Se trata de una de las habitaciones más bien cuidadas después de la cocina, sin rastro alguno de polvo.
Varios platos junto a sus tenedores y cuchillos de plata reposan sobre una mesa ovoide sin mantel alguno.
Hay una araña metálica encima con espacios dispuestos para velas, a pesar que cerca hay una chimenea con veladores encima cuyos compartimentos eran ocupados por focos amarillos de alto consumo.
19:12 pm
Cada quien se coloca en sus respectivas recamaras, al poco tiempo se sirve la cena.
Se trataba de una exquisita sopa de verduras, bastante espesa y muy bien elaborada, con un aroma delicioso y un sabor sin igual.
Todos debían sentarse alrededor de la mesa y Miss Corning pasaba a servir a cada uno de los comensales en sus respectivos platos.
- No quiero ni una palabra en la mesa, comeremos en paz y eviten sonidos de sorbidos, los detesto – dice con su típica y afilada forma de hablar – si alguien quiere más, sírvase, pero eviten los ruidos –
Al entonar estas palabras, termina su recorrido y se sirve también ella desde la humeante olla ennegrecida por los años de uso.
Levanta la cuchara y con una leve curvatura en sus arrugados labios, comienza a cenar.
- Al parecer seré la primera en romper mi regla, pero me temo que necesitamos algo de organización… - coloca su cuchara en el plato humeante y se cruza los dedos de ambas manos en una curvatura que usa como soporte para su fino mentón - …como lo he dicho antes, de la cocina me encargo yo, así como de los víveres, esperemos que esta locura termine lo más antes posible, pero mientras tanto necesitamos designarnos tareas… - ante cada indicación levanta un dedo - …lavado de ropa y planchado, vigilancia, búsqueda de recursos y sobrevivientes…ya habrán notado que tenemos espacio para por lo menos una veintena más de personas, pero aunque no lo creo demasiado conveniente, no nos vendría mal alguien que se encargue de nuestra salud…lastimosamente el Dr. Ángelo no creo que se encuentre más en su consultorio, si es que no se ha convertido en una de esas cosas ya, pero su oficina nos podría brindar algunas cosas que nos podría ser útiles, sin mencionar de algunas medicinas… - tose un poco no sin antes llevarse un puño en la boca a modo de evitar expulsar cualquier secreción poco agradable - …su consultorio no queda muy lejos del pueblo, también podemos enfocarnos en la caseta de los guardabosques que queda relativamente más cerca de aquí pero aún más perdida entre los arboles del bosque, lo que en cierta manera me preocupa ya que ustedes citadinos poco y nada conocen de estas tierras – bebe un par de sorbos de la sopa y al rato vuelve a hablar –
- ¿Ideas? – al lanzar esa pregunta, se levanta y busca un cesto con panificados caseros recién horneados que los sirve a modo de comida sólida para satisfacer aún más el hambre que la comida liquida de repente no puede paliar – por cierto, no se acostumbren a esto, las reuniones las podemos hacer frente al fuego de la sala, pero no durante las comidas, me enerva bastante que la gente hable mientras come -
Dirk estaba realmente nervioso, aquella mujer lo ponía nervioso, por algún motivo u otro, no alcanzaba a comprender los motivos que tendría una mujer de su edad para ser tan amable y ayudarlos en un momento y luego ser tan obstinada con las normas y reglas pese a que la situación apremiase lo contrario.
Es por eso que cuando dio permiso para hablar en la mesa, Dirk a parte de nervioso se sentía confuso, confundido por las acciones erráticas de la señora que, quizás incluso podrían rozar con la demencia senil, cosa que, a todas luces no era algo adecuado en la situación en la que ellos y el mundo se encontraban.
-Primero creo que estaría bien presentarnos, para así tratar de conocernos algo mejor y ver nuestros puntos fuertes y conocimientos que podremos poner en practica en aras del bienestar y la seguridad de todo el grupo.
-Me llamo Dirk Schweitzer y soy Ingeniero Jefe de Delchamps. Mi trabajo consiste en optimizar la producción, hacer que los pedidos se hagan a tiempo, controlar las máquinas y dirigir a los empleados con distintos tipos de cualificaciones y cargos dentro de la Empresa.
-Me considero una persona analítica y tranquila que primero busca el problema y sus raíces antes de sacar posibles soluciones y escoger la mejor en el marco de las posibilidades.
Dirk da un sorbo de agua antes de continuar.
-Es por este motivo que he de decir que la Localización de la Mansión es idónea, ya que es un lugar apartado en mitad del bosque. Estaremos seguros de los monstruos que generalmente se moverán por los terrenos más planos y sin obstáculos (carreteras, calles, prados), así como que irán según los relieves (bordeando montañas, bajando colinas).
-Por desgracia, una vez que el "Orden y la Ley" parece que han desaparecido de la sociedad, tal y como bien dijo Thomas Hobbes "El hombre es un lobo para el hombre". Esto implica que grupos o individuos con poca o ninguna catadura moral podrán sobrepasar los límites de lo necesario y tratarán de sobreponerse ante otros individuos y grupos usando la fuerza para saciar sus vicios o deseos.
-Por desgracia estos grupos de hombres malos no se limitarán como esos monstruos sin sentido, sino que pueden encontrar por casualidad o por conocimiento previo esta Mansión, irrumpir en ella empuñando armas, desde cuchillos hasta fusiles... Y, Dios sabe qué...
-Por este motivo, tal y como he dicho. Prefiero que las armas se encuentren con nosotros, para nuestra protección y para la protección de los demás. Pues si se encuentran en una zona tan cercana a la puerta, bien pueden atacarnos por sorpresa, impedirnos llegar hasta ellas, o incluso que ellos se hicieran con nuestras armas y las usaran en nuestra contra.
Antes de continuar con su discurso, Dirk se detuvo para ver si alguien más del grupo se atrevía a responder algo respecto a la seguridad de la Mansión y a la falta de Armas según las normas de la anciana.
Con una gran sonrisa recibo el plato de sopa, su color y textura eran perfectas, me traían recuerdo de aquellas sopas de mi querida abuela; estaba caliente aun, pero perfecta para el resfriado. Levanto la mano cuando Miss Corning termina sus palabras, pero justo en ese momento Dirk inicia sus comentarios, blanqueando mis ojos bajo mi mano quedando a la expectativa de sus palabras.
Cuando este ha terminado su discurso de inmediato tomo la palabra sin esperar réplicas de Miss Corning, -muy bien por lo primero, Dirk… es una buena idea de saber nuestros nombres como mínimo- aclaro mi voz con un leve carraspeo, -mi nombre es Marianne Brent Renikova, soy de Rusia, pero junto con mis padres vivimos hacer unos siete años en este país; estoy… estaba estudiando Medicina, pero bueno- termino esas palabras con un suspiro desalentador.
Dirigiendo la mirada hacia Dirk, replico mientras niego con la cabeza, -no estoy de acuerdo con que las armas estén de arriba para abajo deambulando por la mansión, creo que haces bien en decir que no estén en un lugar tan accesible para alguien que irrumpa desde fuera, pero tampoco veo conveniente que las tengamos siempre en nuestra cintura- me quedo en silencio, mirando a cada uno, -es mi opinión, además que creo hay unas reglas a las cuales deberíamos apegarnos-, observo a Miss Corning con estas últimas palabras.
-Por cierto, no tengo problema con lo del lavado y planchado, estando aquí es lo mínimo que puedo hacer-
Esteban aún se sentía cansado, apenas y le había dado tiempo de medio limpiar la empolvada habitación, mientras que la señora cocinaba. No tenía ganas de seguir hablando sobre nada y solo quería descansar, pero aún y así ellos hablaban y hablaban. No obstante estaban diciendo cosas importantes sobre lo que harán a continuación, así que Esteban se puso serio y sacó fuerzas de donde no las tenía para mantenerles el hilo y entender, más o menos, lo que estaban diciendo, el discurso de Dick le hizo recordar cosas.
Fue entonces que tras escuchar a Marianne se decidió a hablar pues le habían parecido sensatas sus palabras. Opino lo mismo que Marianne, no estoy de acuerdo con que las armas estén de arriba para abajo deambulando por la mansión- sentenció Esteban- si quieren muevan las armas de lugar, pero prefiero que exista un arsenal fijo, pues no me fío lo suficiente de todos como para estar tranquilo sabiendo que todos están armados.
Y ahora bien, mi nombre es Esteban Aristiguetta, mi padre era de España pero yo nací acá- reafirma- en Union City. Soy Guardabosques, y se podría decir que tengo algún tipo de instrucción en el uso de cuchillos, o que más bien tengo experiencia con ellos.
Y con respecto a lo que dice Dirk quiero hacer hincapié en algo, estoy en contra de eso de que el hombre sea lobo del hombre, y no quiero ver que este grupo se vuelva loco con eso, sí pensamos así ya nos habríamos matado entre nosotros mismos, y si es el caso de que ustedes ahora van a pensar así, no quiero estar acá para que me terminen matando ustedes por cualquier malentendido. Yo pienso que más bien somos buenos salvajes, esto es de "Rousseau", por cierto. Y esto implica que hay que saber gestionar la fuerza y que no necesariamente hay que estar matándonos sin mediar palabras, así que tampoco me interesa que anden matando gente allá afuera sin mediar palabras cuando la cosa se ponga aún peor. Pero de igual forma, no me escuchen mucho, tampoco es que yo sea muy inteligente pero cuando estas de guardia en la naturaleza siempre es bueno leer para matar el tiempo, y algo de este hombre he leído, y esto me parece muy sensato y me lo ha recordado Dick con su discurso.
Por cierto, me ofrezco de voluntario para ir a por la caseta, quizás pueda orientarme en la naturaleza para encontrarla a pesar de no estar familiarizado con la zona, y si alguien quiere acompañarme espero que sea ágil para salir corriendo de allí sí las cosas se ponen feas.
También puedo ayudar en la casa con lo que me digan, como vivo solo soy autosuficiente y de cosas como lavar y demás, estoy acostumbrado.
Alex espero pacientemente a que la sopa estuviese en su plato y que todos estuviesen sentados para coger la cuchara y empezar a comer. Dejo que su paladar desgranase todos los sabores para tratar de saber todos los ingredientes.
-Deliciosa sopa Miss Corning, mis felicidades, todos los ingredientes estan muy equilibrados, gracias por su sopa y su hospitalidad- por fin alex se habia decidido a hablar
-Mi nombre ex Alexanndra Laurent, pero pueden llamarme Alex. Muchas me conocecereis por ser la cocinera del "
Le bon goût"- pronuncio en un exquisito frances.
-Si lo desea Miss Corning, estaria encantada de ayudarla en la cocina, asi mismo estoy dispuesta a participar en cualquier tipo de tarea- se ofrecio con humildad a ayudar a la anfitronia.
-No tengo problemas con lo que se diga respecto a las armas, si que creo que los mas importante seria hacer acopio de medicinas y alimentos y de algun medio de comunicaros con el resto del mundo, no creo que las autoridades puedan tardar mucho en controlar esta caotica situacion, me encataria recibir noticias de todo lo que esta pasando- termino de hablar mientras volvia a llevar la sopa de cuchara a sus delicados y sensuales labios.
Miss Corning quien había acabado su sopa, observa a cada uno de los que habían expresado sus ideas y opiniones, suspira sonoramente y se centra en Dirk.
- No seas pesado muchacho con las armas, ellas se quedan en su lugar y espero que comprendas, caso contrario…tienes ahí la puerta – su lengua afilada se detiene de manera tajante –
- Bu…buenas noches – una voz que se hizo escuchar por vez primera resuena en la mesa, todos voltean y era nada más que el muchacho rubio quien no había dicho una sola palabra hasta ese momento, se notaba tímido y en shock – so…soy Jonathan, alguna vez fui un comerciante en la ciudad, hasta que… - agacha la cabeza y ahoga sus ganas de llorar con un gran trago de saliva - …bueno, imagino que todos hemos perdido a alguien, ya saben a lo que me refiero… - levanta la mirada y al notar que era el centro de atención, se sonroja un poco –
Esteban se ofrece a ir a la oficina de los guardabosques, la anciana solo asiente a modo de respeto ante su ofrecimiento.
- No niña, la cocina es exclusivamente mía, lo siento – dice ante el ofrecimiento de Alex – por otra parte, sería bueno establecer un huerto, a pesar de ser invierno, existen hortalizas que soportan bien el frio, como las zanahorias, la acelga, el rabanito o la remolacha…cuento con algunas semillas en mi habitación, no estoy segura de que sean, pero con abono será suficiente, en estas épocas no existen las plagas y la tierra está de por si bien húmeda –
La mujer sabia de lo que hablaba, se notaba la experiencia recaudada durante los años y al parecer manejaba bien la jardinería.
- Necesitaremos comunicación – resalta Jonathan – los guardabosques imagino que contaran con walkies talkies o algo así –
- Ese es un buen punto, por cierto, si alguno maneja algo de electrónica, pueden intentar arreglar mi radio que lleva averiado algunos años ya…o buscar algo que nos mantenga informados de toda esta situación –
- ¿Podría decirnos de otros lugares que podremos visitar Miss? – pregunta el ex comerciante –
La mujer se lleva un par de dedos en el mentón a modo de enfocar mejor su memoria y tras unos pocos segundos de rememorar dice:
- No hay mucho por este pueblo muchacho, sin embargo, no muy lejos de aquí, a unos 2 kilómetros más hacia el sur, se encuentra uno un poco más completo por decirlo así…deberán ir en algún vehículo y me temo que el único disponible esta averiado… - calla, analiza todo y continua al rato - …necesitaremos más gente, de ser posible un doctor y un mecánico…las habitaciones pueden ser condicionadas a modo de que pueden ser ampliadas –
Me es imposible evitar una sonrisa ante las palabras de Miss Corning en represalia a Dirk, no es que me gustara ser malvada o mala persona, pero ya estaba poniéndose pesado con todo ese cuento de las armas y demás. –achoo- un leve estornudo hace que abra mis ojos como platos, por suerte me he cubierto antes de que saliera por todos lados, –lo siento-.
Me sonrojo un poco al escuchar las palabras de Jonathan, era cierto que parte del viaje me había quedado dormida, pero antes de ello, pude fijarme en aquel hombre, se veía un poco mayor que todos los presentes, pero aun así era bastante apuesto; sentí la necesidad de levantarme de mi silla y darle un abrazo, pero algo me mantuvo atada, paso la mirada por el rostro de Miss Corning y me imagino la forma más espeluznante al hacer un acto como ese en plena cena; ya tendré la oportunidad de acercarme.
Continuo cenando mientras escucho las discusiones de los presentes, cuando he terminado y mi plato esta vacío, me levanto levemente, -muchas gracias por la cena, estaba deliciosa, si me disculpan iré a la biblioteca, si no le molesta Miss Corning-.
Una gota de sudor frío recorrió la frente de Dirk, esa mujer no solo era fuerte, independiente y mandona, también era dura y mordaz con sus palabras, su lengua afilada lo había puesto en la intemperie por un instante. Con un leve escalofrío Dirk volvió a unirse a la conversación a tiempo.
-¿Podemos reconsiderar el lugar donde dejar las armas?. Estar en la entrada no es productiva, si los monstruos entran por la puerta no tendremos tiempo para recogerlas. Así como algún intruso desquiciado por la situación, el cual, no tengo duda que las usará en nuestra contra (por eso mismo vacié el rifle de cazador y llevo conmigo las balas). Propongo La Biblioteca.
Por otro lado mientras hablaban de reparar la radio, a Dirk se le iluminaron los ojos, al fin algo que él podía hacer sin muchas más complicaciones, a fin de cuentas, el era un ingeniero eléctrico y todo lo relacionado con radios lo dio en el 2º curso de la carrera como quien canta el alfabeto, de hecho, era una de las pocas prácticas que había aprobado sin problema.
-De la radio puedo encargarme yo, además si me traéis otros objetos electrónicos podré tratar de repararlos, si es que tengo los materiales suficientes para ello, claro está... ¿Tenemos un soldador pequeño?.
Alex se encogió de hombros cuando oyó las palabras de la anciana respecto a la cocina y su negativa a dejarse ayudar, estaba segura de que podría ser muy útil en la cocina y aprovechar mejor y alargar los alimentos que tenían. La había dolido sus palabras era evidente en su cara
esta bien como queráis Miss Cornig respondía a la vieja, si para ella ahora sería la vieja.
Os puedo ayudar a lo que necesitéis entonces, incluso acompañar a fuera [la idea de salir la aterraba, pero no se sentía a gusto ni con aquella vieja ni con aquel tal Esteban que le había respondido de forma tan ruda.
Estebán habia escuchado las palabras de la Señora con toda la atención que le fue posible prestarle, y habiendo comprendido mas o menos lo que dijo ella, y tras escuchar las palabras de los demás, dijo entonces: Pues Dirk, tu podrías arreglar el carro del que habla Miss Cornig, si sabes algo de electronica quizás también sepas algo de mécanica, además todavía hay que chequear porque fue que se detuvo el carro en el que veníamos, quizás puedas hacerlo tu, incluso puede que sería bueno ver si es posible silenciar mas ese carro, ya que estaba haciendo un ruido molesto.
Yo por mi parte pienso que estaría bien ir a lo del guardabosques mañana por la mañana, quién se me une? quien venga conmigo espero que sepa correr rapido por si las cosas se tuercen.
Y dicho lo anterior Estebán espero que le respondiesen, despues que le dijeran algo se iría ha su cuarto a terminar de limpiarlo.
Las ideas comenzaron a fluir en el ambiente, Dirk había propuesto mover las armas de lugar, su punto tenia lógica y la anciana con un carraspeo de dientes se dispuso a contestarle:
- Me parece correcto, háganlo antes de dormir, pero eviten hacer ruidos molestos y hacer estupideces como esconder las armas…también necesitare que alguien se encargue de inventar todo –
Ante la idea de Esteban, la mujer contesta:
- Me parece una idea valiente muchacho y tienes todo mi apoyo en ella, debes enfocar tus esfuerzos en toparte con medios de comunicación primordialmente –
- Dis…disculpe Miss… - interrumpe Jonathan temeroso - …me, me gustaría discutir sobre las criaturas, lo que sabemos de ellas al menos –
- No lo sé muchacho, no me gusta la idea religiosa de un Dios tan cobarde que haya sido capaz de mandar algo así para castigarnos…si eso fuera así, el día que me toque morir será él el que deba arrodillarse a pedirme perdón cuando nos veamos frente a frente – un incómodo silencio se apodero del lugar y tras unos segundos que parecieron años, la mujer se levanta y comienza a recoger todos los cubiertos – si me disculpan, tengo que limpiar todo esto, por favor, diríjanse a la sala para movilizar las armas…por cierto… - se lleva la mano en el mentón - …sean más astutos que las posibles personas que quieran atacar este lugar…muevan un grupo de armas al lugar propuesto por el gordito y otras déjenlas ahí donde están…si alguien se anima a entrar, por lo menos tendremos para armarnos igual que ellos desde dos lugares distintos… ¿O acaso va a refutar mi orden señor ingeniero? –
Finalizando esto, se propone a limpiar el lugar y prácticamente los echa a todos hacia la sala.