Partida Rol por web

 Después de agradecer las felicitaciones de Aremon, Balder se inclina al lado del maestre procurando no taparle la exigua luz de la vela, mesándose la barba pensativo.

-          No sabría deciros quien ha hecho esas flechas pues no llegue a verles.- Comenta taciturno.- Pero esa “gente” como mínimo contaban con un huargo que al parecer estaba amaestrado. Tal vez eso os diga algo…-

Girándose hacia Lord Rickard asiente y siguiendo el consejo del maestre proceden a dejarle trabajar tranquilamente.

-          Procure descansar maestre.- Se despide en un gruñido.- No quisiera que enfermase por falta de sueño…-

Comienza a bajar las escaleras en completo silencio. Había demasiadas cosas que se le escavan, y eso no le gustaba nada.

Bajas las escaleras hasta tu cuarto dejando a tu hermano en el suyo antes, pensativo, si todo esto fuera parte de...no, no puede ser esos hombres no podian ser, solo alguien con suerte y lo del huargo bien podria haber sido un lobo muy sobre alimentado.
Sacudes la cabeza, mas para despejarte que otra cosa mientras caminas hacia tus habitaciones.
TE quietas la armadura, la ropa y te refrescas antes de ponerte la camisa de dormir, mientras comienzas a escuchar una cancion.

Te metes en la cama y te sientes mecido por el viento, como si estuvieras en el bosque y volviera a ser un niño, no hubiera preocupaciones, ni heridas, ni huargos, ni Otros, ni salvajes. Solo que mas importa.

NI el aullido de los lobos que se apagan poco a poco como el cansancio que se adueña de ti parece importante ahora... La cancion termina en el ultimo segundo de tu vigilia en le momento que entras en el mundo de los sueños, incluso notas los brazos amorosos dandote calor. La noche pasa, las guardias pasan y amanece que no es poco. Un manto blanco cubre todo el suelo, lso criados estan trabajando, ha amanecido hace algun tiempo, no mucho oyes risas en el patio, tu sobrina jugando con sus hermanos tirandose bolas de nieve, aun son muy jovenes, es hora de levantarse y de desayunar a pesar del dolor de cabeza de las cervezas de la noche anterior.

 Con un gruñido se levanta de la cama rascándose la cabeza que aún permanece atorada por los estragos del alcohol. Vestido únicamente con un blanco kamese* de dormir, de basto y grueso algodón que casi le llega hasta los tobillos, se acerca asta la jofaina de agua y se remoja la cara para despejarse un poco. Suspirando un poco aliviado se aparta de la jofaina con la barba aun goteándole agua sobre el pecho.

Arrebujándose en el largo kamese, abre la ventana de la habitación y cruzándose de brazos se queda allí apoyado en el alfeizar observando los juegos de sus sobrinos con una sonrisa dibujada en la cara. El viento frio de la mañana sopla sobre su rostro  meciendo su enmarañado cabello y siente que no le importa en absoluto, la noche a sido larga pero el bullicio de aquellas risas desenfadadas no puede dejar de alegrarle la mañana. La imagen de Torrhen recibiendo una de las bolas de nieve en toda la cara para después proceder a escupir la nieve con gesto asqueado, le hace reír desenfadado. Acto seguido y sin saber muy bien a qué se debe, una lágrima solitaria cae por su rostro.

En su fuero intento no puede dejar de pensar que aquellos podrían haber sido sus hijos y eso le hace extrañamente feliz e infeliz al mismo tiempo. Sorbiendo la nariz se pasa la mano por la cara haciendo desaparecer la molesta prueba de debilidad.

Con pesada desgana se aparta de la ventana y de la nevada estampa. Pasándoselo por encima de la cabeza se quita el pesado kamese y desnudo se asea de arriba abajo con la fresca agua de la jofaina. Mirando su reflejo en el agua se pasa la mano por la horrible y fea cicatriz en forma de mordisco que le recorre el hombro derecho. Aquel dolor de la noche anterior… No sabía de donde procedía, pero nunca en tanto tiempo aquella cicatriz había llegado a doler tanto. ¿Sería una señal de los Arcianos? ¿Acaso con aquel dolor pretendían decirle algo? Renegando se da cuenta de que pensar en aquello era tontería…

Después de secarse procede a vestirse de nuevo con la pesada armadura de mallas y colgándose la espada al cinto procede a buscar su capa. Por uno instantes se queda allí quieto, al darse cuenta de que no está colgada en el sitio de siempre. De pronto se acuerda de que la había dejado en el salón principal, donde borracho como estaba ni se había acordado de recogerla.

Con un gruñido sale de sus aposentos con la mano apoyada en el pomo de la espada, caminando con paso firme y decidido por el pasillo. Al momento de llegar a las escaleras comienza a descenderla con presteza. 

La cicatriz no esta tan mal  y parece que no deberia doler, seguro que fueron imaginaciones tuyas. Sales y los criados te saludan con los que te topas como siempre, el Bastion ha recuperado su "normalidad" por lo que parece y han vuelto a sus agujeros mientras llegas al salon.
Abres la puerta y lo recorres con la mirada, ahi esta en la silla donde la dejo el dia antes, sobre la mesa algo para comer, parece que todos han comido ya y eres el unico que falta.
QUeda poco por hacer, comprobar si el maestre ha tenido suerte, ir al bosque a rezar para pedir consejo y pensar que hacer con ese dolor de cabeza que comienza a amartillarte las sienes como si te fuera la vida en ello.
Cuando te acercas ves que donde lo dejo la noche antes sigue la labor, lo que estaba cosiendo. Es de color negro como el terciopelo, con algunos dibujos en plateado y con el interior en rojo como la sangre o las hojas del arcino. La mancha de sangre sigue ahi oscurecida y parece tener forma de cabeza de algo, pero sera solo por como la ha absorvido.
Buenos dias mi señor dicen desde la puerta Espero que hayais dormido adecuadamente sobre su pelo algunos copos de nieve y algunas motas rojas, ha debido ir hasta el arciano a rezar.

SE acerca y coje su labor haciendo una reverencia sentandose despues junto al fuego.

 -          Buenos días mi señora.- Corresponde sentándose a su lado.- Ciertamente esta noche mi vigilia fue breve.-

Observándola mientras realiza sus labores, no sabe muy bien si aquel calor que siente procede del fuego de la chimenea o de su propio interior.

-           Precioso vestido es el que estáis cosiendo.- Comenta inclinándose hacia ella.- Pero aun así no puede competir con vuestra belleza natural. El día de la boda seréis una visión tan esplendorosa que podre morirme con la calma de saber que ya he visto todo lo más hermoso que puede ofrecerme este mundo.-

Reclinándose más, aproxima su rostro al de ella y aprovechando su turbación le roba un beso de sus carnosos labios. Sabe que es una tontería, pero para variar está bien sentirse joven de nuevo.

-          Veo que habéis visitado el bosque de Arcianos…- Su mirada se desvia hacia las motas que cubren sus cabellos.- esta noche estaba demasiado cansado y no pude ir a realizar mis plegarias, pero iré sin falta después del desayuno.- Explica con gravedad.- Espero que los Arcianos hayan respondido a vuestros rezos…-

Me alegro que hayais descansado mi señor replico con una sonrisa mientras sigo con mi trabajo, tengo mucho que hacer.
Gracias, pero solo es un poco de tela que habia en uno de los bultos, ahora tendra un buen uso o eso espero y... me sonrojo mirandole, no se como puede hacerme esto, hasta ahora es el unico que ha conseguido que me quede sin palabras y por primera vez me besa en los labios el. Bajo la mirada tan roja como la tela que hay sobre mi regazo.
Asiento levemente me levante pronto para ir a rezar, pero aun estaba nevando. Creo que si lo han echo y espero que tambien respondas los vuestros.
Si quereis saberlo terminare el vestido en un par de dias

miro la mesa con la comida. Desayunad pues mi señor, la comida estaba deliciosa, al menos lo que comi antes de marcharme en las cocinas, luego ire a ver si me dejan hacer un pastel de carne vuelvo a levantar la mirada para observarle cada uno de sus gestos y no es importante pero vi algo en el bosque cuando fui a rezar, una sombra blanca, creo que era un lobo

 Aunque sin dar muestra de ello Balder se envara al escuchar la mención del lobo blanco. ¿Pudiese ser el gran huargo que había visto en la escena de la masacre de los salvajes? La mera idea le pone la piel de gallina. Y pensar que Lyssa pudiese haber estado ante aquel peligro… Había sido una imprudencia imperdonable el dejar que fuese sola al bosque de Arcianos. A partir de ahora no la dejaría ir sin escolta o sin estar acompañada por el mismo…

-          Deberíais ir con cuidado mi señora, podríais haber corrido peligro.- Gruñe con el ceño fruncido.

Volviéndose hacia la fuente de comida coge unos frutos silvestres y comienza a desayunar con frugalidad. Los excesos ya los había cometido la noche anterior, ahora tiene que ir a rezar a los Dioses y ha de presentarse sereno.

Permanece el resto del tiempo taciturno dedicándose únicamente a comer y beber el agua de la jarra con grandes tragos. A sus responsabilidades como Castellano del Bastión Kar, ahora debía sumarle la preocupación por el bienestar de Lyssa y el posible peligro que entrañaban las misteriosas personas que acechaban en el bosque.

Niego mientras le veo comer Mi señor, no deberiais preocuparos, soy una mujer del norte y ya he corrido los suficientes. No creo que fuera nada, incluso pudo ser un cuervo albino, o mi imaginacion, la nieve cayendo de una rama.

No me paso nada y no me pasara nada. Si hubiera habido peligro, me hubiera dado la vuelta y hubiera venido corriendo. Vuelvo a la labor.

No me pasara nada, no debeis preocuparos, Los antiguos dioses no lo permitirian. me callo antes de seguir la proxima vez esperare para que me acompañais si os sentis mas seguro

¿Quereis mas agua?

 -          Si, ciertamente me sentiré más tranquilo si se que estáis a mi lado… al menos así estaré seguro de vuestra seguridad.- Responde rezongando malhumorado.

La verdad es que esperaba que solo hubiese sido la imaginación de Lyssa. Pensar en un huargo merodeando por entre los sagrados Arcianos le daba escalofríos. ¿Es que acaso aquellos tiempos se habían vuelto locos?

-          No os preocupéis por el agua.- Repone haciendo un gesto de negación.- Ya he terminado con el desayuno, ahora si me dispensáis iré a presentar mis respetos y mis plegarias ante los antiguos Dioses… luego… luego ya hablaremos sobre el tema de la boda…-

Levantándose de su cómodo asiento Balder se dirige hasta la capa de piel de huargo y poniéndosela por encima cierra el broche de oro con firmeza. Con resultas zancadas se dirige hasta las puertas del salón y las abre quedándose quieto unos instantes bajo el arco de piedra.

-          Yo…- Comienza titubeante.- Creo que no deberíais estar aquí apartada de los demás… salid a fuera y disfrutar de los juegos de mis sobrinos… se acerca el invierno y con él se acabara la alegría del verano…-

Y sin saber que mas decir cierra la puerta dirigiendo sus presurosos pasos en dirección a los establos.

Asi se hara mi señor replico mientras asiento a sus palabras siguiendo con el trabajo.

Entonces me preocupare luego de que no falte cuando vengais, espero que los arcianos os den las respuestas que esperais a las dudas que tengais. Esperare para hablar de la boda no os preocupeis.
Le observo de reojo mientras se poner la capa y se marcha, cuando se para y me habla de nuevo asiento dejandola a un lado
Si mi señor pero he trabajado toda la vida, no puedo cambiar en poco tiempo
Tardo un poco en bajar por que me pongo unos guantes viejos y una capa sobre la ropa para unirme al juego.

Estan jugando en el patio de armas, te saludan cuando pasas antes de seguir.

Mientras en el establo los mozos ocupados con los trabajos poniendo comida a los caballos, cepillandolos y alistando los arreos.
Se giran al oir las botas y algunos corren a esconderle lejos de tu vista solo por si acaso, lo que paso ayer ha llegado a oidos de todos

Mi señor ¿que quereis? el mismo niño que el dia antes que traga saliva al verte.

 Balder se planta delante del muchacho con los brazos en jarras y fulminándole con una gélida mirada.

-          Veo que eres lo suficiente valiente o estúpido como para no correr a esconderte junto a los demás.- gruñe con el ceño fruncido.

Los segundos se alargan, poco a poco su pétrea mirada se suaviza y para ocultarlo acaba lanzando un repentino exabrupto mientras le hace un aspaviento al chico.

-          ¡Anda mozo!- exclama haciéndose el furibundo.- ¡No me hagas perder más tiempo! Ve a ensillar mi caballo y tráemelo para que pueda marcharme, antes de que me haga demasiado viejo como para diferenciar una mula artrítica de un rocín de guerra…-

El muchacho se dirige presto a cumplir con su cometido. Momento en el cual Balder aprovecha para reír por lo bajo, fingiendo que se esta aclarando la garganta. Cuando al cabo de unos minutos el mozo vuelve acompañado por una solicita Methee, no puede dejar de sentir cierta simpatía por el chaval, era una lástima que tuviese que pagar los platos rotos… y así él pudiese mantener su reputación de atrabiliario intransigente.

-          Y más te vale que ninguno de los correajes este mal puesto mozalbete, por que como me deslome, te prometo que mi espíritu volverá a buscarte desde la tumba para cobrarse justa venganza…-

Los ojos de Balder se desorbitan, y aprieta los dientes con fuerza tal, que parece dispuesto a cumplir su amenaza en ese preciso instante.

Mi señor, sabeis que no haria tal cosa. Todo esta en orden, no quisiera verme perseguido por vuestro fantasma toda mi vida dice tragando saliva tras darte las riendas y con un gesto serio mientras tiembla como una hoja.

Valiente ha sido al quedarse, pero tambien algo estupido por que se nota que tiene un miedo atroz a lo que le pueda pasar. Todo esta perfecto, como lo harias tu si lo hicieras.

Sales fuera con Methee, para montar y escuchas las risas de nuevo de los juegos, montas de un salto. Miras el patio de armas, todo esta en su sitio, los hombres en las murallas haciendo su ronda, practicando, tus sobrinos y tu futura mujer jugando con la nieve. Un dia tranquilo desde luego. Cabalgas saliendo por las puertas y rodeas el bastion, el bosque esta a sus espaldas. Esta silencioso como siempre, tras un rato llegas hasta donde esta el arciano que te mira con ojos solemnes desde su tronco mientras sigue llorando sangre como ha llorado, como llorara.

 Descabalgando, deja a Methee al borde del aquel claro custodiado por blancos guardianes de rugosa corteza. Con el vaporoso calor corporal saliendo a bocanadas por su boca, se adentra con paso lento pero seguro entre aquellos arboles adorados desde tiempos inmemorables, por los primeros hombres y los ya desaparecidos niños del bosque.

Barruntando y gruñendo aparta con sus botas los montones de nieve que obstruyen su pesado avance, hasta que al fin se encuentra ante el árbol corazón. El más imponente, grande y sabio de aquel circulo de antiguos Dioses.

El rostro del milenario Arciano le devuelve la mirada son sus sangrantes ojos de roja sabia. Sin apartar la mirada, Balder desenfunda a Claro de Luna y asiéndola con las dos manos la clava en el suelo mientras se inca de rodillas, reverente, ante la presencia de los Dioses del Norte. Cerrando los ojos agacha la cabeza apoyando la frente sobre el pomo de la espada que sus manos sostienen con firmeza.

-          Llegada es la hora nobles Arcianos en la que necesito de vuestro consejo.- Comienza con voz respetuosa.- Pese a que mi boda esta cercana, no es por mí que elevo esta plegaria, si no por el bien de los míos y el de mi futura esposa…- Tragando saliva continua.- Es por ellos por los que temo, pues extraños acontecimientos que no alcanzo a comprender comienzan a sucederse a mi alrededor. Se acerca el invierno y yo solo soy un hombre. Os ruego sabios Arcianos, que por favor, me indiqueis que es lo que he de hacer para proteger a las personas que amo…-

En la nieve huellas de alguien de poco peso, Lyssa que fue antes tambien, como el hueco que hay unos pasos de donde estas tu, donde debio arrodillarse. A los pies del Arciano un pequeño cuenco con algo como ofrenda.
Esperas una respuesta, como si te fueran a hablar, mientras sigue mudo mientras la savia sigue callendo por su rostro impasible por la edad.
Un suave viento se alza moviendo los bordes de tu capa, levantando algo de polvo de la nieve que hay a tu alrededor hacia el arbol, un dibujo queda impreso sobre la savia, parece algo redondo puede que sera un cuenco o puede que...por un segundo te sientes impelido a tocar la rugosa corteza incluso parece que levantas la mano, pero se queda a medio  camino a unos milimetros, no deberias, no deberias, pero lo haces.
La punta de tus dedos toca la savia y donde el polvo se ha asentado. Hay calor, hay bondad, hay proteccion...fuego a tu alrededor, una sombra gelida que se mueve en el norte, batallas, guerras, muertes, aniquilacion, pero tambien esperanza y amor. La espada es fuerte pero sin un brazo firme y un corazon fuerte no es nada, solo otro arma.
Vuelve a soplar el viento y golpea tu rostro, sigues ahi  con la mano, la separas y esta manchada de savia, roja como la sangre, roja como la vida que escapa de una herida. El dolor de la herida desaparecer, ya no es ni una molestia como habia sido desde que te habias levantado. Vuelve a aullar un lobo, pero esta vez es un aullido distinto, no sabes como explicarlo solo que algo en ti te dice que debes hacer. Si el futuro es incierto, en tu mano esta el poder cambiarlo.

Es hora de volver, es hora de preparar todo. Si hay que luchar se luchara y si hay que morir, puedes estar seguro que hasta la ultima gota sera derramada.Miras al arciano, al arbol corazon y te parece que sonrie su rostro impasible a sabiendas que lo has descubierto por ti solo. El invierno se acerca, sera largo, puede que peligroso, puede que no haya futuro, pero hasta la mas insignificante de las criaturas puede cambiar el destino.

Te permites una sonrisa antes de marcharte.

 Sale de entre la blanca espesura presentando aun la gran sonrisa marcada en él su cara. Después de tantos días de intranquilidad, su corazón se encontraba en plena calma consigo mismo. La respuesta de sus Dioses le da esperanza en un futuro mejor, donde los suyos se encontrasen a salvo de todo peligro. Antes de que eso ocurriese tendría que luchar, pero eso ya no le asusta, llevaba toda su vida siendo la primera línea de defensa y ahora contaba con el apoyo de los mismísimos Arcianos. Cuando llegase el momento su espada no dudaría y si tenía que morir… Bueno, al menos seria por una buena causa.

Methee relincha a modo de saludo al verlo aparecer, y se acerca hacia él trotando alegremente. Con un gruñido corresponde a su montura, rascándole los belfos como a ella le gusta.

-          Sí, claro que si, tú sigues siendo mi chica favorita.-

Levantando la otra mano mira la sabia de Arciano que aun gotea pastosa entre sus dedos. Casi llevado por un impulso que no alcanza a comprender, extiende los dedos, y unge su frente y la de Methee.

-          Si tenemos que ir a la guerra, que este símbolo de los Dioses sea nuestra protección ante el enemigo.- Rezonga entre dientes mientras palmea con suavidad la testa de su montura.

Con un suspiro coge las riendas y encaramándose en la silla, se acomoda a la grupa de Methee. Un chasqueo de su lengua basta para que la yegua emprenda el camino de vuelta hacia el Bastión. Hacia el hogar.

El camino a casa es, mas sosegado, mas tranquilo como si algo que pesaba en los hombros, desapareciera ya de ellos y se lo llevara el viento en aquel lugar.
La savia del arbol se va secando y tira de la piel.
Bastion esta ahi al frente cuando cruzas la puerta una bola de nieve cruza el aire y se estampana contra tu cara mientras se escuchan risas.
Lo siento mi señor, no os vi llegar dice entre risas Lyssa con otra bola de nieve en las manos con su capa manchada tambien de nieve, con trozos en el pelo y las mejillas rojas por el frio

Tus sobrinos tambien tienen algunas bolas en las manos e intentan mantener la compostura mientras  la nieve cae por tu cara, la armadura hasta la pobre Methee que sacude el cuello en negacion.

 La mandíbula de Balder se tensa en un gruñido gutural. Con el ceño fruncido mira a todos los presentes. La tensión se palpa en el aire. Una tormenta está a punto de estallar.

Cogiéndose del soporte de la silla de montar, descabalga hundiendo sus botas pesadamente en el frio manto que cubre el suelo. Sorbiendo la nariz, se pasa la mano por la cara apartando los fríos restos de nieve y se agacha recogiendo un buen pedazo de nieve, que presiona con fuerza formando una esfera del tamaño de uno de sus puños.

Sopesa la bola de nieve en su mano y volviéndose a aclarar la garganta mira a Lyssa con fría serenidad.

-          Mi señora…- Comienza con voz afectada.-  Creedme cuando os digo, que esto me va a doler mas a mí que a vos…-

Con un rápido movimiento le lanza la bola de nieve, que impacta sobre ella dispersándose en una nube de blancos fragmentos. Con una desenfadada carcajada Balder se agacha recogiendo más nevados proyectiles del suelo. Y lanzando un grito de guerra se abalanza hasta el corazón de la refriega.

Le miro, no se atrevera, si solo ha sido una broma, ni le habia visto.
No... es lo unico que puedo decir antes de recibir el bolazo con los ojos cerrados.
Sacudo la cabeza con cara de asombro. Aprieto la bola de mi mano y la lanzo mientras corro a esconderme.
Creo que ha tenido sus respuestas, sigo haciendo bolas desde donde me he escondido os juro que no os habia visto, vuestro sobrino se hizo a un lado despues de que la lanzara digo inocentemente mientras siguen callendo bolas de nieves por todas partes
Estornudo un poco, creo que algo de nieve se me ha metido entre la ropa.
Me cae nieve hasta en la cabeza, me levanto un segundo por que se me esta colando por detras de la nuca y me caen por todas partes mientras se cae la que tengo en las manos
Frunzo el ceño y saco la lengua antes de reirme antes de tener un escalofrio y volver a estornudar.

 Balder lanza bolas de nieve a diestro y siniestro recibiendo casi tanto como da. Sus bolas de nieve son certeras, y no puede evitar reír a carcajada limpia cuando una de ellas impacta en la cara de un sorprendido Harrion, que para nada esperaba una reacción así de su irascible tío. En represalia, una momentánea alianza de Torrhen, Eddard y Alys le rodean y lanzan sendos proyectiles que estallan sobre su persona.

Pero eso no es suficiente para arrendarle.

Moviéndose como un oso furibundo, arrepliega sendos montones de nieve y los lanza a la vez contra sus atacantes, que no pueden hacer nada más que retirarse en dirección al establo. Mientras tanto, Harrion vuelve a la carga y atacándole a traición le impacta en la espalda con una de las gélidas esferas.

Por otro lado la débil alianza de sus sobrinos se rompe y comienzan a atacarse entre sí sin ningún tipo de piedad o cuartel quedando la pobre Lyssa en medio de la refriega. Viendo como su futura esposa le saca la lengua, Balder lanza una bola de represalia a Harrion y se abalanza sobre Lyssa con una alegre risa que el mismo creía que nunca más llegaría a escuchar después de tanto tiempo.

Cogiéndola por la cintura la eleva en el aire para volverla a bajar con suavidad hasta que quedan fundidos en un cálido abrazo.

Mirándola directamente a los ojos Balder le susurra.

-          Gracias mi señora, por devolverme una felicidad que creía perdida.-

E inclinando su rostro la besa con toda la ternura que un torpe hombre como él puede llegar a expresar.

Una batalla que...no me arrepiento de haber dejado mi labor y de haber salido a jugar, he visto algo de él que nunca hubiera imaginado Cuando me coje solo puedo reirme, no me esperaba esto, no me esperaba que...a quien quiero mentir deseaba esto y mucho mas.
Me sonrojo por las palabras y el beso
Mi señor, solo he echo lo que debia replico en un susurro besandole yo esta vez.

Le limpio un poco la nieve con mis manos mojadas. Deberiamos volver dentro, estoy helada y creo que tengo nieve en todo el cuerpo que se esta terminando de deshelar vuelvo a tener un escalofrio y castañeteo los dientes.
en cuanto me caliente volveremos a tirarnos bolas de nieve o lo que queraisacaricio su mejilla mirandole a los ojos, dioses es el hombre del que me he enamorado, al que espero hacerle feliz, al que he empezado a hacer feliz. Gracias arcianos por escuchar mis plegarias, gracias por darmelo, gracias por que me mire asi, gracias por el futuro que nos espera

Acaricio la extraña marca de su frente, roja como la sangre, esta pegajosa, tendre que preguntarselo mas adelante que ha sido Realmente siento lo de la bola de nieve, pero despues de esta batalla, creo que no lo siento tanto y lo volveria a repetir. Como... me callo y me muerdo el labio inferior ¿volverias a besarme otra vez o tendre que volver a hacerlo yo?