Cazáis el segundo turno y todos los turnos pares hasta nuevo aviso.
Debéis escribir vuestra caza (a quien matáis y de que manera) en este post, recordar que debe estar detallada y bien redactada. Gracias.
No sé si podré escribir mucho mas sobre la muerte ya que estoy teniendo algunos problemas con la conexión. Pero la víctima será Laura Palmer y morirá asfixiada por una almohada. Además, me gustaría que se rompiera la cámara durante la muerte (o que se lo digas para que lo ponga en el epitafio)
Por nuestra parte tenemos el cebo (una mujer hermosa) y a alguien capaz de matarla. Pero esto no se lo digas, en cuanto pueda escribo algo mas sobre la muerte.
La habitación estaba sumida en el silencio, sólo roto por la rítmica respiración de Tiffany bajo las sabanas de la cama. Cualquiera diría que estaba muerta si no fuera por aquel sencillo movimiento. Inspirar, Expirar. Inspirar, Expirar.
En el sofá, a veces podía oirse un movimiento de tela contra tela. Alguien acurrucándose, buscando una posición para dormir, o una posición incómoda para que el sueño no la atrape. La luz de la luna, que se infiltra desde la ventana, dejaba ver formas y contornos. Y sus ojos, abiertos, fijos en la puerta. Como si esperara algo, o a alguien. Y no precisamente para algo bueno.
La puerta se abrió despacio, pero aun así las bisagras rasgaron el silencio de la noche. Lo suficiente para que Laura Palmer se levantara de su asiento con un pequeño salto. Sin embargo, lo que vio la dejó sin palabras. Envuelta solo en la luz de la luna, un ángel venido del cielo se había presentado ante ella. Tras ella, en el suelo, un albornoz de baño hecho un ovillo.
Pensamiento de Laura Palmer:
Un paso tras otro, la visión se fue acercando a ella. Sus curvas no paraban de moverse al ritmo de sus pisadas. Un ritmo hipnótico, que hacía apartar la mira imposible. Era como un deseo hecho realidad, una ninfa envuelta en un aura de deseo. Hasta el momento en que la tuvo a su lado. Entonces posó una mano delicadamente sobre su hombro derecho, casi etérea, antes de acercar su labios hacia su cara. Su cálido aliento se estrellaba contra la mejilla mientras la boca entreabierta se acercaba a la oreja de la mujer. Su perfume la inundaba las fosas nasales, transportándola a un mundo de placeres prohibidos. Un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo, y la tentación de girar la cabeza para besar esos labios era tan grande que estuvo a punto de no poder reprimirla. Mientras, una lengua recorría la boca, humedeciéndolos a escasos centímetros de su oído, como si fuera a revelar el secreto mas importante de la historia de la humanidad. Entrecerró sus ojos, esperando la iluminación. Y cuando el sonido de una voz amenazaba con romper la paz del silencio, algo golpeó su cara, cubriéndola por completo.
Intentó gritar pero no pudo. Intentó morder pero no la sirvió de nada. Forcejeó como una leona, pero incapaz de apartar a aquel que tenía encima. Tocó y golpeó, pero sus manos chocaban con algo que no esperaba. Hombros de hombre, músculos fuerte y no curvas delicadas. Casi como su propio epitafio, intentó articular unas últimas palabras:
Murmullos bajo la almohada:
Y diez segundos después todo había acabado. El silencio volvió a reinar mientras el hombre apartaba el instrumento de muerte y lo dejaba, delicadamente, sobre la cama. Se dio la vuelta y tendió el albornoz a la mujer, incómodo con su desnudez. Ella, altiva, pasó a su lado con la cabeza alta, aun sin ropa, y se dirigió a su habitación entre contoneos. El hombre echó un último vistazo a la habitación antes de quitarse los guantes. Con un impulso, cogió la cámara de la reportera y con un golpe seco, la reventó contra el suelo, tapando lo peor del ruido y los trozos con las manos. Después se giró y revisó los alrededores, en busca de cualquiera que pudiera haber visto u oído algo. Pero no encontró nada y marchó, rápido pero sigiloso, hacia su lecho, donde le esperaba un libro abierto.
Y mientras tanto, en aquella habitación, bajo las sabanas, una mujer seguía dormida. Respiraba rítmicamente, desconociendo lo que había ocurrido a su alrededor. Inspirar y Expirar. Inspirar y Expirar. Que gesto tan simple, y a la vez tan vital.
A partir de ahora cazáis todos los turnos.
Si sobrevivo esta noche cazaré al que quede con vida de la forma habitual +1. Es decir, infiltración nocturna con ropa de cama en plan un "picardias" y poco más para acercarme a mi victima y luego rajarle la yugular con el cuchillo de cocina.
Si tengo que decir el nombre de la víctima asumo que será el profesor eisenstein.