El cuadro eléctrico con los plomos vuelve a funcionar. Ha vuelto la luz. La tensión y el nerviosismo cada vez están más presentes. Mientras se miran con caras de preocupación, todos giran la mirada hacia la puerta que tienen justo delante. Es la puerta del sótano. Las dudas aumentan según van transcurriendo los minutos. ¿Están seguros de lo qué quieren hacer?.
Se acercan dos metros hasta quedarse perplejos con lo que están viendo. No es una puerta normal. Números a por doquier se hallan marcados en la puerta. No son marcas normales, se puede apreciar que están realizadas con una especie de cuchillo, un largo y extenso filo que se ha encargado de rubricar todas esas señales ahí.
“Tiene que haber alguna manera de averiguar qué esconde esta puerta y qué se encuentra en el interior de este sótano” – proclama Tsukuri como si estuviera relatando un guión. “Pasemos a la acción” – recalca Akiko mientras observa el candado de la puerta y las extrañas marcas.