Hago un repaso al vagon, los tres cadáveres demoníacos, la sangre en las paredes, viendo todo lo que él solo ha logrado combatir. Éste hombre... ¿Cómo que a él no? Me enderezo, me alejo un poco y me quedo mirándole un instante apoyando una mano en la barra.
- Desde luego, que si hay alguien casi tan extraño como Abbas en éste tren, ese es usted... - Levanto la mano de la superficie y me alejo. - Quédese ahí tirado, si quiere, puede que mis compañeros tambien tengan preguntas.
Me giro y me dispongo a irme, no sin antes, echarle un ultimo vistazo a los ojos mientras estoy cruzando el hueco de la puerta.
Oh Dios mio, Santo Gran Padre, en que lío me estás metiendo. ¿Que significa tódo esto? Oro por los que me persiguen, que se muestren ante mi como lo diabólicos que són. Muéstrame tu corrupción, Dominique Dumont.
(uso Rango 1: Mateo 5-44 "Orad por los que os persiguen", creo que tengo que lanzar sólamente RM, si no me equivoco)
Tirada oculta
Motivo: Orad por los que os persiguen RM
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 8(+6)=14 (Fracaso)
Tras dar el trago, Dominique se volvió hacia Fátima que le miraba fijamente. –¿Qué ocurre?...Creí que te ibas.- Dijo con una sonrisa irónica, mientras se levantaba e iba tras la barra, con aire distraído.
No ves nada raro en Dominique, es más, te parece un tipo de lo más normal, alguien que solo está para acompañaros en el viaje a modo de seguridad.
Con un chasquido de frustración, me giro poniendo los ojos en blanco y abandono el vagón, en dirección al Pasaje. Que irresponsables... almenos éste sabe defenderse.
Desandáis el camino de vuelta al vagón de pasajeros, viendo como el compañero de Jean ha recuperado la conciencia y ahora están uno sentado junto al otro. Pasáis de largo, teniendo claro vuestro objetivo: Dominique. Al llegar al bar podéis ver el destrozo de la pelea que supuestamente tuvo Dominique por el ataque de las bestias, mesas tumbadas, ventanas hechas añicos, botellas y algún vaso rotos y por el suelo y los cadáveres de tres bestias como las que os atacaron. El olor a licor impregna el aire y el suelo está pegajoso debido a las bebidas derramadas durante la pelea. Dominique sigue donde lo dejó Fátima, sentado en el único taburete que hay en pie frente a la barra, con un vaso vacío junto una botella de Calvados en la mano a la que solo le queda un 10% de la botella…suficiente para un buen trago y nada más.
-Vaya, ¿me ha echado de menos, madame?- Preguntó mirando a Fátima, con una sonrisa socarrona. –Y traes compañía…señorita…señorito.- Dijo, inclinando ligeramente la cabeza ante lyrio, mirándola de arriba abajo antes de dedicarle el “señorito” a Eugene. –Que les trae por aquí, ¿quieren un trago antes de bajar del tren…está empezando a frenar para llegar al andén.- Dijo, apartando la mirada del grupo y vaciando el contenido de la botella en el vaso. –¿Qué tal esos nervios?- dijo sin mirarles, aunque con un tono de burla reflejado en el tono de voz.
Se adelanto hacia el hombre ignorando sus burlas y sus insinuaciones y lo agarró de las solapas del abrigo, usando su fuerza para levantarlo mientras tira de una patada el taburete, la, botella cae al suelo con un estrépito y estallando en pedazos mientras que ella se asegura que la espalda del galo esté bien incrustada en la esquina de la misma barra
-Tiene muchas cosas que explicarnos "señor"-dijo escupiendo la palabra como si fuera un insulto - por que están pasando muchas cosas y no nos están contando ni la mitad, y esto empieza a mosquearnos de verdad, Sabe?
Ingreso a al bar y percibo el olor a decadencia y este hombre tratandome de "señorito". No conocen quien soy cuando me molesto así que es mejor hablar serio mi voz es firme, pero respetuosa propia de un hombre educado.
Monseur Dominique, es usted el encargado del gobierno, y le pido que se comporte como un caballero por su obligación- digo con tono serio al hombre- supongo que no sabe que han robado al tren y los cofres, además han muerto casi todos trabajadores. Los que nos atacaron venian a robar el cargamento que estaba bajo su responsabilidad Monseur, supongo que entiende la gravedad de la situación.
Me asusto un poco al ver la reacción violenta que ha tenido Lyrio. La verdad es que pretendía hablar, no ir tan al grano; pero supongo que es comprensible. Como Eugene ha tomado la iniciativa de la conversación más educada, me encargo de ponerle una mano en el hombro a Lyrio. Le hablo al oído mientras miro a Dominique:
- Bájale, porfavor, dejemos que Eugene haga las preguntas.
El rostro de Dominique pasó de la sonrisa burlona al asombro en un segundo, justo lo que tardó Lyrio en agarrarlo por el abrigo y estamparlo contra la barra. Aunque el susto pasó rápido al empezar a hablar Eugene, lo que hizo que a los labios y la mirada de Dominique volviera aquella sonrisa entre burlona…y peligrosa. Llevó una mano a la muñeca de Lyrio, mientras la otra caía, aparentemente fláccida a un costado.
-Vaya…- Empezó a decir con un tono calmo, desapasionado. –Así que primero los golpes…y luego la educación. ¿Eso es lo que os enseñan a los Vikingos?- Preguntó con sorna, sin apartar la mirada de los ojos de Lyrio, con una sonrisa afilada y depredadora en los labios.
-Haz caso a tu amiga y suéltame…- añadió, tras escuchar a Fátima. La mano en torno a la muñeca de la mujer empezó a cerrarse, apretando con fuerza, hasta que Lyrio se vio obligada a soltarlo, quedándole muñeca entumecida y realmente dolorida. No le costó zafarse de la otra mano que la sujetaba, y se hizo a un lado, apartándose de aquel trío. Sentís como el tren está deteniéndose y podéis ver la ciudad y el interior de la estación de Bielefeld. Además del sonido de las campanas de la estación repicando, anunciando vuestra llegada…o algo más.
No solo oís las campanas, sino que un repiqueteo, parecido a múltiples explosiones, muy seguidas…disparos, deducís, de un arma de gran calibre, proveniente de la parte delantera del tren.
Dominique se vuelve al escuchar aquellos disparos, antes de volver a miraros, mientras saca del interior de su americana un libreto. –Bien, mis nuevos amigos…hemos llegado.- Dijo, dando unos pasos hacia la salida del tren, sin siquiera esperar a que este se detuviera del todo. –Aunque quizá Germania termine por no gustaros, quien sabe.- Dijo con aire divertido, claramente burlándose de vosotros, dedicándoos una mirada y aquella sonrisa que rozaba lo macabro antes de bajar del tren de un salto, directo al andén.
Tirada oculta
Motivo: 1
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+1)=10
Tirada oculta
Motivo: 1
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+1)=14
Ante el contacto de Fátima relaja las manos lentamente, enseñándole los dientes al galo ante sus burlas, sin embargo antes de que termine de soltarlo, con una fuerza inusitada, aprieta su muñeca y la aparta haciéndole daño, aprieta los dientes sin quejarse, orgullosa como es ella y deja que se marche con un gruñido furioso, y no es hasta que se ha marchado que se frota donde Le ha hecho daño, silenciosa. Valfreyah Le lame un poco en la mano tratando de confitar la, cuando escucha las palabras de una voz que no conoce, tratándolo de criminales y traidores de la humanidad cosa que hace que mire a sus compañeros con alarma
-tenemos que encontrar a los demás...ese-la palabra que dijo nunca fue buen vista en su tierra-nos ha vendido!
A todo esto lyrio, debido a lo que te ha hecho en la muñeca, durante dos turnos no podras usar el arco aunque quieras