Partida Rol por web

Midas se agarraba al Capitán Garfio como un enajenado con los ojos muy abierto y los dientes apretados, buscando la muerte de quien tanto sufrimiento quería causarle a su ama. El Capitán fue herido dos veces y 

-!Cagon ros!!Apunta bien con esa espada!

Entonces llegó Su Dama, Su Reina, Su Todo !Tan maravillosa como siempre!!Tan Perfecta! Midas sintió un fuego ardiendo en su pecho y que las fuerzas se le avivaban y aún siendo un viejo decrépito se sentía con la fuerza de mil hombres !El doblegaría a aquel rufián aunque la vida le costara! El suelo tembló y los pilares de la tierra misma amenazaron con caer sobre la cabeza del anciano exaltado.

-!No te soltaré!

El rey maldito siguió en su empeño y mientras el mundo se caía a su alrededor el seguía en su empeño de vencer, de medrar en su empresa y de demostrar a Su Reina cuan grande y poderoso era su amor por ella. Apretó los dientes y se lanzó hacia aquel bastardo con todo lo que tenía le iba a agarrar, a soltar puñetazos, patadas !incluso morder si hacía falta!

 Como el adulto que era, las palabras del capitán eran sabias y cargadas de razones. Pero eso no lo hacía mejor persona, sólo hacía que Peter se sintiese peor.

 Peter alzó el vuelo, quedándo lejos del alcance de los dientes del conejo y blandiendo su espada gritó mientras le asestaba el golpe letal:

 - Tic.. tac... tic... tac.... ha llegado tu HORA!!!!!.- aulló hundiéndole el acero en el pecho.

 La sangre salpicaba su rostro y su brazo. Se relamía mientras miraba a su dama fría. ¿Era esto? ¿Era esto lo que querías? ¿Me trataras mejor ahora?

Escucho las palabras de Garfio y me giro para ver al maldito bastardo intentando zafarse del agarre de Midas. Con rabia, suelto a la entrometida y me alejo de ella, ya me encargaré de esto luego.

El suelo comienza a temblar, pero no le doy importancia. Con toda mi ira acumulada, salto con rapidez hacia el capitán cubriéndolo del estoque final de Peter, que me lo llevo yo en la espalda, pero no es suficiente para acabar conmigo. Volteándome un segundo, pego un manotazo a la espada del mocoso.

Me giro hacia el capitán, cogiéndolo de sus largos cabellos y sin piedad hinco mis afilados colmillos en su cuello hasta que siento que su vida se apaga lentamente.

Con mis afiladas uñas, practico un rápido corte en mi muñeca y obligo a Garfio a beber de mi sangre, cuando es suficiente, dejo caer al futuro vampiro al suelo. Aun saboreando su ácido fluído en mi boca, sonrío a Peter.

-Espero que esto, te sirva como lección, pequeño... Por dejarte llevar por tus caprichos. Ahora compartiréis la eternidad odiándoos, pero trabajando juntos... para mi. Tu primera lección, le cuidarás y le enseñarás a ser un buen vampiro.-

Ignorando las protestas del niño, lentamente me giro hacia Midas y arqueando una ceja comento,

-Mi querido Rey... ¿Dónde está Pinocho?, os ordené acabar con él, no con Garfio...-

Por mucho que Garfio intentara liberarse de su presa, sus heridas eran demasiado graves como para liberarse de ella. Peter Pan se adelantó a los planes de su señora y lanzó sin piedad una estocada directa al corazón del bucanero. Un golpe mortal que arrebataría la vida a cualquiera de inmediato.

Maldiciendo por haber dejado escapar a una presa tan suculenta, Blancanieves se acercó al cadáver para tomarle el pulso y comprobó que el capitán aún seguía con vida. ¿Cómo era aquello posible? Cuando quiso comprobar su ritmo cardíaco obtuvo la respuesta. ¡El capitán tenía el corazón desplazado al lado derecho del pecho! Algo que le había salvado la vida para condenarlo a algo mucho peor que la muerte. Sin perder un instante, Blancanieves completó el proceso para vampirizar a su nuevo siervo haciéndole beber su sangre de forma compulsiva. Los hijos de la noche contaban ahora con un nuevo recluta entre sus filas.

Desde el suelo miro a Blancanieves. Tras la estocada del mocoso la mujer me había ¿mordido? Reconozco que no me habría importado en otras circunstancias pero había sucedido de manera extraña y confusa. El peso del maldito vejestorio no hacía mas que molestar.

-Tu... ¿Que demonios me has echo?- Me revuelto soltándome de Midas y me levanto lentamente malherido.- ¡Reponde!

Alicia entra en la capilla nupcial, dispuesta a cazar a ese conejo que debe contarle tantas cosas, la rabia  la desesperación están recorriendo de nuevo su cuerpo, adueñándose poco a poco también de su mente.
Al contemplar la escena ante la que se encuentra se queda paralizada sin poder reaccionar, el miedo la invade y cuando está a punto de darse la vuelta y salir corriendo de tal escena, Blancanieves se acerca, la sujeta haciéndole daño en su brazo y le habla amenazadoramente

-Largo de aquí, pequeña entrometida, tú no has visto nada...-

Maldita bruja! Alicia te está desafiando, ella es la reina negra acaba con ella!

Impulsivamente, cuando Blancanieves se aleja, Alicia abre la puerta de la capilla y grita esperando que el grupo que estaba en los pasillos la escuche…
Ayuda!!!! Venid a la capilla nupcial!! Hay que parar a Blancanieves!!!!

Un segundo después, con cara de odio, se acerca corriendo hacia Blancanieves y se abalanza hacia su espalda, mientras le tira del pelo, intentando arrancarle parte de su cabellera y quitarle de paso su bella diadema roja.

 Una risa descarnada y helada rompió el ambiente en la sala.

 - Él... ¿no era ya un vampiro? Pero él dijo... y vos dijisteis... Fue vuestro plan desde el principio, ¿verdad?.- Peter Pan, tras carcajearse en una risa que se convirtió en un ladrido comenzó a balbucear frases sueltas sin sentido - Yo estaba creciendo... estaba creciendo de nuevo... ¿o no? Ya no estoy seguro de nada. ¿Me engañásteis para adueñaros de mi alma? ¿De mi cuerpo? ¿Niño? Oh, no. No soy un niño. Hace tiempo que dejé de ser un niño. Pero no me había dado cuenta...

  Miró a Garfio, el nuevo neófito, levantárse de su muerte todavía altívo y arrogante. Su estúpidez jamás tendría fin.

  Miró a Midas. El pobre pelele ya no era ni siquiera una persona. Era sólo la sombra de Blancanieves. La sombra de ese monstruo.

 Y miró su espada, manchada de sangre. En su filo pudo verse a sí mismo.

 Lo que vió no le gustó.

- No, mi señora. Eso no va a pasar.- balbuceó mirándo directamente a sus turgentes pechos. Su acero se alzó de nuevo y él comenzó a flotar otra vez.-  Eso NO va a pasar.... ¡moriremos todoooossss!!!!!

  Peter, ciego de ira, cargó contra Blancanieves.

Viendo la oportunidad ante mí, miro a Midas, mientras recojo mi arma

-¡Atacan a tu señora! ¿La dejarás morir o me ayudarás a matarle? ¡El no es inmune a tu toque, es tu oportunidad de ganarte el favor de tu señora Midas!- Sin esperar contestación ataco a Peter pan por la espalda usando toda mi ira mi rabia y dolor. Mis heridas ya sanadas por el vampirismo no me estorbarán y estando el mocoso ocupado en otras cosas puedo atacarle sin ningún tipo de problemas.

La ira se había apoderado de aquella habitación.
Garfio había muerto y resucitado gracias a Blancanieves, Peter se alzaba en su contra mientras Alicia le tiraba del pelo después de pedir ayuda, y Midas... bueno, Midas todavía seguía allí, vivo.

¿Sería eso el caos? ¿Un caos diminuto, pequeño, concentrado en una sola habitación? Un caos generado por hombres, niños, Reyes... No importaba, pronto el verdadero caos estaría al caer y esta vez sería a manos de la única que podía reinarlo. Quería reír pero todavía quedaban asuntos por cumplir, asuntos que era probable que nunca llegaran.

- ¡Garfio! - grité - ¡...! - pero no pude continuar, probablemente él ya sabría lo que tenía que hacer.

El rostro hasta ahora pálido de Blancanieves se enciende con un rojo vivaz, clava su mirada en su vástago traicionero y veis como de sus manos salen unas afiladas garras. Con ellas detiene sin dificultades los dos primeros embistes de Peter Pan, pero mientras retrocede unos pasos para salvar la posición tropieza con Alicia: el momento perfecto para que la espada de Peter se hunda en su vientre. La vampiresa emite un chillido desgarrador mientras Alicia aprovecha para arrebatarle la diadema que llevaba en el pelo. Por otra parte, Garfio trata de rebanarle el cuello a Peter por la espalda, pero su vida, todavía mal acostumbrada a su nueva existencia vampírica, le traiciona y hunde su espada en su omóplato. 

El anciano soltó a Garfio cuando vio terminar el trabajo a Su Señora !¿Qué demonios?! Garfio se alzó y Midas bullió de ira a ver alzarse nuevo a Garfio ¿por qué le hacía eso Su Reina? El solo quería un poco de atención y ahora...!ESTO! Midas estaba confundido, miró a Blancanieves con los ojos muy abiertos y después bajó la vista...la había perdido para siempre. 

-¡Atacan a tu señora! ¿La dejarás morir o me ayudarás a matarle? ¡El no es inmune a tu toque, es tu oportunidad de ganarte el favor de tu señora Midas!

Los acontecimiento se sucedieron a la velocidad del Rayo de pronto vio al mocoso alzar su acero contra Su Reina. Todo estaba ya perdido y si era ese el final !pues así sería!. El Rey Maldito hizo acopio de fuerza y contra Peter que fue lanzándose contra el filo de su espada para evitar que la mortal hoja se hundiera en la carne de Su amada. Había llegado la hora tick tock y  sin demora ni temor hacia su muerte iba Midas para salvar a Su Reina y de paso llevarse a Peter consigo. 

Envalentonado al ver sangre sigo atacando con mas furia que otra cosa poniendome al lado de midas entre Peter Pan y Blancanieves.

-Mas vale que merezca la pena...-Digo mirando de soslayo a Blancanieves

Aturdida y embravecida por la pataleta del niño, he permitido a Alicia engancharse de mi cabello. Forcejeo mientras intento apartarme del ataque de Peter, con la niña detrás.

-MALDITO SEAS NIÑO ESTÚPIDO, YO TE DI LA VIDA. MALGASTÉ MI TIEMPO CONTIGO.MORIRÁS POR ESTO... GARFIO, MIDAS ACABAD CON EL ENGENDRO DE NIÑO...YO TENGO QUE... LIBBBBRARME DE ESTA ESCUENCLA DEL DEMONIO-

Me aparto rápidamente dando un salto, lo cual me cuesta un mechón de cabellos y me coloco a la espalda de Alicia. Rápidamente intento hacerle un corte con mis uñas en su cuello y agarrándola yo ahora, de su preciosa cabellera rubia, la muerdo sin compasión, desgarrando piel, músculo y carne.

Mis ojos brillan de un rojo carmesí y de mi garganta sale un profundo gruñido incontrolable. La ira me ha cegado, acabaré con ambos niños.

Mientras Peter ataca a Blancanieves, la adrenalina recorre el cuerpo de Alicia, enganchada  a las espaldas de la bruja vampírica. Le arranca la diadema que lleva en la cabeza, llevándose al mismo tiempo parte de su cabellera. Inmediatamente después, coge el muñeco de trapo que lleva en su mano y, concentrándose un segundo en el rostro de Blancanieves y con su diadema en la mano, parte al muñeco de trapo en dos y le arranca el corazón.

Muere maldita bruja

Oh no, Blancanieves se acerca a ella con intención de morderla, sus ojos parecen ahora inyectados en sangre…

Tik Tak Tik Tak el tiempo va en mi contra y no queda mucha fuerza en mi para hacer lo que debo. Hago acopio de fuerzas y escupo al suelo.

-Hasta aquí hemos llegado.

Ahora o nunca. Si voy a morir que sea siendo libre. Me lanzo contra Midas ensartándolo de parte a parte con mi estoque.

-!Traición!

Midas abre los brazos protegiendo a su Reina y trata de llevarse por delante a Peter y a Garfio para alejarlos de Su Reina aún a costa de su vida. Era lo único que el anciano podía hacer y lo único que deseaba hacer, todo fuera por salvarla a ella de una muerte segura.

Alicia se tiraba con furia de la muñeca vudú que le había regalado su amiga Magdalena con furia, pero pronto se dio cuenta de que no era tan fácil partirla por la mitad. Entre tanto, Blancanieves, a la velocidad del rayo se dio la vuelta previendo el peligro de aquella magia negra y de un certero zarpazo abrió a la pobre chiquilla por la mitad haciendo que sus vísceras se esparcieran por el suelo.

Mientras tanto, Peter se lanzaba a la carga para rematar a su señora. El primer envite había sido todo un éxito, pero hubo algo con lo que no contó el eterno adolescente. El rey Midas se cruzó entre él y su señora. Demasiado tarde para esquivarlo, Peter chocó contra él con toda su furia quedando inmediatamente convertido en una hermosa estatua de oro.

¡Blancanieves y sus leales servidores habían vencido!