, le debía a su compañero al menos averiguar si podía descender sin problemas, después de lo bien que la había tratado...

IornMan deja que la masa se deslice por sus hombros y observa como esta cae lentamente hasta llegar al suelo. Era su turno y la voz que le había llamado era la del viejo clic, el agente la ley, así que que podía saltar con cierta confianza en que no se desconcharía la pintura de su armadura.

Solo se preguntaba a quién se refería cuando decía que había gente por ahí.

Se impulsa con sus poderosos brazos para izar todo su cuerpo sobre la abertura y salta al suelo con el pedestal por delante. Por lo menos sabía que no se iba a romper las piernas. No tenía.

Qué caída!!!