Al marcharse los rigores del invierno tocaba enderezar para Hertford. Sir Gwilherm y sir Walter marchan a ver al conde Setzer, con el pensamiento de tener que partir, no tardando, al condado de Salisbury.
La expedición llega al castillo del conde de Hertford sin problemas. Allí, tras refrescarse brevemente ,y mandar a los escuderos y caballos a los establos, enderezan hacia el salón del castillo. Un sirviente los dirige.
Allí se encuentran sentados el mariscal, el castellano y el propio conde. Todos ya conocidos por los caballeros. Tras los saludos y cortesías de rigor ( qué tal el viaje, cómo marchan las cosas por Malderoi…) se disponen con los 2 a tratar el asunto que les ocupa
Bien sabran vuesas mercedes, y más aun las sus carnes, pues padecieronlas, que no distan mucho los sajones de Essex de nuestras tierras de Hertford.
Este poblema, acabará por superarnos, asi que habemus de dar parte al alto rey Pendragón, et a los vecinos del derredor, pues no será mala cosa advertirles a uno y a los de otros. Esto es.
Entregad la mi documentación en los castellos que pareis et echar la jornada allí. Haced amistad et marchar al dia siguiente con la amanecida. No deis problemas et parecer gentiles et correctos emabajadores de Herford, pues lo sos.
Marchad con bien, et llevad con honor et orgullo el nombre de aqueste condado, castello et conde.
En vuestras manos quedamos.
Como es de suponer guardo silencio y me limito a asentir con la cabeza. Para mí es un honor que me confíen la misión, pero entiendo que es mi primo quien realmente ha sido elegido. Opino que soy mayormente su acompañante en la labor. Así que le vuelvo la mirada con gravedad para que entienda que puede contar con mi total dedicación y determinación a la encomienda. Si él expresa alguna duda o pregunta sobre cómo desempeñarla le escucho con atención, puesto que justo ahora yo no albergo dudas sino expectación por ponernos en marcha.
Sir Gwilherm esperó con rigor, quizás en demasía, que el señor Conde hubiera concluido de hablar para tomar la palabra.
_Conde Setzer..._
_Lord Whilvert..._
Realizó una breve pausa para proseguir. _La empresa será realizada tal y como lo habéis ordenado, milord; y en verdad será un honor y una gran responsabilidad, portar el nombre de vuestro condado._ Pronunció las palabras firme y sereno, henchido por la oportunidad que se le presentaba. Codearse con la nobleza, aunque tan sólo fuera para trasmitir un mensaje, le brindaba la oportunidad de relacionarse con gente influyente y darse a conocer. Y aunque Gwilherm siempre se encontró más cómodo con la espada, que con la labia. Sabía que era una gran parte del juego, si quería que sus recientes tierras prosperasen. Más aún con el invasor sajón tan cerca de éstas.
_Mi primo, Sir Walter y mi persona, pueden aseguraos que así se hará._ Concluyó, devolviendo la mirada a su primo.