Partida Rol por web

Asintió a sus acompañantes que parecian tan deseosos de buscar respuestas como ella, ya hacía rato que había dejado de tener gracia aquel asunto y no tenía dudas de que se dirigían a una clara trampa, un cabeza de turco un cebo, no, sabía cual pero sabía que era cuestión de tiempo la traición de aquellos franceses. Es por ello que su ceño se frunció cuando Eugene menciono a su extraño y poco agradable anfitrion...si solo fueran carne de cañón tendría mucho sentido su falta de modales y cortesía, se estaba riendo no de ellos en sí mismo, que también, sino de la situación y su inocencia.... En ese momento en que apenas habían dado sendos pasos hacia la puerta está se abrió y se vieron dos hombres heridos entrar uno de los cuales Kane reconoció, sacando el arma y sin pararse a pensar en preguntas silbo a la loba y pasó por encima de Ello, dispuesta a averiguar que era lo que había provocado ese estado de malestar y terror a los dos hombres. 

-voy a investigar 

Lo que veis en el vagón de carga es una imagen de lo más dantesca. Donde antes los cofres y baúles habían estado bien ordenados ahora parecía que el tren hubiera descarrilado y vuelto a enderezarse por sí solo. Lo que más os llama la atención fue la visión de otras dos bestias como las que os atacaron, una con un cuchillo incrustado en el costado y la otra con la cabeza totalmente aplastada…probablemente con el baúl cubierto de sangre de tonalidades azules que estaba al lado. Lo demás que podéis ver al abrir un poco más la puerta en el vagón son los cadáveres de los otros cuatro hombres que un rato antes jugaban tranquilamente a las cartas. Algunos están desmembrados, otro ha dejado un reguero de sangre y vísceras por el pasillo central del vagón, hacia donde estáis vosotros, claramente intentó huir de allí arrastrándose después de que le desgarraran el vientre. Hay sangre y restos por doquier, aunque no hay señales de peligro alguno.

Jean miró como aquel hombre sanaba primero a su compañero y luego a él mismo. Se sentía maravillado, asombrado por aquel, sin lugar a dudas, don de dios, a juzgar por los rezos realizados por el hombre mientras sanaba sus heridas. –Mercí…Monsieur- Alcanzó a decir con un hilo de voz, mirando a Eugene, antes de volverse hacia los demás, aún con el asombro reflejado en su rostro.

Tras estas palabras, la puerta al final del vagón se abrió, dejando paso a Fátima, que volvía del vagón Bar.

-Como bien ha dicho Monsieur Kane somos del grupo de trabajadoges del tren…- Dijo en respuesta a Lucía, mirándola desde abajo, manteniéndose en el suelo junto a su compañero, claramente preocupado, ya que aunque sus heridas habían desaparecido el otro hombre seguía inconsciente. –Destrozarón la puerta delantega del vagón y entrarón deux de esos…monstruós.- Explicó, mirando al suelo, mientras gesticulaba con una mano. –Todo fue muy rapidó…uno de mis hombres murió casi al instante cuando le atacagon…los demás nos defendimos como pudimos…- Se detuvo un instante, claramente compungido al recordar los hechos recientes. –Conseguimos mataglos…pero solo quedamos nosotros deux…- Tras estas últimas palabras Jean tragó saliva, parecía esforzarse por no echarse a llorar. -No quedan más, Monsieur Kane…ahí solo hay muegte.- Consiguió añadir, mirando a Kane con los ojos enrojecidos.

Estaba claro que aunque eran hombres fuertes, no estaban adiestrados para la lucha, más allá de quizás una pelea tabernaria.

La respuesta de Eugene, a pesar de aquella profunda expresión de repulsión que se dibujó en su rostro, hizo que en mis labios se dibujara una media sonrisa, mezcla de alivio y satisfacción.

-Entonces eso sólo confirma y demuestra que hicimos lo correcto, y que no actuamos cegados por el fanatismo o por temeridad, como podría haberse llegado a insinuar. - dije, alzando ligeramente el mentón en un gesto cargado de seguridad y confianza,  tras demostrar que cobraba peso todo lo sucedido.

Sin embargo, fue la respuesta de Kane a mi pregunta la que hizo que la preocupación volviera a mi rostro y acabé por asentir, mientras terminaba por guardar entre mis pertenencias aquellos documentos y me enfundaba aquel revolver en la cintura, mirando al ingeniero con el ceño ligeramente fruncido-  ¿Sería tan amable de llevarme a ver eso que encontró? Estoy segura de que podré identificarla sin problemas. Así podremos saber de qué magnitud estamos hablando.  - dije, asintiendo de nuevo cuando Lyrio dijo que quería ir a ver qué estaba pasando.

-Yo también les acompaño. - dije, dejando clara cuál era mi intención inicial, dispuesta a ver qué es lo que estaba pasando y de qué estaban hablando exactamente.

Y fue justo en aquel momento, mientras Eugene usaba su don para aliviar a los dos hombres que acababan de llegar, cuando Fátima tambien regreso al vagón, sola, contra todo pronóstico.- ¿Dónde esta Dominique? ¿Pudo dar con él? - pregunté entonces a la mujer, antes de acabar por prestar atención a las palabras del operario, asintiendo lentamente para finalmente clavar mi mirada en Fátima y en Eugene.

-Kane, Lyrio y yo vamos a echar un vistazo ahí afuera. Quedaros con ellos y ayudadles, por favor. Y mirad si saben algo más sobre lo que hay en este tren - dije, dirigiéndome a Fátima y a Eugene. No era buena idea dejar a esos dos allí solos en ese estado y, además, quizás podrían obtener más información sobre lo que habia pasado ahi afuera cuando se calmaran.

Y, mientras hablaba, saqué un pequeño vial de uno de mis bolsillos, que utilicé para derramar unas gotas de un líquido transparente sobre la hoja de mi espada, murmurando finalmente algo en voz baja.

Esta vez pensaba estar preparada.

Los hombres se maravillan con mi don, me viene a la mente si será adecuado llamar tanto la atención, y no, realmente no es bueno. Mi don trae un sacrificio fuerte a nivel personal, un aspecto que nunca guste, la fama. No me gusta llamar la atención, eso te quita la privacidad y es algo que deseo conservar, aunque posible sea imposible.

Cuando recibí mi don, recién aquéllo, cure dos personas luego de que su casa de les cayera encima y desde entonces me estuvieron buscando, fila de gente pidiendo favores, y otros que tratan de comprar esto como si fuera un servicio. Hombres que quieren pagar, y mujeres que buscan seducir como compensación. No en todos los casos pude soportar la tentación. Soy un hombre al fin y al cabo, hay asuntos a los cuales debo cambiar.

Escucho a las “órdenes” de mademoiselle Lucia con algo de perplejidad mientras veo el deseo de los demás de ir a buscar a más bestias, cuando creo yo que es posible que ya se hayan marchado. No contesto nada.

Tras las declaraciones del hombre que habían muerto la mayoría digo:

- Tranquille mon ami- Le digo a Jean- estan seguros aquí.

luego sonrío al ver la llegada de mademoiselle Fátima.

-¿Alguna noticia mademoiselle ?, ¿Dominique Dumont donde está ?

- ¿La delantera? - En un rápido repaso de los vagones investigados, temía que pudieran haber salido o entrado del vagón sellado. Y la delantera era la que llevaba a dicho vagón. Junto a Lyrio, escudriñó el interior del vagón comprobando una escena más bien dantesca, propia de un campo de batalla donde el único premio era la supervivencia. Apuntó con el arma en dirección al vagón contiguo, con la puerta abierta mientras escuchaba las palabras de Jean y corroboraba lo que decía.

Si me hubiera quedado con ellos las cosas habrían sido diferentes... pensó para él, mientras apretaba los dientes y fruncia el ceño. Si había ocurrido así, era porque así debía ocurrir. No quería darle más vueltas y añadir culpabilidad a una losa que ya pesaba sobre él. - Tranquilo, Jean. Aquí están a salvo. - Llevó la mano libre al hombro del hombre, dándole un pequeño apretón para tranquilizarlo. Se puso en pie entonces, dejando paso a Lyrio y la loba antes de girarse hacia Lucía. - Claro. Sígame, por favor. - le pidió a Lucía, desviando la mirada hacia Eugene para decirle algo, cuando entró Fátima por la puerta contraria.

Se alegraba de que estuviera bien, lo que quería decir que o bien no había enemigos en el vagón bar, o bien había acabado con ellos. Por la rapidez y la ausencia de ruido de combates, se decantaba más por la primera opción. Fuera como fuera, volvían a estar todos juntos y se alegraba de ello. Pero si le pareció extraño que volviera sin Dominique... ¿Qué había pasado?

- Creo que sería más prudente avanzar todos juntos. - afirmó tras las palabras de Lucía. - Todos necesitamos respuestas y solo permaneciendo unidos, saldremos adelante. - De esta forma, invitó a Eugene y Fátima que les acompañaran al siguiente vagón. - Vamos a investigar los vagones contiguos, por si desea acompañarnos. - acabó por ofrecerle de una forma más directa a Fátima, que había estado fuera y quizás aquello le había pillado de nuevas.

- Jean, será más seguro si avanza junto a su compañero hasta el siguiente vagón. - le indicó, mientras esperaba a los demás para avanzar hacia los vagones de carga.

Pasa por encima de los dos hombres mientras aquel hombre de manos mágicas les sana y se asoma al siguiente vagon. Esta a punto de cruzar cuando la puerta contraria se abre y aparece Fátima, que viene sola. Hay un momento en el que el inglés y la Hispana parecen ponerse, o no de acuerdo sobre cómo proceder así que... Hace la pregunta que todos tienen en la cabeza

-y Dominique, lady Fátima? -

No era una persona a la que Le gustaran los rodeos, de pequeña siempre tuvo problemas por ser demasiado directa. Mientras tanto Kane les anima a seguir todos al siguiente vagon con ella, lo que hace que se muestre el segundo "defecto" que tantos problemas Le ha dado en su vida oda:ese ceño fruncido.

-No creo que sea buena idea llevarnos a los heridos, los que quieran venir que vengan pero van a tener que ser consecuentes, no podemos estar distrayendo os unos a otros para proteger a los heridos cuando tenemos que estar cubriendonos mutuamente las espaldas....

La loba lanzó un pequeño gruñido impaciente mientras ella asentia preparando bien su arco lista para disparar en cuanto algo quisiera saltar, aunque sospechaba que estaban de nuevo solos en el tren... Sea lo que fuera aquello ya habian conseguido lo que querían... O habían sido todos derrotados. Pensó en lo que dijo Kane de nuevo.... Y si habían venido a buscar algo de esos baúles.... O lo que había en esa sala? Había que comprobarlo, pues si ese era el caso, ellos no eran diplomáticos... Eran mercenarios contratados para llevar a salvo un cargamento valioso. 

Una oración silenciosa resuena en la cabeza de Fátima mientras abría la puerta. 

Santo Padre, único y todopoderoso, a la orilla del dilema que me enfrento, guíame y no permitas que esta compañía caiga en la corrupción y en el juicio precipitado. Ayudame a ser firme en mis creencias así como firme eres tu en la bondad y el amor que nos demuestras. Somos diversos pero fuertes, todos somos tus hijos, todos somos hermanos, todos merecemos el respeto y el beneficio de la duda, todos deberemos responder por nuestros actos. Tuyo es el juicio de los iguales y tuyo es el castigo proporcionado. Amén.

Entonces entró y no pudo ocultar su cara de sorpresa al descubrir nuevas caras en el vagón. Pese a ello, se encontraba un poco mas tranquila que cuando habia salido de allí hacía unos minutos. 

- Si me preguntan por Dominique, se encuentra bastante bien, está herido pero nada grave. Ha terminado él solo con unos cuantos engendros en el otro vagón. Tiene una herida en la pierna pero no le debe doler mucho pues se ha servido un copazo y no ha perdido ese carácter faltón que ya demostró antes de subir al tren. - Mira a Kane, a Lucía y a Lyrio, que parecian dispuestas a salir, aunque no le había quedado claro exactamente para qué. - No comprendo qué pretenden investigar ahí fuera, les puedo acompañar si me necesitan. Pero antes, talvez, deberíamos entrar a hablar con Dominique. Parece ser uno de los responsables de haber introducido en nuestro grupo a un invocador de Demonios, almenos conocía información sobre Abbas que nos habían ocultado, no se yo si deliberadamente. - Miro un instante a los trabajadores del tren, con poca confianza. Despues giro la cabeza para mirar a mis compañeros con una mirada elocuente, y señalo discretamente con los ojos hacia el vagón del bar. - Desconozco qué clase de respuestas podemos encontrar hacia fuera, pero estoy segura que el caballero de las pistolas que se encuentra aquí detras tambien tiene explicaciones que ofrecernos. Además, cuando le he propuesto venir conmigo para que le curásemos, ha preferido quedarse allí bebiendo con una sonrisa estúpida y burlona en la cara. No he sentido corrupción demoníaca en él, pero ha sido demasiado críptico y vacilante en las respuestas que me ha dado, talvez con ustedes tengamos mas suerte. Lo dejo en sus manos, a dónde dirigirnos primero, les acompañaré y protegeré de todas formas.

Fátima sigue desaprobando el metodo utilizado para solucionar el problema con el adorador de Satán, pero tiene claro que sus compañeros, ahora mismo, son mas de fiar que aquellos que les han contratado. Por lo que dejará ese debate para mas adelante, cuando esten fuera de peligro, si llegan a estarlo a partir de ahora. 

- Y recuerden lo que les dije, parece que no vamos a poder regresar tan fácilmente a Dunquerque, creo que la he visto arder por completo antes de que el tren girase y perdiese contacto visual con la ciudad. - Lanzo un vistazo por la ventana por si, casualmente, puedo volver a descubrir aquella aterradora imagen luminosa de fuego consumiendo la ciudad.

-Non Monsieur, s’i vous plait…- Exclamó un asustado Jean mirando con ojos suplicantes a Kane y a los demás, tras escuchar lo que planeaban hacer. –No puedo volveg ahí, Monsieur, se lo ruego, no me hagan volver ahí…- El hombre tenía el terror plasmado en la mirada, que desplazaba de uno a uno entre vosotros, mientras se aferraba a la chaqueta de su compañero inconsciente. Seguía sentado en el suelo, velando por el su compañero, en apariencia sanos, pero agotados por lo pasado.

Cuando entró Fátima Jean se volvió hacia ella y al escucharla, se le abrieron los ojos como platos. –Adoradoges de satán?- Preguntó para nadie en particular, pero temeroso. –Por favog…quedagse aquí es lo más seguro.- Habló con cierto tartamudeo, mirando al suelo y a su compañero, con los nudillos blancos por la fuerza con la que sostenía la ropa del hombre tendido en el suelo.

Os percatáis además de que mientras habláis, en el exterior del tren ya no está todo tan oscuro. Está amaneciendo y aunque todo está en tinieblas todavía, podéis ver como las primeras luces del sol empiezan a brillar. Falta poco para llegar a vuestro destino.

Acabé por seguir a Kane, junto a Lyrio, en cuanto el ingeniero nos mostró el camino. Sin embargo, pareció haber cierta disparidad de criterios sobre si era mejor ir juntos o dividirnos, ante lo que acabé por encogerme de hombros, intentando no ser un obstáculo en aquel sentido- Como deseen entonces. Si quieren que vayamos juntos, por mi no será inconveniente. Sólo supuse que quizás podíamos exponer demasiado a los heridos, en caso de que siguiera habiendo alguna bestia ahí afuera. - expuse mi razonamiento, dejando en manos de los afectados en cuestion que decidieran si acompañarnos o no.

Entonces, antes de que pudieramos salir, Fátima habló de Dominique, de la situación en la que estaba y de esa actitud suya que tan reprochable y sospechosa parecía, se mirara por donde se mirara- Estoy segura de que aquí hay gato encerrado, como decimos en Zamora, y de que nuestra querida anfitriona no nos ha dicho toda la verdad desde un primer momento. O eso, o ha sido tan engañada como nosotros y ahora mismo está ardiendo, junto con el resto de la ciudad. - añadi, para los presentes, sin tapujos de ningun tipo. No, claro que todo aquello no me gustaba lo más minimo. ¿De donde habían salido aquellas criaturas? ¿Y que había de aquel extraño cargamento? Definitivamente allí había que hacer dos cosas: registrar el cargamento e interrogar a Dominique. La cuestión era, ¿nos daría tiempo antes de llegar a nuestro destino?

En cualquier caso, miré alternativamente a Kane y a Lyrio, por si alguno de los dos había cambiado de opinion o de prioridad, tras la llegada de Fatima. Si no era así, más nos valía darnos prisa y salir de aquel vagón cuanto antes.

Me quede en silencio pensativo mientras escuchaba a los demás, trataba con mi actitud e tranquilizar a los dos hombres que temían por nuestra seguridad, y al escuchar por fin a fátima alce una ceja: ¿qué puede explicar que este Dominique sea más resistente y que a pesar de tener una herida no quiera reunirse con nosotros?. Un suspiro de frustración se dió por mi parte.

-Desde el inicio de esta misión he sospechado que hay algo que huele a queso podrido, pero parece mes amis que una parte de ese queso abordó el tren.

No dudaría en curar al hombre, pero si su actutud es esa perdiendo bastantes hombres, es obvio que necesitamos hablar con él.

-Lo de la conversación con monseur Dominique es evidente que debe hacerse.

En mi tono muestro un disgusto que posible no había notado antes.

Vayamos juntos si quieren, pero primero debemos asegurarnos que Monseur Jean y compañía estén seguros.

Dumont , Dominique… comienzo a pensar...¿se algo de este hombre?… a ver Eugene has memoria. He hecho tantas noticias, y he leido tanto que estoy que algo debo saber, algo  que tenga que ver con este desagradable hombre, y tambien con madame Elian du Beauvoir.....

Esto no me gusta... no me gusta..

- ¿Llevarnos a los heridos? - Se giró hacia Lyrio, pues no era lo que él quería decir. Tampoco veía lógico ni seguro llevarse a los heridos a explorar lo que quedaba de tren, por lo que pudiera pasar. Pero parece ser que él se había explicado mal, y que Lyrio no era la única que había entendido lo de llevarse a los heridos con ellos. - Con el siguiente vagón me refería al vagón bar. - señaló con la cabeza en la dirección en la que se encontraba el vagón que ocupaba Dominique. - Que se quedaran junto a Lord Dominique. - Esta vez, señaló en la dirección a la que hacía referencia para que quedara claro a que se refería.

Que Dominique no quisiera volver con ellos apenas le sorprendió. A pesar de que Fátima no sentía corrupción en él como había afirmado, si que le parecía alguien que ocultaba cosas, incluso llegaría a atreverse a mencionar que tenía una doble agenda, algo que se guardaría para él, pues no tenía pruebas de tales acusaciones. Pero las palabras de Fátima sobre el embajador solo corroboraron aquello que antes vieron en el cuerpo del mismo, y a pesar de las opiniones del resto, él sentía que había hecho lo correcto. - Lady Fátima, si Lord Dominique no ha deseado hablar con usted dudo que desee hacerlo con el resto, lo que supondrá un derroche de tiempo que dada la situación, no podemos permitirnos. - Él lo tenía claro: Dominique no hablaría. Y tal y como estaban las cosas, no quería perder más tiempo. Él no era ni lider, ni jefe. Y su opinión valía única y exclusivamente para él mismo.

- Sin tener la información suficiente, todo son conjeturas. - dijo en referencia a las palabras de Lucía. - Tanto si ella fuera la embustera, como si también cayó bajo el influjo de un engaño, ahora mismo solo nos queda huir hacia adelante. - concluyó, mientras dirigía la mirada a la loba, gruñendo. Al final aquel animal acabaría por caerle bien, sin duda, y tanto la loba como su dueña parecían comprender algo que el mismo Kane llevaba fraguando en su cabeza desde hacia rato: allí parados discutiendo no estaban haciendo absolutamente nada.

- Jean, debemos investigar el cargamento. Tendrá que ir hasta el siguiente vagón, allí estará seguro. - señaló en dirección al bar, así no tendrían que llevar a los heridos con ellos, ni hacerle pasar un mal trago al hombre de volver a ver aquella carnicería. Después, se puso en pie, comprobó su arma y se adelantó hacia el siguiente vagón de carga, esperando que aquellos que lo desearan, se unieran a tal búsqueda.

-o tal vez, nuestra anfitriona ha sido la responsable de la quema de la ciudad.... - conjeturo mientras escuchaba a Fátima, Lucía y la aclaración de Kane a la cual asintió indicando que comprendía el malentendido. Si ceño se incremento sobre las noticias de la actitud de Dominique y aunque tenía ganas de darle una lección Kane tenía razón el algo, sin algo con lo que pillarle no iba a hablar, y tampoco perdían el tiempo comprobando algunas cosas antes de hablar con el así que ella en silencio siguió a Kane hacia el Vagon de carga solo deteniéndose para mirar a los demás y comentad en voz alta

-Si de verdad creen que podemos sacarle ahora algo s Dominique a lo mejor algunos de nosotros podrían acompañar a los heridos y mantener a ese... - pensó una palabra que no fuera malsonante- Caballero...acompañado hasta que volvamos los demas, si no podemos volver todos juntos y enseñarle modales a la vieja usanza, mientras se, deciden vamos a investigar... 

Y tras esto salió cerrando la puerta junto a Valfreyah y Kane arco listo para cualquier cosa que quisiera atacarles

Desenfundo mi espada, mirando a un lado y a otro. Me pregunto si Eugene acompañara a los heridos al vagón de Dominique o se vendrá con nosotros. Se lo pregunto:

- Monsieur Eugene, ¿que va a hacer? Parece que el grupo ya ha tomado una decisión sobre su prioridad. ¿Se viene usted con nosotros o prefiere acompañar a los heridos al vagón adyacente? - Sin esperar una respuesta, viendo que los demás ya estan saliendo hacia el otro lado, me dirijo hacia ellos disponiéndome a salir también. Lanzando un último vistazo de preocupación al cuerpo de Abbas, y cada vez mas intrigada al mismo tiempo que atemorizada por cómo los demonios estan influyendo en nuestra misión desde buen principio.

- ¿Alguien podría explicarme qué debemos investigar exactamente del cargamento del tren? ¿Qué pruebas podemos encontrar de lo que ha ocurrido aquí? Avísenme si quieren que me ponga delante para recibir el primer impacto de lo que sea que pudiera seguir allí escondido. - En esta posición de la fila me quedaré hasta que me lo pidan, orando para mis adentros para que ningun demonio mas surja de las sombras hasta que no lleguemos a nuestro destino.

Santo Padre, a tí me encomiendo a la sombra de esta noche oscura, ayudame a iluminar las tinieblas frente al mal que nos acecha en cada esquina, y no dejes que perdamos el juicio ante las locuras de este mundo impío que nos pone a prueba en estos dias de fuego y entrañas. Amén.

Y allí los dejáis, a Jean y su compañero, aún inconsciente. –Suegte, amigos…- Llega a decir Jean mientras os ve marchar, abandonando el vagón, sin apartarse de su compañero.

Haces memoria, por un momento te devanas los sesos intentando recordar algún artículo, alguna noticia o alguna nota acerca de esas dos personas. Lo único que recuerdas es que Elian forma parte del gobierno de Napoleón, aunque no recuerdas en que ministerio o departamento, pero sí que la habías visto alguna vez relacionada con noticias sobre Carcassone. De Dominique no consigues recordar prácticamente nada.

Lyrio paso de vagon caminando a cuatro patas para evitar posibles disparos, solo con un vistazo hacia el exterior le habia mostrado su gran "recibimiento" por lo que de su boca no paraban de salir maldiciones en su lengua materna, a la que siempre acababa volviendo cuando se ponía demasiado nerviosa, busco con la mirada a los dos hombres heridos que habían dejado alli para acercarse a ellos tan silenciosamente como pudo. Valfreyah que era lo bastante pequeña para no sobresalir caminaba a su lado tambien ligeramente agachada consciente por el vinculo que tenian las dos de la grave situacion.
-Como os encontrais?-dijo en latin para que lo entendieran ambos, ya que por desgracia no sabia galo-me temo que estamos todos en un lio....vuestro jefe ha vendido  a todos los integrantes de este tren...eso os incluye....asi que me temo que ahora somos..segun han dicho ahi fuera..."traidores de la humanidad"..no os voy a pedir que me conteis que ha pasado...pero tal vez querais acompañarme....por que no se si esto va a acabar bien..pero mejor estar todos juntos para evitar muertes sin sentido...voy al vagon de carga...ya se que no os hace gracia pero mis compañeros Kane y Velasco se encuentras apoltronados alli, seguro que los escuchais hablar....

Miró a ambos esperando una respuesta....pues no tenian mucho tiempo, en cualquier momento los soldados irrumpirian en los vagones y entonces estarian jodidos,esperaba que las palabras de Kane les diera el tiempo suficiente para reunirse con ellos y asi evitar una masacre innecesaria e injusta...Valfreyah lloro suave a su lado...y ella le dio una caricia para tranquilizarla.