Muy parecida al estudio, con la diferencia que cuenta con muchos más libros.
En el centro reposan dos sillones uno frente al otro con una mesita en el centro la cual sirve para soportar a un tablero de ajedrez cuya cantidad de polvo encima implican que nunca se ha jugado o hace tiempo se ha dejado de jugar.
La iluminación es buena, aunque muchos, por no decir casi la totalidad de libros, fueron afectados por la humedad y ya no pueden ser leídos.
Al ingresar en la biblioteca, puedo sentir el aroma de humedad en el ambiente, causado por los libros en el lugar, humedecidos y envejecidos por el tiempo, parece que nunca se han vuelto a tocar desde que fueron puestos allí. Me acerco hasta una de las estanterías, esperando encontrar algún libro referente a la medicina, si no hay alguno que llame mi atención, busco alguna novela o cuento que pueda leer y pasar un tiempo antes de irme a la cama, quería que mi mente se tomara un descanso y que las imágenes de aquellas criaturas fueran reemplazadas por algo más bonito.
Pasas tu mano en cada libro y en cada posible recoveco, afuera se oía apenas el viento aullante que hacia bailotear las ramas secas de árboles cubiertos por una espesa nieve.
El ambiente quizá era tranquilo, pero la melancolía de la situación te llevo a quebrarte por dentro, dejando tantas cosas atrás que varias lagrimas acudieron al llamado de tu mente para poder desahogar las penurias de aquel paradójico sentimiento de saber que aun estabas viva.
Te topas con un libro de cuentos de terror, quizá no era lo mejor, pero era uno de los pocos por no decir el único libro escrito en inglés y que aún se entendía algo.
Era una escena fantástica, hasta cierto punto, ver como las ramas desnudas de aquellos árboles ahí afuera se movían al ritmo de la ventica, la nieve golpear la ventana y llenar cada espacio en el suelo, simplemente era magnifico, pero desde allí dentro, en la comodidad y calor del refugio.
Los sentimientos se apoderan de mi poco a poco, pensando en todo lo que he perdido, era de soñadores pensar que mi familia estuviera bien, mi corazón querían pensar que no tenían problemas y que los volvería a ver pronto, pero mi razón me aterriza y me hace caer en cuenta que si un lugar como este cae, los demás lo harán pronto poco a poco, las lágrimas bajan humedeciendo mis mejillas, sin dejar tregua, con las mangas del suéter intento secarlas, no quería que me vieran en ese estado.
Un intento de sonrisa se dibuja en mi rostro, luego de que deslizo mis manos sobre los libros y encuentro para colmo uno en muy buen estado, lo jocoso del tema, es que son cuentos de terror, me encojo de hombros y lo tomo con cuidado, me acerco a una de las sillas más cómodas en la habitación y me siento a leer sus páginas.