Partida Rol por web

grito a los demas, dispararle sin cesar hasta que se mueva, mientras yo me preparo, flexiono mis piernas y edespues de algun intento, salto y corro hacia un cumulo de protecciones mas alejadas, para que me pueda mover de una a otra sin que me vea y alejarme de si linea de tiro... 

Pavlo y Ráccor abandonan la cobertura y corren por sobre los cadáveres que acaban de abatir para llegar hasta la cabina del piloto, mientras el carguero se sigue estremeciendo a medida que se separa mas y mas del suelo.

Conrad se pone a un lado, Ráccor al otro, y Pavlo se mantiene al frente de la puerta, apuntando hacia delante, preparado para abrir y afrontar lo que haya al otro lado. Cuando Conrad acciona el interruptor y la puerta que da a la cabina se abre de par en par todos se ponen en guardia, aunque al otro lado tan solo se encuentra un único mercenario que trata de pilotar aquel trasto, ignorando por completo que sucede a sus espaldas.

Por la ventana que hay sobre el tablero pueden ver que la nave ya esta varios metros por sobre el nivel del suelo, a la vez que pueden oír como calientan los motores, en un intenso zumbido, mientras la nave se prepara para largarse de ahí de una vez.

El arma de Pavlo se apoya entre los omóplatos del mercenario. Abajo este trasto! Lo pones de nuevo al suelo! AHORA!

Se vuelve hacia los demás. Veriquen el resto de la nave. No quiero sorpresas.  

-Señor si señor!

Rápidamente el marine empieza a inspeccionar  todos los huecos de la nave con el rifle delante.

Los compañeros de Paul siguen abriendo fuego contra el LOKI, que no parece reparar en los disparos enemigos y sigue centrado completamente en Foley. Mientras tanto el soldado toma aire, espera a tener un momento oportuno, y sin perder tiempo se lanza a buscar una zona mas segura en la cual poder tomar cobertura y perder a aquella bestia. Los disparos del robot pasan muy cerca de Paul, silbando a centímetros de su espalda, pero el soldado es lo suficientemente rápido como para dejarlos atrás... sin embargo, esta casi a punto de llegar al grupo de cajas cuando el LOKI hace un movimiento inesperado, deja de disparar a espaldas de Paul y lanza un cohete (algo que toma por sorpresa a todos, pues creían que no llevaba ninguno con él, pues hasta entonces no había atinado a usarlos), el cual va a dar directamente contra el grupo de cajas hacia el cual Paul se estaba dirigiendo.

El disparo no le alcanza, pero si lo hace la fuerza de la explosión, la cual le hace saltar de espaldas y caer hacia el suelo. Desorientado y con un pitido insoportable, Paul intenta levantarse, aunque se encuentra mareado y apenas puede ponerse de rodillas. Al mirar el frente puede ver al LOKI delante del el, con sus cañones preparados, apuntando al aturdido soldado de la Alianza. Detrás, sus compañeros siguen abriendo fuego contra la bestia metálica y gritan a Paul para que se ponga a cubierto, aunque este no puede oírlos con claridad. Paul no ve cobertura cerca, apenas se puede mantener de rodillas y le cuesta orientarse, mientras el LOKI esta a punto de disparar. Aquel parece ser el fin.

De pronto los oídos de Paul se aclaran al mismo tiempo que vuelve a caer de espaldas, confundido. Su nuca toca el suelo, y al mirar hacia el cielo ocre de aquel planeta, ve como una figura negra recorta aquella textura de nubes uniforme. El pitido en sus oidos se va y comienza a escuchar con claridad. Disparos, gritos de sus compañeros, y el sonido generado por el motor de una nave. Al levantar un poco la cabeza, Paul puede ver que donde estaba el LOKI ahora hay un amasijo de hierros retorcidos y envueltos en llamas. La figura negra vuelve a aparecer en el cielo y al levantar la cabeza puede ver a uno de los MOHAWK sobrevolando la zona, y a Frost asomando desde la cabina de pasajeros, abriendo fuego hacia la nave con los prisioneros.

El resto de los soldados corren de vuelta hacia donde están los prisioneros, aunque Madeiros es el único que se acerca hacia donde esta Paul.

- Vamos, aun no estas del todo muerto – dice, serio, mientras extiende su mano a Paul para ayudarle a ponerse de pie.

Al mismo tiempo se puede escuchar un mensaje por la radio, de parte de James.

- Los prisioneros estan seguros. Repito, enemigos neutralizados, los prisioneros estan seguros – reitera.

Mientras Ráccor revisa el resto de la nave, sin poder ver mas que cables y paneles por todas partes, Pavlo y Conrad tratan de dominar al piloto del carguero, pero este, pese a los gritos y amenazas de Pavlo, no parece hacer mucho caso a los soldados, y tan solo responde algo en su lengua nativa que ninguno llega a entender, pero que por su tono no parece muy amable. Mientras tanto la nave sigue tomando altura y comienza a avanzar hacia adelante, alejándose de la pista de despegue.

- Vamos a volarle la cabeza y aterrizar esto de una vez – dice Conrad, un tanto nervioso, sin dejar de apuntar al piloto, a la par que Pavlo.

El sargento, viendo que su amenaza no surte efecto, y no muy dispuesto a comenzar a disparar en la cabina, usa sus gruesos brazos para hacer una presa en el cuello del mercenario y tirarlo para atrás. 

El sargento, viendo que su amenaza no surte efecto, y aunque no muy dispuesto a comenzar a disparar en la cabina, considera usar sus gruesos brazos para hacer una presa en el cuello del mercenario y tirarlo para atrás.  

Sin embargo, habiendo ya alguna vez tenido que intentar contener a un bothiano, decide que lo mejor es lo simple. Y lo simple, amigo, no es lo más limpio, lamentablemente para tí, susurra mientras aprieta el gatillo con el cañón en el craneo del enemigo.

- vamonos de aqui cuanto antes. dice Paul mientras se levanta con dificultad y se acera a sus compañeros mientras saluda a la nave que le a salvado la vida.

Madeiros estrecha la mano de Paul con fuerza y de un tirón le ayuda a levantarse mientras Edward saca a los prisioneros, uno por uno, de la nave.

La sangre del mercenario salta a los muros de la cabina tras el disparo de Pavlo. El cuerpo cae pesadamente hacia el frente, sobre el tablero y los controles, modificando el curso de la nave... directamente al suelo. Conrad, entre insultos, trata de hacerse con los controles mientras intenta quitar de en medio al mercenario muerto, cuyo cuerpo inerte es mas pesado de lo que uno podría esperar. Los intentos son inútiles, apenas pueden pensar en hacer algo cuando ve que la nave va a impactar con el suelo. No va a mucha altura, ni a gran velocidad, pero aun así todos se toma con fuerza de los muros para resistir el golpe que, sin duda alguna, se va a hacer notar.

El suelo de la pista de aterrizaje es lo ultimo que logran ver antes de sentir el impacto, antes de que un sonido ensordecedor estremezca los oídos de los marines, y la nave se sumerja en plena oscuridad...

… Es difícil moverse, todo esta oscuras, el dolor se extiende a lo largo del cuerpo, y a lo lejos se puede escuchar un murmullo, golpes, palabras ininteligibles, sonidos de motores, pero son solo un eco lejano que parece inalcanzable en medio de aquella oscuridad que se hace en el logar.

Un rasgido metálico golpea los oídos, un sonido muy cercano, como si estuviera justo en frente de sus narices, y de pronto la oscuridad se ve quebrada por un haz de luz enceguecedor, entrecortado solo por una silueta, una silueta masculina que se inclina delante de aquel resplandor, y, a medida que los ojos se van acostumbrando a aquella luz, el rostro de aquella persona se vuelve claramente identificable.

- Están aquí... están todos bien – dice Edward, inclinándose sobre los soldados heridos, y tendiéndole la mano a Pavlo – es bueno verlo de vuelta, señor – dice con una ligera sonrisa.