El viento mece su capa y su sombrero de ala ancha pero ni una palabra escapa de sus labios. En su cinto, en la parte delantera de este, pende una pistola que parece dispuesta a hablar y en un lateral de este el talahi que sujeta una ropera con mucho uso... no hay mucho que decir ni necesidad de ello.
El joven se levantó y sentó su mirada en las pupilas del hombre que tenía en frente. Con un golpe de hombro retiró la capa descubriendo la ropera colgando del cinto.
- Ya me has sido de ayuda - dijo dirigiendose a la mujer pero sin mirarla.
La mirada del muchacho se mantenía fija en el hombre que tenía delante. Pudiera decirse que con un ojo miraba al hombre y con el otro a la pistola que pendía de su cinturón.
- En estos tiempos que corren a cualquiera llaman hidalgo, cualquier valentón dice llamarse así en esta Toledo que tanto asco está dándome - dijo con una media sonrisa.
Lentamente sacó su espada de la vaina y descolgó el herreruero para enrollarlo en su brazo.
- Por alguna razón mi vida esta ligada a la de vuestra merced, caballero. Se que no aceptará venir conmigo a una condena segura con lo que me temo que tendré que hacerle venir por fuerza. Resolvamos esto como hombres - dijo mirando la pistola invitándole a deshacerse de ella.
- ¡En guardia! - inquirió el muchacho.
Apenas un movimiento caundo echas mano a tu ropera y el oscuro caballero desenfunda su pistola y dispara esparciendo el humo de la detonacion a vuestro alrededor. No sientes dolor, no ves sangre, pero irremediablemente giras tu cabeza y ves a la extraña mujer derrumbandose mientras intentaba huir cayendo muerta en el suelo.
Sin mas palabras el extraño tira su pistola aun humeante al suelo y alza su ropera para encararse a ti.
Todo esta listo.
Su acero choca con el tuyo y las dos armas se acarician deslizandose la una sobre la otra mientras os desplazais en la Destreza de la espada y tanteais a vuestro adversario; no parece un fusilanime iniciado en estas lides y su semblante cicatrizado lo demuestra.
Finalmente el es el que se decide primero desviando tu espada para realizar un medio tajo que no crees que intente mas que probar suerte en su serie encadenada de movimientos.
Tus heridas se resienten y dudas que puedas dar mucho cuartel a aquel que quiere llevarse tu vida al silencio de la muerte.
Necesito una tirada de 1d10 (sin modificadores porque ya tienes parada 2 y -2 por heridas) para la parada de aqueste tajo.
Tambien una tirada de 1d10 +1 para tus ataques de esta ronda.
Mucha suerte y mejor roleo!! la necesitaras XD
Un saludo!
La mirada estaba fija en su adversario, la toledana firme lejos de su cuerpo para mejorar la movilidad y su contrincante tiró la primera estocada. Siempre había hecho este tipo de cosas pero ahora era diferente. El hombre que tenía delante parecía ser hábil esgrimista y a el todavía le molestaban las heridas que recibió en aquel castillo.
El muchacho intentó recibir la primera estocada. Un paso a la izquierda, otro a la derecha preparando la finta.
- ¡Ahora no! - dijo mientras trataba de esquivar la hoja de Toledo que se dirigía a su costado. La herida se había abierto y el torso de Hernán no pudo moverse con la facilidad habitual. Él había reído primero.
Casi sin hacer caso al dolor Hernán preparó una nueva estocada. Hoy parecía un novato, todas aquellas lecciones que había aprendido con el Marqués parecía haberlas olvidado en tan sólo unos minutos. Hace poco tiempo el Marqués la había dicho que no tenía más que enseñarle, quizá eso no debió decirlo nunca. Siempre hay alguien que sabe más que tú; lamentablemente para Hernán parecía que se había dado cuenta de esto muy tarde.
La estocada del joven se fue lejos del cuerpo de su adversario y la ira estaba empezando a apoderarse de él.
- No vaciles Hernán, no te dejes morir, por honor. Este hombre ha tenido la poca hombría de matar a una mujer con el golpe de la pólvora, sin contemplaciones. Si ahora tu desfayeces, ¿quién limpiará la hidalguía de los hombres?
Tras el traspiés dio un par de pasos atrás alejandose de su adversario. Tocó con la punta de su espada la punta de la espada del otro hombre.
- Tuviste suerte esta vez valentón. Pero es menester comprobar quien rie el último, pues quien ria el último será quien pueda volver a reir - la mirada del muchacho estaba cargada de odio. Le odiaba por ser mejor que él, le odiaba por haberle tajado primero. Casi había olvidado la causa por la que estaba batiendose con el hombre pero aún así, lucharía hasta la muerte, como hidalgo de los que hablan en las tabernas, como espada de la nobleza que una vez fue, como digno alumno del Marqués de la Serena que fue.
Tirada: 1d10
Motivo: Parada
Resultado: 3
Tirada: 1d10(+1)
Motivo: Ataque
Resultado: 1(+1)=2
Pues bien, la suerte que pedías se la ha quedado toda aquí mi contrincante. Espero pueda darte el roleo que reclamas.
La estocada del diestro hizo que su punta atravesase tu ropa y se hincase en tu costado atravesandote el pulmon casi al instante y haciendote desfallecer retrocediendo en un traspie aunque, aun asi, pudiste mantenerte como tu orgullo te dictaba aunque... por cuanto tiempo?
Con la serenidad de quien da la puntilla al toro vencido el oscuro contrincante se movio levemente para evitar tu lejana estacada y paladeo tus palabras sin decir nada ni cambiar su rostro de piedra, solo actuo, moviendo su mano hacia el filo de tu ropera y desviandola con fuerza, tanto que apenas pudiste sujetarla en tu mano, para asestarte un medio reves en un nuevo giro de muñeca que iba dirigido a tu rostro.
Genial el roleo, enhorabuena... aunque sin tiradas acertadas poco puedes hacer porque no te puedo sumar tantos puntos como para convertirlas en exitos u_u"
Estado de salud modificado (-3 ya).
Necesito Tiradas de:
Esquiva (que no parada) = 1d10 -1 (+2 (esquiva) -3 (heridas)) para el reves.
Otra tirada de ataque como la anterior sea cual sea tu primer resultado.
Sigue asi a ver si la suerte te ayuda... animo!!
^^ Nos vemos!
El joven sintió cada milimetro de la espada de su adversario rasgar cada uno de los milimetros de su piel conforme los iba atravesando. La vida se le pasó por delante de los ojos en los pocos segundos que duró la punzada. La imagen de cuando era joven, cuando estaba aprendiendo a utilizar la que hoy dictaría si viviría para poder enseñar a otro o moriría sin que nadie supiera quien fue su maestro y cómo aprendió a tirar a fondo.
De nuevo el adversario del joven Hernán le estaba mandando otra carta, esta vez con un remite bien claro y con acuse de recibo. Era tarde para rearmar el arma y desviar la punta de su adversario asi que intentó mover la cabeza todo lo rápido que pudo para esquivar.
Sintió una punzada mas no sabía si era el arma de su adversario en su rostro o que al fin había conseguido lanzar la suya contra el hombre. Ahora Hernán luchaba por instinto, no había ninguna razón que guiara su ropera hacia ningún lugar pero confiaba en su suerte.
- El maestro me entrenó a luchar sin ojos, sólo con el corazón. No te rindas Hernán o nunca más sabrás que es aquello que don Rodrigo llamó libertad. Aquellas palabras: "Hernán, te doy la libertad, ya no tienes que servirme, eres un hombre libre".
Tirada: 1d10(-1)
Motivo: Esquiva
Resultado: 8(-1)=7
Tirada: 1d10
Motivo: Ataque
Resultado: 7
Bueno, esta vez no tuve tan mala suerte. Supongo que esta vez la tirada de ataque iba sin modificador, ¿no? 1D10 + Esgrima 3 - Heridas 3
Te apartas, te mueves torpemente, girndo el cuerpo y sintiendo como la punta de la ropera rasga tu cara en un recordatorio de intenciones que se queda en una sangria sin consecuencias; estas vivo y tienes que aprovecharlo...
... Con un rapido movimiento vuelves a armar tu brazo y repones la firmeza en tu toledana para ejecutar un ataque que parte de tu hombro y lanza la estocada hacia su pecho aliviandote al ver como tu punta impacta en su coleto y lo atraviesa con facilidad haciendole retroceder un par de pasos antes de desviar tu filo con su enguatada zurda.
Con el jadeo de quien ha sufrido una mojada no mortal el hombre oscuro se aleja un par de pasos mas y su diestra flaquea pero su mirada parece saber que no habra mas cuartel que el de la muerte en este duelo.
Con acopio de fuerzas, parece que tu punta atraveso su pecho a la altura de un pulmon, esgrime con frialdad nuevamente su arma realizando una finta sobre ti mientras se desplaza trasversalmente por tu izquierda. Debes echar el todo por el todo porque esta sera la decisoria y no puedes flaquear...
Ya sabes lo que tienes que tirar ^^
A parte del roleo jejje
Suerte!
Una media sonrisa se esbozó en la cara del Hernán. Poco a poco el joven iba cogiendo confianza.
Aprovechó el par de pasos que su oponente le dió de respiro para colocar bien el herreruelo sobre su zurda y prepararse para una nueva mojada. Miró su pecho y decidió cubrirselo, ya tenía demasiadas costuras de ese lado y no era menester exponerlo más tiempo.
Sin tiempo que perder el joven dio un largo paso abriendo las piernas y dejando expuesta la parte dorsal de su torso entrando la estocada desde abajo. La maniobra era arriesgada, un pequeño paso en falso y no sólo expondría su espalda demasiado sino que no podría herir a su adversario.
La maniobra duró poco. Hernán todavía era muy rápido, pese a las heridas. La ropera del joven muchacho iba dirigida al bajo vientre del adversario pero Hernán notó algo en la espalda.
El más mínimo detalle servía para que la sugestión de Hernán le hiciera creer que la habían mojado, pero esta vez era difícil confundir el ardor de la mojada y la humedad de la sangre caliente corriendo por su espalda con la simple sugestión de un joven duelista.
Tirada: 1d10(-1)
Motivo: Esquiva
Resultado: 4(-1)=3
Tirada: 1d10
Motivo: Ataque
Resultado: 9
Hernan supo moverse y actuar mientras su oponente se desplazaba ganandole los tiempos a este y realizando un ataque casi perfecto desde abajo que hizo hundirse casi hasta el arriaz su ropera en el pecho del oscuro hijodalgo pero, sin tiempo de saborear su triunfo, Hernan también comprobo como la ropera de este se habia desviado de su cabeza (que era el primer objetivo del ataque) para descender hasta su dorsal y hundirse entre coleto y ropajes haciendo que su victoria fuese efimera.
Ambos contendientes estaban muy cerca, jadeantes, ensangrentados, mirandose a los ojos con la muerte a sus espaldas. Ambos cayeron de rodillas al dejar caer sus roperas por la falta de fuerza en sus manos; ambos sintieron el calido nectar de la sangre recorriendo su sangre, manchando la arena bajo sus pies... nunca conocerian nada mas el uno del otro... nunca sabrian mas de esa intriga que le habia llevado a luchar nuevamente y por la que habia muerto la furcia...
Apenas un susurro reclamado en sus labios mientras sus cuerpos caian a plomo contra la arena humeda y luego, despues, la oscuridad de la incertidumbre...
Un bonito doble-ko
Apunto tus heridas y te cierro escena... al menos has muerto como un heroe en la lucha ;) ... o no?... sea como fuere te toca esperar a la siguiente escena (la semana que viene) para tu bonito Epilogo.
Un saludo!!
P.D.- Te dejo un posteo antes de cerrar por si quieres rolear tu estocada y la suya ;)
Así era la vida de un duelista, de un guardia, de este guardia que un día fue glorioso sirviente de un miembro de la realeza. ¡Qué injusta la vida! Una vida dedicada a repartir mojadas por la causa de un noble para morir por otra causa que nunca fue suya.
Hernán clavó la rodilla en el suelo clavando a su vez la ropera en el mismo y sujetandose de su empuñadura para evitar tocar el suelo antes que su adversario.
- ¡Pardiez villano! Tuviste suerte que tuve un mal día. Tuviste suerte de que los últimos días de mi vida hayan sido luchando por ella. Tuviste suerte esta vez y la tendrás para siempre, hijo del demonio.
Era su último estertor, su último aliento antes de que vinieran a por él los juicios de su nueva vida y le retiraran de suelo muerto por mojada. Así quiso siempre morir, quizá no tan joven, pero cuando dedicas tu vida a la espada esto se convierte en gajes del oficio.
Las fuerzas del otro hombre flaquearon y cayó tendido al suelo. Hernán todavía se sujetaba sobre la toledana.
- Te he vencido valentón - dijo mientras saboreaba el último hilo de su vida, el último hilo de su sangre rodeando la comisura de los labios - ya nunca más deshonrarás a los hombres matando mujeres con la pólvora.
Tras las palabras Hernán sintió una punzada en la espalda. Era la última campana, el último aviso antes del final.
- He muerto con honor, marqués, he muerto como a vos le hubiera gustado que lo hiciera.
Ya no pudo aguantar más. Sus manos ya no le sujetaban a la espada y cayó. Pompas fúnebres retumbaron en la cabeza del joven y valeroso muchacho, muerto como hombre.
Snif, snif. Jo, me había encariñado con el personaje.