Partida Rol por web

No tengo la autorización de darle el teléfono del profesor a nadie-  dice de manera antipática- aunque a decir verdad, no lo tengo, buscalo tú,  esta en los laboratorios especializados, si eres capaz de entrar en los laboratorios posible puedas hablar con él.

Gracias por su colaboración   dijo dándose la vuelta evitando sonar irónico.

William comenzó a buscar dicho laboratorio.

¿Dónde estará?...

Niños. Eso si que no lo hubiese soportado. No por los motivos por los cuales Moore dejó aquel trabajo, no... sino por mis hijos. Sean cumpliría 13 años en un par de meses y Anne acababa de cumplir 7 años. Estar con chavales de su edad, me hubiese consumido por completo. Recuerdo como si fuese ayer cuando en el pueblo nos preguntaban para cuando los niños, siempre decíamos lo mismo: no tenemos prisa. Pero la realidad era que Helen no se quedaba en cinta por mucho que lo intentásemos. Ambos vinieron por sopresa, pero fueron deseados y buscados durante demasiado tiempo...

- Sí... lo críos... son pequeños monstruos. - Respondí con pesar, añorando en ese momento a mis pequeños diablillos, pero mi semblante serio no permitió que mis emociones saliesen al exterior y menos aún que mi rostro reflejase el dolor que sentía en aquel momento por ellos. - Vaya. Eso si que es práctico y un buen arma. - Le indiqué a Moore con una leve sonrisa cuando me dijo que al mínimo reporte eran expulsados del centro sin más. No era mi intención ir sembrando el caos y el terror en los estudiantes, pero saber que tenía aquel "poder" y que ellos sabían que lo podía usar, ponía las cosas más fáciles.

Me levanté cuando Peter lo hizo y le seguí por los pasillos del edificio, mirando puertas, paredes y ventanas, tratando de hacerme un plano mental del lugar. En algún momento me tocaría recorrer aquello a mí solo y cuanto antes me aprendiese aquello, mejor para mí. - ¿Estación? - Eso si que era una novedad. - ¿Tan grande es este sitio? - Pregunté manteniendo el ritmo de Moore.

La verdad era que me intrigaba el laboratorio más que la zona de la academia y que estaba contento con aquel destino, pero me descolocó que la sala de seguridad, las taquillas y la zona de descanso de los guardas estuviese tan lejos del laboratorio. Aún así no dije nada al respecto. Si estaba montado así, sin duda era por algo. Al entrar saludé al hombre que se encontraba allí, visualizando los monitores. Cuando Peter nos presentó, me acerqué y le tendí la mano. - Encantado, Frank. - Le dije de manera escueta, mientras que Moore continuaba con las explicaciones.

- Me tomaré un café sólo, sin azúcar... - Informé quitándome el chaleco y colgándolo en la percha de la taquilla. Luego metí la mano en el bolsillo y saqué algunas monedas, por si habían máquinas de refrescos en el laboratorio, poder sacar algo en caso de necesidad. Luego cerré la taquilla con mis cosas dentro y me guardé la llave, poniéndome el café a continuación. - ¿Donuts? No gracias, demasiado azúcar e hidratos de carbono en una sola pieza. Tendría que pasarme medio turno corriendo para quemar uno solo de esos. - Dije dándole un sorbo al café. Estaba fuerte, como me gustaba. - ¿Algo de interés que deba saber de aquí? - Pregunté manteniendo el mismo ritmo que Moore para tomarme el café. No quería retrasar demasiado nuestro paseo por el lugar.

Peter Moore nuevamente sonríe pero con una expresión de “qué se le va hacer” cuando le preguntas que tan grande es el lugar, mientras al mismo tiempo Fran, se escucha hablando en códigos de seguridad revisando las cámaras y haciendo su trabajo. Moore baja la voz para que no le afecte y te dice:

Grande no exactamente, por lo menos esta locación de Umbrella. Comenta como si realmente hubiera visto algo más grande. Aunque si lo vemos desde un punto de vista normal, creo que el sitio si lo es, y no debería. Lo que ocurre es que los laboratorios quedan en otro lugar. La empresa decidió poner el laboratorio especializado un poco lejos, el sitio no es fácilmente accesible, pero la empresa coloco vagones para el transporte, si me preguntas ¿porqué?, pues no sé, a mi me parece estúpido. Escuche que tienen un convenio con el estado, y ellos les permitieron poner el tren, esta compañía tiene dinero para botar pero yo hubiera hecho los laboratorios al lado de este edificio y así uno se ahorra tiempo.

Se toma su café con tranquilidad, y a tu pregunta sobre si hay algo importante que debas saber Moore te dice:

Hay varias cosas, algunas las aprenderás con la práctica, pero si he de decirte algo que me llamó mucho la atención cuando comencé a trabajar en esta compañía es la tecnología, los ingenieros de la corporación han creado una red de seguridad que es auto suficiente, es decir, hay un computador central en cada locación que controla factores que al ojo humano se escapan. Sin embargo cuando lleguemos al sitio te hablaré más de la computadora central, facilita mucho el trabajo.

Se levanta mientras ve el reloj.

Será mejor que comencemos la ruta por la academia, y lo olvidaba, esto es tuyo.

- te entrega esto mientras se levanta-

Esta es la llave del pequeño casillero que hay en nuestra área en el laboratorio, cuando lleguemos allá te hablaré más de ella pero por el momento guardala, es muy útil.

Molesto  por la situación, y algo frustrado sales del lugar preguntandote el tema, y es ahí cuando  escuchas la voz de alguien que conoces.

Hey Willy- dice la chica a la que identificas como Tania, una compañera de estudios que estaba sentada en una silla a las afueras de la academia leyendo- ¿adonde vas?, ¿qué ocurre?,  no tienes buena  cara, ¿te pasó algo?

Escuché con atención cada palabra de aquel hombre, asientiendo con la cabeza, mientras oía de fondo a Frank seguramente dando instrucciones a algún compañero, por la forma de hablar que tenía. - Bueno, al menos el transporte nos saldrá gratis. - Fue lo poco que dije ante sus palabras, pero además pensaba en otras ventajas sobre aquel sistema. Como por ejemplo que con un buen control en la entrada y salida del mismo, sería más difícil meter o sacar objetos "extraños" y/o peligrosos o preparar un atentado contra aquellas instalaciones por parte de gente externa, como grupos radicales o locos que quieren llamar la atención, sería una tarea casi imposible de realizar sin gente dentro.

- Siempre he sido un hombre más de acción que de investigación. - Le indiqué a Moore cuando me habló de aquel ordenador central. - Así que me parece bien que se encargue de pensar, siempre que me deje actuar a mi manera. - Era consciente de que no tendría que rendirle cuentas a la máquina, pero aquella era una manera de hablar. Apuré mi café cuando me apresuró para moverme y tendí la mano cuando me hizo entrega de la llave aquella. Sin dudarlo, la enganché junto con la de mi taquilla, en la argolla que llevaba esta.

- Sigamos con el tour entonces. - Le indiqué a Moore, haciéndole ver que estaba listo para seguir. - Frank, lo dicho, un placer. Ya nos veremos y... buen servicio. - Le dije a modo de despedida a aquel hombre, manteniendo mi rostro serio y saliendo de la habitación tras mis palabras, siguiendo los pasos de mi instructor.

Cuándo William estaba dejando de lado la oportunidad de averiguar dónde estaban los laboratorios y conocer al coordinador se percató de que alguien le nombraba, la voz era familar

Era Tania una de las compañeras de estudio más amigable, hoy parecía preocuparse por el desorientado farmacéutico.

Hey Tania! ¿Cómo va? dijo cambiando la expresión a una más alegre

Pues he entregado los papeles a un hombre con muy poca humildad digamos...y estoy viendo si puedo comunicarme con el coordinador Ruíz, que es con quien me interesa hablar.

Sacó el móvil   ¿Tú no tendrías su teléfono no? 

Es así como salen, el lugar poco a poco se ve con más estudiantes que entran pero todavía es temprano. A medida que subes notas asuntos asociados a tu profesión. El hombre te señala la entrada principal donde hay un compañero de seguridad y otro más lejos dando una ronda por el frente, luego cruzan todo el edificio de lado a lado, el superior te muestra donde quedan las oficinas de profesores y otros lugares administrativos, y llegan a la segunda puerta del edificio, la trasera. En esta también hay un compañero vigilando. Puedes notar que el lugar tiene cámaras en lugares estratégicos y los compañeros tienen comunicación con radio con los demás.

La entrada principal y esta son los únicos sitios públicos de salida a estudiantes, pero hay otra puerta que se mantiene cerrada. Te dice luego de dar una vuelta por el lado de la cafetería. Esta es la puerta de mantenimiento, solo se usa para sacar la basura y cuando el técnico debe revisar la energía y el suministro de agua, dado que el deposito queda acá afuera. Revisamos varias veces al día que este cerrada y él único que tiene permiso de usarla es el conserje y no se permite que nadie más entre por acá, sabemos que es uno de los puntos que hay que vigilar más pues los amigos de lo ajeno pueden creer que pueden entrar por acá por las noches.

Luego de la explicación te llevó al segundo, tercer y cuarto piso. El edificio era más grande de lo que parecía, y esos pisos eran básicamente salones de clase, el quinto piso estaban los laboratorios básicos que tenían un sector de seguridad con dos vigilantes uno al norte y otro al sur del edificio.

No soy científico, pero tengo entendido que estos laboratorios son para aprender temas concretos, los otros tienen tecnología más cara. Los estudiantes no pueden entrar con maletas a estos laboratorios, deben dejar todo en los casilleros, por más que lloriqueen, hay ordenes claras. Nosotros somos responsables de la seguridad al entrar y salir, pero ten en cuenta que los responsables también son los profesores, ellos son los responsables principales de que no se pierda nada. Eso mismo sucede en los laboratorios donde vas a trabajar, los estudiantes tienen taquillas, a los laboratorios solo ingresan con sus cuadernos.

- ¿No cuentan las instalaciones con un sistema de alarmas para los posibles "amigos de lo ajeno"? - Pregunté por curiosidad y extrañado a la vez. Que se hayan gastado un dineral en aquel lugar, que tengan tanto control con todo y que no tengan instalado un buen sistema de alarmas en el centro, no era del todo normal*. - Tener vigilantes extra está muy bien, pero los sistemas de detección pasivos, son una gran ayuda con eso. - Comenté observando los pasillos por donde me guiaba Moore.

- Al menos se toman la seguridad en serio, o eso parece por lo que me estás contando. - Dije con un tono más animado cuandome habló de las normas de no meter nada en los laboratorios, que no fuesen los útiles de estudios. - Yo tampoco soy científico, ni creo que lo hubiese sido jamás. No se me daba bien la química, ni la física... ni las matemáticas... - Enumeré por mantener viva la conversación más que nada. - Así que el contenido de los laboratorios en sí, me importa más bien poco. - Sonreí levemente ante el comentario. La verdad es que en aquel momento todo me importaba poco, salvo yo mismo y lograr salir adelante. Para eso estaba empezando aquella nueva vida lejos, muy lejos de mi pasado y mis fantasmas.

Dicen que cuando tienes una meta importante en tu vida luchas por ella con uñas y dientes, tanto que dejas todo de lado con tal de alcanzarla. Cuando Tabitha ingresó en Umbrella Corp Academy sabía que tenía un gran peso sobre sus hombros, no sólo el de descubrir todo lo que pudiera para la empresa donde trabajaba su padre sino de ser una de las mejores en la lista de notas, luchando en la selva con el resto de leones.

Al principio le costó acostumbrarse a la rutina, incluso dejó de lado su “trabajo encubierto” para poder dedicar su tiempo al completo al estudio y entendimiento de las clases, quedándose en una posición más o menos segura. Intentaba ir a clases extras, se fijaba en los carteles y documentos que había sobre las mesas de los profesores, incluso memorizó el mapa los primeros días y las rutinas de algunos de los guardias con tal de saber dónde pasar en qué determinada hora.

Así pasaron tres años donde daba pequeños pasos, no insignificantes pero tampoco de gran envergadura, sabiendo que al curso no le quedaba demasiado y su padre se impacientaba. Necesito encontrar algo.- Intentó buscar rutinas de paseo para que no resultara tan extraño verla rondando por la academia, incluso pedía ser voluntaria en algunas tareas por si podía tener acceso a otras secciones, o que confiaran en su labor. Poco a poco.

Esa mañana podía ser como otra cualquiera. Llevaba una falda negra de botones y una blusa blanca con los bordes en negro, terminada con un pequeño lazo en el cuello. En sus manos llevaba una carpeta gris con papeles varios, sobre todo apuntes de las asignaturas que tenía ese día, una mochila azul vaquera colgada en sus hombros y, colocado en su oreja derecha, un auricular que lejos de ser música tenía puestas las noticias del día a través de la radio del móvil.

Andaba con el mentón levemente alzado, sin detenerse demasiado en el resto de alumnos que pasaban por su lado. Como ella había sido de la primera promoción conocía a casi todos, al menos en su mayoría, pero nunca se había detenido a hablar más de dos minutos con ellos al saber que no iban a proporcionarle nada de su interés. Además, con cuanta menos gente se juntara mejor, no la molestarían en sus estudios.

Pero a pesar de este pensamiento un tanto solitario necesitaba un pequeño grupo con el que poder conseguir información, ya fuera por rumores o experiencias que hubieran tenido. Tenía claro que no podía ir a por los primeros de la lista de estudio, eran los leones fieros que mentirían con tal de no perder su puesto. ¿Por qué lo sabía? Porque ella misma era de esas.

Son más idiotas los que creen lo que pone un trozo de papel que los que escriben la noticia en sí. Ninguno se preocupa en contrastar la información o tener criterio propio.- Respondió a su “amiga” Raquel, mostrando cierta indiferencia por la noticia. Era tan absurda que tampoco quería dedicarle mucho tiempo.- Luego serán los mismos que se quejan de que la medicina no avanza, pero no te preocupes. Tiempo al tiempo.

La  información y la noticia era un tema  molesto pero no tan importante, sin embargo Raquel, cuyo sueño era no tener jefes y  crear su propia compañía parecía molestarse mucho con esos temas, era  una mujer con un carácter fuerte, y a veces, podías pensar que se exaltaba  demasiado por  asuntos  pasionales sobre orientaciones filosóficas, pero caray por eso te caía bien, porque a diferencia del resto de los estudiantes que pasarían sobre tu cadáver si pudieran, ella  tenia claro qué deseaba  hacer con su vida. Era una mujer independiente,  hermosa y  soñadora, en parte sabias que lograría lo que se propusiera porque  tenía ganas de ser diferente.  Ella no sospechaba para nada tu secreto, solo te veía como una compañera de estudios, pero  ciertamente  también una amiga con la cual  reír o llorar. Sabias que muy posiblemente luego eso se disolvería, pero por el momento vivías las circunstancias.

Es así cómo mientras ella te replicaba, porque aunque tú le hubieras contestado corto, ella siempre replicaba, observas como a lo lejos, por la puerta de la Academia sale la directora Galagher acompañada de ni más ni menos de Pretelt. El hombre caminó unos metros a su lado mientras ella le hablaba y luego la mujer sigue de largo dejando solo al hombre quien tomaba notas.

Raquel hizo un incomodo silencio cuando notó que el mismo  se dirigía a donde estaban ambas, y tu  sentiste la incomodidad que este hombre desde el inicio de los estudios te transmitía.

Hola Raquel  - le dice  a la chica mirándote de reojo e ignorándote de manera maleducada-  como estás de bonita hoy,  ¿Hey cuando  vas a salir conmigo?,   tú y yo  sin  - y te mira- mascotas…

Raquel quien estaba haciendo cara de repulsión y tras mirarte dice. ¿Salir yo contigo?, ¿acaso te he dado alguna muestra que sea descerebrada y quiera salir con alguien como tú?

Me encanta que te hagas la difícil, no es tan  difícil considerarlo, y más luego que yo fui escogido para ser el asistente personal de Galagher, no como a otras personas-  te mira de reojo con burla y reto-  Yo soy el mejor, y  tú eres tan hermosa…

Trata de tocar  una mecha de cabello de ella, pero esta le retira la mano con un manotón. La incomodidad se podía cortar con un cuchillo.

La mujer se ríe y te invita a que te sientes a su lado con un gesto. ¿qué va ser?, ¿qué hombre? -dice mientras hace una señal de pensar- ¿el profesor  Ruiz?.. y de repente se ríe, y alza un poco la voz en tono jocoso… ohhhh ya se de que estas hablando…

¿Fuiste a la oficina académica?- hace un gesto de  incomodidad  pero que se confunde con una sonrisa – pues yo fui recién también a entregar una carta, y me encontré al sujeto que dices, y es un hijo de puta con mayúsculas

Te da la impresión que ella quiere hablarte de eso.

Hoy a la noche viajo-  te lo comenta con algo de pesar- debo ausentarme un tiempo de las clases, mi abuela en Brasil esta muy enferma, mis padres me llamaron y decidí ir, es posible que no le quede mucho, y espero llegar para poder despedirme, así que no estaré por dos semanas y escribí una carta  avisando mi ausencia, fui a la oficina y me encontré con ese pendejo...

Pero ya había oído hablar sobre él… vaya sujeto…

Por un momento te causa curiosidad saber sobre el pendejo que se portó mal contigo posible puedas devolverle el favor de una manera más elegante.

Aunque me sorprende que me pidas los datos de el profesor Ruiz, ¿para que lo necesitas?

Quisiera ver con mis propios ojos al Profesor Ruíz por el hecho de ser el coordinador y quien dará el visto bueno...  responde William decidido.

Entonces se le ocurrío una idea  Creo que a ti te han citado a lo mismo...

Y por lo que me has contado tampoco debes estar del todo tranquila al haber dejado el papeleo a ese lamecu...ejem, a ese irresponsable. 

Sonrío ¿Cierto?

¿Qué tal si me acompañas a ver al Profesor?

No por el momento, no en esta instalación por lo menos- dice de manera clara y de manera profesional- he mandado algunas cartas pidiendo mejora  integral de la instalación pero  suelen hablar de bajo presupuesto y que se piensa implementar mejor en  un trimestre,  pero lo del presupuesto,  realmente me molesta porque esta compañía tiene dinero,  pienso  a veces que no toman muy en serio ciertos temas lo que hace que nosotros debamos  trabajar más.

Te dice mientras toman el ascensor hasta el primer piso.

 Había olvidado comentarte algo,   la empresa   brinda  los alimentos pero  los mismos solo se pueden tomar en la hora de descanso asignada, por tanto  una vez llegue esa hora un compañero debe cubrirte para que  puedas ir a comer, nunca se deja el puesto solo,  y si tu compañero no llega a tiempo me lo dices,  no soporto los que no tienen respeto por el tiempo de los demás.  Dice claro, en la cafetería, ya sea la de aquí o la del laboratorio solamente presentas tu identificación y te servirán el menú del día, mi sugerencia es que  te hagas amigo de Gladys, la cocinera de los laboratorios,  pues muy posiblemente pueda prepararte algo a tu gusto, o darte más si quedaste con hambre.

Comenta esto mientras ves que se abre la puerta del ascensor y salen al primer piso.

Ya va siendo hora de ir a la estación

- Siempre es lo mismo. Da igual que esté al cargo del gobierno o en el mundo privado. No generamos dinero y se tiende a invertir cada vez menos en los medios de trabajo. Cuando trabajé como ayudante del sheriff, estaba cansado de verlo. Se creían que por tener diez hombres armados, el pueblo iba a estar seguro y a salvo... pero no se molestaban en asegurarse de que nuestra dotación estuviese completa, ponían pegas para renovar las armas, la munición, la gasolina de los coches patrulla... Los ordenadores, son el futuro... pues aún esperan la llegada de los mismos allí. - Dije ante las palabras de Moore, omitiendo que llegué a ser sheriff. No quería recordarlo. Era doloroso hacerlo y ver todo lo que perdí con aquel ascenso. Accedí al ascensor junto al hombre y guardé silencio mientras continuaba con su explicación. Ya había hablado bastante por un largo rato.

- Comprendo. A mí tampoco me gusta dejar mi puesto descubierto sin necesidad. - Alegué tras sus indicaciones. -... hacerme amigo... - Susurré. Justamente lo que no quería en ese momento. Hacerme amigo de nadie. No quería tener que repetirle mi vida, ni mis tiempos felices ni los más amargos a nadie. En ambos casos, el dolor y la nostalgia se apoderaban de mí y no me gustaba pasar por aquello. No, nada de amigos.

- Te sigo. - Apreté mi paso, para no perderle de camino a la estación. A pesar de que todo parecía bastante sencillo, no me resultaría demasiado difícil perderme en aquel lugar siendo el primer día y con la gran cantidad de espacio que tenía.

Muchas personas tenían una mentalidad compleja, tanto que ni ellos mismos podían entenderse  en la mayoría de las ocasiones y sus metas eran tan impredecible como sus actos. Posiblemente por eso la persona que más le llamó la atención del grupo fue Raquel, la joven sencilla con no demasiadas metas, sin aspiraciones (que supiera) más allá de crear su propia marca. Era algo pequeño, asequible para el lugar donde estaba cursando, pero teniendo en cuenta la cantidad de puertas y posibilidades que te abrían el hecho de ver escrito en tu currículum “Umbrella Corp Academy”, el montar su empresa era completamente irrelevante, casi insultante para aquellos que realmente tenían grandes opciones de futuro.

Sacó del bolsillo delantero de su falda su móvil para apagar la radio al saber que la conversación, lo quisiera o no, iría para largo. Bloqueó la pantalla antes de comprobar que lo tenía en silencio y guardarla, enrollando los cascos entre dos dedos para hacerlos más compactos. Dejó que la correa de la mochila se deslizara por sus hombros para voltearla lo suficiente como para llegar fácilmente al bolsillo, guardando en su interior los cascos y devolviendo a su espalda la mochila.

Cuando se recolocaba la correa vio, a través del rabillo del ojo, cómo Pretelt caminaba junto a la directora Galagher. No sabía falta sumar dos más dos para imaginarse qué estaría haciendo a su lado.

Hubiera preferido que ese pequeño encuentro quedara ahí, pero el chico parecía tener otras intenciones ocultas tras su fachada de repelente. No pudo pasar por alto cómo trataba a Raquel, preguntándose por qué no le plantaba cara de una vez por todas.

A Tabitha le daba bastante igual qué pensaran o dijeran de ella, al fin y al cabo la envidia era un sentimiento muy primario de aquellos que no tienen más autoestima que un libro de ayuda, pero no podía evitar sentir una extraña mezcla entre asco y rabia al ver cómo se acercaba a Raquel. Sin embargo un poco de esa rabia se transformó rápidamente en leve orgullo cuando comprobó que la joven le apartaba la mano, no ocultando una pequeña sonrisa.

Será mejor que te vayas, Pretelt. No querrás manchar tu impoluto historial con una falta de asistencia.- Se interpuso entre Raquel y Matheus, evitando así que volviera a intentar tocarla, mientras hablaba de forma distante pero sin perder la educación en ningún momento, incluso rozando la amenaza camuflada en buenas palabras y volumen sosegado, todo sin dejar de mirarle directamente a los ojos.

La mujer se rió bastante fuerte, lo suficiente para que pensaras que fue lo que la había hecho reir, es más algunos que pasaban se voltearon a ver, para luego seguir en sus asuntos.

Hay Willy eres muy gracioso. Dice  aun riendose pero un poco más bajo mientras replica, definitivamente eres bastante despistado, ¿no has leido bien la programación cierto?, es una pena que no pueda estar mañana para que vayamos juntos a clase, pero me da risa que  no lees bien  en tu afán usual.

No sabias porque te decía eso, pero igual la sigues escuchando.

Es que me parece gracioso, porqué pensé que a este nivel ya lo sabrias.

Deja de reirse y   abre una agenda que lleva con ella.

Mira,  esto es lo que dice la programación.

En el papel puedes ver que dice lo siguiente.

Clase. 10 am.  Introducción a los laboratorios especializados. Profesor Ruiz. y una nota lateral que dice: "sólo estudiantes seleccionados"

Como vez mañana tenemos clase con él, a las 10 am, en los laboratorios especializados, pero  creo que sabes que esos laboratorios no quedan en este edificio, nos lo han explicado mil veces, para ir a esa clase hay que estar a las 9:30 en la estación  interna,   que queda por allá...

Te señala

Pero no dejan entrar a nadie  que no tenga clase ese día, así qué si quieres hablar con el profesor debes esperar a mañana que tienes clase con él, tengo un amigo en cuarto y me contó que el profesor Ruiz solo viene a esta sede los viernes y estamos a Martes, así que es mejor que te esperes a mañana.