Partida Rol por web

De repente, el sonido de un arma de fuego de fuego disparando una ráfaga se escucha procedente de algún lugar indeterminado de palacio.

Observo extrañada a Gretel, dirigirse hacia nosotros, seguida muy de cerca por Bestia, el amante de la muerta. Arqueo una ceja y hago un leve ademán con la cabeza a modo de saludo.

La pequeña, ni corta ni perezosa comienza a hablar y lo que dice me perturba un poco. Hago una seña a Peter para que se largue y nos deje solos, aunque no estoy segura de si la ha visto o no, ese chiquillo maleducado hace lo que le place, y sale corriendo, no sin antes hacer una grácil reverencia.

Miro a los dos huéspedes y afirmo con la cabeza en señal de comprensión. En ese instante un fuerte disparo suena proveniente de alguna parte del castillo. Pero no me importa demasiado, un disparo no podría acabar conmigo así pues, me encojo de hombros y comienzo a hablar.

-No querida niña, yo no soy una bruja, ni siquiera sé utilizar la magia. La que se rumorea era una bruja era la muerta, la amante de este- Señalo rápidamente a la Bestia - Ahora,decidme, ¿Rumores sobre mi?-

Frunzo el ceño un momento, ¿Qué clase de rumores podrían correr sobre mi? Si he procurado comportarme debidamente... aaaaaggggg, estos humanos, hace tanto tiempo que dejé de serlo, que quizás he olvidado cómo actuar como uno... Demonios...

-¿Cenicienta?, ¿Qué tiene que ver ella con todo esto?, parece perturbada la pobre, pero aparte de eso... -

Cuando escucho el disparo miro a la bestia con preocupacion ¿ Que habra pasado? ¿Deberiamos hacer algo?

-Señora los rumores que corren sobre vos es que habeis hechizado a otros miembros de la boda para que hagan lo que vos queréis, por eso piensan que sois una bruja..¿Entonces no lo sois? ¿No sois nada extraño?- La mire con el apremio del poco tiempo que quedaba para el final de todo esto, si no estábamos preparados moririamos todos

-Cenicienta si es una bruja y una bruja malvada, planea invocar el poder de la bruja oscura en el momento de la ceremonia para despues matarnos a todos ¿Y como lo se? Porque yo soy bella, la que esta muerta al otro lado del castillo, asesinada por el principe que es un hombre lobo, por orden de cenicienta. Pero tambien soy gretel, hay muchas cosas del pasado de bella que no recuerdo al igual que el de gretel.Puede que bella fuera una bruja pero estoy segura que no era malvada como cenicienta.Ahora ¿Confiais en mi? ¿Me ayudareis a parar la boda?-

Mire a la gran dama oscura que permanecia inmutable en el balcon tempestuoso

Aturdida por toda la información que maneja la pequeña añado,

-¿Y a mi qué me importa lo que suceda en esta ceremonia?, Yo estoy por encima de todo esto, no os diré lo que soy, puesto que me pondría en peligro, hay alguien que desea mi muerte en esta fiesta y no puedo permitirme desvelar mi condición. Sólo os confirmaré que no soy una bruja y no he hechizado a nadie, quienes me siguen, lo hacen por deudas...-

Espera... ¿Cenicienta una bruja?, ¿Gretel es Bella?... ¿Cómo es posible?...

-Peter me comentó que el príncipe es un hombre lobo y que podría ser el autor material de la muerte de la Dama de honor... eso parece estar confirmándose, pero...¿Qué prueba tenéis de que sois Bella?, No pretenderéis que me crea algo así sólo porque vos lo mencionáis-

Bueno ya me imaginaba que no seria fácil convencerla, no tiene nada que perder

-Bueno no me digais que sois pero al menos ayudarnos a nosotros a evitar que nos maten a todos, si os siguen por deudas tambien lo haran a nuestra causa..-Suspire iba a ser complicado- ¿No deseais que el bien triunfe?, este castillo si ir mas lejos ¿ Creéis que el pertenece a los prepotentes del principe y cenicienta? no, es de la bestia y tiene que volver a su dueño, todo tiene que volver a su equilibrio.Tal vez no podais morir pero si ceniencienta consigue el poder de la bruja oscura las cosas para vos van a mudar tremendamente, senguramente porque los que os siguen van a cambiar y posiblemente morir y no descarto que con su poder intente manejaros a vos, que eso si podria-

Deje exhalar el aire

-¿Que quereis que os diga paa probarlo? Soy yo y punto, ¿No os basta con que besrtia este aqui a mi lado y con que sepa todas estas cosas de mi ex mejor amiga cenicienta? Ayudanos blancanieves..-

La mire cn mi mirada infantil pero fuerte

Estallo en una sonora carcajada al oír la primera frase de la niña, ¿Qué el bien triunfe? ajajajajaja  Bajo mi rostro para observar a la niña mientras termina de hablar, intentando no estallar en carcajadas.

¿Manejarme a mi? ajajajaja... No sé qué tan poderosa sea Cenicienta como bruja, pero acabé con la bruja de mi madrastra sin esfuerzo... sus hechizos fueron inútiles contra mi poder. En fin... Necesito entretenimiento en esta fiesta tan aburrida... y mientras Midas y Peter se ocupan del cazador, no pierdo nada. 

Recuperando mi rostro sombrío, comienzo a hablar mirando a ambos.

-En fin, no es que me crea mucho toda esta parafernalia, pero mi aburrimiento va en aumento y la pánfila de Cenicienta y su pelele no es que sean de mi agrado. Arruinarles la boda puede ser divertido... ¿Qué se supone que hay que hacer?-

Una de esas risas que te hielan la sangre y te dan un mal presentimiento.

-¿Podeis ocuparos de cualquiera que quisiera impedir que impidamos la boda cuando llegue el momento?¿ Cuanto con vos?-

Mire hacia le interior en la sala de invitados donde mi hermano bailaba con la chica rubia de antes con ellos un hombrecillo que no habia visto antes, frunci le ceño.

-Vayamos a hablar con mi hermano bestia, ya casi no nos queda tiempo- Mire a la señora oscura una vez mas antes de volver al salon de invitados- Señora,se que creeis que no teneis rival pero la soledad es el mayor enemigo que alguien se puede encontrar, recordarlo a la hora de elegir cuando tengais que hacerlo-

Gretel o Bella o quienquiera que fuera la joven seguía reclutando aliados para urdir sus planes. Después de haberse ganado el favor de Blancanieves volvió a sala en busca de su hermano. Bestia no se separó de ella.

La tormenta se había hecho más intensa. Los relámpagos deslumbraban en el cielo y unos vientos huracanados hacían que la lluvia cayese de forma oblicua sin dejar un sola pulgada del balcón bajo cubierto.

- ¡Qué espanto! ¿Pero por qué quiere hablar aquí en el balcón con este tiempo? ¿No sería mucho más adecuado que nos fuéramos a alguna otra sala de palacio?

Con molestia y ardor en el brazo, guio al molesto hombrecillo hacia el balcón. Llegamos al precioso apartado, con las fascinantes vistas del palacio bajo la tormenta y la oscuridad. Al arribar, rápidamente, pero con la mayor suavidad de la que soy capaz, aparto mi brazo del pequeño obispo y lo sobo con fuerza*, esperando que las llagas producidas por el contacto con "su santidad", cicatricen.

-Es por vuestro interés, su santidad, así, cuando aparezcan los novios, podrán platicar rápidamente. De la otra manera, deberían buscaros  por todas las alas de palacio.-

Sonrío, mientras decido lo que hacer a continuación.

Aquel ministro de Dios parecía una presa fácil. Y la ocasión era propicia. Otra potente ráfaga de un arma de fuego atronó en una de las alas alejadas de palacio haciendo el ruido suficiente como para que nadie pudiera escuchar el último grito de aquella víctima agonizante. Lo último que pudo ver aquel desgraciado a la luz de un relámpago fueron los afilados colmillos de su acompañante dirigiéndose hacia su cuello. Demasiado anciano, demasiado débil como para oponer resistencia, y demasiado envilecido por el pecado de la carne como para que su falsa santidad lo protegiera del abrazo de de su nueva ama.

Blancanieves sintió cómo después de agotar sus reservas de sangre, las fuerzas de la víctima lo abandonaban y caía en un  doloroso trance de quietud y extrañamiento mientras empezaba a adaptarse a su nueva vida como no-muerto.

Aprovechando el momento a solas con el hombrecillo y el hecho de que el hombre está prácticamente hipnotizado con mi escote, mirándole a los ojos le ordeno permanecer en silencio. Dejo crecer libremente mis colmillos y me abalanzo hacia él sin piedad, procurando no tocar su túnica.

La noche ha sido larga y un tentempié entre tanto mortal de sangre caliente, me viene bien para aguantar lo que resta de velada.

La sangre caliente dulzona del viejo, poco a poco, consigue saciarme. Me separo de él saboreando las últimas gotas que permanecen aún en mi boca. Antes de que el anciano fallezca, me planteo si dejarlo con vida y que me sirva o acabar con él. Tras unos segundos, decido convertirlo en vampiro, por lo menos de momento. La desaparición del obispo, a sabiendas que me acompañaba al balcón, no es conveniente.

Antes de que su corazón dé el tamborileo final, transformo mis uñas en garras y me hago un pequeño corte en la muñeca,y acerco la herida a su boca, obligandolo a beber mi sangre. El muy desgraciado comienza a absorber con ansia mi elixir de vida. Aparto de repente mi brazo cuando creo que es suficiente y froto con rapidez mi corte, esperando su acelerada cicatrización.

Observo al viejo retorcerse de dolor, mientras su cuerpo rápidamente ejecuta su transformación y despierta a una nueva vida.

Impaciente, miro hacia el interior de la sala y me planteo dejarlo ahí mientras termina de "renacer", pero sería demasiado arriesgado, casi igual que si lo hubiera matado.

Mierda... Espero que el viejo no tarde mucho... Tendré que permanecer cerca del abuelo o se comerá sin disimulo a todos los invitados

El abuelo despierta y parpadea repetidas veces, sin necesidad...Me agacho lentamente y susurro en su oído,,

-¿Hola?, ¿Me oís?...-

Qué fastidio, debería haberlo matado y tirado su cadáver por el balcón... en fin, por lo menos, mientras esté aquí, no oficiará la ceremonia... Mi trabajo aquí esta hecho... Si alguien viene o él regresa a la sala y se come a media boda, no es de mi incumbencia. Será mejor que vaya a comprobar si Midas ha hecho su trabajo...

Tranquilamente, me agacho hacia el viejo mirándolo a los ojos y ordeno, muy despacio, procurando que me entienda.

-Yo he ido a buscar a la novia, tú quédate aquí sin decir ni una palabra ¿de acuerdo?-

Le doy uno leves golpecitos en la cabeza, como si de una mascota se tratara y me encamino al interior.

El nuevo chiquillo de Blancanieves se retorcía en el suelo con espasmos de agonía. Era el proceso que debía pasar antes de asumir su nueva vida.

- Os oigo, sí -balbuceó-. ¿Qué qué habéis hecho conmigo? Me encuentro débil y veo borroso. ¿Quién sois en realidad y por qué lo habéis hecho?

Me giro al oír sus palabras y sonrío con malicia.

-Soy tu salvadora querido. Ahora acata mis órdenes y permanece aquí... El dolor pasará, no te preocupes por eso. Acabo de darte una nueva vida, ya no le tienes que rendir cuentas al que tú llamabas Dios, sino a mi. Tu señora.-

Vuelvo a girarme hacia la puerta y mientras avanzo hacia el umbral de la puerta, pronuncio mis últimas palabras.

-Te aconsejo que te quites esa túnica bordada... en un momento empezará a quemarte...-