...8 años atrás en la ciudad de Rabona...
Hanna llevaba desde los 7 años sirviendo a la Iglesia en nombre de Dios. Con la edad de 13 años fue convocada por la Organización. Su familia la había dado en adopción como pago a una gran suma que no podían costear. La joven forzada a dejar de nuevo su hogar se veia manipulada al antojo de los adultos. Su familia no parecía tenerle ningún aprecio, pues lo que estaba apunto de suceder no se le desearía ni al peor de los enemigos.
Desde que fue convocada pasarón variso meses hasta que un hombre de negro irrumpió en la pacifica vida de la Catedral. Las Claymore no eran bienvenidas en la ciudad sagrada, por eso aquel hombre vino en nombre de ellas. Con un semblante oscuro y tenebroso el hombre apareció dejando notar su presencia de inmediato.
¡Vamos, traedme a la niña!
Los monjes hicieron caso a las exigencias de aquel hombre, dejando aquella pobre chiquilla a su suerte. Pero entonces, el Sacerdote del templo debuto el proceso. No parecía estar deacuerdo con la decisión de la familia de la joven, y consideraba que ella ya era una sierva de dios. Nadie podia sacarla de los brazos de la luz...
A que estais esperando. La niña se viene conmigo, a menos que querais interponeros en mi camino...
Los monjes empezaron a ponerse nerviosos. Nadie quería salir herido en aquel encuentro. Finalmente agarraron ellos mismos a la niña traicionando la voluntad del Sacerdote. No querían tener problemas con la oscura Organización por culpa de una mocosa. Hanna tampoco estaba deacuerdo con abandonar lo que para ella suponía la verdad, el camino de dios. Pero acepto irse con aquel hombre extraño, no quería causar problemas a más gente...
Salierón de la catedral y se dirigieron a las tierras del este. Ahí había una Claymore que la escoltaría hasta la Organización. El hombre desaparecio pero no sin antes hablarle a la Bruja de ojos plateados...
Ten cuidado con esta niña. Forma parte de el pago por un encargo, así que será mejor que llegue viva y a ser posible de una pieza ¿Me has entendido?
La Claymore se quedo mirando a la niña con una sonrisa terrible. Parecía mucho más despiadad que la de aquel hombre misterioso.
Tranquilo... dijo ella. No va a pasar nada, jeje
El hombre de negro finalmente se alejo y dejo solas a las dos mujeres, si es que a una de ellas se la podía llamar así.
La Claymore no parecía muy fuerte, era delgada y no demasiado alta. Pero la espada que portaba era descomunal, signo de que las apariencias engañaban. Empezo a andar con paso decidido siguiendo el rio. No espero respuesta alguna de la niña, sabía que esta estaba obligada a seguirla.
No pienso esperarte. Tenemos mucho camino por delante, y solo pararemos lo estrictamente necesario para que no mueras por el camino.
Su tono de voz era serio, no se andaba con tonterías...
La niña dudó un momento pero, aun con lágrimas en los ojos fué hacia su nueva protectora. Juntó las manos y apretó los ojos mientras iba susurrando una plegaria tras el extraño ser.
Hey, posteo, ya tengo internet en casa, lo que no tengo es casa... Me hago la ficha en breve, para mañana o pasado la tengo.
Tomate el tiempo que necesites. Prefiero poca frecuencia pero posts mucho más elaborados. Ese primer posts lo pasaré por alto, pero espero que los siguientes estén más trabajados.
La joven guerrera la agarro del brazo y empezó a tirar de ella con rudeza. Al principio el paso de la chica era rápido pero al ver que la niña no podía seguirle el ritmo, bajo la velocidad.
No eres más que una niña malcriada... resoplaba !Vamos me estas haciendo retrasar la marcha!
La pequeña le seguía los pasos como podía. Tropezandose de vez en cuando, lo que hizo que la Claymore finalmente la soltara. No pienso llevarte más de la manita, ¿Entendido?
Pasaron horas hasta que volvió a dirigirle la palabra. Cruzaron prados y llanuras, hasta que finalmente se adentraron en el bosque. El camino era oscuro y sinuoso. El bosque se encontraba en la ladera de la montaña, y para atravesarlo era necesario tomar ese camino. Cada vez se hacía más cuesta arriba y la pequeña empezó a presentar signos de cansancio...
Será mejor que comas algo... dijo al pararse... los humanos no soys más que un estorbo. Necesitais comer a todas horas.
Ves como comienza a buscar en una bolsa que lleva cruzada al hombro.
Toma, espero que esto sea suficiente.. ves como saca un pedazo de pan y otro de queso.Seguidamente te los ofrece...
No sin cierta resignación y tras resistirse unos segundos Hanna acepta, estaba hambrienta tras la larga marcha. Cierto es que estaba acostumbrada al ayuno y a los pesares, pero aquello era demasiado. ¿Que iba a ser de su vida ahora?
Se encontraban en un páramo tenebroso, hacía frío y estaba cansada, pero lo peor de todo era la presencia de aquel ser, aquel ser con aspecto humano.
-¿D... Donde vamos? ¿ Que vas a hacer conmigo?
Por su mente pasaban la imagen de actos sacrílegos, obscenidades, mayormente basados en la mentalidad de una persona inmadura pero tenebrosos para esa persona, imágenes manchadas de sombras.
-¿Y qué eres tú? ¿¡Que se supone que eres tú!?- grita, sin terminar la comida y con lágrimas en los ojos cae al suelo y empieza a recitar más oraciones. Como si de un acto reflejo de su cerebro se tratara.
Estoy un poco cansado pero espero que este post compense tu esfuerzo como máster, tenía que postear ya. La próxima vez haré uno mejor.
Ves como la joven guerra saca algo de queso para ella también. No es gran cosa lo que se lleva a la boca. Pero parece que sacia su apetito con un par de bocados. No te da explicaciones hasta que no te calma un poco...
No soy nadie. Solo soy una herramienta. Un arma para estirpar la corrupción de este mundo. Nada más que una pieza que se puede reemplazar por otra. Una más...
Guarda el pequeño fardo y se pone en pie.
Sabes... en el fondo no eres tan diferente a nosotras. El camino es largo, no hay tiempo que perder. El resto cometelo mientras andamos.
La explicación suena demasiado ambigua ante los oidos de la pequeña, pero la joven no parece dispuesta a dar ninguna aclaración por el momento.
Emprendeis el camino de nuevo para adentraros todavía más enla montaña...
Resignación, siempre hay que resignarse. Tal vez sean estos los caminos del señor, hay si la madre Clarisa estuviera aquí. Ella tenía respuesta para todo...-Piensa la pequeña Hanna.
Avanza tras la claymore, mas que comiendo introduciéndose la comida casi a la fuerza, pues un nudo en el estómago le impide tener hambre aunque sabe que ha de comer para no desafallecer.
Cuando termina de tragarse la comida avanza el paso para ponerse a la altura de la claymore.
-¿Para que quieres que vaya contigo? ¿Que vas a hacerme?¿Porqué los del monasterio me han pedido que te acompañe?
En cuanto acaba de hablar se planta frente a su interlocutora.
-Venga, dímelo. ¡No avanzaré ni un paso más!
La joven se para. Hanna con tan solo 13 años es casi tan alta como ella. Pero las apariencias engañan. La joven agarra a la chiquilla de la túnica y la levanta, dejandola en suspensión, a un par de palmos del suelo.
Hanna hace lo que puede para zafarse y poder tomar aire...
Te vas a venir conmigo. Por las buenas o por las malas, ¿Entendido?
Poco a poco la baja al suelo, hasta que los pies de la niña pueden tocar tierra porfin. Durante unos segundos intenta recuperar el aliento perdido.
Eres como nosotras. Tus padres te han vendido a la Organización. Aunque con lo esmirriada que estas... más vale que te hubieses quedado con esas monjitas.
La joven parece que no se anda con tonterías. Es dura e inflexible...
¡Y ahora vamos! Dice tras emprender la marcha de nuevo...
Hanna se muerde los labios y avanza con resignación al lado de la claymore. Poco a poco le va dejando paso y se va quedando atrás. Cuando la claymore le rechista vuelve a su altura y otra vez se queda atrás.
En una de esta, antes de que vuelvan a reprenderle salta al bosque y echa a correr. Algo le dice que es inútil pero tiene que intentarlo, por una vez en su vida iba a intentar ser rebelde.