Partida Rol por web

Todos los que querían ir al grupo de Rafael entraron por la puerta que éste mantenía abierta. Al otro lado, se extendía una mesa corrida, con bancos a ambos lados, fabricada de una sola pieza. Los nuevos trataron de imaginarse el árbol del que venía aquella desproporción; debía de ser un ejemplar milenario. En las paredes, de piedra maciza, no había un solo hueco libre. Estanterías y estanterías llenas de papeles, cajas de mapas, tomos y volúmenes de diversos tipos y de muy variopintas épocas se alternaban con tapices tan antiguos que apenas se apreciaba ya, desdibujada en extremo, la escena que representaban. 

Sobre la mesa, extendidos unos encima de otros, había varios mapas y planos de la ciudad de Madrid, del metro, de las calles, de los trenes... todos ellos tenían escritos, dibujos y, sobretodo, tachones, como si alguien estuviese buscando algo y no lo encontrara. 

Rafael les hizo colocarse a todos alrededor de la mesa, les invitó a sentarse, aunque él no lo hizo, sino que volvió a ver si quedaba algún rezagado y, después, cerró la puerta. Al volver sacó una hoja de uno de los bolsillos de la gabardina de cuero negro que nunca se quitaba y la dejó caer con desgana sobre la mesa, para que todos pudieran verla. 

-Uroboros -dijo sin más- la serpiente que se muerde la cola. Sabemos que esta Tzimisce a la que buscamos lo lleva tatuado en un hombro. 

Se apoyó con los puños sobre el borde de la mesa. Su rostro parecía cansado, pero sus ojos se apreciaban totalmente alerta a cualquier cosa. 

-No sabemos nada más, ésa es la única pista que tenemos... aparte de que la Sabatt no trabaja sola... hay al menos un vástago más comandando esto y, muy posiblemente, dos -añadió entonces Aarón, que sí se había sentado en un extremo de uno de los bancos- ¿alguno tiene alguna idea?

Yamir, siempre con su portátil en la mano, ya estaba tecleando en él frenéticamente. Cualquiera que hubiese mirado a la pantalla no habría visto en aquel momento más que un montón de números unos y ceros apareciendo tras el prompt a gran velocidad. Pero él veía mucho más.

-Se me ocurre algo... -murmuró- Eileen, necesito que me digas dónde te lo encontraste exactamente. Quizá, con algunos parámetros más, puedo triangular alguna zona, teniendo en cuenta la trayectoria que siguió para huir antes de que Azara y Rafael la perdieran. 

Eileen se acercó rápidamente y se sentó junto a él, llevando uno de los planos de los muchos que había sobre esa mesa. Se apartaron a una esquina de la misma y comenzaron a hablar en voz baja, para no molestar a los demás que estaban pensando.

-Pongámonos manos a la obra -apremió la primogénita Ravnos, chascando los dedos de una mano con al otra-, a ellos eso les llevará un rato. ¿Alguien tiene alguna idea de por dónde empezar? -añadió mirando significativamente el uróboros que había caído sobre el resto de papeles desperdigados. 

Isaac había entrado en la habitación y escuchado la conversación. Hizo un esfuerzo de memoria para intentar relacionar el símbolo de uroboros con lo que había leído de los vampiros, pero no puedo reconocer ningún patrón.

Siendo uno de los nuevos, decidió permanecer en silencio, a la espera de instrucciones.

Verónica miraba a los lados esperando que a alguien se le ocurriera algo, mientras ella intentaba pensar también qué conseguir con tan poca información lo único que se le ocurrió decir era precisamente eso No veo que podamos deducir mucho con esta información, ni tan siquiera podemos buscar donde se hizo el tatuaje porque se lo pudo haber hecho hace años.... lo único que se me ocurre es dividirnos, pasear por la zona que "triangurice"  Yamir y tener la suerte de encontrarse con ella para seguirla, sin enfrentamientos. Cuando acabó de hablar miró a Rafael esperando no arrepentirse de haber abierto la boca.

Isaac comentó

- Es posible que el símbolo de uroboros determine un nuevo grupo dentro del Sabbat. ¿No se ha visto a nadie más con ese tatuaje o en algún lugar de Madrid?

No lo entendía del todo pero se arriesgó no obstante a habar -si no es una zona muy amplia podremos cubrirla fácilmente con unos pocos. Yo no descartaría dar un paseo por Fuencarral y Malasaña para ver si encontramos algún estudio que reconozca el símbolo. Conozco al menos una veintena de sitios en los que preguntar, que por hacerlo creo que no perdemos nada. Nunca se sabe...

-¡Que os calléis de una vez! -gritó de pronto Azara, que había permanecido en silencio toda la conversación, dando un puñetazo sobre la mesa. 

Entonces se percató de que los asistentes a la reunión se habían -efectivamente- callado todos y de que la estaban mirando fijamente, los nuevos sorprendidos y sin saber muy bien qué pensar, Eileen y Yamir ni se habían inmutado ceotrados como estaban en su tarea y Rafael, esbozando una sonrisa sesgada.

-No iba por vosotros -les dijo a todos los reunidos- perdón...

-¿Razón no tiene ningún plan? -preguntó Rafael entonces, mirándola. 

-Razón no hace más que discutir con Instinto -respondió la chica con voz cansada, masajeándose las sienes y cerrando los ojos- e Instinto no hace más que prevenirme... hay algo raro en todo esto... Algo que no me gusta nada. Y Ashriel lleva todo el tiempo intentando poner orden pero no lo consigue...

Rafael suspiró. 

-Instinto nunca falla... -dijo después, sereno- habrá que andarse con ojo. 

-Hay algo muy simple que no hemos pensado -interrumpió entonces Aarón, que había estado hablando en voz baja con uno de los vástagos del clan de Mabui que habían acudido a aquella reunión-; hay más gente que puede tener información... hablamos de manadas Sabbat, ¿no? -dijo, haciendo alusión al comentario previo de Isaac- bien pues... tenemos una Sabbat entre nosotros. 

-Bien... pongámonos manos a la obra, Yamir y Eileen tardarán un rato así que... -Rafael se irguió y comenzó a organizar entonces- Rafa, lo de las tiendas no es mala idea; ve con Azara, Erika y Eduardo -señaló al Ravnos que no se separaba del lado de Erika-; vosotros sois los que pasaréis más desapercibidos -añadió mirando cómo iban vestidos todos los demás- y tú conoces la zona, por lo que veo, ¿no es así? Tratad de averiguar algo esta noche, pero recordad volver antes de la salida del sol -advirtió.

Luego se volvió hacia los demás.

-Aarón, llévate a Isaac y a Patrick y a los hombres de Mabui, encuentra a Ainhoa, puede que ella sepa algo de ese tatuaje -continuó-; Verónica, Yamir tardará un tiempo en triangular, no es algo tan fácil de hacer; tú, Jack y yo hablaremos con Lola, es posible que ella conozca el símbolo o, al menos, algo relacionado con ello. 

Entonces se quedó mirando a todos una última vez.

-Esta noche será una noche de averiguar información. Todo lo que logréis descubrir es importante. ¿Alguien tiene algo más que añadir? ¿Alguna idea más?

Había escuchado en silencio lo que tenían que decir los demás. Siempre es interesante escuchar antes de hablar. Miré el símbolo y torcí el gesto. Era demasiado poca información como para establecer un plan de acción con unas mínimas garantías.

- Dar palos de ciego no es nunca una buena estrategia. - Sentencié, con una mirada un tanto desdeñosa hacia los que habían propuesto "ir por ahí a probar suerte". - Si preguntáis a las personas equivocadas, podéis poner sobre aviso al objetivo y mandar todo a tomar por culo, así que tened cuidado con cómo hacéis las preguntas.

Era las típicas cosas que, cuando se dejaban en manos de otros, acababan saliendo al revés de lo que se pretendía. No parecía un buen comienzo.

Sin embargo, habló Rafael con propiedad, dando a cada cual qué hacer. Asentí ante el cometido que se me asignaba, pues me parecía mucho más productivo que cualquier otro. No dije nada más, por el momento, y aguardé a que nos moviéramos para ir a hablar con la tal Lola.

Isaac solo necesitó cruzar su mirada un instante con Aarón, estaba listo.

Y así, cada uno partió junto con los compañeros que se les habían asignado, en una dirección diferente. John se quedó en la sala común, esperando junto con los vástagos que querían luchar, mientras los líderes de los diferentes grupos -que, en su mayor parte, eran los Primogénitos y los Assamitas de Aarón- se organizaban. Los magos y el garou habían desaparecido en aquel momento. Helena y Álex se atrincheraron en la Biblioteca, nadie sabía de momento para qué. Yamir y Eileen, con la ayuda de algunos Nosferatu más, se dedicaron a triangular posiciones. Rafa, Azara, Erika y Eduardo marcharon rápidamente en dirección a Fuencarral. Isaac, Patrick, Aarón y dos Toreador enviados por Mabui marcharon en busca de Ainhoa, un contacto Assamita de Aarón en la ciudad, una cainita que llevaba en ella más tiempo del que ninguno supiera. Verónica, Jack y Rafael se dirigieron a la Biblioteca a hablar con Lola.

Y así marcharon, cada uno con su misión y todos con una sola idea en mente: encontrar a la Tzimisce y acabar de una vez por todas con aquella hegemonía del Sabbat en la ciudad de Madrid.