Partida Rol por web

17 de Zyrya del Año 3.724 de la IV Era. (ultimo mes de Primavera)
Pueblo de Ancor, Reino de Erladam.

                        Ya habia transcurrido toda una semana (las semanas en el mundo de Arcalon son de 10 dias) desde tu llegada al campamento de los muertos… 7.000 almas resistian alli, amontonadas, con los cuerpos agotados y la mirada perdida, sus ropas, las mismas que llevaban dos meses atrás, manchadas de sangre, sudor y barro, el hedor lo impregnaba todo.

 Eran personas que lo habian perdido todo, la guerra, la llegada de los Hijos del Dragon se lo habia arrebatado todo, sus hogares, sus trabajos, sus seres queridos, todo habia sido pisoteado por los vengativos Drachs, solo quedaban ellos, personas mas muertos que vivos, pero que los unia una unica determinacion. No dejar pasar a ningun Drach mas, vengar la muerte de sus seres queridos antes de poder reunirse con ellos en el otro mundo.

La veintena de sacerdotes y sacerdotisas de Hareth (estas ultimas eran mucho mas numerosas) que habian ido hasta alli de forma desinteresada para ayudarlos en lo que podian, no se encontraban en mucho mejor condicciones que ellos. Agotadas por todo el trabajo que tenian que soportan bajo sus hombros, deambulaban por el campamento curando las graves heridas causadas por el enemigo, preparaban la comida y la repartian equitatibamente (El Reino de Erladam, a falta de suficientes soldados para proteger su cada vez mas pequeño territorio habia dado por buena aquella ayuda, pues aunque inexperta y falta de equipamiento, resultaba practicamente gratis, tan solo habia que hacerles llegar un cargamento de comida a primeros de cada semana, y compensaban su falta de experiencia con su total determinacion y odio hacia el enemigo), se ocupaban como podian de la total falta de higiene , aunque este si que parecia una batalla perdida, asi como de otro centenar de trabajos que solo ellos y ellas conocian.

 Tal era asi que no era la primera vez que habias tenido que socorrer a una de estas sacerdotisas al caer inconsciente por el agotamiento (Lanzar conjuros agota terriblemente al lanzador, hasta el punto de poder dejarlo inconsciente)

 No muy lejos, a unos 800 metros al sur, en una fosa comun, descansaban los restos de la ultima batalla, hacia tan solo tres dias atrás, en la que mas de medio millar de hombres habian perdido la vida a manos de los Shau, los cadaveres del enemigo habian sido incinerados.

 El combate, como bien comprobaste, hubiera podido resultar fatal, de no haber sido por la aparicion de Arqueros Ylvanar (elfos) que como adivinando las intenciones del enemigo habian acudido en ayuda… casi 3.000 cadaveres del enemigo eran el testimonio palpable de su ayuda.

Con esta total desorganización no durarán mucho tiempo piensa desanimada ante la situación del campamento habría que poner orden y así las sacerdotisas no se agotarían tanto.. Establecer turnos de cocina y otros trabajos... No deja de planear posibles vías de acción mientras se dirige en busca del líder de los sacerdotes para comentarle sus ideas y posibles vías de actuación.

Buenas noches saluda educadamente cuando lo encuentra

Encuentras a la Sacerdotisa al mando de aquella expedicion, en una de las tiendas de comida, realizando un inventario de las prosiones que quedan.

 Inya, que asi es como se llama, es una sacerdotisa que por su aspecto pequeño y fragil (no llega al metro cincuenta y su peso rondara los 40kg calculas), sumado a su rostro juvenil enmarcado con un cabello negro cortado casi como un chico, no aparenta ni de lejos su verdadera edad (mas de 40, aparenta unos 25 años).

 Al escucharte entrar y oir tu saludo gira brevemente su mirada hacia ti, sus ojos, negros, brillan con fuerza, fruto de la fe que arde en su interior, pero esta claro que estos dias alli le estan pasando factura incluso a ella, su rostro esta demacrado y palido y apostarias a que ha perdido unos cuantos kilos mas. Como siempre que te ve su mirada recae por un instante en el arma que descansa en tu cintura, seguido de una mueca de disgusto que asomo en su rostro.

             - ¿Si hija mia? – Te pregunta educadamente, aunque su atencion vuelve al inventario dandote la espalda.

Lamento molestaros, sé que vuestro tiempo es escaso, pero he de hablar con vos comienza a hablar con el respeto que merece un superior aunque no sea de su orden. Como bien sabéis, la misión que me ha traído aquí es el velar por vuestra seguridad y la del resto de sacerdotes hace una breve pausa la situación comienza a ser insostenible, cada día que pasa aumenta el número de heridos al tiempo que las fuerzas de quienes han de atenderles menguan.. todos los días hay sacerdotisas que caen inconscientes de puro agotamiento y aún será peor tras el próximo ataque... hace otra breve pausa y al reaundar la conversación su voz se vuelve más grave No es de mi agrado el abandonar a esta gente a su suerte, pero he de recomendar el que volvamos junto a la Orden pues vuestra seguridad es lo primero

            La Hermana Superiora Ynya se detiene de nuevo en su recuento para volver a atenderte – Dime Hija – Te dice para que empieces a hablar. Te escucha pacientemente, cuando terminas te comenta con el mismo tono que utilizaria una madre con una niña…

            - Entiendo todo lo que me dices pequeña y he de darte la razon, la situacion es insostenible y aun ira a peor… Pero no podemos abandonarlos a su suerte aquí. ¿Tu lo harias? – Te pregunta – Nuestra mision es socorrer al que lo necesita y en pocos sitios he estado en que se necesite nuestra ayuda mas que aquí. Si los abandonamos ahora ¿Qué seria de ellos? ¿Cuantos de ellos necesitaran del poder de nuestra amada Diosa cuando llegue el siguiente ataque… cuantos heridos moriran si no estamos aquí para imponer sobre ellos la gracia de Hareth?

Como ya he dicho no es algo de mi agrado el abandonar una zona donde toda ayuda es necesaria pero mi deber es manteneros a salvo y si para ello hemos de retornar... que así sea contesta gravemente Sin embargo, podríamos intentar formar a algunos de ellos en distintas posiciones: seguramente entre sus filas hay algún sanador que podría sernos de ayuda y gente preparada para otros trabajos... Si vuestras sacerdotisas se agotan todos los días, en el momento en que se produzca el próximo ataque, que es seguro se producirá, se expondrán al peligro que supone en vano pues no tendrán fuerzas para ayudar a nadie...

 Tras meditas tus palabras - No me parece malas tus ideas, pero ponerlas en practica ya me parecen algo bastante mas dificil... esos hombres han abandonado toda esperanza, lo han perdido todo, se limitan a quedarse ahi todo el dia sentados, esperando un nuevo ataque. Solo eso les hace reacionar, poder volver a enfrentarse a los Hijos del Dragon. En cuanto a lo de que te acompañemos y dejemos esto asi, mejor sera que se te vaya quitando de la cabeza. - Sentencia la Hermana Superiora Ynya.

Suspira resignada ante la sentencia de la hermana pues se ha dado cuenta de que es imposible, al menos en ese momento, convencerla de lo contrario. Entonces, será mejor que intentemos alentar y poner en movimiento a la gente por su bien y el nuestro

 La Hermana Superiora Ynya se limita a asentir y vuelve a su trabajo.

Tras salir de la tienda de la Hermana, se dirige a la suya con la intención de descansar unas cuantas horas antes de emprender la ardua tarea que tiene por delante

Tu tienda se levanta al lado de las de los sacerdotes/isas, pequeña, lo justo para dos personas y no muy grandes, de tela gris, o al menos lo era, el tiempo la ha ido degastando de tanto uso y ahora resultaria dificil adivinar que color tenia es un origen.

La noche va cayendo lentamente sobre el asentamiento, medio dormida, te empieza a llegar el rico olor de la comida, parece que esta noche estareis de suerte, pues si tu olfato no te engaña, hueles  a guiso.

Pero cocinar para 7000 personas lleva tiempo, mucho tiempo, aunque en esto, son ayudadas por una treintena de mujeres (las unicas que hay entre todos los hombres)

Asi puedes descansar algo mientras llega la hora de cenar.

Una vez ha descansado (tampoco excesivamente pues la tarea que tiene por delante es árdua y larga) decide comenzar con su trabajo. En primer lugar se dirige hacia donde haya un grupo (no hace falta que sea muy grande) de personas que no estén heridas, intentando dotar a su caminar de un aire imponente de mando para facilitar su tarea. Una vez que llega junto a ellos se dispone a hablar

Buenos días, saluda en tono firme aunque amable necesito saber cuál es vuestro oficio

            Cuando sales de la tienda ya ha oscurecido por completo, las hermanas han comenzado a repartir la comida. Una decena de larguisimas colas de hombres cansados y harapientos, esperan pacientemente a que les llegue su turno.

 Tu olfato no te ha engañado,  las hermanas han preparado un guiso con contros de carne, y una sopa, por lo que ves un tanto aguada para delante. Para beber, como siempre, agua, no hay bebidas alcoholicas en el campamento.

 A lo lejos, desde un pequeño bosque situado al sur de vuestra posicion, a no mas de un kilometro, comienza a llegar una suave melodia, como de otro mundo, todas las cabezas se giran hacia alli, como hipnotizadas. Al parecer los Ylvanar (Elfos Verdes) no se han marchado aun. Su musica es realmente hermosa y al mismo tiempo melancolica. Te llena el espiritu de paz y tranquilidad, y por lo que ves en los rostros de todos aquellos hombres, parece causar el mismo efecto en ellos, pues se ven menos abatidos, incluso alguna que otra sonrisa asoma en alguno de ellos.

 Asi, comienza esta noche, con mas esperanza que de costumbre, incluso el clima parece benigno, pues hace una de esas noches agradables, desgraciadamente no dura mucho pues observas una espesa niebla que comienza a formarse al Norte de vuestra posicion.

Los hombres a los que se te acercan te prestan atencion, pero poco mas, la mayor parte de ellos ni siquiera conquesta, otros apartan la mirada hacia otro lado. Algunos, solo algunos se limitan a señalar sus armas como toda respuesta. Tienes la impresion de que son gente que no desean nada.

Tu don de gentes y carisma te lleva a conseguir que algunos de ellos, buscando en su interior, encuentren la fuerza para hacer algo mas que quedarse alli sentados esperando el proximo combate. En total, en la hora que tardas en reclutan consigues cinco voluntarios. Cuatro de ellos son bastante mayores, ningun por debajo de los 50 años (calculas), uno de ellos era veterinario, otro habia trabajado varios años en un Posada, un tercero era panadero y el cuarto segun te conto, con cierta verguenza era furtivo.

El quinto de los voluntarios, se trata de un niño de unos 11 años, al parecer segun te cuenta sus padres y hermanos murieron hace ya algunos meses cuando su aldea fue asaltada. Desde entonces ha estado vagando hasta llegar aqui, donde daban comida gratis...

Una vez ha reunido a un pequeño grupo de voluntarios, se dirige a ellos para darles instrucciones No puedo mandarles tareas pesadas, además de momento es más importante reunir gente..

Nuestra principal objetivo es lograr unas defensas para así poder repeler mejor el próximo ataque de los Drach y, por tanto, es de vital importancia el conseguir organizar a la gente. Vosotros dos se dirije al panadero y al veterinario en tono de mando debeis buscar entre los reunidos gente que pueda ayudar a las sacerdotisas tanto en las tareas de sanación como en la elaboración de la comida. Tú, ahora se dirige al furtivo busca un grupo que te ayude e instala todas las trampas que puedas alrededor del perímetro, serán una primera línea defensiva. Y respecto a tí, ahora se dirige al niño, a partir de ahora eres mensajero es un puesto muy importante para la organización de un campamento así que has de hacerlo bien. hace una pausa

Bien, si no hay ninguna duda, quedaremos en este mismo punto dentro de 4 horas

El pequeño grupo atiende a tus palabras, pero por sus expresiones dirias que les estas pidiendo imposibles, todos salvo el joven chico, pues parece que le gustado eso de puesto muy importante, pues te mira con los ojos muy abiertos, sonriendo, como con ganas de empezar.

Una vez acabas, el grupo comienza a dirigirse hacia distintos lugares del campamento para cumplir tus ordenes.

Una hora mas tarde (no se si has ido a cenar algo) la niebla comienza a echarse encima del campamento, y como acto reflejo, la musica de los Ylvanar cesa...

Tras despachar las órdenes, (las cuales duda que sean llevadas a buen término, aunque no pierde la esperanza) ella y el muchacho se acercan hasta la cocina para cenar algo. Una vez han acabado le comenta al muchacho: bien, ahora iremos hasta el campamento de los Ylvanar, no hables salvo que se dirijan a tí y en ese caso no olvides ser educado.

El muchacho, que se llama Thomas, asiente estusiasmado ante la idea de ir a ver a los Ylvanar. Su aspecto es bastante desaliñado... muy delgado, con el pelo negro, largo y sucio, los ojos oscuros y hundidos, la ropa llena de remiendos y unos desgastadisimos zapatos. Eso si, a su cintura cuelga una espada corta, tan larga casi como el propio muchacho, el cual no le queda otro remedio que llevarla medio arastrando (en su funda) y con la que tropieza cada dos por tres.

No habeis acabado de abandonar del todo el campamento, cuando comienzas a escuchar gritos de alarma procedentes del Norte de campamento... poco a poco todos los hombres empiezan a sacar sus armas... viejas espadas, martillos, hachas, guadañas... mientras buscan con la mirada lo que sea que ha causado los gritos de alarma, pero la niebla no deja ver mucho, menos aun desde tu posicion alejada.

Ve a mi tienda y no te muevas de allí hasta que vaya a buscarte, es una orden!! le grita al muchacho mientras se aleja corriendo hacia el lugar donde ha sonado la alarma. Mientras avanza desenvaina la espada y prepara el escudo como previsión a un posible ataque enemigo