Partida Rol por web

Esas dagas no te servirán de nada contra un yoma, pero si te sientes más segura llevando dos...

El hombre te ofrece otra de sus dagas. No parece molestarle lo más mínimo desprenderse de ellas.

Pues no sabemos más información acerca de los yomas en ese sentido. Pero si sabemos que pueden introducirse en cualquien cuerpo humano. Sea el de un niño o el de un anciano, mujer u hombre...

Sabemos que se alimentan de las entrañas de la gente, pero no como consiguen introducirse en el cuerpo de estas personas. Solo sabemos que el yoma adquiere el cuerpo del humano, sus recuerdos y su manera de actuar. Por lo que una vez dentro es imposible salvar a esa persona... Si lo matas muere el yoma y la persona a la vez. Nunca vuelve a recuperarse a la víctima poseída. Al menos no se ha dado ningún caso aún...

El hombre espera unos segundos, reflexionando por si puede darte más información.

Y eso es todo...

Se tumba en la cama. No parece tener más ganas de charlar, por ahora... 

¿Alguna razón para que te unieras a la Organización?

Decia con curiosidad Joanne, mientras se cogía la otra Daga...

Se que toda la gente de la Organización me imagino que está ahí por culpa de los Yomas, ya sea por una causa que otra...

¿No hay alguna manera particular de averiguar si alguien es Yoma o No?...-decia con curiosidad Joanne -

Tumbado en la cama, algo astiado por no poder moverse de ese antro responde a la pequeña sabelotodo...

No hay manera de distinguirlos. Solo vosotras podéis... aunque tu, sin entrenamiento alguno... dudo que puedas verles. 

El hombre se calla. Responde solo ante algunas preguntas. Parece que estas empezando a ser algo impertinente. Algo te dice que ya es hora de hacer preguntas...

¿Cómo alguien como yo puede saber que alguien es un Yoma?.¿lo veo, lo noto?,¿cómo lo hago?

Quiero que me enseñe.

Ya lo descubrirás en su momento... no tengas tanta prisa... 

Parece algo irritado por su tono de voz. No parece estar acostumbrado a tratar con chiquillos, a los cuales les puede su curiosidad.

Y ahora déjame descansar un poco. Ellas te están esperando. Seguro que contestarán a todas tus preguntas, jeje...

Joanne sale de la habitación del extraño hombre, tocando en la puerta que le comento, esperando respuesta.

Joanne esta delante de la puerta de donde se supone estaban la chicas, aun no entendía muy bien el porque tanto empeño ese hombre de que fuera a verlas a ellas.

La puerta que queda tras de ti se cierra. Aún así sigues esperando a que alguien abra la puerta de en frente. Llamas y esperas... repites la operación varias veces pero nadie contesta.

De pronto oyes como alguien sube por las escaleras que se encuentran a tu izquierda (que dan al piso inferior de la posada). Te llevas la mano al cinto, entonces ves que se trata del viejo Banshir.

Que pasa contigo pequeña. No te encontraba por ningún lado... ven a echarme una mano. Por que no creeras que voy a dejar que gorronees sin pagarme una moneda, ¿verdad?

El viejo te agarra de la muñeca y empieza a tirar de ti por donde ha venido...

¿En qué quiere que le ayude?, no hace falta que me agarre asi la muñeca, hablando se entiende la gente.

Además, ya le barrí y limpie toda la parte del piso de abajo -aun rebajándome alguien de mi orden de esa manera -, yo tambien lo buscaba para preguntarle si le limpio la parte del piso superior.

Decía zafándose la mano del anciano Banshir.

Puede decir las cosas solo por palabra, no hace falta que me agarre asi la mano.

De pronto oyes como se abre la puerta de abajo. El golpe es tremendo. El aire empieza a subir escaleras arriba junto a la arena del desierto. De forma involuntaria cierras los ojos y la boca, y cubres tu rostro con los brazos. Durante unos segundos no te atreves a moverte por miedo a tropezarte y caer escaleras abajo. En ese mismo instante la puerta vuelve a cerrarse.

Un sonido peculiar llega a tus oidos. Pisadas sobre la arena. Un sonido peculiar que te había acompañado durante días antes de llegar a este asentamiento. Poco a poco abres los ojos. Ves que todo se ha llenado nuevamente de arena. Una fina capa cubre las escaleras. Todo el trabajo que hiciste no parece haber servido para nada. Entonces, oyes una voz en el piso inferior. Parece la de una mujer...

¿Quien regenta este tugurio? 

Ves como Banshir va escaleras abajo con bastante prisa. No se demora demasiado en acudir a la arrogante llamada de la dama. Una vez abajo, el viejo, con voz temblorosa responde...

Yo soy el dueño de la posada mi señora. Siento que tenga que verla en estas condiciones, pero la tormenta de...

¡Deja de parlotear y dime donde están las demás! dice la mujer interrumpiendo la palabrería del viejo.

Joanne duda en si quedarse escuchando a media escalera o moverse de ahí...

Joanne coge la escoba que dejo en el piso de arriba y baja abajo.

Tranquilo señor Banshir, dejare de nuevo todo limpio -de paso que le decia se fijaba en la recien llegada -

Joanne no sabía en quien confiar o en quien no, asi que mejor que supiera mas de las demas personas que regentaban la posada.

Joanne baja al piso inferior a toda prisa, escoba en mano. Se pone a barrer para disimular mientras mira de reojo a la nueva huésped. No puede distinguirse si es una mujer o no. Ataviada con una capa y encapuchada, poco puede distinguirse. Pero estas segura que por la voz que oíste es una mujer.

El viejo, con voz temblorosa, señala escaleras arriba. 

La primera puerta a la derecha... me dijeron que la esperarían allí. 

El hombre baja la cabeza y cogiendo un trapo que hay debajo del mostrador empieza a limpiar el sobre que esta lleno de polvo. Se le ve aterrado por la presencia de esa mujer.

La misteriosa dama estampa la mano con fuerza sobre la mesa. 

¡Que a nadie se le ocurra molestarnos!... ¿Entendido?

Al levantar la mano de la mesa ves como se aleja escaleras arriba. En su lugar, sobre el mostrador hay un par de *varillas de oro. Con esa suma se puede pagar un par de semanas de alojamiento en cualquier posada de la capital. Esa cantidad te parece excesiva y te hace sospechar aún más...

Oyes como sube las escaleras y finalmente una puerta cerrarse. 

Joanne sigilosamente sube por las escaleras, pero antes pregunta a Banshir por la extraña mujer.

Señor Banshir..¿quién es esa mujer? -esperando la respuesta del anciano pacientemente, prepara luego sus pasos para investigar a la extraña mujer, si realmente todas fueran Claymores, significa que se esta preparando una gran masacre de Yomas, de normal según tenia entendido por las historias, iban una o dos Claymore para acabar los Yomas, de momento, según el extraño hombre de las dagas ya habían varias mujeres en la habitación de enfrente, más la que acababa de llegar ahora.

Le parecía a Joanne muy sospechoso todo.

El viejo Banshir aún temblaba del miedo que le producía aquella mujer. Tardo unos segundos en salir de su estupor para poder atender a la pregunta de la pequeña.

Niña, es mejor que te marches del pueblo antes de que todo empiece. 

El hombre rápidamente se retiró de la sala de recepción tras una cortina que daba a un pequeño almacén. Detrás de la tela se escuchaban muchos ruidos. La cantidad de trastos y cachivaches tenía que ser monumental. Tras mucho rebuscar salió ataviado con un fardo lleno de artilugios de todo tipo.

Vamonos de aquí. Por la posada no te preocupes. Mi vida vale más que estas cuatro paredes.  

El viejo finalmente se acerca a la puerta de salida y la abre muy despacio. La tormenta de arena sigue azotando la ciudad, pero parece que empieza a debilitarse su fuerza. El viejo Banshir aventura a salir  al exterior...

Anciano, eso es peligroso..

¿qué son las mujeres que hay en el piso de arriba?

¿quién es el hombre que hay alli?

Me gustaria saberlo, no quiero huir, quiero avanzar, tengo que hacerlo.

Decia Joanne segura de si misma al anciano.

 El viejo Banshir salió rápidamente del lugar al ver que la pequeña no pensaba seguirle. No tenía tiempo para dar respuestas a tal cantidad de preguntas...

La puerta se cerró de un golpe de aire, dejando a Joanne sola. El viejo se había arriesgado a salir al exterior poniendo su vida en peligro. ¿Tanto temor le causaba permanecer ahí? Más incluso que salir con esa peligrosa tormenta de arena...

Mientras Joanne intentaba aclarar su mente oyó un ruido que provenía del piso superior. Algo estaba sucediendo ahí arriba.

Joanne como acto reflejo coje las dos dagas, subiendo a toda prisa al piso de arriba, queria ver que demonios estaba pasando, había escuchado de historias de Yoma, pero nunca había visto ninguno...¿ tan peligrosos eran?

Joanne sube al piso de arriba, sabe que poco podrá hacer, como mínimo intentara ayudar a quien lo necesitara, o como mínimo distraería a lo que fuera el tiempo necesario para que las verdaderas Guerreras hicieran su trabajo.

Mejor que vaya arriba a ver que se sucede, soy curiosa, como mínimo, podré servir de distracción a la critatura si hay arriba.... - se decía a si misma Joanne, mientras subía al 2º Piso -

Haré lo que pueda, aun no serviré de mucho...