En el exterior se escuchaba signos de lucha ,explosiones y fuego.
En lo mas hondo del sotano Madra y su dos hijos aguardaban el fin de la lucha .
Mientras los niños abrazaban a su madre Trenco ,un chico siempre avispado y fantasioso volvio a preguntar a su madre una vez mas .
-Mama ,mama .Cuentame otra vez la historia ,la del caballero blanco cuentamela por favor.
La madre que no sabia como calmar a sus pequeños en medio del caos comenzo a narrar.
-Cuentan que en un tiempo muy lejano habia un lugar llamado Albur.
Alli extraños seres ,Dioses lo habitaban .Hubo un gran conflicto mortales e inmortales fueron a la batalla ,la muerte y el fuego acampaba a sus anchas.
Murieron a millones ,los mares se convirtieron en sangre y la tierra en huesos.
Entonces Dios aparecio .Uniendo a varios de los supremos preparo un ataque a las entrañas del propio enemigo un ser de oscuridad y muerte al que llamaban el dragon de huesos.
Los Dioses lanzaron una ciudad a las alturas y atravesando el cielo transportaron a miles de soldados ejercitos enormes fueron llamados a la batalla.
Valientes de todas las naciones y razas acudieron a la llamada dispuestos a acabar con el enemigo.
Dejando tras de si un regero de caidos lograron llevar la lucha hasta las mismas puertas de la guarida del dragon ,al templo maldito.
Pero alli encontraron algo que no podian creer ,la misma muerte en persona habitaba alli y con su gran poder destruyo al dragon de huesos y se llevo gran parte de las fuerzas aliadas.
Solo 3 salieron vivos del templo y volvieron a casa.
Pero muchos se preguntaron porque de entre todos los aliados Dios nunca aparecio aquel dia a ayudar tal como se esperaba.
Pocos comprendian que de alguna forma quiso respetar al enemigo caido a su propio padre ,al no acudir alli.
Pero igualmente entonces algo llevo a cabo .
Dios poseia un reino oculto en un lugar extraño y fantasmagorico en los sueños de los mortales.
Alli acogio un alma un ser muerto hacia mucho,condenado a la locura .
Lo abrazo como si de algo familiar ,cercano se tratase ,si auqella alma habia un dia la suya ,habia habitado en el .
Y asi el poderoso dios la acuno en sus brazos y la escondio .
Paso el tiempo ,el resto de Dioses se aparto del mundo y el a su vez debia de hacerlo.
Pero tenia otros planes.Acudio a su reino apoyado en su trono cerro los ojos descansando mas alla de ese mundo escucho al Dios loco Yradarkos y se alegro de no estar entre los reyes malditos.
En toda su omnipotencia entro en una especie de sueño pero su consciencia estaba despierta y atraveso Albur ,las estrellas ,la galaxia y mas alla.
Mas alla de lo que los Dioses de aquel lugar habian llegado jamas.
Y dicen que vagando en el infinito ,nos encontro rodando en el infinito vacio estaba nuestro mundo ,se acerco y nos vio .
Escondio nuestro mundo d elos ojos del restod e Dioses antiguos de su plano natal.
Y bajo a nuestras tierras,vio hambre ,lucha y vio al enemigo
Al poder que aguarda alli enjaulado en el arbol del fin del mundo el dios loco .
Y apiadandose de nosotros tomo forma mortal nos unio ,nos dirigio y combatio junto a nosotros cambio su nombre al caballero blanco .
Han pasado siglos desde entonces y continua combatiendo junto a nosotros pero el dia en que el Dios Mayor despierte esta cerca ,los hombre se preparan ,las espadas se afilan y las tropas de la alianza se dirigen al find el mundo a luchar .
Y el en primera fila dirige nuestras fuerzas una vez mas a un futuro incierto...
Y el Dios que un dia habia sido llamado Luciel se encontraba esperando.
Si he de morir ,lo hare como un valiente.
Una vez falle a mis hermanos por no enfrentarme a un padre ,pero hoy vengo aqui a pagar por mi pecado,Albur ya no es mi tierra .
Pero si sobrevivo a estos dias y alguien en mi plano natal vuelve a amenazarlo ,que tiemble pues un nuevo Dios supremo volvera a castigarlo desde mas alla d elas estrellas con un poder semejante al mismo A .
Pues mis seguidores y sus almas se contaran por miles de millones mas alla de todos los habitantes de aquel mundo .
Un nuevo amanecer en otras tierras aparecera -Y mirando al frente cargo junto a un ejercito sin fin formando una marea que caia hacia el arbol del fin de los dias mientras el Mayor el dios loco comenzaba a abrir uno de sus ojos.
Un nuevo amanecer se cernía sobre Albur. Era tiempo de cambios, tiempo de progreso. Extendió sus alas y dio un último paseo por el orbe de Á. Increíblemente bello, increíblemente original. Muchas razas poblaban la tierra, culturas diferentes que convivían en armonía, por el momento. Sobrevoló los cielos de Albur, que se teñían de carmesí con puesta del sol. Sólo se detuvo para mirar por última vez a sus hijos.
Habían progresado increíblemente desde la pérdida de su hogar original. Pero ya parecían haberlo olvidado. Los Har-Ail nacían ya acunados por los Picos de la Esperanza, protegidos de la injusticia. Y viajaban por el mundo repartiendo la palabra justa y protegiendo al débil.
Comprendió que la era de los dioses ya había acabado. Ya no hacía falta divinos poderes ni fuerzas sobrenaturales para mover el mundo. Los propios mortales daban vida a Albur, y estaba en sus manos su propio destino.
Su misión había terminado, ya no necesitaba esperar más. Así como la espada de justicia que dejó a los mortales regresaría algún día a las estrellas, su tiempo en el mundo de los mortales había acabado. Extendió sus alas de nuevo y voló por el cielo, directo hacia el sol.
Había usado durante miles de años el poder de Á para repartir justicia. Lo justo era ahora devolvérselo. Sus llamas crepitaron emocionadas, por fin volvían a casa. A gran velocidad surcó los cielos hasta salir de Albur. A medida que se acercaba al sol su armadura se iba quebrando más y más, pero ya no le importaba. Antaño la había necesitado para encontrar el equilibrio, pero después de tanto tiempo había descubierto cual era su verdadero destino. Su parte fría y tranquila se disolvió y se desprendió de su flamígero cuerpo como una estela de brillantes estrellas que cayeron sobre la tierra.
Devolvió el fuego al cielo.
Así se fundió Aildor con el Sol, brindando una nueva luz a Albur.
Se dice que durante los eclipses la influencia de Aildor sobre Albur se disipa, privando de su poder a las runas de los justos.
Algunos afirman que durante la ascensión de Aildor al Sol algo brillante cayó del cielo. El metal estelar de la armadura que portó en tiempos antiguos. Muchos intrépidos habitantes de Albur se han volcado en su búsqueda, pero hasta hoy no se ha encontrado nunca algo parecido al metal del dios.