Partida Rol por web

La cabeza del maniquí me vino que ni pintado y me permitió continuar hablando con aquel buen hombre, del cual obtuvimos, al menos, la posibilidad de un nuevo contacto que sin duda, no tardaríamos en utilizar. Me despedí de él con un gesto solemne, demasiado para mi aspecto, y después miré a Peter.

-Bueno, parece que por fin tenemos algo. Sostenme esto un momento, "Pit", si no te importa -le dije, dándole la cabeza del maniquí y girándome para regresar a donde se encontraba el sastre.

Al darme la vuelta, vi casi a la vez el gesto del dependiente, que parecía haberse quedado en una extraña pausa, el de una pobre mujer en la calle y el de Missi, que más que divertida, parecía gratamente sorprendida.

-Oh, bueno. No me gusta alardear, pero ya sabes como es el espacio-tiempo. Se estira y se encoge según se necesita y con tantos viajes, puede que en estos momentos incluso se encuentre en una dimensión mayor -le dije, divertido.

Su reacción me hizo todavía más gracia, pero no dije nada. Solo la miré, sonriente, mientras me dejaba atender a toda velocidad por el sastre.

-Guauuu, esto si es que es un servicio a toda velocidad.

Cuando hubo acabado, al menos tenía que reconocer que la espera, había merecido la pena.  Estaba elegantemente vestido, convenientemente tapado y sobre todo, dispuesto para todo.

-Creo que estoy listo para seguir con nuestra búsqueda. ¡Vamos, "Pit"! ¿A qué esperas? ¡Pon ese viejo esqueleto en marcha! Missy, querida. Quizás con un par de buenas palmadas consigas animarle un poco. Pero no te pases, que te conozco. Serías capaz de acabar con las pocas energías que le quedan.

El hombre parecía un loco, pero no más que mis previas reencarnaciones, así pues no dudé en coger la tarjeta que me tendía y sonreí levemente al leer lo que había escrito en ella. " Profesor Fizban Tasselhof, Historiador y Antropólogo de la Universidad de Granada." - Será un placer que nos acompañe, profesor. Sin duda nos resultará de gran ayuda para conocer mejor el lugar. - De dije con algo que no era habitual ver en mi rostro: una sonrisa.

Una sonrisa que se borró cuando recibí la cabeza de maniquí de las manos de mi décima reencarnación y dejé caer al suelo, al no saber que parte de aquella cosa había tocado las cosas de David y mi atención se centró en Missy cuando esta habló, olvidando el tema de la cabeza y la necesidad de lavarme las manos con urgencia.

Más aún cuando vi por una vez a Missy preocuparse por alguien más que ella misma y ayudar a cubrir el cuerpo desnudo de David, apremiando a los sastres, que eran más bien unos des-sastres*. Cuando terminaron con mi ropa me miré en el espejo. Realmente no me quedaba mal pero...

- Missy... querida... - Dije un tanto forzado por seguir el cuento de que era  mi mujer. - Mi ropa anterior no difería demasiado de esta... estoy más elegante sí, pero... - Y la voz de David llamándome Pet y alentando a Missy a "azotarme" me hicieron guardar silencio. - No hace falta nada de eso, querida. Creo que con el payaso de mi hermano, ya hemos dado la nota lo suficiente aquí como para que hablen de nosotros durante semanas. - Dicho esto, traté de escabullirme de ella y salir el primero del lugar.

—Dos gominolas de un trago

Tom estaba contento con aquella situación. Podían encontrar a Erasmo y ver a los cafés que cantaban. Por desgracia, solo cantaban los artistas, lo cual era ligeramente decepcionante. Aunque las mujeres iban vestidas con mas estilo que Leela, pero no tan bonitas. Entre pensar en su antigua compañera y la decepción por los cafés que no cantaban, Tom parecía hasta formal, por lo que se sentó en una mesa a la espera de la camarera. Después de un par de cervezas (no pensaba dignarse a tomar un café que no cantaba) cuando ya les hubiesen visto, preguntaría a la camarera por Erasmo.

Al parecer de los tres doctores que fueron al café cantante, fue finalmente Jon quien pareció animarse al ver de qué se trataba... no era que los cafés se pusieran a cantar, sino que te podías tomar un café mientras otros cantaban... era una cosa así como el principio de los pubs ingleses o ya no sabía si a la inversa... o ¿qué fue antes si el huevo o la gallina? pero el caso es que estaba dispuesto a disfrutar del espectáculo.

- Vaya... esto parece más interesante de lo que había imaginado... ¿Sabéis? Había escuchado mucho acerca de los tablados flamencos y no sé si esto será más o menos igual... pero lo cierto es que me apetecía mucho ver un espectáculo folklórico de este tipo, creo que se ponen a taconear y las mujeres dan vueltas con los volantes... o lo mismo es al contrario...- entonces miró a Tom y le dijo- no haces más que comer gominolas y lo único que se te ocurre es... ¡Pedir más gominolas! ¿En qué demonios pensaré para convertirme en tí?- suspiró para dirigirse al camarero, tabernero... o maestro cafetero cantante- Supongo que no tenéis cerveza... tomaré un café- dijo mientras se acomodaba para disfrutar del espectáculo y de paso obsevar a los allí congregados para ver si alguno de los presentes coincidía con el tal Erasmo... sino, preguntaría al camarero cuando viniese con los pedidos.

Ya sabía yo que estos cafés cantantes serían más divertidos que las tabernas- dijo el Undécimo mientras observaba el lugar, asintiendo con satisfacción. Música, baile… en su opinión, aquello era mucho mejor que una taberna normal, sin duda, aunque estaba seguro que podía animarlo aún más si se unía a las mujeres que había en el tablado para cantar y bailar también.

Yo quiero… algo de morro, que me han dicho que es lo mejor- dijo cuando Jon le pidió algo a quien debía de ser el jefe cantante -Y una taza de chocolate bien caliente, por supuesto- añadió… pero en lugar de esperar a que se lo trajesen, se dirigió hasta donde estaba el tablado con intención de subir, aunque se detuvo cuando un hombre le cortó el paso.

Inspector de tablados cantantes, escenarios musicales y pistas de baile elevadas- le dijo al hombre, enseñándole el papel psíquico -He venido a inspeccionar la integridad y la acústica del tablado- añadí.

Salí de un ensimismamiento repentino para darme cuenta en el mejor momento que la opción de Matt de tomar chocolate era una idea suprema.

—Pensándolo mejor, tomaré lo que ha dicho mi coleg... —fue entonces cuando le escuché hablar de la "inspección". Me llevé una mano a la cara, intentando cubrirme. No iba a funcionar ¿cómo iba a funcionar? ¿y si funcionaba?. Intenté dirigir mi mirada a Tom, entre una mezcla de querer vigilante para que no empeorase la situación o para recibir su aprobación de que aquella idea era una locura.

Me limité a quedarme en silencio, observando como iba a reaccionar el regente. Cerré los ojos e inspiré lentamente.

Por favor, que funcione...

El camarero se quedó perplejo primero por el pedido del guiri del pelo rizado... 

- ¿Gominolas? ¿Qué es eso?- cómo no fuera un nuevo licor el pobre hombre no tenía ni la más pajolera idea pero aún más pasmado se quedó cuando el del tupé le soltó que deseaba morro... algo más o menos razonable con chocolate caliente ¿pero de donde salían esos tipos? El único razonable era el abuelo de la camisa extraña... de manera que sólo apuntó aquel pedido para después responder al más joven- caballero tenemos el mejor morro de Linares, pero ¿con chocolate?- iba a haber añadido algo más pero cuando le soltó encima que era inspector terminó por arrugar el ceño y mirar con atención la tarjeta que le mostró- Inspector de tablado... esto es nuevo... entonces ¿qué es lo quieren? ¿Chocolate con morro o ponerse a patear en mi tablado? Yo no tengo inconveniente ni en una cosa ni en otra pero no me vayan a estropear el espectáculo... canta La Mari y es capaz de arrancaros la piel a tiras por muy inspectores que seáis como la interrumpáis en plena faena... y aquí el que avisa no es traidor.

Lo cierto es que el buen hombre no debía de tener mucha idea de lo que era un inspector, si acaso de que eran hombres raros que se dedicaban a poner defectos a las cosas para sacar dinero y que era mejor hacerles un poco la pelota para no tener que pagar mucho... sino ya les habría dado una patada en sus británicos  traseros por pedirle cosas tan raras.

A pesar de los intentos de Peter por desembarazarse de Missy esta lo interceptó en cuanto puso un pie en la calle, en apenas unos segundos la señora del tiempo ya estaba enganchada de su brazo con toda la naturalidad del mundo.

- No me digas que no difiere este traje del anterior... es mucho más elegante y adecuado para tu figura... querido- sonrió más que satisfecha por haber conseguido su objetivo... verle el trasero al doctor... en realidad hubiera preferido ver lo que había visto con la cabeza de Peter... pero bueno, nada era perfecto...

Mientras andaban por las abarrotadas calles de Linares, la Mary Podrías siniestra consultó su reloj.

- Aún tenemos tiempo antes de quedar con el Espía... ¿Donde os apetece ir? Podemos tomarnos un refrigerio o pasear un poco. Esta vez os dejo elegir- ​​​añadió de buen humor.

Era diferente estar bien vestido y con el cuerpo entero cubierto. De hecho, era hasta incómodo. El traje estaba hecho a medida, pero seguía tirándome un poco de la entrepierna, por lo que tuve que hacer algunos "estiramientos" para intentar colocarlo todo en su lugar.

-Me gusta llevar ropa cómoda, pero esta... bueno, es cómoda pero es... demasiado seria. 

Entonces vi en donde estaba el problema. Al mirar hacia abajo vi que en lugar de mis habituales zapatillas deportivas, llevaba unos zapatos.  ¡¡Me había dejado las zapatillas en la tienda!!

-¡Un momentooooo! -exclamé, girándome para regresar a la tienda a toda velocidad.

El hombre de la tienda no pareció demasiado contento de verme otra vez, y de hecho, tenía las zapatillas agarradas con solo dos dedos, con la clara intención de arrojarlas a la basura.

-Hey, gracias por recuperarlas para mí. Son un recuerdo de familia. Bueenooo, en realidad no de familia, sino de alguien cercano... o algo así.

Cuando regresé, no debí tardar más de un minuto. con las zapatillas en la mano, me quité los zapatos y me coloqué de nuevo mi calzado habitual.

-Ah, esto es otra cosa. Ahora sí que estoy cómodo -dije, coloca los zapatos en las manos de Peter.  Después miré a mi alrededor. La calle bullía gente andando de un lado para otro, y no eran pocos los que se giraban para mirarnos.

-Pues mira, Missy. Yo estoy servido, pero si "Pit" aquí presente tiene interés en algo, ahora que ya estoy perfectamente, os sigo a dónde sea.

No había manera de soltarme de Missy y lo peor de todo era, que me gustaba tenerla a mi lado. Era todo tan contradictorio que ni yo mismo era capaz de entenderlo. Miré a Missy cuando dijo lo que podíamos hacer y luego al cabeza hueca de David, el cual de golpe regresó a la sastrería, dándonos unos momentos de intimidad a Missy y a mí.

- ¿Puedo saber a qué juegas conmigo? Dices que quieres cambiar, pero me ocultas cosas... de golpe me besas... y ahora... no te sueltas de mi brazo, pero te he visto como le mirabas el trasero a mi... pasado o como te insinuabas a los demás doctores. - Suspiré cansado y cerré los ojos un momento antes de volver a hablar, pero en ese momento volvió David y se acabó la intimidad y la conversación.

Me quedaría con las dudas en la cabeza.

Mientras el otro doctor se descalzaba, mis ojos contemplaban la extraña belleza de quien fue mi amigo una vez y mi mente luchaba de nuevo conmigo mismo, con todos aquellos sentimientos enfrentados. Y entonces mi reencarnación vino a entregarme los zapatos nuevos, algo que por supuesto ni toqué y dejé caer al suelo.

- Ir a tomar algo o pasear de su brazo... - Ese era el plan para nosotros tres y miré a mi pasado. Si había liado aquella en el primer local donde estuvimos, ¿qué no haría en el segundo? Además, ¿por qué me apetecía realmente pasear agarrado del brazo de Missy? - Creo que será mejor que demos ese paseo... aunque quizás deberíamos separarnos un poco, Missy. No quisiera incomodar a tu cuñado. - Le dije a la mujer en un tono de queja, de no muy buen humor. La verdad era que no quería soltarme de su lado, pero tenía que disimular, ante ella y ante David.

De hecho esperaba que durante el paseo David se esfumase, dejase de llamarme Pit y permitiese a Missy responderme a lo que le había preguntado anteriormente.

Missy estaba tarareando un canción cuando Peter le dijo algo que no esperaba.

- ¿Puedo saber a qué juegas conmigo? Dices que quieres cambiar, pero me ocultas cosas... de golpe me besas... y ahora... no te sueltas de mi brazo, pero te he visto como le mirabas el trasero a mi... pasado o como te insinuabas a los demás doctores. - Suspiré cansado y cerré los ojos un momento antes de volver a hablar, pero en ese momento volvió David y se acabó la intimidad y la conversación.

Missy se había quedado mirando a Peter de manera extraña ante ese comentario para después sonreír sin quitarle los ojos de encima, lo cierto es que la mirada de la Señora del Tiempo era muy intensa y estaba clavada en el duodécimo doctor. 

Cuando fue a responder apareció David con sus zapatillas... a lo que Missy puso los ojos en blanco, terminando así el encanto entre ambos... al menos de momento.

-Pues mira, Missy. Yo estoy servido, pero si "Pit" aquí presente tiene interés en algo, ahora que ya estoy perfectamente, os sigo a dónde sea.

- Pues parece que Peter quiere dar un paseo... No lo contrariemos... es malo para su edad- le guiño un ojo al décimo al tiempo que se apretujaba aún más al duodécimo acercándole su rostro y en ese momento aprovechó para susurrarle algo al oído.

- Jugar contigo siempre ha sido mi deporte favorito y... si no te conociera bien... diría que también lo es el tuyo... además si te lo contará todo ya no habría misterio y tu y yo sabemos lo atractivo que es... no pienso perder mi sexapil... doctor- a continuación le dió un beso en la mejilla y continuó pegada a su brazo de buen humor mirando hacia un lado y a otro de la concurrida calle.

- Veamos, caballeros... que es lo que tiene Linares para ofrecernos- comentó aferrando el brazo de David para que caminase con ellos y no se perdiera no pensaba soltar a ninguna de sus presas... y menos después de lo que había visto...- Según tengo entendido se come muy bien en esta ciudad, son famosos los cafés cantantes y las tabernas... también hay zonas residenciales donde se encuentra la cream de la cream... ¿por dónde decía que vivía el viejo de los bigotes? Debe de ser por la calle Doctor... curioso que hay una calle dedicada a tí... a vosotros, queridos y la calle Marques en ambas es donde se encuentran las casas de las embajadas, los extranjeros y personas de la alta sociedad... además hay zonas ajardinadas... todo muy romántico...- emitió una risita mientas se tapaba la boca con gesto coqueto.

—Es...una expresión británica, no se preocupe. Lo que quiero es una cerveza.

Tom sonrió con su habitual expresión simpática y juguetona, pero intentó controlar su instinto. Tenían una misión compleja, más de lo habitual y debía estar en forma física y mentalmente. Sin embargo, el ambiente no terminaba de cuajar en su cabeza y la bufanda le estaba empezando a dar calor.

—Seguro que esa dama hace muy bien su trabajo y nos encantará verla sin inspeccionar lo de abajo— explicó refiriéndose al tablao— Pero estamos buscando a un viejo colega, el señor Erasmo. ¿No lo habrá visto por aquí?

- Mira quien lo fue a decir, la joven adolescente. - Respondí a Missy con tono bastante gruñón y quejica ante sus palabras sobre no contrarirarme por la edad y sentí como se aferraba a mí con fuerza, haciéndome ponerme a su altura y susurrándome aquellas palabras que quizás no pudo decirme a la llegada de David.

Tras ellas vino un leve beso en la mejilla y que fue lo que hizo que me sonrojase levemente y miré al lado contrario de Missy y David para disimular al tiempo que una parte de mí se sentía feliz por seguir agarrado a ella. Y Missy se agarró a David mientras nos explicaba que había en aquel lugar y dijo lo de la calle dedicada a nosotros.

- Dudo que sea así. No hemos estado aquí antes. De ser así, tendría recuerdos de este lugar, como los tengo de mi vida en mis anteriores reencarnaciones, algunos incluso que me gustaría olvidar... sobre todo de 10 y 11... - Dije mirando a mi alrededor, con mi bordería habitual. - Así que eso de que la calle esté dedicada a nosotros, lo siento querida, pero no lo veo... será a los médicos del lugar. Nuestra fama, por fortuna, no ha viajado en el espacio tiempo tal y como lo hacemos nosotros. - De ser así y tras lo que recordaba de David y sus andanzas, nos recibirían a pedradas.

Y cuando mencionó los parques y que todo era muy romántico, observé su gesto y su risita. Estaba encantadora cuando se ponía así y me hubiese gustado decirla que podríamos ir a ver aquellos jardines... pero teníamos "al niño" al lado nuestro y eso estropeaba cualquier plan. Así que debía seguir siendo como era con Missy, aunque quisiera cambiar un poco las formas con ella,  no podría hasta estar a  solas. - Puedes aflojar un poco el brazo, Missy. Me vas a cortar la circulación del mismo y de verdad, no voy a salir corriendo. David me cogería antes y sería capaz de atarme a ti solo para disfrutar de ver como lo paso mal.

Missy estaba con "Pit" de tal manera, que parecía no tener ojos para nada más. De hecho, la palabra "romántico" en sus labios, sonaba más creíble que en los de cualquier otro.

-Estoy viendo que a lo mejor necesitáis estar vosotros dos solos. Yo podría dar una vuelta por ahí, no sé, mirando escaparates, observando a la gente... sí, creo que haré eso. "Pit", tú quédate con Missy, para protegerla y todo eso. Missy, tú quédate con "Pit". Él se perdería en una pecera redonda. Y yo... me iré por ese lado de allí.

Miré hacia el otro extremo de la calle y no vi nada interesante, pero siempre era posible encontrar cosas fascinantes en cualquier esquina, y nada había más misterioso y emocionante que la naturaleza humana.

-Podemos vernos en el despacho de ese historiador tan simpático, ¿os parece bien? Así podréis... ¿dar un paseo romántico?

Missy y él necesitaban estar a solas y yo hacía tiempo que no estaba por mi cuenta, analizando cada cosa que sucedía a mi alrededor como si fuese la primera vez que lo veía. Eso era lo maravilloso que tenía la juventud, y que a veces olvidábamos: el poder experimentar las cosas con la sorpresa y la emoción de quien acaba de descubrirlo.

- No, no, no, no, no. - Comencé a negar a David cuando dijo lo de dejarnos solos. - No es buena idea. Missy, no le sueltes... no podemos dejarle ir por ahí solo. Mira la que lió la última vez, mostrando el trasero a todos... esa sin contar las que yo recuerdo y desearía olvidar... - Me quejé ante las palabras de David.

- Y nada de paseos románticos ¿crees que quiero dar un paseo romántico con ella? Ella es lo que quiere. Hagámoslo al contrario. Tú das el paseo romántico con ella y yo me perderé por ahí un rato... Así quizás pueda pensar con calma, sin tener a mi lado a un adolescente que aún usa pañales y que quiere hacer de celestina. - Dije con mi habitual humor. - Missy...  ni le sueltes... - Dije buscando soltarme yo.

La idea de David me parecía maravillosa, pero debía guardar las apariencias. Además, no estaba tan seguro de querer dar ese paseo a solas con Missy y descubrir que había algo más entre los dos. Quizás lo mejor era seguir fingiendo que no quería y que lograse que no se escapase... Estropearía lo que realmente me apetecía hacer, pero no daría a más cabida de sentimientos hacia Missy en mi corazón. Algo que a la larga sería perjudicial para mí, porque me gustase o no... era mi enemiga.

Missy miró a un doctor y al otro alternativamente para después dibujar una sonrisa de mala malísima... quizás lo suyo hubiera sido quedarse a solas con Peter... que en realidad era su objetivo prioritario... pero la visión de la posaderas de David le hicieron recapacitar... ¡Dos siempre era mejor que uno!

- David... no somos adolescentes y realmente estamos en una misión, te agradezco tu gesto... pero como dice el gruñón... te vienes con nosotros- decidió aferrándose al décimo y animando a ambos doctores a aligerar el paso dando sendos cachetes en los traseros de cada uno para a continuación caminar del brazo de ambos como si tal cosa- tanto tiempo entre humanos te está afectando doctor... ¿desde cuando una relación de algo más que amistad es exclusivo de dos? Los Txabalgarfian se caracterizan por ser unas de las razas más avanzadas e inteligentes de la galaxia, además de poseer una sociedad ejemplar donde han conseguido evolucionar el concepto arcaico de patriarcado o matriarcado... Txabalgarfian ya sean de genero masculino o femenino se aparean y se relacionan con varios a la vez sin que suponga un trauma y si ellos lo hacen ¿por qué no, los señores del tiempo? No somos tan distintos a ellos e incluso el Alto Consejo está estudiando una revisión de las tradiciones en ese aspecto... además ¿Qué os hace pensar que yo no pueda con los dos?... JA,ja,ja,ja,ja

Rió con carcajada maléfica al tiempo que movía sus caderas de manera descarada segura de sí misma. Mientras ambos doctores caminaban a su lado sin ser capaces de soltarse de las garras de Missy.

 Finalmente llegaron al lugar indicado, un barrio de casas de adinerados donde el fluir de las personas era distinto, más calmado, pero igual de ajetreado sobretodo por los sirvientes que se afanaban en tenerlo todo listo o aprovechaban para tomar un descanso con el cambio de turno. El olor que se desprendía de aquellas casas solariegas iba desde el café al té, todo ello mezclado con aromas de jazmín.

- Bueno... parece ser que la casa del viejo loco está por esta calle, es la número 69... vaya... que cosas...

La casa en cuestión era una casa adosada, como todas las de la calle... de varias plantas y amplios ventanales. Pero lo que destacaba de la fachada era sus dos grandes aldabas de dos manos sujetando una naranja.

—Es...una expresión británica, no se preocupe. Lo que quiero es una cerveza.

Tom sonrió con su habitual expresión simpática y juguetona, pero intentó controlar su instinto. Tenían una misión compleja, más de lo habitual y debía estar en forma física y mentalmente. Sin embargo, el ambiente no terminaba de cuajar en su cabeza y la bufanda le estaba empezando a dar calor.

—Seguro que esa dama hace muy bien su trabajo y nos encantará verla sin inspeccionar lo de abajo— explicó refiriéndose al tablao— Pero estamos buscando a un viejo colega, el señor Erasmo. ¿No lo habrá visto por aquí?

El camarero fue a responder a lo primero pero el nombre del caballero lo pilló de sorpresa y no pudo evitar mirar hacia un lado para después volver a mirar a los doctores.

- Al señor Erasmo... ¿Para que lo quieren?

Entonces antes de que alguno de los tres doctores se inventase algo, un hombre alto, bien distinguido, de mirada azul, pelo castaño ligeramente ondulado, perilla muy bien recortada y rostro ligeramente pálido se giró para presentarse él mismo.

- No te preocupes Paco... ya me hago yo cargo, sírveles lo que te han pedido y a mí... lo mío. Yo soy Erasmo caballeros ¿Querían conocerme?... ¿Puedo?- le indicó con la mano uno de los asientos junto a ellos

Me sorprendió gratamente comprobar que aquel a quién buscábamos apareció de una forma elegante, afortunada y acertada.

—Por supuesto caballero, únase a nosotros —me adelante, intentando que nuestro objetivo se sintiese aceptado y no asustado ante las excéntricas acciones de mis otras encarnaciones.

—Seré de fuera de esta hermosa ciudad, pero hasta a mis oídos ha llegado la generosidad de sus acciones. Mi nombre es Jon, un placer señor Erasmo —finalicé a la vez que le tendía la mano, no sin antes limpiármela con el pañuelo que llevaba en la chaqueta.

Poco después miré a mis compañeros, con una sonrisa que mezclaba preocupación e interés.

—Conocerle es solo el primer paso —hice un pequeño gesto como de brindar en el momento que recibí la bebida que Paco, el camarero, nos sirvió.

Ahora mi cabeza funcionaba a mil revoluciones. ¿Cuál es la mejorar manera de sonsacarle lo que sabe sobre los fenómenos extraño o la mina?¿mejor ser directos?¿esperar a que surja el tema con charlas triviales? de momento habrá que ser pacientes y no parecer desesperados por recopilar todo sin parecer unos degenerados.