Partida Rol por web

Yorash encargate del último guerrero... tras este grito se gira bufa y carga contra la criatura esperando que esta caiga rapidamente pero lo cierto es que alberga pocas esperanzas...

Mareado y confundido, Yorash volvió a disparar una nueva flecha que salió disparada sin conseguir impactar al objetivo. Nervioso e impaciente, su aportación estaba siendo bastante escasa y poco significativa. Miró hacia el suelo y la cuerda a su lado. Era posible que lo que tardase en bajar sería el tiempo que tardase la criatura en acabar con los que aún quedaban en pie. Su mandíbula comenzó a moverse nerviosa...

Breielssa lucha contra se deseo de correr en pos de Garland o de acabar con el guerrero que tiene delante, a los pies de la cual se encuentra una moribunda Rachet. El sentido logico se impone y ataca al guerrero.

El Puñal de Breielssa atraviesa sin piedad la garganta del guerrero, acabndo con su vida al instante.

Al recibir el impacto, la respiración le faltó por un momento, aunque comprendió al instante que su vida estaba a punto de escaparsele de entre los dedos, sabía que intentar una retirada era más que imposible, así que alzó su arma, y la descargó contra el ser con todas las fuerzas que le quedaban.

La Espada Bastarda de Sahsnot vuelve a descargarse sobre la criatura, esta vez de arriba abajo, entrando por lo que deberia ser su cabeza y saliendo por un costado. Sientes la resistencia del cuerpo de la criatura y como esta se retuerce de lo que tal vez sea dolor. Aun asi tu espada se abre paso a traves de ella como si fuese mantequilla... unos segundos despues la criatura se desploma y el suelo queda cubierto por dos grandes charcos de sangre ennegrecida y humeante...

Al ver caer la criatura, Sahsnôt se arrodilla junto al cuerpo de Garland, casi podría decirse que se deja caer, aunque se mantiene para poder comprobar el estado del guerrero.

- Vamos grandullón.... - le susurra mientras comprueba su respiración - no te mueras ahora.... . -Alza la mirada buscando ayuda, aunque la verdad sabe que estan impotentes ante tal herida.

En mitad de carrera y viendo como gracias a dios acaba la batalla Marçao deja caer sus armas y corre tambien junto al cuerpo del O'Shar Vamos Garland dime que estas vivo pequeño... Mientras intenta adivinar su pulso o respiración empieza a observar las heridas intentando tapar o cerrar las más feas. Mierda como vamos a curarlo ahora?? Murmurando una oración a los Orixas espera un momento hasta que se decide...
Breielssa sabes algo de primeros auxilios?? te ayudaremos en lo que podamos... sino sabes nada intentaremos lo que podamos. tras esto empieza a hacer memoria de las pocas veces que había visto a la sacerdotisa curar las heridas, intentando ordenar sus pensamientos se limpia las manos como buenamente puede.

Breielssa se arrodilla junto al cuerpo de Rachet, por los gritos de Marcao sabe que Garland se esta muriendo. Luchando contra el impulso de ir a salvarlo intenta detener las hemorragias de Rachet la cual esta al borde de la muerte... pero su primer intento fracasa.

Yorash miró desde la cornisa cómo acababan con la vida del guerrero que aún quedaba en pie y con la existencia de la masa etérea. Abrió con intensidad sus ojos y silbó desde lo alto para indicar que seguía con vida, aunque era más que evidente. Sopesó la posibilidad de descender con la cuerda, pero su torpeza le podría llevar a caerse y partirse el cuello. Levantó la vista y echó un último vistazo a la cueva. Fue rápido, para acto seguido girar sobre sus pies y cogiendo lo que había dejado en el suelo, bajar en pos de los demás.

Sahsnôt se encuentra débil e impotente, rasga algo de tela de su ropa y presiona sobre la herida de Garland haciendolo lo mejor que sabe. Busca la mirada de Marçao suplicando ayuda, sabiendo que poco puede hacer por el gigante, aún menos con sus conocimientos.

Al mirar hacia el sendero cavernoso tras de si y sentir nuevamente el temblor en sus piernas, Yorash reculó nuevamente hasta el saliente. Se arrodilló y soltó la cuerda una vez más. Buscó un lugar para atarla, y tras encontrar un saliente pedregoso hizo un par de nudos que le costaron más de lo normal. Una vez pasada la adrenalina del combate, sus reflejos volvían a ser más lentos y su pensamiento más torpe si cabe. Una vez se aseguró se acercó al saliente y tomando la cuerda comenzó a descender.