Partida Rol por web

Roderick reparó enseguida en la existencia de un segundo piso a modo de galería, con varias guardias apostados, todos ellos miembros de la Casa Corvier. Automáticamente empezó a observar las posibles salidas y entradas de la estancia, incluso las que llevaban a las cocinas de la casa y que parecía la menos vigilada por los guardias.

No percibió preocupación en el rostro de los demás invitados. Al parecer muchos habían oído la noticia de los ataques tarde y veían la amenaza de los salvajes como algo lejano a sus tierras. A juzgar por algunas conversaciones que le llegaron a Roderick aquello parecía más una reunión para establecer alianzas que otra cosa.

Sumido en estas observaciones, no se dio cuenta que su hermano le estaba hablando otra vez.

- ...su séptima mujer...sólo la vi una vez pero me resultó...inquietante. No sabría cómo expresarlo, pero me pareció una mujer "peligrosa", midiendo cada uno de sus gestos, cada una de sus palabras...Otros dirían que perfecta es la palabra que la define, pero yo no estoy tan seguro...

      La visión de los guardias, sin saber por qué, alertó mis sentidos de guerrero. ¿Acaso eran necesarios tantos y desde una buena posición de tiro? Y la tardanza de Lord Corvier comenzaba a hacerseme sospechosa... me llevé la mano a la cintura en un acto reflejo, antes de maldecir para mis adentros mi poca sensibilidad para las intrigas de los nobles... había confiado, y en la cintura, obviamente, no tenía nada: ni espada, ni daga, ni un simple cuchillo... ¿Para qué iba a necesitarlos en una reunión? En ese preciso instante me di cuenta de que Sumner me estaba hablando, y me giré hacia él.

Esas son tus lides, hermano, y si tu no estás seguro, creo que es porque no hay que confiar... - en ese momento hice un gesto apenas perceptible con la mirada hacia las posiciones de los guardias - Yo tampoco estoy muy seguro ahora mismo...

      No sabía qué pensar. Cualquier noble considerado como un invitado, una vez compartidos el pan y la sal, no podría atacar al que le hospedaba, tenía incluso la obligación de ayudar a su anfitrión a defender su hogar si éste era atacado, bajo pena de caer en desgracia ante los ojos de los hombres y los dioses... y lo mismo, a la inversa, se aplicaba al anfitrión, encargado de garantizar la seguridad de sus huespedes. ¿Para qué, entonces, necesitaba tantos guardias Lord Corvier en la sala?

De repente sonaron unas trompetas anunciando la aparición del Lord de la casa. El bufón cesó su actividad y se alejó del centro de la sala hacia un rincón de la misma. La gente se puso en pie expectante.

- Será pretencioso...- susurró Sumner.- Ni Lord Arryn hace estas entradas!

Lord Corvier apareció, era un hombre de mediana edad, aproximadamente como su hermano Sumner, que vestía ropas de alta calidad con los colores de su casa, el negro y el violeta. Iba acompañado por una mujer, que a la vista saltaba que era más joven que él, con un precioso vestido violeta que remarcaba su bella figura. Era una mujer preciosa. 

Lord Corvier miró a los presentes con una sonrisa en los labios.

- Ante todo, quisiera daros las gracias por haber acudido sin demora a esta reunión. Quisiera compartir esta cena con todos vosotros y luego reunirme con los Lores de las casas en un salón privado. Que esta comida sea símbolo de mi hospitalidad y que mi casa sea la vuestra mientras estéis aquí.

Los presentes recibieron las palabras de Lord Corvier alzando sus copas al unisono y bebiendo de ellas.

      Alcé la copa con cierta desgana ante las palabras de Lord Corvier y di un sorbo, poco más que mojar los labios. A pesar de lo amable de sus palabras, mi instinto de guerrero se había despertado y sentía la necesidad de mantener la mente ágil y despierta, por lo que pudiera pasar. No podía dejar de apreciar la belleza de su esposa, aunque las palabras de mi hermano pesaban sobre mi, haciendome estudiarla con cierta frialdad, hermosa o no.

Estemos atentos... - susurré a mi hermano, inclinándome hacia él y poniendo cierta mueca de desagrado - Si es tan pretencioso, tenemos ya el doble de motivos para mantenernos alerta. Estoy impaciente por escuchar lo que se diga en esa reunión.

      Tras esas palabras, sonreí al hombre que tenía sentado enfrente y alcé mi copa hacia él a modo de respeto, aunque sobre todo con la intención de estudiar su actitud.

Los sirvientes empezaron a llevar todo de bandejas llenas de comida, sirvieron más vino a los invitados y la música empezó a sonar. Un juglar al que Roderick recordaba de haber visto en alguna celebración de la villa, que tocaba el laúd y cantaba varias de las canciones más populares alrededor de los Siete Reinos.

Roderick no pudo evitar escuchar la conversación de los dos invitados que tenía a su derecha.

- Verás, el problema, según como yo lo veo es que no entiendo porque está reunión se tiene que celebrar aquí. Me extraña que Lord Arryn no haya tomado cartas en el asunto, al fin y al cabo todos le debemos lealtad a él y con tan sólo una palabra nos uniríamos y haríamos frente a los salvajes.

- Seguramente Lord Corvier tiene una oferta interesante que hacernos...odiaría haber venido para nada, al fin y al cabo de las dos casas que se han perdido era cuestión de tiempo, por lo que se cuenta, las dos estaban pasando momentos difíciles e incluso habían intentado hacer contratos con otras casas en mejor posición...

Un sirviente se acercó a Lord Sumner.

- Milord, milord Corvier me ha pedido que le entregue esto.- y con estas palabras extendió la mano con un sobre lacrado. El sirviente hizo una reverencia y cuando vio que no se precisaba de sus servicios se retiró.

Sumner miró a su hermano, acto seguido miró el sobre y a Lord Corvier quien miraba a los presentes y se detuvio cuando vio a Sumner haciendole una pequeña inclinación con la cabeza a modo de asentimiento.

      Las palabras de los vecinos de la derecha no hacían más que incrementar mi desconfianza. Comenzaba a moverme incómodo en el asiento, picoteando apenas un poco de los platos que servian y apenas probando la bebida. No podía estar más deacuerdo en lo referente a Lord Arryn, y estaba a punto de añadir algo cuando apareció el sirviente con la carta. Ante la mirada de Sumner alcé las cejas con gesto de desconcierto y cierta desconfianza, y esperé a que Lord Corvier dejase de mirar antes de inclinarme hacia él.

No quiero cogerla yo por lo que pudiese pensar Lord Corvier, pero tanteala y revisa por fuera si pone algo antes de nada... y procura que nadie más te vea.

      Me quedé a la espera, disimulando terriblemente mal mi expectación y nerviosismo, mientras masticaba detenidamente un muslo de pato.

Sumner miró bien el sobre antes de abrirlo. Sacó una pequeña carta y la leyó para si.

- Lord Corvier quiere que le acompañemos el resto de la cena.- En ese momento Roderick se dio cuenta que había dos sitios vacios a la derecha de Lord Corvier y que los sirvientes estaban haciendo los preparativos.- También añade que quiere hablar conmigo en privado, al parecer tiene algo que proponerme...

      Al escuchar las palabras de mi hermano una sonrisa acudió a mi rostro. Estaba seguro de que, fuese lo que fuese lo que pretendía Corvier, lo ibamos a averiguar pronto... y estar cerca de el señor era una garantía de seguridad en caso de que tramase algo raro. Me dispuse a levantarme, pero esperé a ver qué decía Sumner.

Entonces, ¿vamos? - le miré unos instantes a los ojos antes de añadir - Sabes que no soporto las intrigas de la corte, cuanto antes averiguemos qué pasa, antes podré tranquilizarme.

Se levantaron y fueron guiados por el servicio hacia las sillas vacias al lado de Lord Corvier y de su esposa.

- Ah, Lord Sumner, agradezco que hayáis aceptado mi invitación y me acompañéis durante la cena. Es precisamente con vos con quien quisiera hablar. ¿Cómo está vuestro hijo e hija? Y vos Ser Roderick?¿Cómo se llamaba vuestro hijo...Jon, no?

- Es un honor para mi y mi hermano el poder acompañaros a vos y a vuestra señora.

- Ah! Perdonad mis modales! Os presento a mi esposa, Lady Melisa. Melisa, es un honor presentarte a Lord Sumner Tilverton y a su hermano y a la vez el maestro de armas de la Casa Tilverton.- Lady Melisa hizo una pequeña reverencia hacia ellos.

Empezaron a comer mientras el bardo seguía cantando y tocando el laúd.

- Tengo entendido Lord Sumner que cuando sucedió la tragedia de la Casa Trepton su heredera se encontraba en vuestra casa. ¿Está bien la muchacha?

- Darina es una chica fuerte, y aunque es un duro golpe, estoy seguro que se repondrá con prontitud.

- Eso espero.- dijo Lord Corvier- Me imagino que ya se han empezado a trazar compromisos a su alrededor.

Me halaga que recuerde el nombre de mi hijo, Lord Corvier, es un joven fuerte y leal que sabe enorgullecer a su padre.

       La proximidad de la bella Melisa resultaba embriagadora y su voz tentadora. Podía comprender por qué decían que era perfecta, siendo tan bella y con tan buenos modales... respondi a su reverencia con una respetuosa inclinación de cabeza como la que ya había dirigido a Lord Corvier en el momento de las presentaciones.

Es un honor, señor, la fama de la belleza de vuestra esposa a alcanzado nuestras tierras... y debo decir que es bien merecida.

      Tras el torpe intento de resultar frívolo y adulador, tal y como gustaba en la corte, me senté y me limité a escuchar en silencio, asintiendo a modo de toda respuesta cuando mi hermano afirmó que Darina era una chica fuerte... Entonces llegó la cuestión espinosa. Algo tramaba Lord Corvier, y aunque no me correspondia a mi hablar de esos asuntos, decidí intervenir aun a riesgo de enfadar a mi hermano.

Con el debido respeto, es un tema demasiado delicado para tratarlo tan pronto, debe usted tener en cuenta que para llegar a la reunión a tiempo debimos partir al poco de enterarnos de lo sucedido, no hubo tiempo para nada... - dirigí a mi hermano una fugaz mirada que pretendía ser cómplice sin que se percibiese antes de añadir un pequeño empujoncito para desvelar las posibles ambiciones de nuestro anfitrión - Quizá, si a mi hermano no le molesta, querais darnos alguna idea o sugerencia.

Lord Corvier asintió.

- Me imagino que en una situación como esta tomará partido Lord Arryn. Tal vez en estos momentos ya os haya enviado cuervos para proponeros un compromiso con alguien de su elección. Y...- al momento bajo la voz para que tan sólo lo oyeran ellos dos- tengo que añadir que últimamente La Mano tiene mucho contacto con los Lannister... ¿no creéis que sería mejor desposar a la joven dama con alguien cercano a vosotros, con los mismos problemas?

- Supongo que ya habíais pensado en alguien, ¿verdad? - inquirió Sumner suspicaz.

- Os mentiría si os dijera que no, pero este es uno de los temas que quiero hablar con vos en privado. Ahora disfrutemos de la cena.

Los sirvientes estuvieron trayendo platos con carne de jabalí y otros manjares exquisitos que los presentes comieron sin pensarselo dos veces. Al finalizar, Lord Corvier citó a los lores presentes en un salón aparte para discutir temas de índole política.

- Lord Corvier, en breve me reuniré con vos. Quiero hablar antes con mi hermano.- dijo Sumner.

- Como gustéis.- Lord Corvier y su esposa se levantaron y salieron del salón comedor. Los presentes se retiraron, algunos de ellos, los que Roderick identificó como los Lores de las Casas convocadas, hacia una doble puerta, y otros, sus caballeros y maestros de armas, hacia las dependencias.

- Hermano, ¿tienes alguien de confianza aquí?

      No disfruté del banquete como todos los que me rodeaban. Seguia disgustado, y la sugerencia de Lord Corvier sobre casar a Darina con alguien de su elección hacía saber amargo cada bocado. Comi poco, lo justo para no ofender, y bebi aun menos, excusandome en unas molestias estomacales totalmente inexistentes. El final del banquete fue un alivio, y que mi hermano pidiese tiempo para hablar conmigo más aun, pues no me gustaba nada la idea de apartarme de él.

Nadie, ahora mismo no me fio absolutamente de nadie - me acerqué a mi hermano y hablé lo más bajo que pude sin llamar la atención - Solo de nuestros hombres... me gustaría salir a reunirme con ellos para advertirles nuevamente que extremen las precauciones y asegurarme de que no se pasan con el vino y la comida, y tu... se prudente también. No tardaré mucho en volver y procuraré estar por aqui cerca, buscaré alguien con quien charlar para no llamar la atención...

-No me refería a eso.- dijo Sumner.- Hermano, es importante que regreses a casa e informes personalmente a William de lo que aquí se ha hablado. No me extrañaría que por otro lado ya se haya desplegado una partida de ajedrez y que William haya tenido que tomar decisiones. Es importante que le ayudes y le asesores. Déjame a uno de tus mejores hombres, con el que más confíes. Yo me las apañaré.

No

      Contuve la réplica en el último instante, pero no antes de abrir la boca para decirlo. Tras cerrarla nuevamente pensé unos instantes... me debatia entre mi deber para con mi señor, la obligación de obedecer sus órdenes, de proteger y asesorar a su heredero... y la desconfianza que sentia, la necesidad de quedarme junto a mi hermano en una situación que me daba tan mala espina, de protegerle a él... pero en ese ambiente no sabia moverme adecuadamente, en cambio, si las cosas habian salido mal, sus hijos podian verse amenazados por los salvajes... quizá el tuviese razón. Finalmente, agaché la cabeza con gesto abatido.

Cerrick - dije con una voz que sonaba a resignación y derrota - no es un hombre particularmente brillante, pero es leal y disciplinado, un veterano que conoce lo suficiente de la guerra y cuenta con el respeto y la lealtad de los hombres... Pero esto no me gusta, hermano, temo lo que pueda pasar.

      Finalmente no pude contenerme, mi hermano me necesitaba a su lado, necesitaba al más leal de sus consejeros y su más férreo defensor junto a él... no podía marcharme sin intentarlo.

Sumner miró a Roderick.

- Si te soy sincero a mi tampoco me gusta, por eso debemos anticiparnos a cualquier acció que se pueda tomar hoy aquí. No me creo que Lord Jon Arryn no tenga nada que decir de todo esto...Roderick, hermano, elige una pequeña escolta de guardias para ti y partid de inmediato hacia casa. Informa de lo que has escuchado aquí a mi hijo y ayudale a prepararse en todo lo que haga falta. Estoy seguro que dirigirá bien la Casa cuando yo ya no esté o no pueda hacerlo, pero es joven e inexperto y necesita del apoyo de su familia.- Lord Sumner colocó la mano encima del hombro de su hermano.- Cuento contigo para esto.

      Aun con una terrible sensación premonitoria por las palabras de mi hermano, ya habia planteado mis dudas y el encargo seguia ahi, inalterable... Asique me limité a asentir y a darle un apretón en el hombro.

Cuidate mucho, hermano, espero que vuelvas pronto con los hombres. Me llevaré tan solo unos pocos hombres a caballo para ir con mayor rapidez. Te esperaré en casa y mantendré tu hogar en orden... pero regresa pronto.

      Y, considerando que no habia nada más que añadir, me giré para volver a mis aposentos dispuesto a volver a tomar mis cosas antes de acudir al campamento para seleccionar una escolta.