Partida Rol por web

-Negativo, Chafee. No pienso dejarte caer, hermano. Esta maniobra la haremos juntos, señora. Chafee es demasiado pequeño para este arnés y una corriente de aire algo más brusca podría partirle el cuello. Eso no va a ocurrir. No bajo mi guardia. Quiero ensayar el aterrizaje con él.

Zev dedicó un cordial saludo militar a Laureena mientras le metía el dedo en la orejota a Chafee. 

Ventajas de tener cuatro brazos.

La Leona ocultó como pudo una sonrisa sincera.

-Adelante, soldado. Ensaye bien la maniobra. Cuando saltemos, no habrá segundas oportunidades. Y Chafee, confíe en su compañero. Allá abajo los unos dependeremos de los otros. Siga así, soldado Val Thaali.

Laureena se desplazó entonces hasta Efrain, situándose a su derecha y cruzándose de brazos mientras observaba con ojo experto el desempeño de la tropa.

-Permiso para hablar en confianza, Capitán-, dijo recuperando su tono marcial. Sus ojos glaucos miraron de soslayo a Efrain. El paladín no olvidaría lo que dijo a continuación.

-Señor, creo sinceramente que con este equipo, bajo su mando, podemos salir victoriosos. Al fin y al cabo... Tenemos nuestro propio gigante.

Preocupemonos de no morir en los próximos días y descubramos mientras tanto quien hay detrás de Comadreja y Billy. ¿Trato? - Extiendo la mano para estrechársela.

La joven miró fijamente a los ojos al bardo antes de lanzarse un escupitajo en la palma de la mano. Debía ser una costumbre muy arraigada en ella.

-Trato-. Media sonrisa en su rostro. -Creo que ella tiene razón-, dijo mientras señalaba a la Leona. -A donde vamos sólo nos tendremos los unos a los otros...-. Recuperó el tono misterioso que tanto caracterizaba su voz. -Si te sirve de consuelo, Billy... No teníamos mucha opción. Sólo que...-. Pareció pensar si concluir la frase. Esta vez, sí lo hizo.

-...Me alegro de que estés con nosotros-.

- ¿Como tienes el cuerpo para volar? A mi me apetece más bien poco, pero vamos, acabemos con esto cuanto antes. -

-Te seré sincera: no parece difícil. Aunque me preocupa que B.B. se lo está tomando como algo personal... Oh, no... Ahí va a lanzar a Zev y a Chafee...

Y vaya que si iba a lanzarlos.

El dracónido había cogido a Zevran y empezó a girar sobre sí mismo mientras reía como un poseso.

-¡¡¡A--A-A-A-A-A-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAALLLLLRIIIIIIIIGHT!!!-, exclamó el alien, henchido de adrenalina. -¡¡¡AGÁRRATE CHAFEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!! ¡¡¡IGNICIÓN EN TRES... DOS... UNOOOOO-UOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHH!!!

Allá que volaron los dos integrantes de la pareja con chistes más letales de todo Faerûn.

-¡¡¡POSE DEL TIGRE ACECHANTEEEEEE!!!

-¡¡¡DEJA DE INVENTARTE LAS POSES, LOCOOOOOOOOOOOOO!!! ¡¡¡CÍÑETE A LAS DEL REGLAMENTO OFICIAL QUE NOS DEJAMOS LOS PIÑOOOOOOOSSSS!!! ¡¡¡NO QUIERO MORIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII*

Fue un elegantísimo aterrizaje de Zev con un paquete roedor en el vientre. Cuando pisó cubierta, el roedor se dejó caer cual peso muerto y se llevó la manita al pecho.

-He visto mi vida pasar ante mis ojos... Y he sufrido tres microinfartos en el proceso... Por tu culpa, cabeza de pistacho...-, señaló a Zev y en tono recriminador añadió. -Maldito drogadicto de la adrenalina...

Zevran, por supuesto, se partía de la risa.

Gnomo-loco, denominación extraoficial del Profesor Zigresky, se acercó a Efrain por su izquierda sin dejar de tomar notas.

-Como puede comprrrrrobarrrrrr, Herrrrr Autumnshield, mi invención funciona perrrrrrrfectamente-, dijo alzando un dedo matizador al éter y girándolo con euforia ególatra. -Podrrrrá dejarrrr en tierrrra a su equipo con prrrrrrecisión milimétrrrrrrica y evitando toda clase de ominosa detección por parrrrrte del enemigo.

Frotóse sus manos enguantadas para a continuación ajustarse sus gafas, posando sus ojos desquiciados en el paladín.

-Anterrrrriorrrrrrmente cuestionó cómo rrrrregrrrrrresarrrrrrr a la Serrrendipia desde tierrrrrra... Bien, parrrrra ello perrrrrmítame hablarrrrle de mi sistema de poleas y cuerrrrrdas de evacuación de rrrrrreciente crrrrrreación, Herrrr Autumnshield.

Zigresky invitó al paladín a estudiar una especie de dispensador que era capaz de arrojar cabos hasta unos 350 pies de distancia. Según el gnomo, cualquier miembro del equipo podía agarrarse al cabo y ascender rápidamente en el aire hasta alcanzar la cubierta de la Serendipia.

-Le prrrrrresento... ¡EL EVACUATORRRRRRRR MK VI, mi invención más contrrrrastada como prrrrrueba que existan seis verrrrrrsiones del mismo! Basta con que su equipo indique su posición con una bengala para que, desde aquí, yo pueda lanzar el cabo con el Evacuator MK VI y sacarrrrrles del peligrrrrro. Puede desplegarrrrrr seis cabos al mismo tiempo, tres a baborrrrrr, tres a estrrrrrriborrrrrrr.

El gnomo rodeó el muslo de Efrain con su bracito -no llegaba ni a la cintura del paladín- y se dio dos toquecitos en la sien.

-¡No hay detalle en el que el superrrrriorrrrrrrr intelecto del Prrrofesorrrrr Zigrrrresky Tchaichowsky Korrrrrrrsakov III no haya pensado durrrrrante el desarrrrrrrollo de la operrrrrración! ¡Si tiene alguna duda, rrrrruego o plegarrrrrria, Herrrr Autumnshield, estarrrré encantado de... evacuarrrrrrrla! ¡JA, JA, JAAAAAA!

Lo cual parecía, literalmente, la pura realidad.

Señor, creo sinceramente que con este equipo, bajo su mando, podemos salir victoriosos. Al fin y al cabo... Tenemos nuestro propio gigante.

El caballero se giró hacia la soldado y vio que estaba contenta. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que todos, de una u otra forma, se estaban divirtiendo. Él también sonrió, aunque su sonrisa no duró demasiado.

Recuerde mis palabras… No subestime a sus enemigos

La metálica voz de Stedman aún resonaba en su cabeza y al mirar de nuevo a sus compañeros ya no pudo sentir alegría por ellos, sino una profunda pena por todo lo que estaban a punto de perder…

"fue aterrorizante, pero a la vez divertido", pensó Mikeala después de aterrizar en su vuelo bautismal. Sin embargo, la alegría que había experimentado en cubierta comenzó a desaparecer. La Reina volvió a posarse sobre ella y la Mikeala animada volvió a ahogarse entre sombras. Su rostro se transformó.

-Muy bien capitán, creo que es momento de terminar con todo esto y prepararnos. No queda mucho tiempo antes de llegar a Bowerstone- A diferencia de Laureena, Mikeala jamás trataría a Efraín como un superior, aunque Cecil lo hubiera nombrado capitán de esta improvisada misión. A lo sumo como iguales.

-Descansen los que tengan que hacerlo, encomiendense a sus dioses aquellos que lo consideren. Aqui aqui se terminó la diversión- o eso creía Mikeala, pero con Chafee y Zev, nunca se termina la diversión.

Luego se volteó y entró en su camarote.  Ella tenía que encomendarse a alguien

La experiencia de práctica con el sistema ingeniado por el Prrofesorrr fué si mas no curiosa, a la par que emocionante. Al salir por los aires todo fué bien hasta que el sombrero casi me sale volando con Harry dentro. Al agarrármelo adopté una pose parecida a la que llamaban "Picado de Halcón" así que empezé a ganar velocidad. Todos me decían cosas desde abajo, hasta que hize de tripas corazón, y por un momentoo me resigné a que mi rostro se acabase revelando por sombrero volador. . ¡Agárrate como puedas Harry! - Por suerte, al adoptar la "pose de la grulla", la velocidad se estabilizó de inmediato, en el momento justo en el que el sombrero estaba a punto de desprenderes, éste se quedó en su sitio y pude planear sin problema de vuelta a la cubierta del barco. No parecía algo tan difícil, pero tendré que ingeniar alguna solución para mi indumentaria de "halcón".

Mientras todos terminaban y Mikeala nos recomendaba descansar y rezar hasta llegar al destino. Busqué contacto visual con Efrain, para,  con un pequeño asentimiento, indicarle que había llegado el momento de tener esa charla en privado.

Celestina se mantuvo a una distancia prudencial al ver como los sujetos de prueba eran lanzados al aire por B.B. como si fuesen poco más que una rama para él, viendo como estos adoptaban aquellas poses extrañas para descender con aquel artilugio. Al parecer, le gustase o no aquel invento del averno, le tocaría usarlo si quería bajar de aquella nave pues nadie más parecía tener problemas en llevar aquella cosa pese a lo mucho que ella dudaba de su seguridad.

Ante aquello tuvo que aceptar a regañadientes el probarlo antes de hacerle un gesto con la mano al enorme dracónido para que la lanzase a ella también. Por supuesto beber y conducir nunca ha sido algo bueno, así que notó como se le revolvió el estómago con aquel lanzamiento aunque pudo controlarse para no terminar con una escena bastante desagradable. Eso si, tuvo que hacer algunas maniobras para lograr pillarle el truco a aquello de planear y bajar en picado, terminando por caer de culo aunque sin demasiados problemas más allá de aquello.

-Creedme cuando os digo que no será los gigantes quienes acaban con nosotros sino este tipo.-

Sentenció a la par que volvía a ponerse en pie, sacudiéndose los ropajes. Dicho aquello se llevó una mano a la cabeza, tal vez era un buen momento de guardar reposo hasta que llegasen al destino.

-Creo que iré a echar una cabezada a ver si se me baja la última botella, avisadme cuando lleguemos.

Chafee estaba tendido sobre cubierta, agarrado a la tarima como si no fuese a haber un mañana. Lo cual, por cierto, era una posibilidad muy real habida cuenta la ristra de microinfartos que había registrado su pobre corazón en un margen temporal de unas cuatro horas.

Qué noche la de aquel día...

-No... Me... Cogeréis... Con vida... Gofrutas... Aaaaaaa*

En realidad, nadie le estaba escuchando, pues B.B. estaba pletórico lanzando por los aires a todos los miembros de la tripulación y estos estaban demasiado concentrados en emular la pose de la Grulla en toda su pureza.

-Zev... ¿Estás ahí? Tengo... Una pregunta...

-Aquí estoy, colega. Tú dirás-, dijo el alien mientras palmeaba cariñosamente en la testa al roedor.

Zevran se sentó al lado de Chafee flexionando sus gelatinosas piernas sin dificultad. Ser funky mejora la elasticidad. Es bien sabido.

-No te preocupes por el descenso, hermano. Lo tengo bajo control. Le he pedido a Doc unos ajustes para que vueles más cómodo. A juzgar por tu cara desencajada, antes el cinturón te estaba presionando el Chafee's Lil' Soldiers Pack-. Zevran soltó una risilla traviesa llevándose la mano a su entrepierna mientras dedicaba a su colega un manspreading. -Shake with love, brother!-.

Chafee entornó la mirada.

-Para tu información... Me hice la vasectomía hace años. Alimentar a más de cincuenta delincuentes juveniles, algunos de ellos politoxicómanos, es muy duro. Imagina la que lían para pedir prestado el coche... Qué panda de mequetrefes...

Chafee se detuvo un instante.

-¿Qué carajo te pasa?

-No... No puede ser... ¿¡TE HICISTE LA VASECTOMÍA!?

Zevran parecía afectado de verdad.

-Pe-pe-pero Chaf, ¿y ahora qué pasa con el reto "Crea tu propio ejército de supersoldados"? ¿Significa que te das por vencido? ¿¡Vas a claudicar porque cincuenta y cuatro de tus vástagos...? Uno arriba, uno abajo... ¿¡Vas a claudicar porque han formado su propia banda callejera y están en búsqueda y captura por el felino ojo del inspector tabaxi Bigotudo Malloy!? ¡¡NO PUEDES RENDIRTE AHORA, CHAFEE!!

Zevran alzó el puño al aire y con voz cargada de dramatismo clamó al viento.

-¡¡¡UN PADRE DEBE SERVIR DE INSPIRACIÓN A SUS HIJOS!!!

Chafee cruzóse de brazos y entornó sus ojos ratoniles.

-En primer lugar, son sesenta y cinco de mis vástagos los que integran la banda. En segundo lugar, les he desheredado a todos porque una banda autodenominada "The Cheesemakers" no merece mi respeto profesional. Y en tercer lugar, el líder de la banda, Felpudo McCheese, mi primogénito, trató de apuñalarme con una cucharilla de postre hace ya años. Y no lo logró porque era una cucharilla de postre. Aún me duele recordar sus reiterados -mas infructuosos- intentos de acuchillarme con ese instrumento vil... He llegado a pensar que, en realidad, quería matarme con esa cucharilla... Una cucharilla de postre no es la forma más rápida de matar a alguien, ¿sabes?

Chafee se atusó el bigote y se rascó sus bellotines. Había confianza con Zev.

-Mi pregunta es... ¿Quién va a lanzarle A ÉL?-. Señaló a B.B. y el silencio que sucedió a su interrogante evidenció que el arnés -paracaídas de Zigresky era demasiado pequeño para el dracónido.