Partida Rol por web

La velocidad de Gwengilax es superior a la del dragón adulto y, gracias a ello, jinete y montura ganan distancia con respecto al dragón. 

Garroom y Gwengilax estaban cada vez más cerca de encontrar un refugio entre las montañas y, así, perder de vista al dragón pero éste batió sus alas con fuerza y prácticamente lo tenían encima. A pesar de que Gwengilax era joven y rápido, el dragón negro adulto era más grande con lo que recorría más distancia con cada batir de alas. 

Garroom empezó a sentir algo parecido al miedo e instó a Gwengilax a volar más rápido y dejar atrás al dragón. 

Gwengilax no pudo volar lo suficientemente rápido.

Tu corazón dio un vuelco cuando aquel imponente dragón negro abrió sus fauces, estaba a punto de engullirte, aquello era el final, una larga vida como héroe para terminar engullido por un dragón ¿o quizás había otra salida? quizás era demasiado tarde ¡o quizás era una locura! pero la única manera de salvarte de las fauces del dragón consistía en saltar de la montura (dejándola correr peor suerte) y precipitarte al vacío, ¿morir engullido?¿o morir en el impacto con el suelo? quizás la decisión más difícil que habías tomado en tu vida, pero las alternativas escaseaban.

El miedo de Garroom se intensificó al girar su cabeza para ver al sragón y en su lugar encontró unas fauces enormes abiertas de par en par, a punto de engullir al orco y al dragón esmeralda. Debía pensar rápido y la única opción que se le ocurrió fue saltar:-Lo siento.-dijo antes de precipitarse al vacío. 

Mientras descendía a toda velocidad, Garroom llamó a los elementos para que le protegieran en su descenso vertiginoso hacia el suelo.

De repente notaste oscuridad, ¿estabas muerto? ¿habías recibido un golpe?¿por qué seguía esa sensación de caída libre? después aquello se convirtió en calor, mucho calor, ¿eran normales esas reacciones en el cuerpo?.

Si tenías las agallas para abrir los ojos te diste cuenta que durante tu caída libre habías penetrado un complejo subterráneo, bastante cálido, bastante oscuro, sin embargo aquello brindó un atisbo de esperanza ante tus ojos.

¡Era una guarida de dragones!

En el suelo había muchas ramas que hacían de colchón, pero también había muchas rocas, todo eso sin contar con el gran número de huevos que había a los alrededores. Por suerte parecía que no había nadie vigilando, aunque no dio tiempo suficiente a comprobar el terreno puesto que... 

¡PAF!

Tu cuerpo acababa de impactar en mitad del nido, sentías dolor, confusión, pero parecía que todavía seguíais con vida ¿o era todo un sueño?

Poco a poco te ibas recomponiendo de aquel descenso tan brusco, habías salvado la vida pero estabas en una situación poco ventajosa. No parecía haber salida allí.

Sin embargo había algo más que te ponía nervioso, se trataba de aquella docena de huevos que no sabías si podían eclosionar en cualquier momento... de hecho no pasó el suficiente tiempo hasta que uno de ellos comenzó a producir un particular sonido, un "crack" que heló la sangre.

En apenas un abrir y cerrar de ojos, una cría de dragón negro había salido del huevo... ¿cuánto faltaría para que saliese el resto?

La caída fue lo ultimo que recordó Garroom, en su fuero interno sabía que todavía seguía con vida pero no donde había aterrizado. Abrió los ojos, al notar una presencia calorífica, aquello no era lo que debía notar. 

Ramas colocadas estratégicamente formando un círculo, rocas aguantando dichas ramas y una decena de huevos negros, consiguió contar Garroom al adecuar su vista a esa oscuridad. Un crujido resonó en la oscuridad y un fulgor iluminó el nido y a Garroom se le encendieron los ojos y los elementos acudieron a su llamada. en su arsenal mágico Garroom contaba con un hechizo de destrucción máxima; la Explosión Elemental. Los elementos se fusionan entre sí: fuego y tierra para formar lava, fuego aire y agua para formar nubes de tormenta que dan como resultado relámpagos. La propia tierra y el aire elevan grandes rocas. 

Todo aquél despliegue de magia tenía un objetivo: destruir los huevos. Garroom sabía que aquél acto era despreciable, puesto que la vida era sagrada pero la salvación de Azeroth era más importante. Más adelante saldaría cuentas con los ancestros por el crimen que iba a cometer pero debía acabar con ellos. 

De repente, mientras seguíais destruyendo los huevos que te rodeaban, una inmensa sombra negra tapó la obertura de la parte superior de aquel nido subterráneo ¿qué significaba? ¿a caso había venido la madre de aquellos dragones a reclamar la justa venganza? ¿sería aquello tu final definitivo?

Aquella sombra comenzó a ser más pequeña en cuestión de segundos, algo se había adentrado en el nido y batía sus alas a gran velocidad.

Cuando te diste cuenta de lo que allí sucedía una disimulada sonrisa se pudo dibujar en tu rostro, acababan de llegar los refuerzos.

La criatura que había ensombrecido el lugar era el capitán orco de tan mal genio que ahora estaba volando a lomos de un draco de bronce.

- Já, malditos cobarde, así que escondiéndote para librarte del combate ¿eh? pues te has perdido casi toda la diversión - comentó mientras descendía lentamente.

Prácticamente todos los huevos estaban destruidos aunque aquel nido podía albergar más en sus profundidades y ya era notable tu cansancio sobre todo después de lo sucedido.

- Vamos, sube, hay que volver inmediatamente al campamento, la situación se está poniendo la mar de interesante - hizo un gesto brusco con la mano y descendió lo suficiente para que de un salto pudieras aferrarte al draco y montarlo.

En cuanto subiste al draco el orco mandó la orden de ascender rápidamente.

Los nuevos y pequeños dragoncillos negros que acaban de salir del huevo intentaron alcanzaros pero su corta vida no les había dado la experiencia suficiente para volar a tanta altura sin caer agotados.

La bocanada de aire fresco obtenida del exterior del nido se vio turbada rápidamente por un panorama desolador.

La guerra entre los dragones ahora era más cruel, allí había más del triple de dragones que antes, pero no estaban dominando el terreno, a la batalla se habían unido otros dragones como Kalecgos o Nozdormu que estaban haciendo todo lo posible para mantener a raya a la vieja estirpe de Alamuerte.

De los cielos caían de manera más precipitada las bolas de fuego esmeralda que indicaban que la invasión por parte de la Legión Ardiente no tenía fin, aquello se había convertido en un campo de batalla que no solo afectaba al aire, sino a la tierra y al mar también.

- Estamos en mitad de un infierno - gritó el orco emocionado.

- Uno de mis chicos te vio caer y dio el aviso, pero vamos, no sé si servirá de mucho que te haya salvado, presiento que moriremos hoy combatiendo, ¡y me encanta la idea jaja! - volaba a gran velocidad rumbo al campamento.

- Nos han informado que el portal de las tierras devastadas ha cambiado de color, ahora se torna de color rojo, nunca había sido así desde hace años y se cree que lo peor está aún por llegar, en el campamento hay un mensajero de Alexstrasza que desea hablar con ustedes, así que me debes una frase de agradecimiento por las molestias ocasionadas por haberme hecho venir hasta ti...  - rió

Garroom entró en trance de combate mientras destruía huevo de dragón negro, cuando una sombra oscureció todo. Otro dragón había aparecido:-Si es así como debe terminar esto que así sea! Ven aquí  maldita lagartija y te enseñaré lo que es el dolor!-dijo mientras preparaba un nuevo ataque cuando el descenso del dragón fue lento y dejando ver que llevaba un jinete en su lomo:-Tu.-respondió Garroom al ver al viejo orco del Rocal, de sus manos se disiparon los hechizos convocados y el fulgor de sus ojos se apagó. El capitán orco le extendió la mano para que subiera mientras le increpaba por hacerle venir a buscar.

Garroom no dudó y de un salto subió al Dragón de bronce y, a la señal del viejo orco, se elevaron hacia el exterior del nido. Y la situación se había puesto la mar de interesante, con palabras del capitán orco. La Guerra de los Dragones llegaba a su punto álgido, los aspectos de Dragón se habían unido a la lucha contra la estirpe de Alamuerte y los fuegos viles de la Legión habían empezado a afectar a los elementos:-Gracias por su ayuda capitán, lamento la perdida de Gwengilax. Ese dragón adulto era demasiado y eliminó a todos en cuestión de segundos. Reitero mi agradecimiento por su actuación.-comentó Garroom mientras volaban de vuelta al Rocal. 

El orco rió, un gesto bastante desagradable teniendo en cuenta que se hablaba de la muerte de un dragón.

- Jajaja, yo contaba incluso que hubieses muerto en combate, veo que no siempre sé calcular bien el destino de cada uno - dicho aquello terminó de hacer el camino que le quedaba hasta aterrizar de nuevo en el campamento.

A diferencia de cuando lo dejasteis, el campamento ahora estaba repleto de soldados y dracos heridos que estaban recuperándose de sus heridas en combate, pero lo que más te llamó fue la presencia de un elfo vestido con ropajes nobles y custodiado por un pequeño séquito de otros 4-5 elfos más.

Cuando descendiste el elfo fue directamente a recibirte. En cuanto estuvo cerca lo pudiste reconocer sin problema, se trataba de Korialstrasz, el consorte de Alextrasza pero en su aspecto de elfo.

- Bienvenidos de nuevo a tierra héroe - comentó mientras hacía una reverencia.

- Como puedes comprobar el tiempo se nos agota, la Legión está desplegando todo su potencial y todos tememos que están empezando a jugar ahora su última carta, habéis oído ya sobre que el color del portal oscuro ha tornado a rojo ¿verdad? eso es un mal augurio que lamentaremos seguramente - después de aquellas noticias siguió informando.

- Una de las expediciones ha logrado eliminar a Cho'gall con éxito, al igual que sabemos que la expedición en Ulduar no ha reportado beneficio alguno.  Ahora que los dragones aspecto están luchando en este territorio sería de vital importancia que estuvieses en la Torre del Reposo del Dragón para organizar el siguiente paso - dijo en un semblante serio.

- Sanaré tus heridas y te teletransportaré hasta Rasganorte, por favor, investiga todo lo que esté en tu mano para ayudarnos a acabar con esta guerra, no podemos permitirnos más bajas - comentó siendo consciente de que se habían perdido ya muchas vidas en esta guerra.

Un leve cosquilleo provocado por la magia regenerativa hizo que todas las heridas sanasen además de hacer desaparecer levemente el cansancio, acto seguido el dragón invocó un portal que se colocó tras tu espalda, se podían ver las gélidas montañas de Rasganorte.

Abandonaste rápidamente El Rocal atravesando el portal y con la sensación de que habías sobrevivido a una cruenta batalla entre dragones.

Pero la pesadilla solo acababa de comenzar.

Cuando llegaste al recinto del cementerio de dragones aquello se convirtió realmente en lo que su nombre indicaba. El cielo estaba nublado y los cadáveres de dragones y demonios estaban esparcidos a más de un kilómetro del perímetro de la torre, una torre que estaba semi derruida y con una guinda en aquel macabro pastel. El cadáver de un gigantesco dragón rojo que te hizo pensar en la peor de las sospechas...

Estabas frente al cadáver de la reina de dragones.

De repente viste que había un dragón volando a gran altura, era bastante corpulento y por desgracia no podías distinguir si era amigo o enemigo. Estaba dando vueltas en círculos alrededor de la zona ¿estaría buscando supervivientes para rescatarlos o por el contrario estaba evitando que escapase alguien de la masacre?.

El dragón descendió a gran velocidad en cuanto te vio: era un dragón azul adulto; en cuanto estuvo a una baja altitud distinguirlo era casi un juego de niños.

En cuanto posó su cuerpo en la nieve el suelo retumbó, ahí fue cuando despejaste todas las dudas de que se trataba de un aliado puesto que de ser un enemigo ya te hubiera llevado por delante.

Tan solo bastó un par de segundos para que aquel dragón adoptase una forma mucho más amigable y receptiva...

¡Se trataba de Kalecgos! el líder del vuelo azul.

- ¡No puedo creerlo, otro superviviente! - comentó eufórico a la vez que casi de manera instintiva te abraza.

- Sabía que era buena idea mantenerme por los alrededores un poco más, ha sido una catástrofe, las fuerzas de la Legión han destruido la torre, fue un ataque por sorpresa, ni si quiera... ni siquiera Alexstrasza ha podido sobrevivir... - su rostro se notaba apenado, demasiado apenado.

- ¿Tan solo has sobrevivido tú? sé que erais un grupo variado de héroes... maldita la hora en la que no supimos prepararnos para defendernos de algo así, ¿cómo has logrado salvarte? -

Cuando Garroom llegó al Rocal aalí estaba un alto elfo pero en realidad era un dragón en su forma humanoide. Le explicó la situación y Garroom quedó estupefacto al escuchar las nuevas y le instó que le sanará rápido y le teletransportó con premura hasta Rasganorte.

Una vez allí palideció ante el horror que tenía ante sus ojos. El Cementerio de Dragones daba honor a su nombre y lo que vió frente a él lo hundió en la miseria. El cadáver de la Reina de Dragones estaba frente a él, cayó de rodillas y sozolló de tristeza, el Aspecto de la Vida había muerto. La sombra de un Dragón apareció sobre su cabeza y Garroom estalló con la misma furia que ne nido de dragones pero para cuando aterrizó y cambió de forma la ira se tornó en calma al ver a Kalecgos:-Es una desgracia. Con suerte, habilidad y por que no me encontraba aquí cuando han atacado. Me estaba enfrentando al vuelo negro frente al Portal Oscuro.-le explicó el orco a Kalecgos:-Se que el resto no estaban por que tenían sus misiones que para que algunas han tenido éxito y otras no.-le respondí al comentar sobre el resto:-No queda nadie más Kalecgos?

El rostro de Kalec era esperanzador, saber que valerosos héroes como tu seguían con vida era un punto a favor.

- Eres la última persona que he encontrado en la última hora... - respondió, poco después se centró en hablar del ataque.

- Llevarían preparando el asalto desde hace tiempo, esperaron al momento preciso para hacer un ataque a gran escala, cuando las defensas estaban en el menor rendimiento posible -

- El portal oscuro está trayendo cada vez más y más hordas de demonios; al menos espero que los dragones negros estén más controlados... por desgracia los sabios presagian la llegada del Titán Oscuro - se quedó en silencio.

- Si realmente ese presagio es cierto, Sargeras podría regresar a Azeroth y culminar con la destrucción de toda la vida... - lentamente comenzó a transformarse en dragón.

- ¿Había un campamento en el Pantano de las Penas verdad?, seguramente pretenden dar un golpe final antes de que completen la llegada, tu ayuda será definitiva para un combate así... seguramente sea nuestra última oportunidad para asestar la estocada que incline la balanza a nuestro favor, ¿puedo contar contigo? -

El rostro del dragón era de pena al comprobar que no había más supervivientes junto al orco.

Casi sin demora el dragón alzó el vuelo contigo a su lomo.

- Alexstrasza depositó su confianza en ti amigo mío, sin lugar a dudas no has fallado a lo que ella esperaba; pase lo que pase a partir de ahora puedes estar orgulloso de la elección que has tomado, juntos tenemos una oportunidad - dicho aquello su forma de volar se tornó más agresiva y veloz, si no te agarrabas con fuerza podrías caer al vacío.

Aún quedaba un largo vuelo hasta llegar al Pantano de las Penas, quien sabe si alguna vez más volveríais a visitar las gélidas tierras de Rasganorte o ni si quiera contemplar el mar desde tanta altura...

Mientras Garroom escuchaba al dragon azul una oleada de sentimientos contrasictorios abrumaban la mente de Garroom. Esta vez si que la Legion Ardiente habia logrado un objetivo claro, destruyendo a Alexstrasza casi lo habia conseguido. Destruir la esperanza de Azeroth pero lo que no cuenta la Legion es con que algunos de heroes mas valientes les harian frente, como se hizo antaño.

Garroom asintio ante las ultimas palabras de Kalecgos y cuando se hubo transformado monto sobre su lomo y partieron hacia el pantano de las penas.