Partida Rol por web

Entendías lo que tus padres habían elegido... pero aún recordabas lo que era el poder, lo que era pensar en crecer para ayudar a los demás.  Eso no se había ido con tus habilidades.  Estaba allí, durmiendo... esperando.

Casandra era una luchadora.  Había nacido para ello, había crecido haciéndolo y no creía tener razón de ser por fuera de ello.  Así que habías decidido contactarla.

Hay cosas para las que no se necesitan una máscara y una capa.  Y a Casandra le bastaba con una chaqueta de cuero, un casco y una moto.  Habías escuchado historias y ataste cabos.  Una mujer, que luchaba con media docena de hombres adultos y les daba una paliza, que había reducido a cuatro patrullas en Gotham.  Sabías que tenías que conocerla.  Y la primera vez que la viste, reconociste su forma de luchar.  Había quedado grabado en la mente de esa niña que, siguiendo las instrucciones de su padre, se había escondido mientras enfrentaban a una banda de matones.

Era Casandra.

Le viste pasar en su motocicleta, patrullando la calle en la que esperabas que estuviera.

Cuando Jake se fue con las orejas tapadas y gritando/canturreando "la, la, la" me partí de la risa. Pasé de niña más tiempo con mi madre y el modo tamaraneano de ver las cosas, para mí era hasta tierno que mis padres se demostraran afecto en público. Pero el pobre aun es demasiado terrícola en estas cosas.

- Voy a darme un baño y luego saldré a la calle. - le expliqué a John. Tomé mi toalla del suelo y comencé a medio correr a las duchas. - ¡Salúdame a Babs! - le grité antes de perderme en el pasillo. Aunque fuera mi madrastra, siempre le tuve afecto y admiración.

Me sentí mala persona cuando me alegré de que papá se quedara con mamá al pensar en ella, pero de nuevo, sigo agradeciendo a todos los dioses habidos y por haber el tener a mi familia.

Salí, tratando de pasar desapercibida. Demian iba con su padre, estaba segura de que no inspiraría sospechas en eso. Pero está el otro eso.

Recordaba las historias de niña. Y siempre quise ser un héroe. Esperaba, junto a mi motocicleta, cubriendo mi cara con una capucha la cual estaba húmeda por mi cabello aun mojado. La vi pelear una vez, de niña, y nunca lo he olvidado. ¡Fue magnífica!

Escucho algo. Pasa muy rápido, pero la reconozco, es ella. A verla me monto rápidamente y la sigo.

Casandra pasó por varias calles, mirando a un lado y a otro, hasta que por fin encontró lo que buscaba.  Un traficante.

Detuvo su motocicleta, bajó sin sacarse el casco y caminó hacia ellos pese a que le gritaran que se alejara.  En un solo movimiento redujo a 3 de ellos, dos con patadas simultáneas abriendo las piernas en un salto y el tercero al volver a cerrar las piernas y caer sobre él.  Otros tipos de acercaron, dos de ellos estaban a punto de pasar junto a tí.

Estacioné la motocicleta en un rincón apartado y oscuro. Recordaba la sensación cuando tenía mis poderes y lanzaba una starbolt: un cosquilleo en la punta de los dedos, segundos antes de que apareciera la luz ultravioleta a disminuir a un enemigo. Ya no tengo mis poderes, pero tengo la bati-tecnología.

Los vi acercarse. Me troné los nudillos: esto iba a ser divertido.

Iban juntos, tanto que pude comenzar a caminar detrás de ellos y apenas se detuvieron para girar a mi les dí un par de puñetazos, uno por quijada, junto a una descarga no letal pero tranquilizadora. Al caer en el suelo con sus quejidos llaman la atención de Cassandra Cain. Alzo las manos, mostrando que no tengo intención de atacarla.

- No sé si se lo digan a diario, pero soy su mayor fan. - bajo las manos.

Suspiro, nerviosa: la arrogancia es más de Demian. No sé hacer esto, pero estoy aquí, más con intuición y voluntad.

 - La vi pelear de niña. Y quiero dedicarme a esto. - señalé a los hombres al suelo. - Y a ayudar a las personas.

Cassandra te miró, luego volvió la mirada a los cuatro hombres que intentaban atacarla y, uno a uno, los golpeó antes de que pudiesen dispararle.

Nada mal Mary... pero qué haces aquí? Dijo mientras noqueaba a uno de los traficantes que buscaba incorporarse.  No es una buena idea.  Y muchas gracias por lo de "fan".

- De nada - veo a otro asaltante que va a levantarse y lo noqueo con una descarga. Desde el suelo la miro, con una sonrisa casi infantil.

Busqué con la vista que no hubiera más asaltantes esperando a saltar de alguna sombra. Me puse de pie.

- Creo que las mejores ideas no suelen parecen buenas en el primer momento. - miré a mis manos, mientras jugaba nerviosa con mis dedos. - Mi padre me ha entrenado bien, pero creo que puedo hacer más y ayudar más. Se preocupa mucho por mí, y se lo agradezco, pero quiero hacer más con mi vida. Sé que es difícil, pero también es una vida hermosa.

Hermosa, claro... demasiado como para perderla haciendo locuras. Dijo agachando la mirada y corroborando que no hubiese nada fuera de control.  Puedes estar entrenada, pero no tienes experiencia en el campo.  No es lo mismo entrenar que enfrentarte a la punta equivocada de una pistola.  Es mejor que vuelvas a casa.

Tener experiencia es precisamente lo que busco.

- ¿Y si me pusieras una prueba?

Mary, no querría hacer nada sin consultarlo con tu padre.  Pero créeme que voy a pensarlo.

Lo piensa.

Realmente voy a hacer lo posible.