Partida Rol por web

Breielssa llega en plena carrera hasta Garland se tira de rodillas a su lado y comienza a tratar tan rapido como puede las heridas... Tras unos segundos os da la impresion de que Garland ve perdiendo cada vez menos sangre.

Al ver por fin a Brielssa junto a Garland, Sahsnôt se arrastra, dejando vía libre a la mujer. Está agotada, pálida y demacrada, pero aún así, no desiste en su empeño de ayudar a los demás. Se imcorpora con la ayuda de la pared y se dirige hacia donde está Marçao, pasando junto a Yorash. - Lo hará- asevera - Haznos un favor, registra la cueva a ver si encuentras algo de interés que nos indique qué estaba pasando aquí.

Una sonrisa vuelve a dibujarse en la cara del oscuro guerrero Bueno, parece que al final hemos pasado el bache... Que pena no haber salvado al muchacho... ahora más tranquilo se acerca una pared y se apoya intentando relajarse...

Levantó la cabeza para mirar directamente a Sashnôt a los ojos. Asintió dos veces y se separó caminando dos pasos de espaldas. Griándose sobre sus talones y con una mano frotando su cara comenzó a caminar por la estancia. Movía los cuerpos de los caídos con sus pies y si había algo interesante en ellos los registraba entre soplidos. Quizá podría encontrar una poción, o un antídoto para su estado. La tripa le dolía y provocaba que a menudo tocase su vientre por encima de su ropa.

Entre los cuerpos de los caidos no encuentras muchas cosas de valor, a destacar 9 espadas largas y algo de dinero entre todos, 23 monedas de playa y 16 de bronce.

El Clerigo guarda alguna sorpresa interesante... Un anillo en su mano izquierda y el oscuro y retorcido puñal que utilizaba para los sacrificios. (tu diras lo que haces al respecto)

Pausadamente Yorash iba recogiendo las monedas y metiéndolas en un saquito de su cinturón. No parecía contarlas ya que muchas veces mientras las guardaba seguía mirando en otra dirección, aún buscando con la mirada. Cuando las hubo recogido todas se aproximó al clérigo al que arrebató su anillo y  la daga deformada. La sostuvo frente a sus ojos y equilibró en la punta de dos de sus dedos. La miró atento, ensimismado, pero pronto recuperó la compostura tras carraspear una vez. Tras ello se acercó a las pertenencias del hombre al que habían secuestrado y cortado la cabeza. Podía haber sido él, y sin darse cuenta acarició su cuello. Se agachó y como con el resto, rebuscó de forma indiscreta entre sus cosas.

- No encuentro nada que nos pueda servir. Pero sigo buscando, eh, sigo haciéndolo -dijo levantando la voz y girando un poco la cabeza.

Tenemos que empezar a movernos. Iré a vigilar la entrada, no podemos dejar que nos cojan desprevenidos. 

Sahsnôt coge aire y se levanta, haciendo acopio de fuerzas donde apenas le quedan. Recoge sus armas y avanza hacia la entrada de la cueva.

El oscuro guerrero observa el resto de las cosas que suceden en la cueva pero no termina de prestarles atencion, en silencio intenta ordenar sus pensamientos mientras una vez más agradece a los Orixas...

Sahsnot, vas hasta la entrada de la Cueva y alli observas un buen rato, de momento no ves a nadie, parece que los adoradores al menos de momento han huido bien lejos.

Breielssa por su parte, ahora mucho mas calmada, comienza a vendar y a curar las heridas menores de ambos, tanto de Garland como de Rachet. Si bien, antes, le pide a Marcao que traiga el cuerpo de la joven para ponerlo al lado de Garland y asi no tenga que estar ella paseando de un lado para el otro continuamente.

Tras un rato, Sahsnôt vuelve. Camina lentamente, agotada.

Debemos salir de aqui. Buscaré palos de madera para improvisar camillas. ¿Os parece bien?

Yorash se movió lentamente mientras guardaba todo lo recogido. Se acercó frotándose la nariz con uno de sus dedos para poco después escupir a un lado.

- Son dos cuerpos, uno de ellos gigantesco... -balbuceó antes de carraspear para recuperar el habla-. Y nosotros somos tres. ¿Podemos con ellos?

Claro, podemos atarlos a los caballos y que ellos los arrastren

- Vale... Voy por los caballos entonces. Por cierto, tengo la daga del clérigo. Parece valiosa... pero poco útil para lo que buscamos.

Continuó andando pero en dirección a la salida de la cueva. Apoyándose en la pared de piedra se iba ayudando para poder salir del lugar.