Laebros sonríe.
- Tranquilo, Grinrow. Mañana vendrá un compañero a guiarte. Él te explicará todo lo que quieras saber. En cuanto a la ropa, ¡deja tus atuendos orientales! El Rey lo preferirá así. He de partir rápido. Disfruta del largamente esperado regreso a casa. ¡Adiós, una vez más! ¡Espero volver pronto, y hablar contigo de las lejanas tierras del este!
Laebros se marcha. Tus padres y Dull, especialmente este último, parecen asombrados de que uno de los hombres más reconocidos de Valle en persona haya ido a pedirte un favor.
Durante horas, tus padres y tu recuperáis el tiempo perdido, hasta que al fin te preparan un lecho y al día siguiente, un hombre con el uniforme de los guardias te lleva hasta una carpa grande, donde te indica montar guardia.
Hasta aquí tu introducción. Un final algo precipitado, pero bueno, al menos ha valido para empezar a interpretar algo.