Partida Rol por web

- No le culpe amigo.- contesta Thomas con una sonrisita a El Grecko- Mi compañero tiene que aprender todo lo posible de mi, y no hay nada que se me de mejor que cortejar a damiselas. En realidad está tomando notas mentales, por eso no le ha escuchado.- añade bromeando sobre el "empanamiento" de Peter.

-Bueno caballeros, ha sido un placer. Nosotros vamos a dejar nuestro equipaje que tenemos cosas importantes que hacer. Espero volver a tomar wiskey con ustedes en otra ocasión.- añade cogiendo sus cosas. La verdad es que después de lo imbécil que había sido Benny esperaba que sus asociados también lo fueran, pero el tal Grecko no pareía un mal hombre.- Vamos Peter.- añade con una palmadita en la espalda de su amigo, dándose media vuelta y enfilando hacia las habitaciones.

"No vengo demasiado"

El extraño contesta seco, sin dar más detalles.

Una vez en la habitación la miro con poco interés y dejo caer mi petate en el primer rincón que encuentro. No es que sea gran cosa pero es lo que esperaba así que tampoco me sorprende. Aprovecho el momento para lavarme un poco la cara y sacudirme el polvo de la ropa pero enseguida voy a la habitación de mi compañero cerrando tras de mí para poder hablar con libertad.

-Menudo pueblo de bocazas, puf. Aquí las noticias deben volar...- comento mientras me acerco a la ventana para observar la calle distraidamente -¿Qué hacemos?, ¿preguntamos a alguien más o nos limitamos a buscar por nosotros mismos? La verdad es que la educación de esta gente deja bastante que desear pero si tenemos en cuenta que el cura nos ha encargado dar una paliza...

 Despide con un sencillo gesto a los que se marchan. Tampoco le preocupan mucho. Probablemente se larguen siguiendo la estela que ha dejado tras de sí el impresionante trasero de la pelirroja. Convendría saber algo más sobre todos estos peregrinos y jovenzuelas que llegan a esta mierda de pueblo, dejado de la mano de Dios.

- Tampoco hablas demasiado - Gecko sigue a lo suyo y deja de prestarle atención. Los bebedores suelen ser animales de costumbres, y la más peculiar de ellas suele ser la de beber siempre solos, sin importarles quienes estén a su alrededor. - Encajas bien en este sitio, peregrino.

"Las palabras se las lleva el viento, amigo. Demasiadas he malgastado ya en muchos años."

 Gecko no contestó para corroborar y compartir el comentario hecho por el tipo. Demasiadas palabras habían sido siempre de ese pueblo. Demasiadas palabras, en un sitio y una época en la que las balas son más rápidas y el argumento de la horca es imposible de rebatir. En un lugar y un tiempo donde el hombre sabio permanece siempre callado.

Indicó al camarero que sirviera otro par de tragos de whisky y uno se lo tendió al tipo cuyo nombre desconocía mas tampoco le interesaba. Los nombres, las caras, también se los lleva el viento...

- Y que lo digas. Apuesto a que no puedo acostarme con la mujer de nadie sin que lo sepa todo el pueblo en menos de dos horas.- añade Thomas en un tono medio en broma respondiendo a su amigo. La verdad es que la poca discreciónde la gente del pueblo era un verdadero problema sobre todo teniendo en cuenta el trabajo que tenían entre manos. Pero ya no había vuelta atrás. Además necesitaban el dinero.

- Creo que ya me he cansado de preguntar.- responde dejando su equipaje y cogiendo sus dos revólveres cargados.- Vamos a buscar por nuestra cuenta. Si estamos muy perdidos pues ya seguimos preguntando, pero de mmomento me fio más de nuestro instinto que de cualquiera de este pueblo. Vamos a ver, el tio era un ricachón ¿no?. Pues vayamos a un lugar que tenga pinta de ser frecuentado por los ricachones del pueblo.- dice encogiéndose de hombros como si su deducción fuera lo más obvio del mundo y la respuesta a todas las preguntas.

Después de beber el trago, el extraño se levanta, se coloca el sombrero, preparado para irse. Sin embargo, antes de hacerlo, le tiende la mano a Gecko:

"Mi nombre es Phil Harrys. Tengo una pequeña concesión de oro por la salida del río. Si alguna vez estás por ahi y necesitas ayuda, pega un grito."

 Saluda tocándose el ala del sombrero y estrecha su mano.

- Un placer Harrys. Espero que tengas suerte con tu oro... en este pueblo quedan pocas cosas que aún tengan algo de valor...

comenta entre dientes sin concretar a qué o quien se refiere. 

- ¿Es tuyo el negocio?

Asiento a Thomas, satisfecho por su decisión. A mí tampoco me apetece demasiado seguir codeándome con el "amable" populacho. En esos momentos recuerdo porque elegimos éste tipo de vida nómada y sin ataduras.

-Exacto, y los ricachones no suelen asentarse en el pueblo precisamente por la chusma que lo recorre. Probablemente su casa esté en la periferia, como la de nuestro propio contratista. Puede que incluso más lejos si maneja un rancho o alguna mina...- son las únicas dos opciones que se me ocurren para que alguien consiga cierta fortuna en éste sitio, lo que está claro es que la casa llamará la atención por si sola.

Ambos comprobamos y aseguramos nuestras armas, a pesar de que en teoría no deberíamos disparar, y finalmente abandonamos el maloliente local para montar en nuestros caballos y recorrer los exteriores del pueblo dibujando cada vez un círculo más amplio.

Harrys dice, mientras sale por la puerta del saloon.

"Algo así, amigo... Algo así"

 Gecko despida con una sencilla mirada al tipo y vuelve a lo suyo dando un largo trago al vaso que tiene sobre la mesa.

- Ya nos veremos, peregrino...

La idea de visitar aquella explotación se le hacía interesante, al fin y al cabo, el jodido Sal Benny tendría que estar al tanto de todos, TODOS, los negocios de este jodido pueblo.

-De acuerdo entonces. No perdamos más tiempo.- responde Thomas con resolución cuando ya están ambos preparados.- Vamos a buscar un gran rancho o lo que sea que demuestre grandeza. Y si no lo preguntamos a algún transeunte. Nadie sabe a lo que vamos así que es lo mismo.- el peligro de que les descubran siempre está ahí, pero es un riesgo que venía acorde con la misión que aceptaron.

- Lo único malo es que si ese hombre está en casa tendremos que esperar a que salga para lo que sea pues es posible que haya guardianes o cualquier cosa. Así que andando.- añade saliendo de la habitación. Está claro que aunque tienen que intimidar a ese hombre tampoco van a meterse en casa de nadie para hacerlo. Eso traería demasiados problemas.

 Gecko abona lo consumido y se dispone a salir del saloon.

- Que pase usted una buena noche, Johnson. - se coloca el sombrero y se enciende un cigarro - por cierto, recuerdos del viejo Sal. No ha tenido tiempo de pasarse por aquí a saludarle, ya sabe lo atareado que es este trabajo.

Con andar pausado pero firme se dirige hacia las puertas ignorando a todos los presentes, salvo al dueño a quien poco a poco va dejando atrás.