Partida Rol por web

La cosa se retira rápidamente asustada. Su primera intención es la de salir corriendo de allí, pero sabe demaiado bien lo que es estar encerrada en un asqueroso cajón, o baul que para el caso es lo mismo, sin posibilidades de salir por si misma. Lentamente, y procurando no poner a la defensiva de nuevo a su compañero de plástico, se acerca hasta el pequeño rayo de luz que se cuela por la rendija que mantiene abierta la esquelética mano de la marioneta.

Quiere ayudarle, ¿pero como decírselo para que la entienda?... La duda se instala en la gelatinosa mente de la masa, que enseguida vuelve a ser gobernada por sus instintos más primarios, por los primeros impulsos que le dictan un plan de acción. Sin detenerse a considerar su decisión, extiende sus pequeños tentáculos verdes trepando de nuevo por el muñeco con hilos. Esta vez no ejerce ninguna presión, ni se para a la altura de la cintura, sino que continua rápidamente su viaje por el brazo en alto hasta el mismo borde del baul. Reuniendo todas sus fuerzas, la cosa se sitúa donde antes estaba la mano del huesudo pájaro y empieza a hinchar todo lo posible su cuerpo para abrir más la rendija, lo suficiente para que su compañero pueda escapar mientras ella sujeta. O eso espera.

Cuando veo que la gelatina verde abre más la rendija me agarro firmemente y salgo por ella, dejándome caer al suelo con mi inusual compañero pegado a mí

-Gracias…cosa…te debo un favor, y Nerzul nunca olvida sus deudas-

Aterrizo en el suelo con un golpe y mio a mi alrededor, buscando a aquel traidor demonio de Slaanesh.

Totalmente agotada por el descomunal esfuerzo, la cosa se ve obligada a reunir toda su determinación para no quedar ella misma encerrada en el baúl y caer por la parte de fuera. Un estremecimiento de alivio recorre su cuerpo cuando la luz vuelve a bañar sus verdosas gelatinas, pero enseguida se da cuenta de que hay algo más importante que requiere su atención...