Partida Rol por web

Un fuerte pitido en los oídos y la cabeza a punto de estallar; tendido en el suelo de un edifico, cubierto de escombros y con la boca llena de sangre. Apenas se podía reconocer que aquellas ruinas habían sido un lujoso palacio árabe, todos las paredes se habían caído y los muebles habían estallado en pedazos. No habia nadie mas.....

Ese era el primer recuerdo de tu actual vida, no sabías que hacías en ese palacio, si había alguien más o cual era tu misión si es que la tenias alguna mision. Vagaste durante mese entre las runas de las ciudades de Iraq, recordando los principios básicos que tu instinto te dictaba. Hasta que encontraste a Raginis, aun sigues sin saber que hizo que se apiadara de ti y te ayudara; y que aun siga haciéndolo. Hacia 3 años que conocías a Raginis y este sigue negándose a decirte por que lo hizo. Pero gracias a el has sobrevivido, recordando todo lo que suponia ser un vampiro.

Sargento Thomas Marshall, 5º Grupo de Fuerzas Especiales del ejército de Estados Unidos, desaparecido en combate durante la Operación Tormenta del desierto en el Oeste de Iraq el 2 de agosto de 1990.

Esa era toda la información que habías conseguido hasta la fecha, los cauces oficiales no permitían más información sobre las operaciones de las Fuerzas Especiales. Los 6 años entre tu desaparición en la Operación Tormenta del desierto y el suceso del palacio estaban totalmente en blanco, no había ninguna información era como si no hubieras existido durante ese tiempo. Pero si habías conseguido información anterior a la Tormenta del Desierto: habías sido un padre de familia ejemplar, con una mujer preciosa y dos niñas; pero tras la desaparición en combate tu mujer estuvo esperándote cerca de 5 años hasta que se volvió a casar; has preferido dejar esto así. Es mejor que crea que estoy muerto, a que soy un monstruo que se alimenta de sangre de inocentes por las noches.

Erwin Raginis, había sido tu ángel de la guarda durante la segunda guerra de Iraq en 2006, si él no habrías sobrevivido, fue él quien te ayudo a recordar que era “ser” un vampiro, los principios básico para ser un buen vástago y un integrante de la sociedad cainita. Hacia 3 años que conocías al osco y huidizo gangrel. Aunque ya hacía mucho tiempo que le conocías apenas sabías nada de su viada, era de ascendencia Europea, seguramente Austriaco por su acento; aunque no sabias su verdadera edad aunque alguna vez lo habías oído hablando de los tiempos del Glorioso impero Austro-Húngaro en presente. También sabes que es un fanático aventurero, siempre en busca de nuevos retos, y fue este defecto de buscar nuevas emociones el que le llevo a Iraq durante la segunda guerra del golfo.

Era la nocheveja y os encontrabais en un destartalado motel en la autopista de las dunas, la carretera que une Detroit y Chicago. Hacía varias semanas que Erwin había tenido el deseo de recorrer la zona de los grandes lagos y te habías propuesto seguirle. Creo que es el momento de separarnos. Dijo con su profundo acento marcando las ges. Deseo un poco de paz, fundirme con la naturaleza….Pero no te preocupes, no pongas esa cara tan seria, no voy a dejarte tirado en mitad de la nada. Conozco un buen amigo en la ciudad de Gary, Lucian, seguro que él te puede ayudar a instalarte en la ciudad hasta que yo regrese. Desde las ventanas del motel se podía ver la calle aun cubierta de nieve de la ventisca de hace un par de días.

La noticia me pilla por sorpresa, reconozco que mi reacción no es la mejor dadas las circunstancias pero desde hace 3 años este hombre ha sido un enigma para mi. Podría decirse que no he sido capaz de anticiparme a sus movimientos, pocas veces, o ninguna, había logrado predecirlos, aunque tampoco me importaba. Se había ganado mi confianza. Y dadas las circunstancias eso no era nada fácil. Quizá por eso la nueva revelación de Raginis me dolía tanto. Me daba igual tener un objetivo y una promesa de reunión en un futuro, lo que dolía era volver a la soledad. Algo que odiaba yo pero algo que ansiaba él.
-No voy a decirte lo que debes hacer, Raginis, pero me sorprende que decidas irte tan de repente. No me molestaría si me lo hubieras dicho con algo de antelación, pero bueno. Tus razones tendrás, de todas formas, creo que va siendo hora de darme alguna respuesta, ya sabes, para dejarme tranquilo.
Le miro inquisitivamente esperando a que de una vez por todas me diga el porqué de su ayuda. Al menos eso me ayudaría a afrontar un nuevo tiempo indeterminado de soledad, por mucho que me lleve a encontrarme con ese amigo suyo, el tal Lucían, de quien me acaba de hablar.

El gangrel te pasa amistosamente la mano por la espalda, a una distancia tan corta puedes ver el abundante vello que cubre su cuerpo, la marca de su clan. ¿Cuál será la marca de tu clan? Si es que tienes un verdadero clan.  Yo tampoco puedo decirte que debes de hacer, ya eres mayor, te he ensañado todo lo que se: te he ensañado las tradiciones, te he enseñado a usar tus extraños poderes, te he enseñado a comportarte y a dominar a la bestia. Prácticamente eres mi chiquillo.  Luego empieza a caminar por la sala y saca un pequeño bloc de notas donde apunta algo, luego te tiende la hoja. Es la dirección de la mansión del príncipe de Gary, deberías de presentarte a él si quieres pasar unos días en la ciudad. Tómatelo como otra prueba más, ya sabes sobrevivir ahora te toca enfrentarte al terrible monstruo de las Estirpe.

Erwin comienza a coger las pocas pertenencias que ha dejado en la habitación y empieza a guárdalas en el gran gabán marrón que lleva puesto: un mapa, una brújula, un móvil, cosas barias. No pienses que me he olvidado de tus preguntas, pero este no es el momento de responderlas. Dice mirándote fijamente en a los ojos. Aun tienes cosas que aprender antes de conocer la verdad. Luego con paso sigiloso se dirige hacia la puerta de la habitación.

Miro a Raginis con cara de circunstancia.
-Asegúrate de llamarme cuando vayas a la ciudad. Iré a presentarme al príncipe. Ah, y si es posible... No tardes demasiado...
Veo cómo se marcha y yo no tardo en seguir en sus pasos. Mi destino... Gary city, al parecer.

El gangrel se limito a levantar la mano a modo de despedida, sin molestarse en contestar. ¿Cuándo volvería? ¿Dentro de un par de días, una semana, un mes…? Seguramente ni el mismo lo supiera.

Al salir a la calle una fría ráfaga de viento te golpea, desde el aparcamiento del hotel se puede ver la pequeña ciudad de Gary en contraposición con las luces de los grandes rascacielos de Chicago. ¿Por qué Raginis te recomendaría ir a Gary en vede a Chicgo? Ahora era demasiado tarde para hacer la pregunta el gangrel ya hacía diez minutos que había marchado y en ese tiempo podría haber recorrido decenas de millas.

Decides coger tu moto¹ y encaminarte a la dirección que te ha indicado, es pronto apenas hace un par de horas que el sol se ha puesto y esta promete ser una noche larga.