estoy empezando a pensar que el culamen de Cenicienta es su almacén secreto de comida... xD
PD: para el ataque dejo a decisión del director (en función del daño) que la mordedura si no es mortal tenga el carácter de Licantropía o si es mortal Caperu se desangre sexualmente (todo esto siempre y cuando no me muera yo xD)
Se me va muchísimo la pinza con este personaje XD
Me río hasta yo sola al escribirlo.
Yo voto por el harén. Será divertido XDD
Esperemos al azar (dados).
Y yo me río de leerte prima, es la caña jajajaja
en fin, yo es que no tengo el humor muy allá y debe reflejarse también... jajajaja
Pues sí, esperemos al azar a ver qué nos dice, ya que puedes haber muerto antes de morderme.
Lo que sería ya la leche es que me convierta en lobo y me mate a mí misma Bwhahahahah que paranoia.... en fin...
Si no tuviera estas misiones y tal, quizás habría actuado diferente.... :P
Caperucita sacó un segundo cargador de debajo de su caperuza y recargó rápidamente el arma mientras el licántropo cargaba contra ella. Por un instante pudo ver el resplandor de sus afiladas garras amenazando con desgarrarla, pero un instante antes del choque fatal, su fusil volvió a sonar con el mismo mortal repiqueteo. La bestia en la que se había convertido el príncipe azul recibió hasta veinte balazos entre el pecho y el abdomen. La sangre salpicó la cara de Cenicienta y de Caperucita y toda la habitación se tiñó del color de una sangre que resultó no ser precisamente azul. La bestia había perecido al fin en una orgía de destrucción, y el cadáver maltrecho volvió a recuperar poco a poco su forma humana. Toda la belleza del príncipe resultaba ser ahora un amasijo desfigurado de carne y de vísceras. La cazadora había acabado con su presa.
Motivo: Ataque licántropo
Tirada: 1d10
Resultado: 1(+6)=7
Motivo: Ataque Caperucita
Tirada: 1d10
Resultado: 8(+6)=14
Tirada | Cuerpo | Bonif. interpretación | Total | |
Licántropo | 5 | 1 (buena) | 7 | |
Caperucita | 4 | 2 (excelente) | 14 (éxito) |
Un instante después se escucha desde el pasillo la voz del capitán de la guardia:
-Alteza! Alteza! Estais bien? Se han oido disparos...¿Hay algún herido?
-¡La p*bip* madre del cordero!-Murmuró Cenicientrix anonada, viendo al cachorro en el suelo acribillado a balazos mientras volvía a mostrarse a Príncipe. Se pasó la mano por la cara para sacar el exceso de sangre en su piel y levantó la vista para mirar a su prima.-¡J*bip*, tía! No te había hecho nada. Has venido a matar. Y ahora,-suspira-¿con quien c*bip* me caso yo?
Se quedó mirando a la puerta mientras escuchaba la voz del Capitán.
-¡Un voluntario!-Exclamó dichosa mientras se levantaba. Se acercó al cadáver de Príncipe y le sacó la corona de la cabeza, la limpió en alguna zona limpia de su traje agujereado y se la puso en la cabeza, sin ningún decoro.
Los gritos del capitán de la guardia vuelven a oírse en el exterior:
¿Pero que está pasando ahi dentro? ¿ALTEZA? ¿Estais todos bien?
Cenicientrix miró a su prima, después al cadáver de su prometido. Y ató cabos. Se acercó hasta su prima y agarrándole el rostro con ambas manos, le miró intensamente a los ojos.
-Vas a hacer lo siguiente.-Comenzó a decir. Pegó su cuerpo al suyo, sus dos pares de pechos se apretaron entre si, sus caras estaban a centímetros, prácticamente respiraban el mismo aire.-Sal fuera, distare al Capitán. Yo me ocuparé de lo que ha pasado aquí. ¡Siempre se me ha dado bien limpiar!-Exclamó haciendo el signo de la victoria con sus dedos.-No dejes que nadie entre, sabrán que tú has matado al Príncipe y te colgarán.-Le informó con pasmosa serenidad.
Cenicientrix se apretó más contra su prima. Deslizó una mano de su rostro a su hombro, por su brazo, por su cadera, por su cintura, le rodeó con el brazo por detrás y apretó su glúteo para arrimarla contra ella y besarla durante un momento breve pero intenso. Fue un beso húmedo y más cuando Cenicientrix metió su lengua en la boca de su prima, para besarla con lengua lascivamente y sin dejar de apretar ese glúteo. Al cabo del rato, se apartó con suavidad.
-Cuidamos de la familia.-Dijo a la vez que la soltaba.
Mientras Caperucita decidía qué hacer en aquella situación, las dos primas escucharon unos golpes metálicos en la puerta. ¡Alguien estaba intentando derribarla a espadazos!
De repente, un potente seísmo hizo os hace tambalear. Las paredes de la habitación comienzan a resquebrajarse y empiezan a caer cascotes del techo. En el suelo se abre una enorme brecha que revela de la que emana un vapor sulfuroso.
-Rápido, prima, tenemos que largarnos de aquí.
Caperucita tomó a Cenicienta del brazo y, abriendo el pestillo de la puerta la sacó de allí a la fuerza.
Escrito por el director. Escena final en el pasillo.