Una vez arriba y a salvo de todo peligro, el pícaro reflexiona...
Veamos... tengo que buscar algún sitio desde el cual pueda ayudar a mis compañeros a entrar con facilidad... la casa es grande así que seguro que hay algún punto débil y poco vigilado por donde sea más fácil entrar sin ser vistos... luego sólo quedará rescatar al pobre don Alonso, sin duda el hombre del calabozo... Bien, primero buscaré ese punto por dónde entrar quitando algún tablón o piedra si es preciso... luego saldré con cualquier excusa ( comprar algo para la cuadra ) y si no me lo permiten intentaré salir sin ser visto, una vez fuera me reuniré con mis camaradas en el punto de encuentro... así que...vamos allá !
Con la excusa de que un caballo necesita dar un paseo con urgencia consigues escudriñar hasta el último rincón de la enorme finca. Tras el examen te quedas con varios puntos de posible entrada.
El primero es gracias a un gran árbol que cruza el muro de piedra, desde ahí sería muy fácil entrar, el problema sería salir.
El segundo era por un conducto de agua que iba destinada a los cultivos cercanos, el problema es que no sabes con certeza si todos cabrían por él.
Y el tercero es cruzando el muro gracias a unas tablas que hay en la parte trasera del establo, desde dentro sería fácil salir, siempre y cuando los tablones aguanten el peso.
El siguiente problema era entrar en los calabozos, a simple vista no ves la forma desde fuera, pero entonces recuerdas la historia que te contó un amigo hace tiempo, te dijo que todas las casas de este tipo tienen pasadizos que conectan desde fuera con la casa, ¿habría alguno aquí?
Otro modo sería introducirlos con alguna excusa barata, o bien dejarlos fuera esperando por si acaso.
Finalmente decides que lo mejor será hablarlo con todos, así que dices que has acabado por hoy que mañana a primera hora volverás, te despides de forma educada y coges un pasaje a la villa.
Y en menos de lo que canta un gallo estás de nuevo en Madrid.
Si te parece bien adelantamos así, si quieres añadir algo o preguntar algo, dilo.
ok !
Era tarde, la hora de cenar había pasada horas antes y el grupo de amigos en busca del secuestrado estaba plantado frente a una enorme mansión en el pueblo de Pinto.
En círculo discutían su plan para entrar y rescatar a Alonso.
Alejandro miró con recelo la villa del barón y sus alrededores, parecía ver enemigos por doquier... y es que no hacía tanto que habían tenido que salir huyendo de aquel lugar, dejando algún que otro "indicio" de su paso.
- Bien, camaradas - se animó a decir - son vuestras mercedes los que hicieron una visita diplomática por la casa del barón y conocen sus entresijos, así que me parece adecuado que dispongan el plan de acción.
Recuerdo que ahora estáis en Pinto y que la casa del barón que "asaltasteis" en la otra partida estaba en la villa de Madrid.
Fallo mío, entonces. Seguimos vivos?
Como dije mi idea es terminar lo más rápido posible la partida, más que nada para no dejarla de forma definitiva. Pero para eso hace falta un pequeño esfuerzo de todos.
De todos modos si lo preferís hacemos un final forzado, como por ejemplo que habéis llegado tarde y don Alonso está ya muerto. Por ejemplo.
Mientras ideabais un plan para entrar y otro para salir de la propiedad del varón de Pinto sucedió algo que os dejó helados.
La verja se abrió, dos hombres cargaban con algo, era grande y estaba envuelto en mantas. Lo tiraron al suelo y se fueron.
Asustados os acercasteis para descubrir lo que temíais. Era demasiado tarde, Alonso había muerto.
...
Alguno quiso vengarse en el acto, pero los que más sesera tenían supieron calmar al resto. Al fin y al cabo tenían los bolsillos llenos de dinero y su amigo ya estaba muerto.
Más adelante descubrieron que por fortuna Alonso había sido un gran amigo, pues no dijo palabra alguna respecto a lo que pasó aquella noche en la villa de Madrid, esa noche que cambió la vida de todos.
FIN