Ha llegado la noche nuevamente y tu cuerpo comienza a moverse. Abres los ojos despacio y sientes la tierra caer en ellos. Tus labios están manchados con tierras y pequeñas raíces. Siempre el mismo aspecto y misma sensación, la capacidad de fusionarse con la tierra te deja todas las noches un tanto desorientado. Te mueves lentamente y con cierta facilidad pues tu cuerpo asoma prácticamente en su totalidad de la superficie terrosa. Inclinándote la tierra cae por tu piel, y al ponerte en pie y sacudirte dos veces tan solo algunas manchas de polvo quedan en tu piel. Das dos pasos buscando un poco de luz, no sabes ni dónde te encuentras.
El bosque a tu alrededor es muy denso, y apenas un estrecho camino empedrado cruza cercano. Cada 40 metros hay una farola en uno de los lados del camino que iluminan de manera bastante escasa los distintos lugares. Dispersas y separadas, papeleras de metal. Pequeños puntos amarillos y blancos te observan desde las sombras del bosque. Muchos animales, pues un bosque como ese y tan mal iluminado proporciona seguridad suficiente para los nidos y madrigueras.
Tras avanzar un poco y colocarte bajo una farola de luz amarillenta miras hacia abajo observando tus ropas. Vistes un abrigo grueso bastante gastado y roto en varias partes. Botas militares y un pantalón bastante destrozado. Sin camisa, de tu cuello cuelgan varios colgantes con abalorios de metal y madera. Uno representa la famosa hoz y martillo. Unos trapos de color rojizo rodean tus manos por las palmas y dorsos.
Tus ojos, acostumbrados a la oscuridad pronto se vuelven rojizos para verlo todo más claro. Bajo unos arbustos mal cuidados hay una bolsa de tela, muy similar a un saco viejo. Al tomarlo observas que tiene una palabra escrita en un lateral. "León". Al abrir el primer saco cae de él un mapa de Moscú manchado de sangre y rasgado en uno de sus laterales. Otro papel gastado y sucio cae pegado al mapa, aunque en éste no se lee nada. También hay una cajita pequeña de color azul. En su tapa está dibujada la silueta de un dragón de color rojo.
Al abrir la cajita ves un anillo de metal macizo. Es muy grueso, y el único adorno que tiene es una extraña cruz del mismo color que el metal. Bajo el símbolo hay un nombre grabado y una fecha. "Ludger 11-8-1739".
No recuerdo nada.
Es extraño.
Siento un vacío en mi mente, en mi alma.
Paz, paz interior. ¿Me he sentido alguna vez así?.
Desasosiego, me sobreviene después de la paz. Intranquilidad. Miro a mi alrededor, reconozco el bosque, incluso reconozco el tipo de arboles. Pero no se qué hago aquí. Es más, ¿donde es aquí?. Observo el zurrón que está en mis manos. “León”, leo en él.
“Ese debo ser yo”, mi voz no me resulta familiar. Soy consciente de ser un vampiro, pero no me reconozco a mí mismo.
“¿Qué habrá sucedido?”, pienso para mí.
Intento calmarme. ¿Qué hacer?. Sea como sea debo averiguarlo. Y empezaré por averiguar dónde estoy. Me acerco a las farolas y sigo el camino esperando que me lleve fuera de este lugar. Aunque me fijo bien para poder regresar en caso de necesidad. Si elegí este lugar para descansar es porque debe ser seguro.
Consigo salir del parque, al final de la calle se acerca una pareja joven. Voy hacia ellos. Ella se asusta.
-“Tío, no queremos problemas”, dice él.
-“Pero…”
Se marchan corriendo. Miro mi reflejo en un gran cristal en la planta baja de un edificio, de lo que parecen unas oficinas. ¿Ese soy yo? Mi aspecto es feroz, ¿qué le pasa a mis ojos? Me fijo en que parecen unos ojos de felino. Instintivamente, empiezo a moverme por las sombras. Llego a una calle más transitada y los transeúntes parecen no fijarse en mí. Viendo los carteles de las calles determino que estoy en Alemania, pero no es hasta encontrar un periódico tirado en la acera que descubro que estoy en Berlín.
Me asalta un nuevo pensamiento. “¿Me estarán buscando?”. Esta es una ciudad suficientemente grande para que exista toda una banda de vampiros detrás de mí.
Desconozco que secta domina esta ciudad. Por Caín!!!, ni siquiera sé si milito en una de las sectas.
Decido ir hacia el centro de la ciudad, cerca del rebaño siempre hay vastagos. Busco un buen refugio y prefiero no cazar esta noche.
El bosque estaba oscuro y durante toda la caminata se escuchaba el sonido de pequeños animales y alimañas que te observaban curiosos. Entre los ruidos, algunos otros de mayor intensidad revelaban la presencia de algo grande, aunque en ningún momento se dejó ver.
Pronto abandonaste el refugio de los árboles y como un espíritu pululas por las calles de la ciudad. Es grande y majestuosa, con edificios modernos mezclados entre otros más dañados y viejos, casi como si los hubiesen sacado de una película de guerra. Se ven numerosas pintadas en las paredes de piedra y símbolos políticos de distintas índoles. Las farolas de luz anaranjada iluminan la ciudad con moderación, dejando varios puntos oscuros.
Apenas hay nadie en la calle pues parece ser tarde por la oscuridad reinante. Sin embargo, el silencio y la quietud quedan interrumpidos por un sonido fuerte. Algo grande acaba de volcar, y una alarma comienza a sonar de manera rítmica y estridente, molesta.
Tu cuerpo se mueve por inercia, pero sientes tu piel seca, tus labios resquebrajados, y tus ojos áun con polvo en ellos.
Percibo el ansia en mi interior. Intento concentrarme en el aquí y ahora, pero el estruendo rompe mi concentración.
Al oir el estrepito mi cuerpo se mueve por instinto hacia las sombras fundiendome en ellas. Busco un lugar para acechar lo que ocurre sin ser visto.
Un pensamiento cruza mi cabeza. Debo cazar esta noche.
Siguiendo puramente el instinto animal encerrado en ti te dejas llevar por el ansia de la sangre, por la necesidad primaria de alimentarte. La ciudad se encuentra a oscuras, es muy tarde y prácticamente no hay nadie por las calles, aunque por fortuna consigues encontrar a una pobre alma perdida. En uno de los callejones cercanos un hombre dormitaba abrazado a una botella y trozos de cartón. Sin pensarlo y llevado por el ansia mordiste su cuello, dándole tiempo a emitir un ahogado quejido en su garganta. Se agita y se mueve intentando zafarse, pero tus fuerzas no tienen nada que ver con las suyas, arrebatando su sangre y su vida.
Tu visión se vuelve más clara y tu pensamiento más lúcido. El sonido de la alarma sigue de manera continuada, molestándote sobre manera. De pronto, un gruñido surge de entre las sombras, y girándote te da tiempo a ver una silueta que corre prácticamente a cuatro patas y que corre en dirección contraria al ruido. Tus ojos te permiten ver en la noche, pero aquel ser es rápido, demasiado rápido...
Lo acelero un poco a ver si los encuentras alguna vez :P
Soy consciente de que hay que correr en dirección contraria a un alimaña nocturna. Pero mi memoria esta vacía, y es cuanto tengo. Observo la escena del crimen, dejo pistas falsas apresuradamente, como si la muerte del indigente fuera causa de una pelea callejera entre pobres.
He probado sangre de animales que sabian mejor que la de este pordiosero, apenas llega para saciar mi ansiedad. Aún así emprendo camino rápidamente por donde he visto pasar la sombra. Busco la manera de ganar altura para buscar desde las azoteas de los edificios la manera de ver por donde va y poder seguirle.
Con el nuevo curro se me fué al garete la buena vida que tenía montada, ahora ya estoy aposentado con lo que podré dedicarle un poco de tiempo a esto cada día.
No es complicado ascender por los edificios aunque te llevaría un tiempo. El edificio más alto es uno de color rojizo que destaca por encima del resto pues tiene dos alturas más. Sale música de su interior, algo tranquilo, aunque parece ser de donde vienen los molestos ruidos. A su alrededor los demás edificios son de tres ó cuatro plantas con cornisas y balcones grandes que facilitarían el ascenso a los tejados y azoteas.
Mientras observas las posibilidades de ascenso comienzan a sonar sirenas de policía, o se parecen bastante a las últimas que oíste hace... ¿Qué día y año es?
Dos vehículos rojos, uno verde y una furgoneta negra transitan por la calle. El vehículo de mayor tamaño se detiene junto al edificio rojizo.
La sensación de extrañeza no me abandona, aunque una nueva fuerza gana terreno en mi mente. Averiguar donde estoy, cuando... y ya de paso... quién soy.
Gracias a mi control de la disciplina ofuscación entro en las sombras para observar sin ser visto. Aunque en estos momentos sea incapaz de saber como lo hago. ¿Hasta donde llegarán estas habilidades?, debo aprender a controlarlas fuera de mi instinto.
Observo el edificio, accesos, movimiento en ventanas, luces, si hay alguien en el exterior. ¿Habrá otros con estas habilidades?.Me fijo en los vehículos, que trayectorias toman, miro sus ocupante, si aparcan o siguen, en el primer caso si sale alguien del cos coches. Recuerdo el grabado del anillo. ¿que significarà?.
Uso presencia invisible (OFU 2). Tiro por si hace falta.
Tu paso por el local no pasa desapercibido. Alguien de tu tamaño y características es fácilmente destacable entre el resto de personas.
El edificio parece albergar un moderno local de jazz, en el que suena suave y elegante de manera constante. Frente a la puerta se encuentra un coche volcado que momentos antes de llegar dejó de sonar. Los hombres de seguridad del local se colocaron en la puerta e intentaron "tratar" con los que por allí pasaban, dejándote al margen y por ello consiguiendo colarte hasta el interior del lugar.
Dentro no hay más de 30 personas, lo que hace que para un local de tal tamaño quede bastante pobre, aunque cómodo si lo que se busca es intimidad. Pronto tu olfato animal se despierta, y desde plantas superiores surge un aroma agradable. Unas escaleras ascienden por las distintas plantas, lo que facilitaría el acceso a pisos superiores para observar el exterior de las calles y quizá localizar a otra presa.
Relajándote y tranquilizándote un tiempo consigues hacerte menos visible para los demás, lo que deja a algunas personas desconcertadas al jurar haberte visto minutos antes.
Lo acelero un poco porque entre una cosa y otra todo se retrasa oO
¿Que hago si alguien me reconoce?.... Me concentro en el aquí y ahora. Observo la planta y los distintos niveles del local, buscando salidas posibles en caso de necesidad, los recovecos donde podría observar el entorno pasando lo más desapercibido posible y si hay acceso a algun sitio reservado o con vigilantes en las puertas. Escucho... aunque las conversaciones de la gente son de un tono más bien bajo, puedo agudizar mi oido para escuchar ssu palabras. Hablan en alemán... *Me sorprende entender claramente lo que dicen, en mi espíritu se desencadena algun interruptor.* ¿Donde habré aprendido idiomas?.
Una vez me siento seguro... dejo que me guíe mi olfato. Me paseo por el garito subiendo a las zonas donde puedo observar la calle, después del indigente me apetece tener el sabor de la vitae en mis labios de nuevo. ¿Cuanto tiempo habré estado durmiendo? Esta vez elijo presa. Hay un par de jovencitas, una peliroja y una morena, visten un tanto "alternativas". La morena lleva un piercing en la ceja y la pelirroja tiene el pelo muy rizado y con volúmen. Aparentan ser venteañeras, aunque desentonan con el resto por su estilo y su forma de actuar nadie les hace mucho caso a parte de unos chicos de una mesa al otro lado de la sala. Ríen divertidas y a juzgar por la mesa llevan ya varias copas. *Me acerco y les hablo en alemán aunque marcando un fuerte acento ruso*.
-Gute nacht. (Todo en alemán claro.) Los chicos de esa mesa *lanzo una breve mirada* no dejan de miraros. Me pregunto ¿porqué no se habrán acercado para estar con vosotras?. *Sonrisa granuja mientras me siento* Yo no dejaré escapar la oportunidad de estar con las chicas más guapas de este local.*observo sus reaciones con curiosidad felina*.
Las chicas se miran y rien. *Enarco una ceja y con mi marcado acento ruso forzado adrede* - ¿Cómo sabéis que soy extranjero?. *Exagerando mi asombro*.
Conduzco la conversación con cuidado dandoles a entender que estoy de viaje buscando como pasarlo bien, que acabo de llegar y no conozco la ciudad. Averiguando donde estoy, que época es, donde se mueve la gente lo que está "In" y "Out". Dejo que hable y se sientan a gusto, que beban, me muestro simpático y dicharachero. Buscando un momento para ir a un lugar más tranquilo, ¿quizá al casa de alguna de ellas? donde tendré la oportunidad de alimentarme. En todo momento estoy alerta ante cambios en el ambiente que me parezcan "raros". (Todo lo raros que me puedan parecer en la situación en la que estoy).
No te preocupes, tu haz lo que tengas que hacer.
Una pregunta que me surge... ¿Cómo vas vestido? ¿Con lo que tenías en el parque o te pusiste algo? oO
Voy tal como en el parque, con mi look punkie total, le quité el polvo y lo adecenté un poco.