- Además - añade Aynara con una sonrisa pícara en la boca - si en el transcurso de vuestra misión, y siempre por el bien de la ciudad en vez del suyo propio, se vieran en la necesidad de entrar ilegalmente en alguna casa para socavar información y fueran descubiertos, me encargaré personalmente de que sean eximidos de toda responsabilidad por sus acciones ante la justicia.
Continúa...
Con los ánimos algo más calmados, Lucius parece complacido con las aportaciones de Numendil. - No debemos precipitarnos ni podemos acusar a esa gente sin tener pruebas fehacientes de sus malas artes. Hermano Numendil, me duele terriblemente tener que deciros esto, pero os sugeriría que durante el transcurso de esta misión no llevaseis visibles los símbolos de vuestra fe. Sois un recién llegado a la ciudad así que no creo que esos sectarios sean capaces de identificaros.
Después cruza su mirada con Edward - En cuanto a ti, hijo mío, muchos saben que has abandonado la Orden de Apolo. Puede que tu pérdida de fe sea beneficiosa en esta misión. - Las palabras del Alto Inquisidor hacia Edward suenan amargas.
Continúa...
- Tienen vuestras mercedes alguna consulta más que hacer al Consejo? - pregunta Lord Alesteir intentando desviar un poco la conversación entre Edward y Lucius, para volver a tomar el asunto principal de la reunión.
Vuestro turno.
Fecha Límite: Viernes 9
Al felino sacerdote se le notó, por el temblor de sus bigotes, que la sugerencia del Alto Inquisidor le pillaba totalmente por sorpresa. Solo aquellos que hubiesen dedicado la vida a servir a Apolo, desde su más tierna infancia, tendrían alguna oportunidad de saber lo que se le pasaba por la cabeza en esos momentos al joven y devoto adepto, pero no resultaba difícil adivinar por su perplejo rostro, en el que normalmente reinaba una profunda paz, que le pesaba y trastornaba la medida. No obstante, su instrucción le ayudó a sobreponerse.
Reza nuestro dogma que nada necesitamos sino la fe. A veces son duras las pruebas que Apolo nos pone, pero gracias a ellas nos hacemos mejores -. Señaló, citando el dogma, solidarizándose con el pesar que suponía debía estar padeciendo el Alto Inquisidor. Con exquisito cuidado se despojó del collar en el que pendía el símbolo sagrado de Apolo y se lo entregó a su superior en la orden.
Ruego a su Ilustrísima tenga la bondad de custodiarlo.
Acto seguido se dirigió al consejero Blackwood.
Señor, exactamente ¿qué se sabe del culto de Almas? En concreto estoy interesado en el procedimiento que usan para reclutar seguidores, ¿creéis que podríamos introducirnos en la secta en calidad de iniciados?
La sola idea le repugnaba, faltar a la verdad, engañar, mentir deliberadamente, aunque el fin fuese noble, le hacía sentirse muy incómodo, pero, al menos, debía informarse de si esa vía era aceptable, por si no había otra.
Sonreí de costado al escuchar las palabras de mi padre.
-Mi experiencia anterior me ha demostrado que la luz muchas veces no llega a todas partes, pero la guerra si...como estamos viendo que pasará-
Luego de eso Numedil entregó su collar e hizo preguntas.
-Por mi parte la paga esta bien y el que la presidenta del gremio de orfebres nos cubra también es un extra ventajoso, espero que tengamos total libertad de como proceder frente a las hostilidades-
"Así que el grandullón es hijo del Alto Inquisidor, interesante..." Sin querer se me dibuja una leve sonrisa en el rostro que borro enseguida. Los datos parecían claros, ahora solo faltaba encontrar a los miembros de esa secta e infiltrarnos entre ellos. Si algo se me da bien es conseguir información de los demás, preguntando por las calles uno se entera de muchas habladurías ciertas y otras no tan ciertas. Únicamente tengo que buscar a la persona adecuada y podremos localizar a nuestros "amigos" nigromantes.
-Todo claro. En cuanto acaben mis compañeros de preguntar, será el momento de emprender la marcha. Con su permiso -me inclino hacia adelante para luego quedarme en la entrada de la sala, esperando que terminen de hablar con los Consejeros.
- Sentimos no poder ser de mayor ayuda, apenas disponemos de información sobre el Culto, salvo que un rumor sitúa su templo en algún lugar de la Carretera de los Suspiros, a las afueras de la ciudad. Quizá puedan empezar por allí. - Responde Lord Blackwood a Numedil.
Los consejeros esperan unos segundos en silencio por si alguien tenía algo más que añadir. Tras esto, Lord Blackwood os despide cordialmente en nombre del Consejo. Os abre la puerta del despacho para que podáis salir y en el exterior os espera Roul, que os guiará de nuevo hacia el exterior del edificio...
Fin del Capitulo 1.
Continuamos en el Capitulo 2.