Tras recibir los impactos y ver cómo Sergei se lanza contra la puerta, Galatea le imita y se lanza junto a él.
Tirada: Resistencia
Resultados: 8,7
Resultado final: 2
Tirada: Fue + Atletismo
Resultados: 2,3
Resultado final: 0
Vamos a morir.
Sergei se tira contra la puerta una vez más mientras las balas atraviesan el frágil cuerpo de Galatea que se agita con cada uno de los disparos. No hay sangre pese a los numerosos disparos y tan solo quedan pequeños agujeros negros en su piel. Sergei grita con fuerza y sus músculos se hinchan súbitamente golpeando la puerta con rabia. La puerta parece aguantar su peso pese a todo. Sin embargo al apartarse de ella para volver a cubrirse, toda la estructura cae hacia el exterior. Al golpear contra el suelo se levanta nuevamente una pequeña masa de polvo que se disipa por los disparos que la atraviesan. El sonido de éstos retumba en el callejón que ahora se abre frente a vosotros. Está iluminado por algunas farolas y es bastante más estrecho que la calle por la cual ibais con el coche.
- ¡Han encontrado salida! Repito. ¡Han encontrado salida! ¡Rojo, cubre el exterior, joder!
Galatea tiene 4 heridas, ve haciéndotelas en tu ficha. Y acuérdate de los penalizadores que tienes ahora en tiradas.
Todavía resoplando Sergei sale al callejón. Si logran llegar a algún sitio con gente puede que les dejen en paz. Intenta ubicarse y pensar en algún sitio en el que pueda haber gente a esas horas de la noche. Mientras comienza a andar hacia la salida del callejón.
Galatea siguió a Sergei malherida, no podía creer que estuviese pasando esto... al salir hacia el callejón, buscó cómo seguir huyendo de alli.
Puedo tirar algo para ir curandome mientras sigo a Sergei??
La calle es bastante estrecha y está bastante mal iluminada. En ambos lados hay varias puertas que parecen dar a otros almacenes, cubos de basura, y en uno de los lados una verja cerrada con una cadena que guarda en su interior varias cajas de madera y metal cubiertas por un grueso toldo. Parece un callejón sin salida salvo por un codo que hay al final y que gira hacia la derecha y que comunica con otra vía más importante a tenor de la luz que por allí ilumina.
Sobre la verja brilla la luz de una farola que ilumina casi sobre vuestras cabezas al encontrarse tan próxima. La puerta se ha caído del marco tras haber arrancado las bisagras de metal. La parte central de ésta está completamente deformada por los golpes, y el hombro de Sergei está rasgado y arañado aunque no parece herido.
Las voces de los militares aún suenan tras vosotros y varios disparos impactan contra el muro y el marco de metal. Desde el exterior se oye la alarma lejana de la tienda que habéis destrozado.
No necesitas nada por ahora. Te curas lo que te permita tu generación por turno.
Sergei miro el callejón en busca de una salida rápida. Aquello no le iba a hacer ni puta gracia a Galatea pero... ¿las alcantarillas?
Buscó en el suelo una tapa de alcantarilla lo suficientemente grande como para entrar por ella. Tenían que darse prisa.
Yo también tenía un par de heridas. Me las curo y me resto los puntos de sangre.
Al ver a Sergei mirar hacia el suelo, sintió desfallecer, aquello era lo que le faltaba..., pero aún así, supo que debía hacerlo.. así que le ayudó a buscar
Galatea observa a Sergei, el cual decide tomar la decisión de internarse en las alcantarillas. Tras quitar la tapa comienza a descender por los oscuros túneles seguido de la mujer. Aún se escuchan las voces de los hombres a vuestras espaldas. Gritan y ordenan cosas entre ellos. Saltando desde la escalera de metal, ambos camináis apartandoos de la escalera. De pronto un pequeño objeto cae desde la abertura superior, y el túnel comienza a llenarse de humo. Vuestros ojos se secan ligeramente, pero al estar ya muertos eso no ocurre en exceso. Gracias a eso veis los punteros láser de cada arma al entrar en el lugar. Asaltados, comenzáis a correr por los túneles.
La persecución se alarga durante varios minutos, corriendo por los distintos pasillos y túneles bajo las calles. En ocasiones se escuchan coches y vehículos mayores pasar por la calle sobre vuestras cabezas. Algunos disparos alcanzan puntos cercanos a vosotros, e incluso atraviesan vuestras ropas. Una bala se incrusta en el muslo de Galatea, la cual gruñe ante el dolor, pero no por ello se para y continúa a la carrera. Finalmente parece que les habéis podido dar esquinazo al internaros en los lugares más oscuros. Se dejaron de escuchar las voces de los hombres y las balas cesaron de zumbar cerca vuestra.
Al subir por la alcantarilla más cercana comprobáis que estáis en Mitte, en algún lugar cercano al local de Sergei. Vuestras ropas están destrozadas y sucias, y la noche comienza a agotarse. Vuestros cuerpos están agotados y los labios resecos.
-Vamos- dice Sergei ayudando a Galatea a salir de la alcantarilla. Una vez fuera se sacude el traje, como si eso fuera a hacer que estuviera menos asqueroso.- Chica, estás fatal- dice con una sonrisa. Mira alrededor tomandose un segundo para ubicarse- Vamos a Die Zentrale, no está lejos, podemos quedarnos allí durante el día, es un lugar seguro. Con suerte todavía quedará alguien y podremos dar un bocado.
El tiempo parece pasar de manera distinta tras la persecución, como si todo se hubiese acelerado. Vuestras nuevas "vidas" nunca habían sufrido un traspiés como éste, sintiéndoos presas, y no cazadores. Al llegar al local, los guardas dejan pasar a su jefe sin preguntar el motivo de su demacrado aspecto, así como el de su acompañante. La imagen de Galatea es terrible, contrastando más aún con lo elegante y limpia que va siempre.
Todo parece estar en el mismo estado que hacía unas horas. Bajo tierra, la estancia de Sergei permanece impasible, con los periódicos aún en el suelo. Marcus no parece encontrarse en el lugar, y seguramente por las horas que son (más de las 5), ya se encontrará descansando en su hogar.
Sergei, necesito descansar.... y darme un baño... - se mira a si misma de arriba a abajo, y no puede evitar echar un vistazo a su alrededor, observando dónde vive el brujah, comienza a sacudir su ropa y a recogerse el pelo, más que el hambre y el agotamiento, se nota que su disgusto proviene de sentirse sucia, olorosa y despeinada, además del desastre que han hecho con su ropa.
La noche llegaba a su fin, y vuestros cuerpos poco a poco se van volviendo más lentos y pesados. Intentáis mantener los ojos abiertos, pero aun así os cuesta. Los brazos parecen pesadas ramas, y vuestras piernas enormes columnas que mover. El sonido se amortigua, y un extraño olor a ceniza llega hasta vosotros...
Antes de rendirse al sopor Sergei coje el teléfono y marca la extensión del jefe de seguridad. Casi sin esperar a que responda le dice:
-Quiero que hoy mantengais la seguridad durante todo día, que no pase nada raro. Vigilad todo el edificio.
Sin fuerzas para decir nada más, deja caer el auricular sobre el teléfono.
-Duerme en la cama- le dice a Galatea con su pastosa boca.
Tras asegurarse de que la enorme puerta está cerrada se deja caer en el suelo y cede al sopor que le está llamando desde hace un buen rato.
El sopor es inevitable, y en muy pocas ocasiones os ha pillado tan de golpe. Parece que incluso está ocurriendo antes de lo habitual. Galatea ocupa la cama torpemente y se arrastra como un animal herido hasta que finalmente deja de moverse. Sergei deja caer el teléfono que golpea contra el suelo. Se arrastra contra la puerta y se apoya en ella para poder cerrarla. Su pesado cuerpo cae contra ésta hasta dar al suelo. Mira la cama y a Galatea, y su visión se vuelve más borrosa hasta que finalmente se apaga. Aún con los ojos cerrados, el olor a ceniza es evidente. Parece extrañamente dulce...
De pronto unos golpes suenan en la puerta. Galatea se incorpora rápidamente, y acto seguido lo hace Sergei. Parece como si llamasen al otro lado. La mujer muestra varios arañazos en el rostro, marcas que no tenía la noche anterior antes de dormir, pero sí todas las noches al despertar. Sergei tiene algo más de barba y está más despeinado de lo habitual.
- ¿Señor? -suena al otro lado de la puerta.
Sergei se levanta del suelo y en un acto reflejo se pasa la mano por el pelo, que sabe está siempre despeinado. Mira a Galatea, que ya está despierta, y después a la puerta. Marcus, puntual como siempre.
-Es de confiaza- le dice a Galatea, y abre la puerta despacio.
-La señorita necesita ropa limpia, seguro que tenemos algo por ahí, consíguele lo que necesite.- se gira un segundo a Galatea- Yo me asearé mientras Marcus busca algo para tí, será solo un minuto.
Saca una muda limpia de su armario mientras observa a Marcus por si este tiene algo que decirle, siempre suele tener algo que decir...
Marcus te observa con un maletín en la mano. Sostiene los periódicos del día con la otra. Tiene aspecto de tener sueño, con los ojos ligeramente hinchados y sin afeitar. Hacía mucho que no le veías así. Parpadea varias veces y pasa su lengua por los labios antes de hablar.
- Señor, el día ha sido complicado... El edificio de en frente ardió y han encontrado un cuerpo calcinado. La policía ha acordonado la zona, y aunque no afecta al local, sí dificulta el paso. Han venido a preguntar pero les he dado las respuestas necesarias.
Tose dos veces llevando la mano de los periódicos a la boca.
- Buscaré algo para su acompañante, señor.
-En cuanto esté listo estaré contigo y podrás darme más detalles.- dice cogiendo los periódicos y colocándolos sobre su mesa.
-Si me disculpais.- se dirige al baño con el traje limpio en una mano y una camisa y muda limpia en la otra.
En el baño me ducho y me afeito y me pongo la ropa limpia. Intento tardar poco para no hacer esperar a mi invitada, aunque no estoy muy seguro de cuanto tardará Marcus en encontrar algo que satisfaga sus exquisitos gustos.
Hasta que vuelva Marcus, Galatea se sienta en la cama, apoyando la espalda contra la pared (o cabecero si lo hay) y agarrándose las piernas, y se queda pensativa con la mirada perdida en el vacío.