Vuestras miradas se cruzan durante un instante, y no podéis evitar daros cuenta de cuanto os odiais mutuamente. Tal vez fueran rencillas de vidas anteriores o roces de ésta, pero ambos sabéis que no podéis desaprovechar esta oportunidad para libraros del otro.
Sois Archienemigos:
Vuestra condición de Victoria añade: Conseguir que el otro jugador termine la partida Muerto.