“La del Turco era en realidad un bodegón de los de comer, beber y arder, situado en la esquina de las calles de Toledo y del Arcabuz, a quinientos pasos de la Plaza Mayor. Las dos habitaciones donde vivíamos Diego Alatriste y yo se encontraban sobre ella; y en cierto modo aquel tugurio hacía las veces de cuarto de estar de nuestra casa”.
(“El Capitán Alatriste”.Capítulo III: Una pequeña dama)
Era la hora de cenar, Alejandro y Bruno se encontraban en la taberna del turco, y enfrente suya estaba la hermosa Caridad con dos enormes platos de rico y caliente estofado.
Cuando esta se dio media vuelta hacia la barra pudisteis ver como entraba por la puerta el bueno de "el ratón".
Bruno saluda alzando el vaso, con la tez algo enrojecida y un gesto más bien torpe. Sin embargo, no dice nada, todo sea por no llamar la atención de orejas indiscretas. Le lanza una mirada a don Alejandro y luego clava su mirada en el Ratón. ¿Qué noticias les traería?
Algo ajetreado por el viaje hasta la taberna del turco, ratón saluda desde lejos a Bruno y se dirige a la mesa q comparte con Alejandro... Dichosos los ojos ! como se encuentran vuesas mercedes ? hace mucho que esperáis ? bien, estoy seguro que tenemos mucho que contarnos ! tabernero que marche una jarra vino ! estoy sediento...
La tabernera no tarda ni veinte segundos en traer una buena jarra de vino.
La taberna estaba medio llena (o medio vacía), aunque seguramente dentro de media hora se llenaría, pues la hora de cenar está cerca.
Alejandro saludó con más efusividad de la acostumbrada al Ratón, sin duda animado por el licor del Dios Baco. Se limitó a seguir la conversación, mirando y escuchando con atención lo que Aran iba a decirles seguidamente.
Ya estoy listo master
Por la puerta entran Marcos y Julián, piden una jarra de vino y se sientan con el resto.
... y entonces lleváis mucho tiempo esperando aquí... ? - ratón se percata de la llegada de sus compañeros - Hombre ! pero a quien tenemos aquí ? Marcos ! Julián ! cuanto tiempo ! sólo faltabais vosotros... os estábamos esperando ! que alegría.. bueno, por lo menos sabemos que nadie ha parecido en sus pesquisas... estoy ansioso por saber como os ha ido y contar a mi vez mis indagaciones en casa del barón de Pinto !
- Una tarde perdida, sin nada útil que aportar al grupo. - Me dejo caer en una de las sillas- Con dinero de por medio todo el mundo está dispuesto a jurar hasta que es el mismo Rey, pero nadie nos ha podido decir nada que nos sirva.
Acerco la mano a la jarra y sirvo vino para don Alejandro y para mi, mirando con curiosidad a los demás.
- Espero que vuestra tarde haya sido más productiva. ¿Qué nos contais?
- Gracias, Don Julián - responde Alejandro al gesto de su compañero - me temo que nosotros hemos tenido igual suerte, hemos seguido una pista que ha resultado no ser fructífera, ¡salud! - dijo proponiendo un brindis y apurando el vaso. Luego se giró a el Ratón - me temo, joven amigo, que sois nuestra última esperanza.
Pues así parece ! si, he tenido algo más de suerte...amigos! fui hasta la casa del barón de Pinto y conseguí un trabajo en la cuadra, con lo que tuve la oportunidad de explorar el caserío a fondo con tranquilidad...y así encontré unas mazmorras dónde tienen recluido a un pobre desgraciado que bien podría ser nuestro hombre, es más...aunque no escuché en ningún momento su nombre pondría la mano en el fuego .. pues le estaban intentando sacar unas palabras que el reo se negaba a soltar... no sé cuanto tiempo más ese pobre desgraciado podrá aguantar así. Seguí buscando y tengo algunos puntos por los cuáles sería más o menos fácil entrar... Yo tengo acceso a la casa y desde dentro podría ayudar, pero sólo hubiera sido una locura actuar... Y bien.. que me decís ?
Alejandro interrumpió el trago ante la propuesta del Ratón. Con un fuerte golpe, depositó el vaso sobre la mesa.
- Digo que ya estamos tardando. Cuando vuestras mercedes gusten deberíamos ponernos a ello... no será bueno para nuestro amigo permanecer ahí dentro más de lo que es debido. Nuestro deber de amigo, buen cristiano y hombre de honor está en entredicho mientras él permanezca entre rejas. Yo digo que vayamos.
Pues si nadie tiene algo que apuntar no hay tiempo que perder, ¿no creen compañeros?
Me levanto de la silla de madera, la cual estaba algo coja, hay que decirlo todo, y me estiro levemente.
PNJ
Nadie respondió a Bruno, así que este lo interpretó como una afirmación y puso rumbo a Pinto.
Cambio a la última escena.