Partida Rol por web

La sorpresa fue mayúscula cuando conseguimos el cuadro tan fácilmente; sin embargo enfrentarnos a tan horrendas e increíbles criaturas fue aún mayor. Afortunadamente nuestros certeros disparos y la cobertura que nos proporcionó nuestro vehículo fue clave para al menos neutralizar, acabar, matar a una de ellas. Quedaba otra, pero esa estaba de momento fuera de alcance. El Detective estaba herido, era el momento de ayudarle. -"Vamos Phil, mete a Graves en el coche, debemos ir a que le curen. John y yo os cubrimos." le grité sin dejar de apuntar al otro bicho volador.

Al ver caer a su compañero, una especie de frenesí de sangre se apoderó de la criatura. Vio como Phil intentaba ayudar a Robert a llegar al coche para ponerlo a salvo y, atraído por el movimiento se lanzó con toda su furia contra el periodista, arrojándole de espaldas al suelo y cayendo sobre él, tras lo cual hincó su afilado pico provisto de dientes en el hombro del investigador del que empezó a manar sangre en abundancia.

- Aaaaaaaaaaaaaaaaay. HIJO DE MIL PERRAS SIFILÍTICAS - gritó Phil al recibir el picomordisco de la criatura. 

La visión era dantesca. Un pico lleno de dientes manchado con su propia sangre intentaba desgarrar su hombro. Las imágenes del flash que tuvo en la puerta del Paulie's no hacían justicia a lo desagradable de la figura que le atacaba. Cada movimiento que hacía con su hombro le resultaba más doloroso que el anterior. Aún así, Phil no se daba por vencido e intentó golpearle con el brazo que tenía libre en la cabeza. 

El golpe probablemente le dolió más a Phil que a la criatura del averno a tenor de lo duro que era su pico. Sin embargo, tras golpearle, Phil sonreía burlonamente mirando a los ojos de la criatura. 

Caerás como tu hermano...

Sin duda el puñetazo de Phil habría sido devastador para cualquiera en una pelea de taberna, pero para aquellas criaturas eran apenas caricias.

Cuando recibió el impacto del puño sobre su sien o lo que debería ser su sien, el periodista pudo observar como el ojo amarillo de la criatura se giraba hacia los suyos propios y apretaba aún más su presa.

"-No vamos a salir de esta!!!-" Pensaba John mientras veía a la criatura cebarse con el hombro de Phil. El miedo le agarraba las entrañas y le paralizaba tanto física como mentalmente. Pero de repente vio como Phil sacaba fuerzas y golpeaba a la bestia con todas sus fuerzas, lo que le sacó de su estado y le hizo reaccionar. Apuntó con su arma y disparó... -Toma, hijo de la gran puta!!!- Gritó mientras disparaba a bocajarro a ese engendro de la naturaleza

Los certeros disparos de John impactaron en un lateral del cráneo y cuello de la criatura, muy cerca de la cara de Phil, llenando a este de una sustancia negruzca y pegajosa, pero la presa se aflojó y al cabo de unos segundos se soltó, dando con los huesos del monstruo en tierra.

Habían conseguido acabar con los engendros antes de que estos acabaran con ellos.

Mientras Charles y John ayudaban a sus compañeros a llegar hasta el coche que, aunque bastante maltratado, aún funcionaba, el silencio de la noche fue roto por una sirena que se acercaba hacia donde se encontraban desde la ciudad.

Dos coches de policía aparecieron por el camino y pararon en el claro junto a ellos. Del interior de uno de ellos salió un rostro conocido, el del Detective Stone.

-¿Pero qué...? ¡Dios mío Robert! ¿Estás bien?- preguntó al ver el lamentable estado de su colega, pero lo único que obtuvo como respuesta fue una mirada acuosa mientras caía inconsciente en los brazos de John.

-Recibimos el aviso del avistamiento de unas... criaturas...- dijo con la mirada fija en los cadáveres de los Byakhee acribillados a balazos -Y hemos venido lo antes posible, ya veo que tarde... ¿Qué ha pasado aquí?- preguntó a los que aún estaban con fuerzas para hablar.

- Ocurre que me han cubierto de mierda - gruñe Phil quitándose parte de la sustancia que le chorreaba por la cabeza de la cara. 

Se movía sujetándose su brazo izquierdo para intentar minimizar el dolor que sentía en su hombro desde que el bicho le liberó de su mordisco. 

- Caballero, el señor Graves está seriamente herido. Este hombre intentó matarnos, acertó de lleno en su pierna... Lo más importante es estabilizarle. Respecto a lo que ha ocurrido aquí.... - señala a las criaturas para cambiar el foco de la atención - no creo ser capaz de explicárselo... 

- Caballero, el señor Graves está seriamente herido. Este hombre intentó matarnos, acertó de lleno en su pierna... Lo más importante es estabilizarle.

 -Si, claro, ahora mismo. Chicos, llevaos al detective Graves y que le vea un médico urgentemente- dijo a dos de los policías que le acompañaban. Estos cogieron en volandas el cuerpo inerte de Robert.

-Gracias por la ayuda señor McReel, quizá debería acompañar al detective y que le viese un médico*- dijo despidiendose del periodista.

Luego se acercó a Charles y John, que esperaban un poco más allá, junto al coche destrozado.

-Profesor Diehl, John...- saludó -Menuda noche, ¿eh?- intentaba romper el hielo, la noche estaba siendo muy movida para todos, incluido el cuerpo de policía de Arkham.

-Primero lo del museo, ahora esto...- dijo señalando con un ademán el estropicio a su alrededor. -Llevamos toda la noche recorriendo de punta a punta la ciudad. Acabábamos de salir de la biblioteca de la universidad cuando recibimos este aviso, al parecer unos hombres entraron en el edificio y se llevaron por la fuerza al pobre Profesor Armitage. Aún no hemos dado con él, esperemos que no le haya pasado nada, a su edad...-.

- El profesor Armitage necesita también ayuda médica. Se encuentra en la mansión de Red Bannon, acudan rápido por favor. Por favor detective, tengan cuidado con el cuadro dentro del coche de los gangsters. De hecho, la obra debería ir con el profesor. Él conoce su procedencia y su importancia. 

Se llevo la mano al hombro y dibujó una mueca de dolor.

- Sí, acompañaré al señor Graves, esto se me puede infectar.... 

-"Hombre, el séptimo de caballería"- Pensó John al ver aparecer a Stone y los suyos llevado por la euforia de haberse cargado a la criatura que quedaba. "-Por fin la noche nos trae algo normal"-.

-Efectivamente, detective Stone... le aseguro que no he tenido ninguna noche como esta en mi vida-. Dijo John intentando un amago de sonrisa que no llego a ser tal pero que en esas circunstancias podía valer.

- Estoy pensando que si Phil va con Graves a que les vea un médico, Charles y yo podemos acompañarle a usted y a sus chicos a la mansión de Bannon para llevar el cuadro cuanto antes al profesor Armitage. No debemos perder el tiempo ya que no sabemos qué cosas nos podemos encontrar visto lo visto-.

El detective se acercó a su amigo y le susurró al oído: -Tranquilo John, no hacen falta tantas formalidades, los chicos están ocupados, no me tienes que llamar de usted- sonrío.

-Por otro lado, id a descansar, yo me ocuparé personalmente del cuadro y de Armitage. Sé lo importante que es. Dormid un poco y yo os contactaré por teléfono. Confía en mí- dijo apoyando su mano en el hombro del investigador privado.

Así que tal y como estaban las cosas, Charles y John montaron en el maltrecho Ford T y siguiendo al coche patrulla que llevaba a sus compañeros heridos abandonaron aquel lugar de espanto.