Partida Rol por web

Me dirijo al único lugar donde sabía que no me encontraría con nadie, al menos, nadie a quien no deseaba ver.

-¿Quien en su sano juicio iría a entrenar tras una prueba tan agotadora?

Para cuando me doy cuenta, ya me encontraba allí. Me sentía cansada, si, pero no estaba tan molida como para no poder moverme. La prueba me había ido espantosamente mal, y sabía que si seguía en esa línea no conseguiría triunfar en el mundo de los heroes. 

Miro a las instalaciones, fijandome en todos los elementos y en la cantidad de espacio para entrenar. 

-Hay gente que supera con creces mi singularidad, e incluso mis atributos más altos... Si quiero estar a la altura he de volverme más fuerte. No solo físicamente, he de recurrir a mejores tácticas. A mi ingenio... Y sobretodo no dejarme llevar por mi impulso.

Suelto un suspiro. No dejaba de ser destructiva e impulsiva. Nada había cambiado. Pero si quería cambiar el mundo, no podía derrumbarme por un par de evaluaciones. No, así no podía acabar mi historia. 

Golpeo mis mejillas con fuerza, mientras miro con determinación el gimnasio.

-No me puedo rendir por una mala experiencia. No si quiero superarles.... ¡No me quedaré atrás!

-¡Vaya vaya, y creía que yo era el bicho más raro del lugar, jajajajaa!- de ninguna parte, oyes una voz y una risa de lo más molesta, como si fuera la de una hiena.

Miras a tu alrededor en busca del origen de dicho carcajada, pero no encuentras al responsable, hasta que de pronto, colgado del techo del gimnasio, ves como poco a poco va apaerciendo una figura.

En general parece una persona, tiene dos brazos, dos piernas y un tamaño normal, pero su cuerpo esta cubierto por una especie de costras verdes, y de su cabeza surgen dos pequeñas antenas. De la espalda parecen salirle dos alas, como las de un mosquito, y en cuanto ves que ha aparecido del todo las despliega y emitiendo un poderoso zumbido, desciende hasta el suelo, posandose justo en frente de ti -¿Así que no quieres quedarte atrás eh?, pues con ese caparzón seguro que siempre eres la última en todas las carreras, ¡¡puajajaja!!- su risa es descontrolada, hasta el punto de que tiene que llevarse los brazos al vientre para aguantarselo, casi cae de rodillas de lo que se ríe. De cerca, puedes ver que sus ojos son como los de una mosca o una libélula, dos grandes orbes rojos con una matriz de cuadraditos en cada uno, no parece tener nariz ni orejas, y su boca es un compendío de colmillos y pienzas de mandíbula que recuerdan más bien a la boca de una hormiga.

Cuando por fin parece que se le ha pasado el ataque de risa, se vuelve a colocar derecho y continúa hablando -Aay... si es que soy tremendo, oye no te lo tomes a mal eh, que somos "compañeros de aspecto", ¡jajajajaja!- una vez más, se lleva las manos a la cabeza y comienda a partirse de risa, hasta que tras unos segundos que se hacen eternos, retorna a la normalidad -Aay, ya paro y paro, bueno... ¿a ti también te toco hacer de villano?- hace el gesto de secarse una lágrima con el dedo del ojo, pero no sale ninguna lágrima de ahí.

No me da tiempo a reaccionar cuando escucho esa voz y veo como ese bicho se abalanza sobre mi.

-¡¡¡UUUUAAAAAAH!!!

Dejo ir un grito repulsivo hacia lo que parecía ser una cucaracha verdosa gigante. Me aparto de un salto hacia atrás. Cuando me fijo mejor en el ser que tenía delante, me doy cuenta de que es humanoide y me calmo, no pudiendo evitar sentir asco hacia su persona. 

-... ... ... No es nada personal, pero odio a los bichos. 

Estaba claro que era alguien con una singularidad de lo más asquerosa. No obstante, más allá del asco que me produce tenerlo cerca, sus comentarios me hacen enfadar hasta tal punto que mi cara de enfado podía hablar por si sola, no obstante, le dirijo unas palabras.

-¿¡Eh!? ¿Acaso quieres que te estampe contra la pared? ¡No te atrevas siquiera a comparar tu asquerosa apariencia con la mía!

Aprieto mis puños con fuerza, ganas no me faltaban de soltarle un coletazo en toda esa cara de insecto que tiene, pero debido a respetar las normas de la academia y mi anterior problema con la evaluación, decido no hacerlo por poco. De todas formas, dudo de si responderle la última pregunta. Estaba en el gimnasio, y eso significaba que era un alumno de la UA, pero no le había visto nunca. ¿Realmente era alguien de la UA?

-No te tengo muy visto, por suerte. ¿Quien demonios eres?

Al ver tu primera reaccón, no puede evitar troncharse de risa de nuevo, transcurre un buen rato hasta que se le pasa -...Ajajaja, aay..., espera, ¿un bicho? ¿donde?, aajajajajajaja!- acompaña su caracajada con fuertes pisotones en el suelo y golpes en el pecho.

No deja de reirse hasta que mencionas que te parece asqueroso, en ese instante se detiene en seco, se pone erguido y te mira -... oye "guapa", ten cuidado con lo que dices si no quieres acabar mal...- durante unos segundos se produce la calma, hasta que de pronto te señala mientras se toca la "nariz" -¡Buuh!, ¡has picado! jajajajaja... bueno, tendré que presentarme, por algo yo soy el caballero y tu la "hermosa doncella"- al decir esto último hace un gesto con las manos como si pusiera comillas a sus palabras, aunque es difícil de decir ya que sus dedo parecen más bien las pezuñas de un insceto -Mi nombre es Masaru Batta, estudio en el grupo 1-B del curso preparatorio para héroes, ya sabes, la clase que teneis justo al lado- te comienza a examinar de arriba a abajo mientras camina a tu alrededor -La verdad es que no comprendo como puede alguien como tu estar en el grupo A, quiero decir, esta claro que no tendrías nada que hacer contra alguien como yo, por ejemplo- tras terminar de dar una vuelta entorno a ti, se detiene de nuevo justo delante -Y por lo que he oído, tampoco eres capaz de superar a tus compañeros, no sé, quizas deberías replantearte tus metas, ¿no crees?- vuelve a reirse, pero esta vez lo hace imitando a un clásico villano de dibujos animados, tapandose la boca con una mano mientras apoya la otra en la cintura.

Me enfurece su actitud hasta el punto en el que parece tomarse en serio mi comentario. Es en esos momentos de calma cuando sonrío complacida, esperando a que iniciara algo que me justificara a poderle partir la cara.

-¿Acaso es eso una amenaza? 

Me crujo los nudillos, deseando atizarle. No obstante y contra todo pronóstico, vuelve a hacer una payasada, la cual cosa me deja descolocada. Tras unos segundos de silencio incómodo, le respondo con indiferencia.

-... Eres demasiado molesto. A decir verdad, tienes una singularidad que te va como anillo al dedo... 

Para cuando se presenta y se mofa con su soberbia, no puedo aguantarme más. Ya me había hartado su caarácter, pues era el tipo de persona que mas rabia me daba. Un fanfarrón molesto con aires de grandeza, justo el perfil de persona que más odiaba.

-¡Escúchame bien, saltamontes! No tengo el día para aguantar tus payasadas ni me interesa que robes más de mi tiempo, así que si lo único que tienes que decirme son estupideces, allí tienes la puerta. O te vas dando saltos, o te echo yo de una patada, pero no me molestes más. Cuando un bicho juega con fuego, suele acabar calcinado. Te conviene no olvidarlo.

Abrí las puertas del gimnasio y contemplé, por un breve momento, la gran estancia del lugar. Vi a Reika en la sala.

- Hola Reika, ya sé que no soy de tu agrado, así que la actitud más lógica y racional será que nos dividamos el espacio y no nos molestemos mutuamente. Yo me quedaré en la parte del fondo. - dije mientras apuntaba hacia la parte más alejada. Entendí que ella aún seguiría molesta por no haberme despedido de ella mediante palabras. Si le hubiera dicho algo habría sido algo así como: "eres demasiado impulsiva y es muy fácil hacerte enfadar. A pesar de ello has sabido entender la situación y actuar siempre de manera coordenada. Felicitaciones". Preferí, no obstante, guardarme estas palabras para mi y no decirle nada.

Tenía mucho que pensar, así que me senté en el suelo y cerré los ojos.

A pesar de tener un caracter impulsivo y cargarse un edificio entero sin ningún tipo de miramiento, Reika y Nakuru se sincronizaron bastante bien. Supieron elaborar buenas combinaciones... Sigo sin estar seguro del resultado final

Abrí los ojos y di un lento suspiro, miré hacia el techo y continué con mi reflexión.

De pronto, una voz familiar irrumpe en la sala. Ceso mi atención en Masaru para dirigirla hacia Naito, al que veo entrar por la puerta principal del gimnasio. Me quedo mirándolo incrédula.

-De todas las personas y salas que hay en la academia, precisamente TU has tenido que venir al gimnasio.......

Dejo ir un suspiro para responderle con cierta inquina.

-¿Ahora si me saludas? ... Haz lo que quieras, estás en tu derecho.

Cuando lo veo dirigirse hacia el lugar que él mismo había escogido, me fijo en que más que empezar una sesión de entrenamiento, se sienta. No debería de importarme cuando para él no soy más que un estorbo, pero no puedo evitar fijarme en que parecía estar pensando en algo que le tenía preocupado.

-Si has venido a alardear del resultado de la prueba o a restregarme de nuevo la destrucción del edificio, puedes ahorrarte la molestia. Ya se que no he dado pie con bola.

-¿Que le traerá de cabeza? ¿Acaso ha venido aquí a disipar sus dudas? ¿Y que dudas debe disipar, si lo ha hecho muy bien en la prueba? A diferencia de....

Suelto un leve suspiro. Naito estaba tan absorto en sus pensamientos que no parecía haberse percatado de Masaru, el chico insecto con el que me acababa de topar.

-Vaya vaya con la señorita Godzilla, ¡ja!, ese será tu mote a partir de ahora ¿que te parece "Señorita Godzilla?-.

Justo en ese momento, ve como entra Naito y le ignora por completo para dirijirle unas palabras a Reika y después sentarse en una esquina -Je... otro de los perdedores de la clase A, este parece algo rarito, ¿estaba en tu equipo oh reina de todos los monstruos?, ¡¡jajajajaja!!- su exoesqueleto parece protegerlo también de las amenazas, o eso o es demasiado idiota, porque apenas reacciona ante la última advertencia de Reika.

Sin embargo, tras su última risotada resopla con aire algo cansado se pone algo más erguido -Aaah... bien, parece que este gimnasio se ha convertido en el refugio de los perdedores, será mejor que me piré antes de que me pegueis vuestra "perdiditis"- dicho esto, se retira un par de pasos y se pone en cuclillas. De su espalda, emergen dos pares enormes de alas, similares a las de las libélulas, y comienza a batirlas fuerza, emitiendo un estruendoso zumbido y levantado una gran cantidad de polvo, incluso Reika siente como su pelo se desmelena ante tal vendaval -¡Cuidado al salir no os tropeceis, pringaos!- y una vez dicho esto, pega un poderoso salto y sale volando a toda velocidad hacia una de las clarabollas del techo que están abiertas, saliendo así del gimnasio.

"¿Otro de los perdedores de la clase A?"

Abrí los ojos súbitamente y vi al alumno, que se asemejaba a modo de insecto humano, dar un gran impulso para salir del gimnasio por la parte superior. Hubiera sido más lógico usar la puerta. ¿Era necesario salir de esa manera?. Di un ligero suspiro y después me volví a centrar en Reika.

- La verdad es que me sorprendiste, por eso no te dije nada. No esperaba que fuerais capaces de coordinaros tan bien con Nakuru - Aparté la mirada de ella y luego miré hacia el techo, paraba especial atención en la obertura que el tipo con forma de insecto había usado para salir - Creo que el único fallo que cometiste es que no interiorizaste el concepto de la prueba.

Tras una larga pausa, la volví a mirar a ella.
- Siempre has de tener en cuenta los daños colaterales. En una situación real, si hubieras derribado un edificio con una bomba dentro hubiera causado muchas bajas civiles. Recuerda siempre que somos el escudo de la humanidad.

Hoy estaba algo más hablador de lo habitual, aunque esperaba que el tono que estaba usando no fuera entendido a modo didáctico, al fin y al cabo, esa no era mi función.

- Hace muchos años, yo perdí lo más importante que tenía a causa de estos daños colaterales y es por eso que...- hice una ligera pausa, voltee la cabeza y miré a mi mano derecha, la cual estaba con el puño cerrado - disculpa, creo que he hablado demasiado.

Me levante y me incorporé, empecé a hacer ejercicios de estiramientos.
- ¿Quieres entrenar conmigo? Me gustaría ver cómo nos podemos complementar.

Escucho indignada lo que el insecto acaba de decir de mi. No puedo evitar dar un paso hacia él, molesta y decidida a soltarle un buen puñetazo en la cara. 

-¿¡Qué has dicho, insecto!? ¡Voy a hacer que mudes la piel del guantazo que te voy a dar!

Justo entonces, alza el vuelo con esas alas tan asquerosas. Para cuando intento agarrarle, ya había salido volando. Aprieto mis puños con rabia. Odiaba que se burlaran de mi, y más con esas confianzas.

-¡¡¡Grrrr!!! ¡¡¡Maldito nerd!!! ¡Ya te cogeré, ya! ¡Entonces me dirás a la cara lo que piensas de la clase A!

Refunfuñando, mientras miro hacia arriba, escucho a Naito quien, extrañamente, me había vuelto a dirigir la palabra, esta vez para elogiar el trabajo junto a la tardona. Le contesto molesta por mi conversación con el insecto, a la vez que molesta por su actitud. 

-¡Qué! ¿Ahora vas a sermonearme? ¿Quien te has creído que eres? ¡Ganar una prueba no te da el derecho a...! !¿!?

No obstante, y contra todo pronóstico, me sorprende lo que Naito comenta al final. Parecía no querer hablar del tema, pero sonaba a algo mucho más delicado.

-Posiblemente lo sucedido en la prueba reabriera viejas heridas, y eso le hiciera haber actuado así... Si así fuera, no podría culparle....

Tras su pausa, dejo ir un suspiro, retomando la conversación, pero esta vez con un tono más calmado. Aún tenía la provocación de Masaru en mente, pero el comentario que se le había escapado a Naito hace que sea más consciente de mis palabras.

-... Si hubieran habido civiles de por medio, habría actuado de otra forma. No pretendía destrozar el edificio... Simplemente quería sacar el techo para teneros al descubierto. Que no aguantara la estructura no estaba en mis planes....

Empiezo a recordar aquel momento con molestia.

-Me estremecí al pensar que Nakuru podría haber...

Zarandeo la cabeza, escuchando la proposición de Naito.

-El pasado no puede cambiarse... Pero nos hace avanzar. Y para eso estamos aquí, ¿no?

Asiento con la cabeza su petición.

-Entrenemos. Creo que nos vendrá bien para aclarar nuestras dudas. Siempre se ha dicho que no hay mejor forma de entender a alguien que cruzando espadas... 

Choco mis puños, motivada ante su propuesta, crujiendo mis nudillos y flexionando levemente el cuello en ambas direcciones.

-Veamos qué de cierto hay en esa afirmación. Aunque sea un entrenamiento, ni se te ocurra contenerte. Yo no lo haré.

Respiro hondo, adoptando una postura de combate. Sonrío de forma competitiva, pues en realidad, tenía ganas de cruzar puños con él.

-Reina monstruo, ¿eh? ... 

-¡Cuando quieras!

El silencioso y tranquilo ambiente del gimnasio, se ve de pronto interrumpida por un estruendoso ruido.

A lo lejos, en alguno de los edificios de la academia, puede oirse una fuerte explosión, seguida de los consecuentes gritos y sonidos de alarma.

El suelo tiembla un poco, algunos trozos de escombro caen del techo, y a medida que pasan los segundos un intenso olor a humo y ceniza os va llegando a la nariz.

Comienza entonces a sonar una alarma por todas partes, una sirena parecida a la que oisteis al final de la prueba de combate, y de pronto uno imponente figura aparece por la puerta.

La imponente figura no es otro que el calmado y simpático profesor "Cementoss", salvo que esta vez no parece estar tan calmado, al veros su expresión es tanto de sorpresa como de alarma.

-¡Pero que haceis aquí chicos, vamos esto es peligroso, esta sonando la alarma de emergencia!, ¡rápido, seguidme, os escoltaré hasta vuestor edificio residencial!- os realiza un gesto con la mano indicando que lo sigais.

Por como lo hace, se deduce que os esta metiendo prisa.

Un estruendoso sonido rompe mi concentración. Al percatarme de la explosión, escucho los gritos y la alarma. Algo no iba bien, ¿pero que podría pasar en la UA? Era un recinto seguro, y estaba llena de héroes profesionales, ¿porque ha habido una explosión?

-¿¡Pero que...!?

Trozos de techo se desprenden cerca nuestro, afortunadamente, ninguno de ellos nos impacta. Percibo el olor a humo y ceniza desde la distancia, cada vez más intenso, hasta el punto en que respirar se hacía tedioso por el humo. Toso repetidamente, y ante el desprendimiento, busco la salida con la mirada.

Para cuando la localizo, Cementoss entraba por la puerta del gimnasio. Su actitud dejaba bien claro que habían serios problemas.

-¿¡Cementoss!?

Sin tiempo a sorprenderme por la repentina aparición de un héroe profesional como él, sigo sus instrucciones, no sin antes dirigir mi mirada hacia Naito, para ver que estuviera bien y en condiciones de seguir las indicaciones del profesor.

-Habrá que posponer nuestro entrenamiento. ¡Salgamos de aquí primero!

Justo cuando iba a realizar mi primer movimiento contra Reika, Cementos irrumpió en la sala.

Reika reaccionó y fue hacia la salida, al tiempo que asimilé la situación, fui hasta ella y abandonamos juntos el gimnasio.

- Parece que nuestro debut en un combate real podría ser antes de lo esperado - dije yo. Aunque era consciente que serían los héroes consolidados los que acudirían si había problemas.