Partida Rol por web

- Bien entonces, cerró la reunión Pavlo. En 25 minutos, bahía de lanzamiento este. Ensayó un rápido saludo militar, no el rígido y formal saludo a un superior, sino el distendido saludo a un igual.

- James, Mitchell, Foley, los veré allí. Y luego salió de allí hacia su dormitorio, para prepararse.

El nuevo candidato a cabo sonríe de medio lado a su oficial al mando para alargar la mano y recoger el informe que acababan de depositar sobre su mesa, no tenía mucho tiempo y había que ponerse en marcha lo antes posible, comienza a leer nombres y rangos para buscar las caras de los que formarían parte de su unidad, ya conocía a Foley si no se equivocaba era uno de los reclutas que había llegado con él.

Observa escrutador al resto aún con uno de los brazos cruzados sobre el pecho al ladear el informe ligeramente para dirigirse a sus compañeros con tono tranquilo para que se le escuchara. Suspira antes de hablar pues no estaba acostumbrado a hablar para tales multitudes.

-1ª misión un precioso planeta desierto con bonitas tormentas de arena, caballeros...-Hace una pausa para tragar saliva antes de continuar- Bienvenidos a vuestro paraíso... Ahora Foley, Mitchell si no les importa, no tenemos mucho tiempo...-Realiza un gesto con la mano señalando al resto-Nos faltan Raccor y Wolf encuéntrenles- Dice mientras comienza a caminar entre los reclutas iniciando su propia búsqueda.

Si no estaba equivocado Raccor era el tipo que había hablado después de él así que no le resultó dificil encontrarlo para tenderle la mano al muchacho con una sonrisa.

-Encantado chico...-Menciona con calma- Futuro Cabo James-Dice confiado- En marcha, Foley Mittchell, Wolf conmigo a la bahía de embarque en media hora, quiero verlos con los trajes de combate puestos en diez minutos ¿Entendido? Vamos al trabajo.

Uno de los soldados aclara su garganta tras las palabras de James, lo hace mientras se echa hacia atrás en su asiento y lo mira de reojo. A todos les suena esa cara, es el tipo que se había dado por chulo con el teniente, minutos atrás, y por su tono no parece muy contento con la actitud del nuevo cabo.

- Hasta adonde se los cabos solo tienen voz en el campo, así que mejor baja de tu nube amigo – le dice a James olvidando cualquier tipo de etiqueta ahora que no hay oficiales presentes, claramente molesto por estar recibiendo ordenes de un cabo recién ascendido como si se tratara de un teniente, aunque también se deja ver por su actitud reiterativa de que no necesita de muchas razones para actuar de esa forma.

Pavlo abandona la sala de conferencias y vuelve a hacer todo el camino hacia su habitación, dejando a los hombres, ahora bajo su mando, solos y por su cuenta por un rato. Esta vez no hay nadie que le sorprenda a mitad de camino, por lo que llega rápidamente a sus aposentos.

Ahí, el olor a tabaco mezclado con una ligera fragancia a alcohol, olor característico de su cuarto, inunda la nariz de Pavlo una vez entra y cierra la puerta detrás de él.

El cuarto esta en silencio, tal cual lo había dejado, aunque no puede evitar esta vez mirar su traje de combate, aquella armadura que pende de un mostrador, en una esquina de la habitación. Los soldados regulares usan armaduras genéricas y que tienen que retirar en el deposito con un permiso, pero a los oficiales se les permite tener su armadura propia. Y ahí esta la de Pavlo, la que había usado siempre, pero que ahora lleva los galones de Sargento. Desde el día en que aquella linea vertical que recorre prácticamente todo el brazo derecho, aquella linea rojo que señala su rango, fue puesta en su armadura, desde ese día que no la a tenido que utilizar. Se podría decir que en pocas horas va a darse el lujo de estrenarla, aunque por lo que le dijeron de la misión, no es que vaya a ser un gran espectáculo.

-Entendido mi cabo- sin pensar en más que en las ordenes.Tras esto, se dirige a paso ligero la armería donde le dotarán de todo lo necesario para la expedición. Tanto en armas como en protección. Antes de dirigirse a la bahía, prueba su armamento en la zona destinada a ello y certifica que los trajes de protección estén debidamente ajustados. Tras esto, se encamina a la zona de lanzamiento.-Vamos, vamos, primera misión, allá voy-piensa ilusionado.

Pavlo acarició la armadura, con sus pequeñas abolladuras y marcas. Raspones repintados con cariño, marcas de un veterano.

Se sirvió un dedo de whisky en un vaso no demasiado sucio y tomó un trago. Luego se enfrentó a su traje. El usual olor a goma, cuero y metal usado que desprendía por dentro lo envolvió: como el olor de tu esposa en la cama, supuso.

Mojó un dedo en el whisky y luego tocó el cuello del traje, el centro de la frente del casco, y la pechera derecha. Vació el vaso con una sonrisa y comenzó a vestirse.

Una vez estuvo seguro de que todo estaba ajustado y en su lugar, tomó su pistola y la colocó en el cinto. Luego tomaría un rifle reglamentario del armario de armas, en la sala de lanzamiento.

Mientras pensaba una y otra vez en su primer misión, ajustó su puñal militar de desgastado mango en el cinto, en posición horizontal y en su espalda, tal que el mango quedara justo en su palma al retroceder el brazo derecho. El comienzo de todo movimiento, ofensivo o defensivo, de su cuchillo nacía allí: con la ancha y fuerte hoja prácticamente oculta tras él.

Sonrió, más para darle confianza al Pavlo que lo observaba desde el pequeño espejo que porque estuviera contento o tranquilo, y se dirigió a la sala de lanzamiento sin perder un instante. Tenía intenciones de ver quienes estaban allí temprano y, además, de recibir el reporte de James. Esperaba no haberse equivocado con el tipo...

Mantiene las manos cruzadas sobre su amplio pecho sin molestarse siquiera en responder al otro antes de volver a abrir la carpeta que sostenía en sus manos y perder unos segundo ojeando alguna de sus fotografías y parte de la información proporcionada de la misión, suspira mientras sus labios se tuercen en una irónica sonrisa ladeada al leer un fragmento.

Mueve los ojos para mirar al tipo que tenía enfrente sin levantar el rostro si quiera hacia él, sus labios aún sonrientes comienzan a abrirse para dejar escapar unas palabras moduladas y de ritmo tranquilo dirigidas hacia aquél imbécil.

-No seré yo quien limpie todas las letrinas de la nave si no está en esa puerta de embarque en el tiempo estipulado, le quedan menos de 20 minutos, sería mejor que dejara de perder el tiempo y comenzara con su trabajo- Menciona para girarse con calma sin volver a mirarlo

Camina despacio entre sus compañeros para atravesar la puertezuela metálica por la que los oficiales y Raccor habían abandonado la estancia para caminar a paso ligero mientras leía el informe de la misión, camina en busca de la armería para presentarse listo en esos 20 minutos en la puerta de embarque... <<Menuda panda de nenas>> Piensa para sí refiriéndose a algunos de los compañeros.

James sale de la habitación mientras abre el expediente, aunque puede notar que el tal Conrad permanece aun en su silla e intercambia palabras con un tipo, otro soldado, que esta a su lado, aunque James no llega a escucharlo mientras se aleja. De todas formas parece que no le a hecho mucho caso, al menos según pudo ver por como lo observó con indiferencia mientras le soltaba a la cara y con total indiferencia su discurso de suboficial recién ascendido.

Aun así, sin prestar demasiada atención, James sale del lugar mientras ojea el expediente, a la vez que otros soldados salen a su lado, pasando de largo, y perdiéndose por los laberínticos pasillos de aquella nave, u otros se quedan en la sala haciendo tiempo..

En él archivo no hay mucha mas información de la que ya les han dado. Los pasos de la misión están detallados, dos naves van a dejar a los grupos en su destino, al mismo tiempo, y ahí harán lo que se les haya asignado. Realizar la inspección del centro urbano para un escuadrón, y realizar un diagnostico de la torre de comunicaciones para el otro. Este ultimo también tiene que ir a la base de la montaña en la cual se encuentra la torre y realizar una inspección de rutina en la excavación, para así “matar dos pájaros de un tiro”, según indica una anotación con lápiz, aparentemente del teniente Anders.

Fuera de eso no hay mas indicaciones, tan solo mapas, algunas fotos de rocas y montañas, e informes meteorológicos. Según parece, esperaran como mínimo vientos de 120km/h, por lo que tendrán que usar las botas abrasivas para poder andar tranquilamente por la base exterior, compuesta por una plancha metálica, que hay en la torre sin correr riesgo. Esto quiere decir que el transporte solo los dejará en la torre y volverá a una distancia prudente para no correr riesgo, dado los fuertes vientos, lo cual quiere decir que para llegar a la excavación, un kilómetro bajo la base, y desde el punto de desembarco, tendrán que utilizar el viejo transbordador preparado para esos casos. Mas lento, pero también mas seguro.

Fuera de todo esto no hay mas indicaciones, parece que el que mas complicaciones va a tener es el grupo de la torre, en el sector S-7. Por suerte para James él esta asignado a la otra escuadra...

-Los minutos siguen pasando y no disponemos de mucho tiempo para llegar "bien equipados" a la bahía, en donde nos espera el transporte. Soy de los primeros reclutas en llegar a la armería, solo dos soldados antes que yo. Repaso mentalmente todas las especificaciones de nuestro equipo básico. Traje N-7, cuchillo, pistola reglamentaria y un arma principal que aún desconozco. Según nuestro perfil nos darán una u otra. Los minutos siguen pasando y yo aún estoy en ropa de entrenamiento.-