Prefiero ahorrar recursos. Total en teoría la princesa se va a quedar esperando solamente.... Cuando volvamos todos si quedan espacios de conjuro los usaré
Poochie entornó sus grandes ojos y se cruzó de brazos.
-Hmpf... No te creo, humana. No erez tan maligggna. No demaziado, quiero dezir. Aunque cuando te enfadaz ze te hincha la vena de la frente y pareze que vaz a zufrir una apoplejía. Y ademáz, para tu informazión, tengo zero toleranzia al dolor fízico o pzíquico. Nada de nada, oiga. No zuperaría la primera tiradita de zalvazión. Zí, zí, zí.
El kobold dio entonces un par de pasitos hasta los barrotes de la celda y bajó sensiblemente la voz.
-No he vizto gigantez fumetaz ni nada por el eztilo. Zolo zé lo que te he contado. Hay gigantez azulez y gigantez lechozoz. También uno griz. O quizáz zea que eztá enfermo, no lo zé. Ez muy difícil de ver aquí abajo, pero zé que eztá... Mi primo Toochie, en paz dezcanze, le vio una vez. ¡Dezía que daba mucho miedo! ¡Brazoz muy largoz! ¡Cabeza muy pequeña!
Lo que comenzó siendo un susurro se tornó un vivo discurso sobre lo que recordaba. Los líderes kobolds eran ligeramente más astutos que sus pares, si bien rara vez destacaban por su intelecto. Poochie tenía una forma de expresarse que hacía difícil seguirle, pero a expresividad pocos podían batirle. ¡Qué manera de hacer aspavientos!
-Loz azulez bajan muy poco por aquí, zalvo uno de elloz, que bajó hace unaz horaz. Zer gigante raro. Zin barba de ninguna claze. Luego hubo un temblor aquí abajo, como zi laz rocaz ze moviezen o algo azí... No zaber ni un pimiento máz. Zugiero lo del rezcate por la zenzilla razón de que atraparon a alguien que chillaba no zé qué zobre un padre, dinero a ezpuertaz y montonez y montonez de joyaz para ezoz gigantonez. Zonaba a zúplica de alguien que tiene monedazzz.
Poochie parpadeó mientras se frotaba los deditos.
-Dollars-.
Volvió a parpadear.
-Cazh flow-.
Y una vez más.
-Paroja-.
Vaya, estaba clarísimo.
-Ojo, que igual no, pero yo creo que puede zerte de utilidad porque... ¡Psssh! ¡Azerca tu orejota, mozalbeta! ¿Y zi zacamoz a eze alguien y pedimoz nozotroz el rezcate en lugar de los gigantonez? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?-.
Poochie soltó una risilla maliciosa y tiró de la manga a Mikeala en claro signo de complicidad. Sin embargo, algo le hizo tragar saliva y mirar a la hechicera con sincera duda en sus ojos marcados por el estrabismo.
-No zupondrá eso un inconveniente para tu alineamiento, ¿verdad?
Más pistas no te puedo dar xDDDD
-No zupondrá eso un inconveniente para tu alineamiento, ¿verdad?
-Voy a cobrar un rescate por ese prisionero claro está, y podría compartirlo contigo si me ayudas.- El estruendo que mencionaba Poochie, no podía ser otra cosa que la roca que vieron en la entrada desplazándose. También parecía ser que el gigante sin barba, osea Kohrdran, accedió a ese lugar, debían revisar eso, pero estaba claro que moverla haría mucho ruido. Tenían que entrar ahí de alguna forma, y quizás, un pequeño kobold con estrabizmo podría entrar en algún resquicio que la roca no tapara e informar que hay del otro lado. ¿De verdad iba a confiar en un kobold idiota la importante tarea de recabar pistas y de encontrar a la princesa?.
-Escucha, no puedo liberarlos a todos ahora, alertarían a los gigantes, pero te propongo un trato. Voy a liberarte a tí, me vas a ayudar a entrar a donde haya ido ese gigante sin barbar y si cumples tu parte, volveremos a buscar a tu familia. ¿De acuerdo?.
-Chafee, estoy segura que sabes como abrir apropiadamente una cerradura. Zev, adelántese un poco mas sin ser visto, como una sombra, avanza fluido como tus movimientos de cadera y reporta si hay algo mas de interés para investigar. Algo que no sea un gigante lechoso desmembrando kobolds, mas bien algo que tenga que ver con nuestra misión.
-Si no hay nada, es claro que el camino es a través de la roca de la entrada-
Perdón por la tardanza