Veo que te conservas bien. Se te ve más... vibrante que nunca. - contesta rápidamente Moonspell en cuanto la ve pasear.
También veo que las noticias vuelan. Era una fiesta sin glamour ni clase. Y el postre que tenían previsto me daba un poco de alergía...- Adam mira fijamente a su maestra.
¿Qué saldrías ganando al hacernos Intocables? Hace tiempo que nos conocemos y no sueles dar puntadas sin hilo...
Doy por supuesto que mi PJ sabe qué es eso del cónclave pero no es mi caso ;-)
¿Me podrías refrescar la memoria?
"Gracias", te sonríe coqueta Helga. "Tengo este aspecto desde hace mucho tiempo: concede ciertas ventajas en el trato con determinados hombres, ¿m?. No es lo mejor para el movimiento, pero... ¿quién quiere moverse, cuando puedes volar?".
Cuando le preguntas sobre sus intenciones, se te acerca sonriendo y se planta delante de tí, separada por su sobredimensionado pecho. "Pronto habrá un problema. Lo he leído en las estrellas. No se cual será... ni dónde. Pero sé que tú te encargarás de él. No es un problema de naturaleza mágica, pero... tendrás acceso a un foco espiritual con el que siempre he querido hacerme. Una vara antigua, muy antigua. La quiero. Cuando estés metido en el problema, cógela para mí... y creeme...", dice mientras se acerca a tí, presionando su turgente busto contra tu pecho, "Quedaré muy, muy agradecida".
Luego se aparta, y se sonríe con las manos en las caderas, esperando tu respuesta.
El Cónclave es un grupo con mucho poder dentro de la comunidad arcana; está formado por doce miembros, cada uno de ellos magos poderosos; las identidades de los mismos son secretas, pero se supone que tienen un nivel de poder que va desde un rango moderado, como el tuyo o algo mayor, hasta auténticos archimagos que controlan dimensiones enteras.
Las funciones de este "organismo" consisten en impedir un desastre como el que sucedió en la alta edad media en Europa; en aquel entonces, los místicos fueron perseguidos y casi completamente exterminados, debido a sus intentos por hacerse con el poder.
Así, todas las logias, (como la Mano Blanca), deben obligatoriamente someterse a las decisiones del Cónclave antes de formarse. Y si alguna falta a dicha obediencia, sus magos tienen el poder suficiente como para borrarla del mapa.
Adam piensa durante un instante su respuesta. Si la vara es antigua, seguramente será poderosa...
Helga es su maestra, pero si pudiera haberse hecho antes con la vara lo hubiera hecho, ¿por qué ahora?
En cualquier caso, ella es un miembro del Cónclave y si los artefactos poderosos han de estar controlados, ¿quién mejor que ellos?
No creo que pueda imaginar unas manos mejores que las tuyas para cuidar algo tan valioso...- dice con una sonrisa.
Por cierto, ¿quién anda detrás de la Mano Blanca? No creo que Roberto fuera el máximo responsable, a pesar de que todo el ritual fuera una chapuza, hasta hicieron que esos héroes se entrometieran. Imagino que habrá alguien detrás de esos cafres, ¿no?
Contoneándose hasta la ventana, te guiña un ojo antes de flotar a través de ella. "No, Roberto no es su líder... sólo es un cachorro. Su líder es miembro del Cónclave, pero nunca está presente corporalmente. No puede, porque hace muchos, muchos años fue desterrado a otra dimensión por sus crímenes y sus posturas radicales".
Flotando hasta afuera, sigue explicándose. "Pero en vez de quedarse quietecito, una vez en ese lugar se hizo con el poder, derrotando a los monstruos extraplanares que ahora le sirven. No puede salir de allí por sus propios medios, pero la Mano Blanca intenta traerle, a él y a sus huestes, hasta nuestra realidad. El Cónclave no se opone directamente... pero en fin... digamos que tampoco le ayudamos, precisamente. Si quieres saber más... consígueme la vara del sol, Moonspell... la vara de Akenatón...", dice mientras desaparece rielando en el aire...
Me gustaría usar mi precognición al respecto de la vara. Algo del futuro que me/nos espera...
Concentrándote en la habitación de tu pobre motel, tienes un extraño sueño precognitivo; primero, bajo un sol inclemente, una multitud de miles de personas reunidas en una plaza gigantesca, decorada con obeliscos cromados y estatuas de hombres con cabezas de águila, de cocodrilo, de perro.
Desde un gigantesco templo aparece un hombre moreno, (como todos los presentes), y comienza a lanzarles una arenga en un idioma que desconoces. El hombre lleva en su mano una vara blanca, con un brillo místico en uno de sus extremos; parece un pedazo de sol refulgiendo.
La imagen se distorsiona, y sabes que viajas miles de años hacia el futuro. Ahora, la vara está tirada en el suelo polvoriento de una antigua y gigantesca tumba, junto a cientos de tesoros. Ves cómo un enorme perro negro se acerca a la vara, e inexplicablemente la traga, comenzando por uno de sus extremos, poco a poco, hasta que el objeto desaparece en su interior.
En ese momento te despiertas del trance; sabes que lo que descubres en una precognición suele ser parte claro, y parte comunicado en forma de metáfora...